Pudiera parecer una nueva tendencia, sin embargo, la unión que forman té y cacao es bastante añeja en este delicioso mundo de aromas y sabores… Vamos a celebrar el mes patrio con uno de nuestros grandes tesoros nacionales: ¡Cacao! Fotos: Escuela Mexicana de Té.
Originario del México prehispánico, el cacao comenzó a consumirse como una bebida hecha con las semillas tostadas y molidas del fruto del cacaotero, disueltas en agua y perfumadas comúnmente con vainilla y miel de abeja. Entre los aztecas su libre consumo era restringido a nobles y guerreros pues proporcionaba vigor sin embriagar, mientras que la gente común y corriente sólo podía tomarlo en fiestas y rituales religiosos.
A lo largo de los siglos, el cacao siguió siendo reconocido en varias culturas como un estimulante del estado de ánimo y un refuerzo de energía, capaz de mezclarse con todo tipo de ingredientes para integrar infusiones de gran expresión aromática y gustativa. ¡Recuerde!, nos referimos a las semillas tostadas y molidas que se someten a la acción de un líquido caliente, y no a la untuosa pasta de cacao mezclada con azúcar, mejor conocida como chocolate.
Té y cacao en grandes blends
En el mundo de la Camellia Sinensis, el cacao ha sido un elemento indispensable para integrar sofisticados blends de autor. En los últimos años, sin embargo, la infusión de puras semillas fermentadas, tostadas y molidas se ha convertido en toda una tendencia global; millones de consumidores disfrutan diariamente su riqueza aromática y gustativa, completamente libre de azúcar, cafeína, gluten y lácteos, sin saborizantes artificiales, aditivos ni conservadores.
Y sí, múltiples estudios han demostrado que este ingrediente está repleto de beneficios para la salud. En particular, es naturalmente rico en compuestos antioxidantes, flavonoides y teobromina, sustancia estimulante que proporciona un delicado impulso de energía y un mayor enfoque mental sin los efectos severos de la cafeína. El cacao también es fuente de vitaminas y minerales, como potasio, magnesio, calcio, cobre y zinc.
¿Cómo mezclarlos?
Si bien tés blancos, verdes y oolongs pueden blendearse, los granos fragmentados (mejor conocidos como Nibs en el mundo de las infusiones) encuentran su contraparte ideal en tés negros y puerh. La estructura y profundidad de estas hebras son perfectas para balancear los tonos terrosos, ligeramente amargos y tostados del cacao. Para muestra nuestro ya icónico blend de té negro de China y puerh con caramelo, cacao y granos de café, o nuestra flamante mezcla de té negro de China, cáscara de naranja, mandarina, vainilla, rooibos natural, caramelo y cacao.
Ahora bien, para mezclarlos es importante emplear siempre semillas de cacao puro, sin endulzantes ni aditivos artificiales. Las moliendas gruesas se pueden usar en infusores esféricos de acero o coladores metálicos, mientras que las moliendas finas demandan coladores de malla, filtros o sacos de papel. Ambas merecen siempre hojas sueltas de Camellia Sinensis, con mayor calidad y frescura que se traducen en tazas mucho más expresivas en aromas y sabores.
También hay que recordar las reglas universales del blendeo. Siempre partir de una base de al menos 60 por ciento de hojas o brotes de Camellia Sinensis, buscando preservar las características propias del té. Piense en el cacao molido como un ingrediente que ayudará sólo a redondear la expresión de su taza.
Para infundir, siempre apuntar a los tiempos y temperaturas de tés negros y puerh: agua a 95 °C por entre 4:00 y 4:30 minutos. ¡A festejar México con esta combinación! escueladete.mx
También conoce el chasen, la «varita mágica» que hace posible el matcha.