Desde tiempos de las culturas clásicas mediterráneas, las bebidas fermentadas son grandes aliadas para la conservación de alimentos y para mejorar la salud intestinal. Incorpóralas a tu alimentación y consigue un sistema inmune reforzado. Son refrescantes, económicas y, lo mejor, tu organismo te lo agradecerá. Conoce aquí cinco grandes opciones para adentrarte en este mundo mágico lleno de actividad microscópica.
Kombucha
Su consumo es nuevo para los países de Occidente, pero tiene más de 2 mil años en países orientales. Se elabora a base de la fermentación de té por medio de un cultivo de bacterias y levaduras llamado SCOBY (Symbiotic Culture Of Baceria and Yeast). Actualmente es comercializada con sabores pensados para refrescar tus días. Como ejemplo, Umani Fermentos tiene sabores novedosos como hojasanta, toronja y vinagre de mezcal. Disfruta de esta bebida probiótica y refrescante, pero sobre todo llénate de los beneficios que producirá en tu salud intestinal con sus vitaminas, enzimas, minerales y ácidos orgánicos esenciales.
Pulque
Una bebida fermentada mexicana que tiene origen prehispánico. Originalmente tenía significado divino, pero tras La Conquista se perdió esta tradición. Se produce por la fermentación del aguamiel del agave pulquero. Actualmente hay pulques curados de cientos de sabores, al igual que su versión original sin sabor. Cada vez es más común encontrar opciones de deliciosos pulques en cantinas modernas, como Corazón de Maguey. Búscalo y revive su tradición milenaria.
Kéfir
Es una bebida láctea de la región del Cáucaso y de Asia Central. Contiene lactococos, lactobacilos y levaduras que provocan una fermentación que se traduce en un líquido agrio y cremoso. Actualmente hay diversas marcas especializadas en la reproducción de sus gránulos, por lo que puedes deleitarte todas las mañanas con kéfir. En México, la empresa de origen ruso Marusia tiene opciones para llenarte de sus probióticos, vitaminas, minerales, enzimas y aminoácidos.
Tejuino
Un clásico callejero de estados como Nayarit, Colima o Jalisco. Se elabora con masa de maíz ligeramente fermentada con la que se elabora una especie de atole. Después se adiciona con bicarbonato de sodio y jugo limón de limón, y el resultado es muy refrescante. Al ser consumido por diferentes grupos étnicos como los huicholes, se sabe que es una tradición de muchos siglos atrás. Cuando visites uno de los estados en donde se elabora, lo encontrarás fácilmente en puestos ambulantes, no pierdas la oportunidad de probarlo.
Pozol
Es una de las bebidas fermentadas que se elabora con la fermentación de masa de maíz. Pertenece a los pueblos mayas y chontales, por lo que tiene tradición prehispánica. Su consumo está extendido en el sureste del país, principalmente en Chiapas y Tabasco. Hay tres tipos: el blanco, el de cacao y el agrio. Se acostumbra beber en jícaras, de forma que resulta refrescante y reparadora.
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