No importa qué tanto sepas de las artes culinarias, estar frente a los fogones siempre es un disfrute. Más aún si uno de los mejores chefs chocolateros de México, como lo es José Ramón Castillo, está ahí para guiarte en la travesía gastronómica. Así, nos dirigimos al Prime Blend Store CDMX, para elaborar nuestra propia cena: un menú de cinco tiempos. Fotos: Charly Ramos.
Antes de comenzar la aventura, la Directora Editorial de Food and Travel México, Cecilia Núñez, aprovechó para presentar Food and Travel Experience. Con este nuevo proyecto, se busca dar a conocer eventos únicos al estilo Food and Travel, a través de diversos embajadores. Estará a cargo de Ronit Warman, quien manifestó que “el verdadero lujo son las vivencias”.
La entrada
Los invitados comenzaron a llegar mientras disfrutábamos un coctel a base de mezcal, jugo de toronja, granada y refresco de toronja. Y luego de colocarnos los mandiles, estuvimos listos para comenzar. Nos dividimos en estaciones y cada equipo estuvo a cargo de un platillo. Entre el sonido del aceite caliente en contacto con la carne, cuchillos que atravesaban vegetales y el globo de una batidora que combinaba mantequilla con crema pastelera, fueron cobrando vida las deliciosas recetas del chef José Ramón Castillo.
Cuando todo estuvo listo, el chef y su equipo se encargaron de montar cada plato, mientras nosotros nos sentamos a la mesa para probar, una por una, nuestras creaciones. El primer tiempo fue un capuchino de jitomate y pimientos torrefactos, decorado con espuma de leche y un toque de canela. Éste fue sucedido por un tradicional taco al pastor, que acompañamos de vino chardonnay de Monte Xanic.
Degustación con José Ramón Castillo
Luego, degustamos una paella negra, coloreada con tinta de calamar y acompañada con un gajo de limón, una tradición “muy española”, como explicó Castillo. Y con una copa de Sangiovese de L.A. Cetto, nos deleitamos con un cerdo Tikin Xic, una receta típica de Yucatán (que tradicionalmente se elabora con pescado), que en esta ocasión el chef quiso reinventar, y fue una decisión muy acertada.
El ingrediente destacado del postre fue el chocolate: no podía ser de otra manera. Se trató de un brownie servido sobre un espejo de chocolate, guarnecido con fresas maceradas y mousseline de chocolate con leche. Antes de tomar el primer bocado, el chef se acercó a la mesa y nos explicó como las notas aportadas por la crianza del cognac Rémy Martin XO que se encontraba a un lado de nuestro plato, lo convertían en un maridaje perfecto. monogram.com.mx