Entre los paisajes desérticos de Baja California, donde las temperaturas extremas y la aridez suelen ser un desafío, el huerto de Olivea Farm to Table se ha convertido en un rincón de fertilidad y frescura. Fotos: Cortesía
A través de técnicas agrícolas sostenibles y el uso inteligente del agua, el huerto produce betabeles, ocras, zanahorias de diversos colores, coliflores en tonos anaranjados y morados, kale, lechugas, espinacas, mostaza, cebollas y limones. La proximidad del huerto a la cocina permite que los ingredientes sean recolectados en su punto óptimo de maduración, garantizando platos llenos de frescura, color y sabor inigualables. Cada uno se convierte en la base de la cocina del huerto a la mesa, un concepto que se vive y se siente en cada plato que se sirve en Olivea Farm to Table.
Los maestros detrás del huerto
La excelencia de un restaurante no solo depende de sus ingredientes, sino también del talento de quienes los transforman en arte culinario. En Olivea Farm to Table, esa responsabilidad recae en dos figuras de renombre: Rafael Magaña y Eduardo Zaragoza, chefs que han revolucionado la gastronomía en el Valle de Guadalupe.
La cocina del chef Rafael Magaña se basa en la exploración de nuevos sabores y la recuperación de técnicas tradicionales. Con un profundo respeto por el producto, busca que cada plato cuente una historia. Para él, cada betabel, zanahoria o coliflor es una oportunidad de mostrar la riqueza de la tierra.
Por su parte, Eduardo Zaragoza aporta una visión de precisión y equilibrio. Con una sensibilidad única para los sabores, Eduardo busca resaltar las características naturales de cada ingrediente. No se trata solo de cocinar, sino de permitir que los ingredientes se expresen por sí mismos, resaltando su esencia.
Juntos, los chefs han forjado un concepto gastronómico donde el respeto por la naturaleza y la creatividad culinaria se funden, creando una propuesta que ha captado la atención de la Guía Michelin y de los amantes de la gastronomía.
Olivea Farm to Table: de la tierra a la mesa
El concepto de Olivea Farm to Table se basa en la cocina del huerto a la mesa. Este enfoque no es solo una frase publicitaria, sino una realidad palpable. Todo empieza en el huerto, donde se cultivan las verduras y hortalizas que protagonizan cada plato. Desde el momento en que se siembra la semilla, ya se está gestando una experiencia culinaria.
El objetivo es sencillo pero poderoso: reducir la distancia entre la tierra y el plato. Al eliminar intermediarios, se garantiza la frescura y se respeta la estacionalidad de los ingredientes. Esto significa que el menú de Olivea Farm to Table cambia de acuerdo con las estaciones, permitiendo a los comensales experimentar una cocina viva, dinámica y auténtica.
Este concepto también impacta en la sostenibilidad. Al usar ingredientes de proximidad, se reduce la huella de carbono y se evita el desperdicio. Además, los chefs pueden trabajar con variedades poco comunes, como la coliflor morada, la zanahoria púrpura o las hojas de mostaza frescas, ingredientes que pocas veces llegan a otros restaurantes.
El menú de Olivea Farm to Table
La mejor forma de experimentar la esencia de Olivea Farm to Table es a través de su menú degustación. Este recorrido culinario está diseñado para sorprender los sentidos, llevando a los comensales a través de una secuencia de sabores, texturas y aromas que rinden homenaje al huerto y el mar.
Los platillos son una declaración de intenciones: pérsimo con hojas de mostaza, granada y requesón; atún aleta azul bañado en leche de tigre con erizo y relish de vegetales; ostión con mole colorado y rábano daikon; canelón de pato con colinabo; pesca del día con col caraflex, espinaca y coliflor; pato añejo con kale y zanahorias coloridas, y un postre de pera con mandarina y lavanda.
Hotel Mya: el hogar de Olivea Farm to Table
Olivea Farm to Table se encuentra en el Hotel Mya, un espacio que redefine la experiencia de lujo. Con una arquitectura minimalista que se integra de forma armónica con el paisaje desértico, este hotel boutique es ideal para quienes buscan disfrutar del buen comer y una escapada de ensueño en uno de los destinos más icónicos de Baja California.
Detrás del Hotel Mya se encuentran Angie Joy y Miguel Ángel Díaz, una pareja que decidió materializar su visión de un refugio de paz en el corazón del Valle de Guadalupe. Con una clara inspiración en sus viajes por el mundo, Miguel y Angie apostaron por crear un espacio íntimo, elegante y profundamente conectado con la naturaleza.
Apasionado por la arquitectura, Miguel Ángel fue el encargado de diseñar la estructura del hotel, buscando la perfecta armonía entre modernidad y rusticidad. Su objetivo fue crear un entorno en el que la naturaleza no se viera opacada por el diseño, sino que ambos coexistieran de forma fluida. Angie, por su parte, aportó su sensibilidad estética y su amor por el detalle en el diseño de interiores; cada habitación, rincón y elemento decorativo llevan su toque personal, con una selección cuidadosa de colores, texturas y materiales que evocan calidez y serenidad.
Con los viñedos propios de Mya Vineyard, aquí los huéspedes pueden disfrutar vinos elaborados en el propio hotel, así como acceso y traslado a otras bodegas de la región. Las instalaciones están diseñadas para el confort total, con vistas al valle que te dejarán sin palabras, 14 habitaciones exclusivas, una piscina infinita, servicio de masaje a la habitación a cargo de Body Care Ensenada y canchas de pádel.
La frescura del huerto, la creatividad de los chefs y la hospitalidad del Hotel Mya crean una propuesta completa que va más allá de la gastronomía. En este restaurante, no solo se trata de comer, sino de vivir una experiencia que conecta los sentidos con la naturaleza.myahotelboutique.com/es/oliveafarmtotable