¿Quieres mantenerte saludable sin sacrificar tu paladar? Aprende algunas recetas y la forma de comer de estos países que gozan de las cocinas más saludables del mundo. ¡Te sorprenderán!
Japonesa
Los nipones tienen la esperanza de vida más alta del mundo y lo deben principalmente a su dieta. Por increíble que parezca, sus comidas diarias están compuestas principalmente de cereales y carbohidratos, combinación que resulta positiva, siempre y cuando no se combine con las grasas, ecuación en la que los japoneses son expertos. Su gastronomía es tan saludable que es raro encontrar recetas auténticas con fritos. Ellos más bien prefieren técnicas de cocción como al vapor, a la parilla o a fuego lento.
Mediterránea
Es una de las más famosas en el mundo fit debido a que muchos nutriólogos recomiendan seguirla. Un factor clave de esto es el tipo de grasa que componen a la mayoría de sus platos: aceite de oliva, de pescado y de frutos secos. Además de la proporción de sus nutrientes que incluye abundantes porciones de cereales, vegetales y carne en menor cantidad.
Vietnamita
Puede que no hayas pensado en ella, pero la gastronomía vietnamita es rica en uso de vegetales, hierbas, especias y hojas de lima, además del uso enfático de alimentos frescos. Uno de sus platillos más famosos es la sopa pho, preparada a base de camarones, pescado y jengibre, a la cual se le añade verduras, tallarines y carne.
Peruana
La comida del Perú es una de las más diversas del mundo, esto gracias a sus distintas regiones que permiten que su gastronomía presuma ingredientes frescos y naturales. De las tres principales variantes de su cocina, la más saludable es la marina, cuyo eje son los pescados y mariscos recién capturados. Por su parte, la cocina andina, sigue estando basada en productos como el maíz, la papa y los tubérculos, combinados con carnes vacunas, porcinas y ovinas.
Nórdica
Es denominada como la nueva dieta que siguen países como Suecia, Dinamarca y Noruega y data del 2004. Antes ellos solían basar su alimentación en carnes, pescados humados, pan, verduras fermentadas y grasas animales, sin embargo esto ha evolucionado a dos pilares básicos: el consumo de pescado como salmón y arenque, y de productos orgánicos y de cultivo ecológico. Tiene mucho en común con la dieta mediterránea, pero ésta utiliza el aceite de colza que contiene más omega 3, e integra frutas y verduras típicas de su país como coliflor, lentejas, manzanas, zanahorias, centeno, frutos rojos y setas.