Cumplir 50 años siempre amerita una celebración, sobre todo si se trata del aniversario de una de las firmas que más ha hecho por impulsar la vitivinicultura en España: Bodegas Familia Fernández Rivera. Los festejos de este logro no podían quedarse solo en la península ibérica, por ello, el pasado 16 de febrero, organizaron en la Ciudad de México una cena maridaje para compartir con el público mexicano tan importante cumpleaños. Conoce los detalles y revive con nosotros este evento único. Fotos: Gabriel Núñez.
Más de 50 motivos para celebrar
Lo que comenzó en un pequeño lagar hoy se trata de uno de los proyectos más exitosos de la industria vinícola española. Fundada bajo el nombre de Bodegas Tinto Pesquera, en honor al pueblo donde tuvo su origen, Bodegas Familia Fernández Rivera puede presumir haber crecido a la par de la zona donde surgió, la Ribera del Duero. Hoy, con presencia ya en otras regiones de España, Bodegas Familia Fernández Rivera ha llegado a sus primeros 50 años convencidos de que la calidad debe ser siempre su bandera. Lo anterior le ha llevado a colocar sus productos en la preferencia del público de México, país al que exportan desde hace más de 30 años.
Encuentro con los sabores de México
Con los paladares mexicanos en mente, Bodegas Familia Fernández Rivera organizó una velada muy especial en nuestro país, con el objetivo de agradecer la fidelidad pero también hacer partícipes a los mexicanos de este medio siglo de éxitos. El lugar elegido fue el restaurante La Mari, en Lomas de Chapultepec, adonde un selecto grupo de invitados se reunió para degustar una cena de cuatro tiempos maridada con algunas de las etiquetas más emblemáticas de esta casa. Guiados por Álvaro Limachi, manager de exportaciones para América Latina, pudimos comprobar en cada sorbo la versatilidad, modernidad y excelencia que Familia Fernández Rivera logra verter en cada botella.
Así fue la cena
Para comenzar con la degustación, el restaurante La Mari puso sobre las mesas una trilogía que nos transportaron a las playas de México. Compuesto por un sopecito de pescado al pastor, una tostada de atún y una croqueta de jaiba, este primer tiempo fue maridado con el vino Alejairén Crianza 2017, el cual procede de la bodega El Vínculo, perteneciente a Bodegas Familia Fernández Rivera. De color amarillo pajizo brillante y un balanceado perfil aromático, este vino se elabora en su totalidad con uvas airén, variedad que, según nos reveló Álvaro Limachi, es la más plantada en España.
Terso, elegante y fresco en boca, su nombre surge de la combinación entre el nombre de la cepa y el de Alejandro Fernández, fundador de esta casa vinícola.
Posteriormente, la cena maridaje por el 50 aniversario de Bodegas Familia Fernández Rivera giró hacia España con un arroz negro con calamares y chipirones. La procedencia ibérica no pudo evitar que el platillo contara con su propio toque de acidez mexicana.
Para acompañar este platillo que une a los dos países, los asistentes bebieron El Vínculo Crianza 2018. Poseedor de intensos aromas florales y notas que recuerdan al vinagre balsámico, este tempranillo reposa en barricas de roble americano, las preferidas por la Familia Fernández Rivera. Otro dato interesante es que El Vínculo Crianza fue elaborado con uvas cosechadas en los viñedos que la bodega tiene en La Mancha, una región revitalizada por esta Bodegas Familia Fernández Rivera.
Un brindis por Bodegas Familia Fernández Rivera
Llegado el momento de disfrutar el platillo central, a los comensales se les ofrecieron dos opciones: un filete de res con salsa de hongos y un suculento chamorro. Ambos platillos cárnicos maridaron de maravilla con Tinto Pesquera Reserva Especial 2010, un 100% tempranillo que en sus aromas a vainilla y frutos negros maduros representa muy bien el perfil de los caldos de la Ribera del Duero. Carnoso y de larga persistencia, el Tinto Pesquera Reserva Especial también es notorio el afortunado paso por barrica, lo cual aporta mayor complejidad a la bebida.
Finalmente, la cena de aniversario de Bodegas Familia Fernández Rivera cerró con un delicioso entremés de chocolate y avellana. Suave y untuoso, se maridó de maravilla con Alenza Gran Reserva 2009, de la bodega Condado de Haza. De rojo granate intenso a la vista, aromas a grosella e incluso a licores de café, la potencia, dulzor y retrogusto prolongado tempranillo 100% acompañó cada bocado del postre, redondeando así una noche de delicias entre amigos unidos por el amor al vino.
Con este dulce final, todos los invitados brindaron por Bodegas Fernández Rivera, su aniversario y sus vínculos con México, país al que seguirán haciendo llegar sus botellas y añadas más selectas.
Para conocer más sobre Bodegas Fernández Rivera y su oferta de experiencias, no olvides visitar su página web.
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