Son los primeros días del año y con ellos llega el final del maratón Guadalupe-Reyes, un ciclo de 26 días en México (del 12 de diciembre al 6 de enero) lleno de celebración y deliciosos excesos en cuanto a comida y bebida, cuyo cierre implica partir la deliciosa Rosca de Reyes. A continuación te contamos un poco del origen y otros datos curiosos sobre esta deliciosa tradición.

La Rosca de Reyes mexicana es un pan, cuya masa es muy parecida a la de un brioche que incluye harina, levadura, aromatizados con ralladura de naranja o limón, extractos de vainilla y flor de azahar y mucha mantequilla, adornada con frutos cristalizados, ate de colores y una deliciosa, además de codiciada, pasta de concha azucarada.

 

Orígenes

 

La Rosca de Reyes llegó al país gracias a España en el siglo XVII, a razón de la introducción de la religión cristiana para la celebración de la Epifanía, la manifestación física de Jesús en el mundo, y en específico como alusión al pasaje de la Biblia que cuenta la travesía de aquellos sabios de oriente que llevaron ofrendas preciosas al entonces recién nacido. Sin embargo, su posible origen pagano remonta a la antigua Roma y Francia, junto con la tradición Judía del pan ácimo.

 

Rosca de Reyes

 

Por un lado se relaciona a las fiestas de los Saturnales, celebraciones en donde adoraban al Dios de la agricultura y cosecha, durante el solsticio de invierno, en la que se solía dar panes redondos.

Luego, durante la Edad Media en Francia, durante las celebraciones del Mundo del Revés, se realizaba una repartición de panes dulces con frutos secos; dentro de uno de estos se incluía un haba, y el “afortunado” que la encontrara era nombrado “Rey de la haba”, lo que le permitía gobernar y permitir bromas hacia la autoridad por un día, sin embargo al finalizar dicha celebración, este personaje podía recibir incluso azotes como castigo.

Esta tradición fue llevada a España por Felipe V, quién añadió ingredientes a su composición convirtiéndolo en el “Roscón de Reyes”, al igual que cambió la costumbre de los azotes o un terrible castigo, por prosperidad y regalos al afortunado “Rey bebé”, como se conocía también a aquel que encontrara el haba, que luego cambió por el muñequito de plástico o porcelana que representa al niño Jesús escondido por su padres durante la persecución de primogénitos recién nacidos.

 

 

 

Suculentos ingredientes

 

Al igual que el muñequito los demás elementos de la rosca cuentan con mucho simbolismo. Iniciando desde su forma que evoca tanto a la de una corona, para algunos así, como el amor infinito de Dios para otros.

Los frutos cristalizados y ate de colores, cual joyas de esta corona, nos traen amor, felicidad y paz, aunque junto a la pasta de concha, representan a la vez las distracciones del mundo que impiden al hombre a acercarse a Dios. Finalmente el cuchillo representa el peligro de muerte de Jesús condenado por el Rey Herodes.

En México suele comerse acompañada de un chocolate, café o ponche calientes. Anteriormente se colocaba un solo muñeco por rosca, hoy en día esto ha variado de acuerdo al tamaño de esta y a la persona que la prepara.

Y de acuerdo a la tradición católica, quienes encuentren el muñequito dentro de la rosca, se convierten en los “padrinos”, y tienen que vestir al muñequito -Niño Dios- y llevarlo a la Iglesia a bendecir. Para después hacer una reunión e invitar atole y tamales el 2 de febrero, Día de la Candelaria, que representa el final de las celebraciones navideñas. Cuéntanos ¿te tocaron los tamales? 

 

Rosca de Reyes

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