Recorrer las extensiones de Chihuahua no solo invita a recibir instantáneamente el asombro: también implica enfrentarse a condiciones extremas, cuyo disfrute es posible al conducir la Lincoln Navigator 2022MY. Fotos: Charly Ramos.
Bienvenidos a Chihuahua
Enormidad, grandeza, nobleza y mucho trabajo… Estas son las primeras ideas que vienen a la mente cuando recorremos los 355 km de Ciudad Juárez a Chihuahua, en una carretera de la que no perdemos detalle alguno. Las extensiones de vegetación semidesértica y titánicas montañas del estado de Chihuahua se asoman en las también enormes ventanas y el Techo Panorámico de Doble Panel VistaRoof® de nuestra Lincoln Navigator; esta vista nos recuerda que nos hallamos en la entidad más extensa de México.
La panorámica es hipnótica. Parece que nos movemos lentamente, pese a la potencia de 440 HP (caballos de fuerza) y el motor Twin-Turbo 3.5L V6 de la Lincoln Navigator 2022MY. Pero la realidad es que la amplitud de esta tierra —territorio de rarámuris, guarijíos, pimas, tepehuanes y algunos apaches— nos permite rememorar nuestro día anterior en Ciudad Juárez.
La arena del tiempo
Ni tiempo para cambiarnos de ropa. Cuando nos dirigimos a las dunas de Samalayuca, un área de unos 150 kilómetros cuadrados, el pulso se acelera al divisar los médanos que alcanzan una altura de entre 40 y 100 metros. Preferimos aprovechar la luz del atardecer, pues la blancura sílica toma un increíble tono naranja a esta hora.
Sinceramente, dudamos un poco de que la Lincoln Navigator 2022MY llegara hasta las dunas, pero su torque de 510 lb-pie y su diferencial 4×4 nos introdujo sin problemas en esta maravilla natural formada hace unos 8,000 o 10,000 años, después de la última glaciación.
La arena que hace unos minutos escapaba a chorros debajo de la Suspensión Adaptativa (CCD) de la Lincoln Navigator 2022MY ahora acelera las tablas de sandboard a nuestros pies. No podemos evitar un grito de libertad cuando bajamos unos 30-40 metros a toda velocidad, mientras el viento y la arena tonifican nuestro rostro.
Miramos hacia arriba desde el fondo de la duna y en las crestas se desprende un halo arenisco que se confunde con los rayos del sol. La vista aquí es impresionante. Presenciamos lo que vieron los habitantes del planeta Arrakis, pues aquí se filmaron escenas de la primera cinta de Dune, de 1984. Nos sentimos en otro tiempo y espacio.
Una flor en medio del desierto de Chihuahua
Para sanar un poco el dolor de músculos que nos dejó el sandboarding de unas horas antes, activamos el Masaje Active Motion® de los asientos delanteros Multicontour® de la Lincoln Navigator 2022MY. Unos minutos después de la relajación, nos lamentamos al dejar esta delicia, pero nos alegra que agasajaremos el sentido del gusto.
Por la noche nos dirigimos a un lugar que inició como un pop-up en los jardines de una hacienda, pero que hoy es uno de los restaurantes de destino más reconocidos en Ciudad Juárez: Flor de Nogal. En su nueva sede —un segundo piso—, el chef Oscar Herrera nos recibe con una amplia sonrisa. Un nogal esculpido en madera “sostiene” el techo de este restaurante y cobija la música en vivo.
El chef Herrera nos da una muestra de por qué Ciudad Juárez se está convirtiendo en un destino gastronómico imperdible. Degustamos un tartar de res con papitas fritas y aceite de trufas, unos bowls de chicharrón prensado y unos tacos de pork belly con callo de hacha, naranja y habanero. Inolvidables sabores juarenses con presencia cosmopolita.
