La noche de ayer el restaurantes Astrid y Gastón de la Ciudad de México celebró por todo lo alto su séptimo aniversario con la presencia del chef peruano Gastón Acurio y su esposa Astrid Gutsche. Creadores de este concepto que brilla en América Latina y el mundo.
Llegados desde Perú, la pareja de cocineros no quiso perderse la oportunidad de compartir con sus fieles seguidores mexicanos una noche muy especial, en la que junto a la chef Yerika Muñoz, crearon un menú exclusivo del que solo 60 personas pudieron disfrutar. Mientras el chef Acurio comandaba la cocina, que hervía sacando los platillos en vivo, la chef Ingrid ejercía de anfitriona en sala. Conversando, saludando y sonriendo a todos los que ansiaban descubrir qué llegaría a su mesa.
“Me encanta venir a México porque aquí se encuentran todos los ingredientes, todo en este país es de excelente calidad y la tierra ofrece múltiples joyas. Los chiles mexicanos son fantásticos”, comentó en nuestra mesa.
Esta es la primera vez que el reconocido restaurante conmemora su llegada a México con una cena de manteles largos. Pues hasta ahora cada año este espacio se vestía de fiesta, acompañado de una barra de ceviches ideados por la chef Yerika Muñoz, al frente de la cocina en nuestro país.
Menú de 8 tiempos
Para ello, los chefs decidieron agasajar a aquellos comensales que quisieron compartir mesa y mantel con ellos, con un menú de 8 tiempos. Maridados con tequila Reserva de la Familia, whisky Macallan y una selección de vinos mexicanos y franceses. Un viaje por los sabores de Perú, como se llamó este menú especial, que comenzó con una papa cambray y huancaína. Acompañada de un cesto de panes elaborados en la propia cocina y mantequilla con sal de hierbas andinas.
La velada continúo con dos ceviches, plato estrella de la cocina peruana y también mexicana. El primero, del amor, estaba preparado a base de pata de mula, huachinango, almeja chocolate, ostión y leche de tigre al ají limo. Y acompañado con un sauvignon blanc de Acrata Sinónimo de Valle de Guadalupe.
El segundo, del huerto, era la opción vegetariana de la noche a base de camote rostizado, zanahoria baby, rabanito baby, champiñones, aguacate, quinoa crocante y leche de tigre de alcachofa. Servido también con el Acrata Sinónimo.
Después llegó el platillo llamado Tortilla de maíz morado, un taco de cochinito crocante, encurtidos chiferos y compota de mandarina-housin, para cuyo maridaje el sommelier eligió el tinto francés La Borde Vielle DGR. Tras recuperar la esencia mexicana, llegó la peruana en un anticucho especial de pulpo, con salsa anticuchera, crema de papa, ajo, alcaparra crocante y polvo de aceituna. Que ensambló con otro caldo francés, Parteaguas BCO.
El pescado y el marisco fueron protagonistas de la noche y llegó el momento del llamado Sudado, con atún, picante de algas, tomatitos y chalotes confitados, armonizado con un ensamble de Valle de Guadalupe: Estación Porvenir. Éste también acompañó a Huevo y Langosta, una creación con langosta curada, arroz con chícharos, huevo y chupe amarillo. Los platos fuertes terminaron con un clásico peruano, Carapulcra, ésta vez de lechón, praliné de maní y teja de chocolate.
Para cerrar, llegó la esfera de chocolate con espuma nitro de limón, nibs de cacao, crutones de orégano y salsa de chocolate caliente. Una versión de la ya tradicional esfera sensible creada por la chef Astrid, quien recorrió cada una de las mesas vertiendo el chocolate caliente que abría cada una como una flor. Mostrando los sabores que albergaba su interior, y dando el toque final con aceite de oliva virgen, “perfecto para acompañar el chocolate”. astridygaston.com.mx