El Camino del Mayab, un viaje para reconectar con tu interior
Cuando recorremos el mundo, sentimos que suceden cosas importantes, que formamos parte de algo mayor, que tenemos una responsabilidad. ¿De qué somos responsables? Del camino. Así lo decía el maestro Ryszard Kapuscinski sobre los viajes. Fotos: Gerardo Ibarra y cortesía.
Un viaje tiene un enorme potencial para conocer y experimentar el mundo. Podemos explorar lo más profundo de nuestro ser o encontrarnos con otras culturas. A través del viaje, es posible entregarnos a los placeres sensoriales de la naturaleza o reflexionar y tomar decisiones que cambien el rumbo de nuestras vidas. Para acceder a este potencial, es necesario estar abiertos a la experiencia, visitar los destinos con una actitud consciente, confiar en quienes nos reciben y ofrecer nuestra mejor versión como viajeros.
El Camino del Mayab
En mi última visita a la península de Yucatán, recordé el poder de un viaje para reconectar con mi propósito, gracias a su historia, cultura y los sueños de su gente. En el sureste de México, los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo conforman el «Mayab», nombre ancestral de la región donde abundan comunidades, sitios arqueológicos, haciendas henequeneras y ciudades con gran patrimonio cultural. Además, es un área de gran biodiversidad y valor ecológico.
Tuve la oportunidad de explorar parte de esta región conocida como Camino del Mayab, un proyecto regional de 39 organizaciones locales, impulsado por la empresa social Ecoguerreros, quienes han diseñado el primer sendero de gran recorrido en México. Este camino de más de 100 kilómetros ofrece servicios turísticos, así como experiencias de senderismo y ciclismo para descubrir la historia y el patrimonio biocultural de Yucatán.
Vivir el entorno
Durante mi visita, recorrí antiguos senderos en bicicleta y en caminatas nocturnas, nadé en cenotes ocultos y conversé con líderes comunitarios. Degusté la gastronomía local, desde un fresco ceviche hasta las tradicionales tortas de cochinita que se venden los domingos en los pequeños pueblos.
Caminar junto a guías locales, experimentar la naturaleza en bicicleta y usar todos los sentidos para conocer el Camino del Mayab me permitió conectar profundamente y regresar con más inspiración y entendimiento del mundo que nos rodea.
Estas son algunas formas que he encontrado para conectar directamente con un destino al viajar:
- Recorre los caminos de manera natural. Ya sea caminando, en bicicleta o en moto, estas formas de transitar ofrecen una perspectiva más cercana de los destinos que visitas.
- Prueba la cocina regional. La gastronomía es una manifestación cultural que refleja la naturaleza del entorno. A través de la comida, entendemos mejor un lugar y a su gente.
- Conversaciones abiertas. Hablar con las personas sobre su vida cotidiana nos brinda un entendimiento mutuo que trasciende lo histórico o lo turístico. Cualquier motivo es bueno para una charla.
Es en esta conexión con «el otro» durante un viaje la forma en que puedo reconocerme y darle mayor valor a mi propio camino. A través de las comunidades anfitrionas, podemos aprender del mundo natural y así viajar mejor. Para vivir esta experiencia, visita: caminodelmayab.com
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