Cuando el té se introdujo por primera vez en Europa, también llegaron teteras y cuencos para disfrutarlo… ¡Sí!, querido lector, por extraño que parezca, antes del arribo de la milenaria infusión a territorio europeo las “tazas y la vajilla de porcelana” eran realmente desconocidas en Occidente. Fotos: Escuela Mexicana de Té
La porcelana europea nació en Alemania
Pero, ¿cómo pasamos de cuencos a tazas con asas? y, más importante aún, ¿cuándo se desarrolla toda la industria europea de la porcelana? Es importante mencionar que los consumidores en Europa quedaron inmediatamente flechados con la belleza, durabilidad y practicidad de teteras y cuencos de Oriente, creando una gran oportunidad de negocio para fabricantes locales. Los académicos apuntan a Meissen, Alemania, como el punto de partida de este importante movimiento entorno a la porcelana de pasta dura europea.
La historia relata que, una vez descubierta la fórmula de la pasta dura por von Tschirnhausen y por el alquimista Johann Friedrich Böttger, la fábrica de Meissen sentó las bases productivas, técnicas de modelado de piezas y decoración desde 1710 y hasta 1756, fecha en la que, con el inicio de la guerra de los Siete Años, Meissen quedó opacada por la Real Fábrica de Sèvres, en Francia.
Bajo la protección de Augusto el Fuerte, elector de Sajonia y rey de Polonia, que reconocía su obsesión por la porcelana de Meissen como una enfermedad (llegó a poseer 20 mil piezas en su colección personal), la producción de porcelana sajona se estableció en la fortaleza de Albrechtsburg. Durante su primer periodo productivo, la producción se concentró en dos tipos de cerámica: la gres roja y la Böttger, nombrada en homenaje a su descubridor.
Gran Bretaña entra en escena
Tal vez te preguntarás: “Pero, ¿dónde quedó Inglaterra en esta historia?” Los primeros métodos de producción de porcelana se introdujeron en la Gran Bretaña en 1768, bastante tarde para el más famoso país europeo consumidor de té. ¿La razón? Una de las materias primas más importantes para fabricar productos de porcelana, el caolín, no era abundante en territorio británico.
Los estudiosos del tema apuntan a Thomas Fray como el creador de una técnica para maximizar el caolín añadiéndole huesos de ganado en polvo: así nació la porcelana de hueso inglesa. A partir de esta porcelana europea mejorada, Josiah Wedgwood desarrolló toda una gama de nuevos productos dedicados a la alimentación, consumo de la infusión y decoración, incluido el Jasperware.
Del lado de las asas, la historia sigue siendo incierta. Los investigadores coinciden en que las primeras tazas de té no tenían asas y se conocían realmente como “tazones”, mientras que las dedicadas al consumo de café y chocolate a lo largo de Europa sí tenían asas desde sus primeras formas y versiones. El tazón evolucionó a medida que el té se masificó entre la población europea y, para 1800, la mayoría ya incluían pequeñas asas para evitar quemarse los dedos durante su consumo. ¡Es cierto! Las tazas con asas no se produjeron en grandes cantidades hasta mediados del Siglo XVIII.
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