Nami Sake, bebida fermentada de arroz y elaborada en Culiacán, Sinaloa, prepara su llegada a Estados Unidos y Japón con nuevas etiquetas en las botellas que contienen los tres tipos de sake que producen: Junmai, Junmai Ginjo y Junmai Daiginjo. En éstas, se observa una vírgula para simbolizar la ola (Nami significa ola de mar en japonés); ésta es el símbolo prehispánico que representaba la palabra, las ideas, lo que fluye, la cual se funde con el kanji, que expresa Nami en el idioma nipón. Fotos: Cortesía Nami y Mariana Mendoza.
Cada tipo de sake ostenta un color: Junmai, el aqua; Junmai Ginjo, el beige, y Junmai Daiginjo, el negro. El diseño es elegante, moderno y minimalista. Para conocer más, platicamos con Rodrigo Ortigosa, director general de Nami Sake, quien nos dijo que este cambio, donde se pretende resaltar la fusión de dos culturas, se debió a que pronto comenzarán a importar sus etiquetas a Estados Unidos y Japón, donde ha sido bien recibido y hay mucha expectativa en torno a éste.
Una cena excepcional
Uno de los propósitos de Nami Sake, comentó Rodrigo Ortigosa, es sacar al sake del imaginario japonés, es decir, invitar al mexicano a que no solo lo acompañe con alimentos japoneses y asiáticos, sino que se atreva a experimentar con todo tipo de comida, sobre todo la mexicana.
Por ese motivo, invitaron a una gran representante de ésta, la chef Elena Reygadas, de Rosetta, para que preparara un menú de cuatro tiempos con platillos que maridaran con las distintas etiquetas, los cuales fueron servidos en una cena especial en Tetetlán, en Jardines del Pedregal, al sur de Ciudad de México.
Comenzamos con un crudo de kampachi y té de limón, que acompañamos con Nami Sake Junmai, de notas frutales como pera, lichi y manzana verde, y de sabores ligeramente dulces y frescos. Quedó perfecto con el pescado.
El segundo tiempo fue una gran sorpresa: se trataba de un tamal de quelites y mole verde, un maridaje interesante con la etiqueta Junmai Ginjo, que es semi seco. ¿Sake con tamal? Así es. La mezcla fue deliciosa, ya que las hojas frescas de los quelites iban bien con las notas frutales y la masa, con el carácter láctico del sake.
Buen final
Los ravioles de ricotta y limón amarillo fueron la pareja perfecta del sake Nami Junmai Daiginjo, que posee notas de flores blancas, durazno y piña. En boca es fresco y delicado, con notas frutales que hicieron match con el limón amarillo y el queso.
Terminamos con un dulce postre: peras, helado de estragón y flores de sauco, que también acompañamos con esa última etiqueta. Rodrigo Ortigosa expresó: “El sake es más amigable al paladar que el vino blanco; es menos ácido y astringente. Además, despierta el quinto sabor, el umami”.
Cabe mencionar que esta noche también probamos un interesante y delicioso coctel donde se mezclaba Nami Junmai Daiginjo con cordial de chardonnay, tintura de té verde con albahaca y vermut blanco, con lo que queda comprobado que el sake también va bien en coctelería. Costos: Junmai $500, Junmai Ginjo $650 y Junmai Daiginjo $1,130 en Vinoteca. namisake.com
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