El yogurt griego nunca soñó con tanto. Lo que empezó como un anhelo personal en Madrid se ha convertido en una marca que desafía convenciones. Myka Greek Frozen Yogurt, nacida del talento inquieto de Natalia Morales y la visión estratégica de Javier Ezquerro, no llegó a la Ciudad de México para decorar vitrinas sino para transformar cómo pensamos un postre. Fotos: Cortesía

Detrás de estos helados hay una historia de frontera. Natalia, formada entre México y París, no es una chef cualquiera: alumna de Pierre Hermé y con un historial de éxitos empresariales desde los 23 años, encontró en el yogurt griego su nuevo lienzo culinario. Y fue en Madrid donde, más que un producto, Natalia y Javier diseñaron una categoría gastronómica: el helado de yogurt griego como experiencia premium.
Su visión no era solo vender un postre frío, sino revolucionar cómo se consume y percibe el helado de yogurt griego en CDMX y el mundo. Rompieron con el molde del frozen yogurt comercial para dar paso a una propuesta auténtica, fermentada con kéfir de cabra, sin aditivos y con trazabilidad absoluta en cada ingrediente. Cada cucharada es un deleite de sabores equilibrados, textura sedosa y toppings que no adornan sino realzan.
Traerlo a México no fue expansión, sino un regreso. Hoy, la primera sede mexicana de Myka brilla en la Roma Norte como un tributo a ese inicio emocional. Helados que cuentan la historia de dos culturas que se fusionan con precisión quirúrgica y una voluntad imparable por lo auténtico.



El auténtico helado de yogurt griego en CDMX
La mayoría del “yogurt griego”, en realidad, no lo es. Natalia y Javier, obsesivos del detalle, pasaron meses perfeccionando una receta que se atreve a respetar la tradición. Importan yogurt griego artesanal desde Grecia, al que luego incorporan leche pasteurizada y kéfir de cabra, creando un fermento vivo, funcional y gourmet.
El resultado no es solo otro helado de yogurt griego en CDMX. Es una emulsión densa, cremosa y honesta que respira con probióticos, carece de estabilizantes y se elabora a diario en cada tienda con un obrador propio. Aquí no hay atajos. No hay base en polvo, ni fórmula mágica y no compite con los dulces ultraprocesados.



Sabores que se reescriben cada mes
En Myka, las opciones de base incluyen el Greek Frozen Yogurt Clásico, suave, ácido y equilibrado; ediciones limitadas y sabores de temporada que celebran el calendario con ingredientes sorpresa, y sorbetes de fruta natural, una opción sin lácteos que no compromete sabor ni textura.
Pero donde la marca juega a lo inesperado es en sus 32 toppings artesanales. No verás chispas de colores ni galletas prefabricadas. Aquí encuentras desde crumbles diseñados por Natalia, mermeladas caseras, granolas de superfoods y aceite de oliva virgen extra, hasta frutas frescas seleccionadas, pistachos, chocolates, compotas y mieles trazables. Además, cada primero de mes, la carta muta con nuevas combinaciones, colaboraciones con chefs y un enfoque en mantener la experiencia tan viva como su kéfir.
Redescubre el helado de yogurt griego en CDMX desde la autenticidad y el sabor real con Myka Greek Frozen Yogurt. Dónde: Temístocles 33, Polanco.
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