Hemos decidido hacer una pausa para refrescar la cuarentena en casa y explorar una de las tazas más divertidas y deliciosas del mundo… ¡Bubble tea!
Internacionalmente conocido como “té de burbujas”, “pearl milk tea” o simplemente “boba”, el bubble tea puede rastrear sus orígenes hasta inicios de la década de 1980, en las grandes ciudades de Taiwán. La historia cuenta que en aquella época los jóvenes estudiantes solían detenerse en los puestos callejeros a beber té después de la escuela. La competencia entre vendedores dio vida a múltiples tazas, entre ellas el “bubble tea” original.
Se dice que un vendedor en particular comenzó a añadir jugos de fruta al té helado, con el propósito de saborizar la infusión. Para alcanzar un tono y sabor homogéneos, la mezcla debía agitarse vigorosamente y después verterse en taza. Este singular procedimiento causaba la formación de pequeñas burbujas y espuma en la superficie del té. Su nombre se popularizó rápidamente entre los consumidores: bubble tea.
Sensación mundial
El furor de jóvenes y niños por la bebida inspiró a un sinfín de empresarios locales, quienes no dudaron en llevarla al siguiente nivel. Para 1983, el bubble tea ya contaba con perlas de tapioca entre sus ingredientes, generando toda una nueva moda y terminando de definir esta peculiar taza. Las perlas hidratadas de tapioca, denominadas “boba” en algunas regiones del sudeste asiático, también ayudaban a reforzar la idea de una bebida con “burbujas” en su composición.
¿Cómo se prepara? La receta original dicta que las perlas de tapioca primero deben cocerse y enfriarse en el propio té infundido para absorber todo su sabor, y después colocarse en una copa o vaso alto. Hielo picado, leche, azúcar o miel y té negro, muy concentrado, deben agitarse vigorosamente en coctelera hasta espumar. Una vez lista, la mezcla se vierte sobre la tapioca y se acompaña con una cuchara o bien un popote metálico lo suficientemente amplio para absorber las perlas.
Combinaciones infalibles
El ingenio popular se encargó de generar todo tipo de deliciosas variantes. En Taiwán existen tazas con distintos sabores, desde el tradicional té negro, hasta oolong o matcha, espumados con leche fresca e incluso crema de leche. En el resto de Asia también pueden hallarse versiones libres de lácteos, saborizadas con jarabes naturales y adicionadas con perlas mucho más modernas, rellenas de jugos frutales, o pequeños trocitos de jalea de frutas.
De lo tradicional, es importante mencionar la clásica mezcla de té negro (preferentemente libre de tonos ahumados) con leche, miel o jarabe neutro, y perlas naturales de tapioca. Para los amantes del matcha, nada como una buena mezcla con leche de almendra y semillas de chía. Ahora que, si lo que buscas es una refrescante taza libre de cafeína y lácteos, la opción ideal es rooibos con perlas de tapioca saborizadas con jugos frutales; estas últimas pueden adquirirse fácilmente a domicilio con proveedores de cafeterías y tiendas de especialidad. escueladete.com.mx