Comer un pan para «el susto», como se dice comúnmente en México, es tal vez una de las costumbres más extensas y extrañas de nuestro país. Y es que el pan mexicano es ya tan común en las mesas de nuestro país, que se nos puede olvidar que llegó a México junto a los españoles durante la Colonia. Por eso, aquí te dejamos cinco tipos de panes muy mexicanos.
Pan de yema
Se cree que el lugar de origen de esta preparación es Santo Domingo Tomaltepec, en Oaxaca. Debe su nombre a que el ingrediente principal de su masa son las yemas de huevo. Para hacerlo de forma artesanal, se necesita amasar manualmente la mezcla de harina de trigo, levadura, azúcar, mantequilla y sal; y cocerse en hornos de adobe y ladrillo. En ciertas regiones puede llevar pulque en lugar de levadura.
Pambazo
Durante la colonia existían dos principales tipos de pan, uno de ellos era el pambazo, cuyo nombre significa «pan bajo», pues era el pan de los pobres. Actualmente, este alimento es tradicional en Veracruz y la Ciudad de México. Con él se prepararan antojitos del mismo nombre, que consisten en una especie de torta barnizada con salsa de chile rojo y rellena con frijoles, papas, chorizo, lechuga, crema y queso rallado. Suele ser ovalado, esponjado y con grietas en la parte superior.
Cocoles
Es típico de Tlaxcala, Hidalgo y el Estado de México; es comúnmente relacionado con los abuelos, gracias al actor y cómico mexicano Jorge Arvizu, quien clamaba continuamente por su «cocol». Está hecho con harina de trigo, piloncillo y anís o nuez.
Bolillo y birote
Se cree que el origen de esta forma de elaborar pan (de costra firme e interior suave) llegó a México durante el siglo XIX gracias a los franceses. El bolillo es bastante popular en nuestro país, y con él se realizan distintos platillos mexicanos como los molletes y las tortas. Mientras que el birote, tradicional en Jalisco, es el ingrediente principal de los lonches y las tortas ahogadas; se cree que el origen de su nombre lo deben a panaderos franceses.
Pan de Acámbaro
Esta preparación de pan mexicano surgió cuando los primeros monjes franciscanos llegaron a la región guanajuatense, es decir a mediados del siglo XX. Fueron ellos quienes enseñaron la receta original que aún se utiliza: con harina de trigo, mantequilla, azúcar, huevo, leche y levadura.