El nombre de este estado multicultural del sureste mexicano, es el plural de Chiapa o Chiapan, que en náhuatl quiere decir “cerro de la chía” o “agua debajo del cerro”. Chiapas es un mosaico de autenticidad y biodiversidad natural donde conviven las culturas maya y olmeca que, mezcladas con la influencia española, dieron origen a un mestizaje sin igual. Te invitamos a visitar este lugar lleno de riqueza y a probar sus platillos más tradicionales, muestra total de sabiduría y arte.
Así como ocurre en nuestro país, en Chiapas la comida y sus modos varían de acuerdo a cada región, a cada clima y a cada suelo. La región Centro resalta por su origen zoque, un pueblo indígena descendiente de los olmecas, en el que la alimentación se basa en el maíz. Platillos como la pepita con tasajo o el cochito horneado tienen un lugar especial en las mesas de la capital chiapaneca. Las hormigas chicatanas tostadas y saladas son un lujo y el tescalate a base de maíz tostado, achiote, canela y azúcar, es la bebida por excelencia.
Tamales de chipilín
El tamal de chipilín es tal vez el platillo principal de Chiapas, el que engloba toda su cultura. Se prepara con maíz y una planta silvestre considerada un quelite, y tiene una gran variedad de rellenos y formas: los de chipilín, de bola, de azafrán, de dulce…
La región de los Altos, donde se encuentra el Pueblo Mágico más mágico de todos, San Cristóbal de las Casas, tiene un alto reconocimiento por sus embutidos de herencia hispana y alemana, y sus bebidas como el posh o pox, aguardiente maya. En la región Fronteriza la gastronomía refleja el encuentro de sus dos raíces más importantes en su gran variedad de quesos y los tamales de mimo u hoja santa. El mole de camarón, la sopa de elote y los suspiros a base de yuca frita y miel, destacan en la región Frailesca, así como el famoso comiteco, un aguardiente ligero de agave.
Chanfaina
Un interesante guiso de origen español, preparado con vísceras de res, cordero o con mollejas e hígados de pollo, jitomates, chile ancho, pan blanco, perejil, achiote, pimienta negra, canela molida y sal.
En el Norte predomina el cultivo de árboles frutales y lo más típico es el tamal de pejelagarto, el caldo de shuti, un caracol de río y los zats, unos gusanos de temporada del árbol del cauche. En la región Selva donde se encuentra Ocosingo y Palenque, se disfruta del pavo y del cochito relleno, así como de la barbacoa de borrego o res. Y no pueden faltar las bebidas como el atole agrio, de granillo o de calabaza, o el agua de pozol.
Shuti con momo
Su principal ingrediente son los caracoles de río, característicos por su concha negra y considerados como parte de la dieta chiapaneca desde tiempos prehispánicos. Contiene además chile, caldo de jitomate, epazote y hierba santa.
La Sierra es reconocida por sus dulces de higo y de chilacayote. La región Soconusco, donde se ubica la ciudad de Tapachula, se caracteriza por los sabores de mariscos y platillos exóticos, como el palmito guisado con especias, la sopa de pan de manteca, el kishtan con mole, el pescado en chumuk y las cucarachas de mar al mojo de ajo. Una zona donde se ha hecho notar la influencia de la cocina oriental debido a la gran cantidad de inmigrantes, por lo que uno de los atoles preferidos es el de masa con jengibre.
Pescado en chumul
Este platillo se consume en la región costera; chumul hace referencia a un pescado envuelto en hoja y cocido bajo tierra. Finalmente, la región del Istmo y la Costa es reconocida por sus antojitos del mar como las tostadas turulas con camarón seco, las piguas en caldo, el pescado envuelto en hoja de mumo, el dulce de papaya y algunos panes como el marquesote. Aquí se encuentra la ciudad de Tonalá en la que abunda la producción de quesos y la crianza de reses.
Piguas en caldo
Las piguas o langostinos de río se disfrutan en un caldo que convierte a este platillo local de Chiapas en uno que no puede dejar de probarse.