Dime qué vas a cocinar y te diré qué trufa necesitas

Conoce cada una de las trufas frescas que distribuye Gourmanité en México e incorpóralas a tus recetas porque siempre harán lucir tu mesa con su magnífico aroma y delicado sabor. Descubre esta tentadora selección de diamantes bajo la tierra y ¡a cocinar con trufa! Fotos: Adobe Stock y Cortesía.

 

Cocinar con trufa

 

Trufa para cocinar

 

Aunque son el antítesis del amor a primera vista, por su apariencia amorfa, rugosa y llena de protuberancias, se trata de una de las joyas de la corona de la gastronomía con forma de hongos subterráneos del género Tuber. Como bien lo dijo desde 1825 Brillat-Savarin, autor de Fisiología del Gusto, “la trufa es el diamante de la cocina”. Son un capricho de la naturaleza: son salvajes, misteriosos y altamente codiciados.

La razón de su costo se debe a su difícil recolección, es como ir en busca de gemas debajo de la tierra durante mañanas frescas en paisajes rurales. Crecen y viven en el subsuelo desarrollando un aroma único para ser encontradas, aunque no cualquiera es apto para la misión, y escoger las mejores tampoco es tarea fácil.

Al ser un alimento tan delicado, debe cocinarse con productos de alta calidad. No se come trufa todos los días, pero logrará que lo que comas en esa ocasión —puede ser algo tan sencillo como huevos revueltos con trufa— sea un momento especial. ¡A cocinar con trufa!

 

¿Dónde comprar trufa?

 

Appennino Food Group, que actualmente lidera este sector, llegó a México hace más de 15 años a través de Gourmanité como su distribuidor exclusivo. Y en su tienda en línea, hallarás la mejor selección de trufas frescas de estación.

 

Lo que sea: Trufa Negra de Verano

 

Trufa para cocinar

 

En la sección de trufas frescas de Gourmanité  —aunque también hay congeladas— encontrarás la Trufa Negra de Verano, cuya piel es negra, rugosa e irregular. Con un interior color avellana y un veteado blanco, esta trufa regala un aroma dulce, sutil —menos intenso que el de las demás especies— y un sabor amaderado. Es muy versátil, ya que puedes cocinar con esta trufa en preparaciones dulces o saladas y en frío o en caliente.

Por ejemplo, enriquece un clásico huevo frito o prepara un filete con setas porcini y trufa. También es posible rallarlo y mezclarlo junto con otros ingredientes para la preparación de salsas y cremas.

 

 

Arroces, pasta y sides: Trufa Negra Uncinatum

 

Trufa para cocinar

 

Otra alternativa disponible para el otoño es la Trufa Negra Uncinatum, que tiene un sabor ligero y su piel asemeja el color chocolate. Su aroma es menos potente que la Melanosporum (Trufa Negra de Invierno) sin perder delicadeza. Los sabores terrosos ligeros de esta trufa armonizan bien con las pastas, arroces y acompañamientos para carne. También es ideal para preparar excelentes crostini.

 

 

En finas láminas: Trufa Blanca de Invierno

 

Trufa blanca de invierno

 

También está disponible la joya de la corona italiana: la Trufa Blanca de Invierno. Con una temporalidad de septiembre a diciembre, se trata del máximo premio de la naturaleza por su escasez, rareza y aroma hipnotizante a almizcle​ y hierbas finas.

Se sugiere cocinar con esta trufa en finas láminas para completar platillos sencillos con ingredientes suaves. No se recomienda servirla en platos complejos, con aromas poderosos o quesos fuertes.

 

 

Carnes, pescados y huevos: Trufa Negra de Invierno

 

Trufa para cocinar

 

Por último, está la más conocida y noble de todas las trufas negras disponible de noviembre a febrero: la Trufa Negra de Invierno, que ofrece un aroma y sabor robustos.

Y ya que su sabor se desarrolla completamente al contacto con el calor, puede cocinarse a bajas temperaturas e incorporarse en una receta en vez de laminarse al final. Es el complemento perfecto de carnes, pescados, pastas, sopas, arroces y huevos. Además, resulta perfecta combinada con sabores mediterráneos como el aceite de oliva y se puede utilizar macerada con cremas de alcachofa o aceituna.

 

¿Cómo reconocer una buena trufa?

 

Hay tres características que debe tener una trufa para ser definida como de buena calidad. Primero, el perfume debe ser armonioso y redondo, aunque varía según la especie. Si falta fragancia no habla de un defecto por sí mismo, sino que es el indicio de una escasa maduración del carpóforo. Luego, al tacto debe ser firme, no flácido, y su color deber ser brillante y vivo.

 

Tip para conservar las trufas

 

Recuerda que para almacenarlas, hay que refrigerarlas envueltas en toallas de papel absorbente dentro de un recipiente hermético. ¡A cocinar con trufas para elevar tus platillos!

 

Conoce cómo Appennino lleva trufa por todo el mundo.