Sofisticación al plato
Conducimos la Lincoln Navigator 2022MY por el Distrito Uno de la capital chihuahuense. La temperatura es agradable pero accionamos el Aire Acondicionado de Triple Zona con Control Electrónico para más comodidad. Miramos por el espejo exterior electrocrómico y detenemos un poco la pupila en los reflejos de los edificios «tipo Houston» de esta zona. En medio de la calle aparece el logotipo que es nuestro motivo del día: La Cocinería.
En un ambiente sofisticado que, sin embargo, invita a la relajación, el joven pero muy talentoso chef Oscar Cortázar nos lanza un reto: “conocerán platillos de sabores potentes”.
Lo constatamos conforme desfilan sus creaciones: hamachi en salsa de chile árbol y ajo tostado; tiradito de atún en salsa verde, con aceite de albahaca y mostaza; betabel asado con gel de betabel, mousse de queso de cabra y limón; y el tiradito de callo de hacha con salsa de chiltepín. El paladar reluce como las fachadas que tenemos enfrente.
Adrenalina exprés
Son las seis de la mañana y Creel amanece a -2 ºC. La cara y los labios lo resienten. Pero nuestros asientos con calefactor nos permiten vivir un trayecto corto y acogedor. La emoción también aumenta la temperatura al interior de la Lincoln Navigator 2022MY. Detrás de las enormes letras “C-R-E-E-L” se halla nuestro férreo deseo de hoy: el Chepe Express. Nada se parece a los sonidos de arranque y paso de las ruedas sobre los durmientes en este cautivante y mítico tren. Sobre todo si te hallas en el vagón terraza.
Entre túneles, curvas y alguno que otro ramazo (ten cuidado si te asomas a las ventas laterales), los bosques de coníferas ceden el paso al punto más alto —casi a la altura de la CDMX— de nuestra travesía: Pito Real.
Para paliar el hambre de aventura, nos dirigimos a uno de los vagones más ansiados: el Domo. En un piso superior, y con una vista panorámica, esperamos los platillos que salen de Urike, la cocina a bordo a cargo del chef Daniel Ovadía.
Nos deleitamos con unos incomparables chilaquiles, un pan francés con frutos rojos y un tradicional huevo con machaca, maridados con el coctel Rosa de Chihuahua (sotol, frambuesa, jarabe de jamaica y agua mineral). Retomamos energía para dirigirnos al final de nuestro viaje: el conjunto de barrancas más grande de México.
Majestuosidad milenaria
Hace unos 60 millones de años se formaron las Barrancas del Cobre. Este sistema montañoso es cuatro veces más extenso que el Gran Cañón del Colorado, en Arizona. Hacia allá nos dirigimos con expectación.
Desde la estación del tren Divisadero hasta la entrada al Parque de Aventura Barrancas del Cobre, el camino se hace corto con el Sistema de Audio Revel® Ultima 3D con 28 Bocinas de Lincoln Navigator 2022MY. La música adquiere la nitidez del aire en esta parte de la Sierra Tarahumara.
Bajamos del vehículo para dirigirnos al tercer teleférico más grande del planeta. En un trayecto de 8 minutos, divisamos tres barrancas: Urike, Tararecua y Cobre. A una altura de entre 2,200 a 1,900 metros, vemos los techos del poblado de Bacajipare, el “lugar de las tinajas”, para llegar al mirador. La vista no llega al final de esta enorme cicatriz terrestre. Incluso se pueden pasar horas dirigiendo la vista hacia todos lados. De salto en salto, como los niños rarámuris que brincan de piedra en piedra, sin el menor asomo de vértigo.
Antes de retomar el teleférico de regreso, un pensamiento llega sin avisar: el ser humano usa una fuerza descomunal para destruir, pero la Tierra utilizó una cantidad mucho mayor para construir las Barrancas del Cobre.
Con esa idea en mente, buscamos una de las 30 posiciones de los asientos en Piel Prémium Micro Perforada. Nos ponemos en marcha y nos hacemos la promesa interna de regresar a Chihuahua.
Para conocer más sobre el bello y potente vehículo que nos llevó a lo largo de esta travesía, ingresa a lincoln.mx
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