Característico de Luisiana (Estados Unidos), la jambalaya surgió como una mezcla de cocinas donde destacan la española, francesa, africana y caribeña. Su curioso nombre es objeto de debate, pero el diccionario Oxford afirma que proviene del provenzal u occitano y significa revoltijo, y una de sus características más importantes es la pungencia que envuelve el paladar de inmediato.
Parecido a la paella, existen dos grandes variedades: la creole (criolla) o roja y la cajún. La primera se encuentra en la zona de Nueva Orleans y sus alrededores, y se distingue por el uso de jitomates.
La variedad cajún utiliza animales que se pueden encontrar en los pantanos y tiene un sabor más ahumado y picante. Los ingredientes básicos para la preparación de ambas son: arroz, algún tipo de carne, especias y vegetales, como pimientos, cebolla y apio, que juntos son conocidos como la sagrada trinidad de la cocina cajún. Sin embargo, cada familia posee una receta única con variaciones como pollo, salchicha o mariscos.
¿Ya se te antojó? ¿Te animas a prepararla?