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Columna del té

Conoce qué diferencia ambos procesos y decide si las cápsulas de té son una opción que se acomoda a tu interés en consumir esta bebida que es sinónimo de elegancia y complejidad.

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Té en cápsulas: ¿innovación o herejía?

En la constante búsqueda por adaptar tradiciones milenarias a ritmos contemporáneos, el té también ha sido objeto de reinvención. En años recientes, el mercado ha presenciado un crecimiento sostenido en la oferta de cápsulas de té compatibles con sistemas tipo espresso. Para algunos consumidores, esto representa una solución práctica y moderna; para otros, una contradicción absoluta respecto al espíritu y técnica que exige esta infusión. ¿Puede el té en cápsulas entregar una experiencia sensorial válida?, ¿qué se gana y qué se pierde en este formato? Fotos: Escuela Mexicana de Té

Comencemos por definir

 

Desde un punto de vista técnico, preparar té y preparar café son operaciones sustancialmente diferentes. Mientras el espresso requiere alta presión (aproximadamente 9 bares, unidades para medir la presión) para extraer sólidos solubles en segundos, el té necesita un contacto prolongado con el agua a temperatura controlada, sin presión, para liberar gradualmente compuestos aromáticos, sabores, cafeína y sustancias benéficas para el organismo.

Té en cápsulas

Al aplicar la lógica del espresso a las hojas de té, se modifica radicalmente su comportamiento: se fuerza una extracción rápida que no necesariamente respeta los tiempos ni las temperaturas ideales de cada tipo de té. 

Un té blanco, por ejemplo, debe infundirse a baja temperatura (70-80 °C) durante varios minutos para preservar sus notas florales y su estructura delicada. Un té negro requiere calor más intenso y un tiempo de extracción más largo para liberar sus compuestos sensoriales. Las cápsulas de té no permiten esa precisión: calientan agua a más de 85 °C y la expulsan en 20-30 segundos, independientemente del tipo de hoja. El resultado es una bebida diluida, subextraída o desequilibrada, más cercana a una tisana rápida que a una infusión bien ejecutada. 

Cápsulas de té: ¿son una opción?

 

A lo anterior se suma un problema estructural: la mayoría de las cápsulas de té disponibles en el mercado no contienen hojas enteras, sino partículas rotas o “polvo (gama baja) que resisten mejor el tratamiento, pero sacrifican complejidad aromática. El perfil sensorial suele ser plano, uniforme y dependiente de saborizantes añadidos.

En ese sentido, las cápsulas tienden a replicar fórmulas diseñadas para el gusto del consumidor no especializado: tés con notas evidentes, edulcorados, a veces aromatizados con esencias de frutas o especias. Poco que ver con un Dragonwell recién infundido o un Darjeeling de primera cosecha correctamente preparado. 

Té en cápsulas

Sin embargo, sería injusto descalificar por completo el formato. Existen algunas cápsulas de té premium menos comunes que utilizan hebras de mejor calidad y controlan parcialmente la temperatura. Para hoteles, oficinas o consumidores que buscan conveniencia sin expectativas elevadas, el té en cápsula puede ofrecer una solución rápida y funcional. También ha abierto la puerta para introducir el hábito del té en hogares donde nunca se habría considerado la compra de una tetera o recipiente de infusión. 

El punto de tensión está en el discurso. Cuando estas cápsulas de té se presentan como “ceremoniales” o “de especialidad”, el marketing entra en conflicto con la realidad sensorial. El té es una bebida que se construye en el tiempo, en contacto con el agua, el silencio, el recipiente, incluso el contexto. Convertirlo en un shot de 30 mililitros en una demitaza no solo empobrece el resultado: se desnaturaliza la experiencia. 

Té en cápsulas

¿Es innovación? En términos de consumo, sí. Permite ampliar audiencias y democratizar el acceso a la infusión de hojas y brotes de Camellia Sinensis, la planta del té. ¿Es una herejía? Solo si se pretende que reemplace o represente al té infundido correctamente. Concluiremos diciendo: el té en cápsulas no es té mal hecho, sino otra cosa. Y conviene tenerlo claro antes de integrarlo, acríticamente, a nuestro discurso sobre esta milenaria bebida. escueladete.com.mx

 

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