Hojas de camellia sinensis y botones de loto dan vida a una de las expresiones más fascinantes en el mundo del té. ¡Sí!, querido lector, en esta entrega viajaremos hasta territorio vietnamita para descubrir la extraordinaria historia y riqueza sensorial del té de loto. Fotos: Escuela Mexicana de Té.
“¿Vietnam produce té?”. La camellia sinensis se cultiva y procesa tanto en el norte como en el sur de Vietnam, así como en algunas fincas cercanas a su capital Hanói. Si bien la gran mayoría de la producción local se destina a la manufactura de tés negros industriales y tés verdes muy sencillos, también es posible hallar oolongs de excepcional carácter y muchísimas otras tazas que sorprenden a propios y extraños con sus aromas y sabores.
Los tés verdes vietnamitas, por ejemplo, aquellos que históricamente se destinaban al mercado doméstico, hoy forman parte de las materias primas que se exportan anualmente hacia China. Piense usted en hebras de distintas gamas cualitativas, generalmente secadas en sartén o pan firing, para rellenar sacos o venderse como hojas sueltas.
Igualmente interesantes son los oolongs, manufacturados casi siempre con tecnología y maquinaria taiwanesas; de hecho, muchos de estos tés son elaborados por fábricas de capital taiwanés y destinados a los consumidores de aquella isla asiática. ¿Sensorialmente?, se trata de oolongs de alta calidad similares al Ti Kuan Yin, que derivan en infusiones de color verde a amarillo pálido, con perfil dulce y tonos típicos de durazno. Sin embargo, ninguna variedad es tan famosa como el té de loto.
Flores con sabor a té
Producido en todo el país, este peculiar té se elabora con botones de Nelumbo nucifera (loto sagrado) que se cosechan cuando las plantas acaban de florear; las flores deben mantenerse lo más frescas posible, a fin de preservar todos sus aromas y sabores.
Los pétalos de los botones se abren cuidadosamente a mano para evitar que se desgarren y luego se rellenan con té verde fresco. Una vez listos, se vuelven a cerrar y a entretejer delicadamente; así se almacenan durante toda la noche, permitiendo que el té verde se impregne con todos los aromas del loto sagrado.
Tras concluir el proceso, las hojas de té se secan perfectamente. Ahí le va un dato interesantísimo: para producir un kilogramo de té de loto se requieren cerca de mil flores.
“¿Y a qué sabe…?”. Tradicionalmente el té de loto se sirve caliente, nunca frío. Su infusión tiende al amarillo pálido y despliega un sabor fresco y limpio, con tonos de vainilla y, en muchas ocasiones, de semillas tostadas de anís. En boca ofrece un perfil ligeramente amargo, con matices de vegetales cocidos y largo y fresco final. Sí, más allá de una bebida de alto significado social, se trata de una infusión cuyos aromas y sabores se reservan a todo tipo de celebraciones y ceremonias rituales.
La mala noticia… A México llega solo de la mano de fanáticos y cazadores de té, sin fines comerciales; si lo ve en alguno de sus viajes no deje pasar la oportunidad de probarlo. escueladete.mx
También checa Datos que no sabías del proceso de elaboración del té.