Una historia de amor que empezó en un molino del siglo XVIII, un brillante cortejo de luciérnagas en medio de un bosque que parece encantado y una propuesta culinaria que enaltece los productos de Tlaxcala. Estos fueron los protagonistas de Temporada de brillos, una Experiencia curada por Food and Travel exclusivamente para los Socios Club Premier realizada en Tlaxcala. Acompáñanos a revivir esta travesía llena de magia y sabor. Texto: Arcelia Lortia / Fotos: Gabriel Núñez.
Naturaleza e historia de ensueño
La aventura inició en el municipio de Totolac -municipio de Tlaxcala- dentro de un antiguo molino de trigo que durante la Revolución Mexicana funcionó como un cuartel. Después, se convirtió en casa de descanso y hoy funciona como un hotel que, con tal solo oír su nombre, Molino de los Reyes, parece narrar su historia.
Arropado por la naturaleza y encantado por una cascada, este hotel boutique de solo ocho habitaciones fue el refugio de los Socios Club Premier durante dos días. Aquí, cada detalle está pensando en brindar una estancia llena de relajación y buen servicio. La Experiencia inició desde el check in con un masaje de hombros y la elección de aromaterapia. Ya en la habitación, un vino espumoso y una tabla de carnes frías y quesos de bienvenida, reiteraron el amor por los detalles que caracteriza a Molino de los Reyes.
El restaurante del hotel, ubicado frente a una cascada, rescata las recetas familiares de Erika Cisneros, directora y curadora gastronómica del lugar, quien además de rememorar, en cada platillo, la cocina de sus ancestros, tiene un gran respeto por los productos de Tlaxcala.
Con esa filosofía, Erika creó un menú especial para los Socios Club Premier. Para abrir apetito, sirvieron unos taquitos de jamaica con bombones de guacamole, seguidos de unas esferas de plátano macho rellenas de frijol sobre una cama de mole hecho en casa.
¿El plato fuerte? Un chile en nogada preparado con la receta familiar de Erika. El postre también enamoró a los asistentes, pues el pan de fiesta, típico de Totolac, estaba acompañado por un helado de pinole, una oblea de mole y bañado en pulque.
Por fin llegó la temporada de brillos
A 45 minutos de Molino de los Reyes, en el municipio de Nanacamilpa, también municipio de Tlaxcala, se encuentra un bosque mágico que cada noche de verano se convierte en el escenario de una deslumbrante danza de cientos de luciérnagas. Sí, es el cortejo de apareamiento de estos luminosos insectos.
Tras una breve caminata, los Socios Club Premier se internaron en la oscuridad del bosque de Minas, que forma parte de este espectacular santuario. Ahí, en medio de pinos y encinos, en punto de las 20:30, los insectos machos parecieron prepararse para cautivar no solo a las hembras, sino a todos los espectadores que han viajaron a Tlaxcala con la única intención de admirar sus destellos.
Solo transcurrieron unos minutos desde que el primer insecto emitió su luz, cuando cada parpadeo pareció ser el perfecto reproductor de lucecitas que encendían y apagaban a capricho de quienes las portaban.
Cuando las manecillas marcaron las 20:45, el bosque de pinos se vio plagado de luces: incontables y deslumbrantes, formaron una melodía visual. Así, con destellos de luz, las luciérnagas se van conquistando, y con esa misma intensidad, conquistaron a los viajeros.
En solo unos segundos, como si entraran en sintonía, las luciérnagas fueron apagando su florescencia. Y el bosque, después de casi 30 minutos, nuevamente se envolvió en la oscuridad de la noche. Ahora todo quedó en la memoria.
La riqueza de Tlaxcala a la mesa
Al día siguiente, el restaurante Mexko, ubicado en el Centro Vacacional La Trinidad, se convirtió en el escenario perfecto para cerrar esta Experiencia cargada de magia y sabor. Ahí, el chef Fernando del Razo, famoso por su propuesta de cocina mexicana tradicional con un toque vanguardista, deleitó a los Socios Club Premier con un menú que encumbró los productos de Tlaxcala.
La Experiencia culinaria comenzó con una sopa de hongos recolectados en la Matlalcuéyetl, la quinta montaña más alta de México. El segundo tiempo también destacó la riqueza de estas tierras; consistió en unos esquites tiernos con escamoles, mayonesa de romero y brotes de cilantro.
De plato fuerte, sirvieron una tetela de maíz azul con mole negro elaborado con huitlacoche, ensalada de verdolagas y quelites acompañada de un pork belly cocinado durante 24 horas.
Para cerrar con broche de oro está exclusiva Experiencia culinaria, llegó Huamantla, un postre que hizo alusión a este Pueblo Mágico de Tlaxcala famoso por sus tapetes de aserrín. Con frutos cítricos pulverizados, el chef Fernando dio vida a un pequeño y brillante tapete, el cual se sirvió con una mousse de piloncillo y chocolate blanco.
Así, entre bosques mágicos y propuestas culinarias únicas, los Socios Club Premier vivieron un fin de semana inolvidable en Tlaxcala.
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