¿Cuál es la historia de este hotel japonés en México?

Todo comenzó con una mujer fascinante: Bárbara Hutton Woolworth, una de las herederas más ricas del siglo XX, quien encontró en Cuernavaca el refugio perfecto para alejarse del ruido del mundo. Su pasión por la cultura japonesa la llevó a construir una majestuosa mansión al estilo oriental, con materiales y decoraciones traídos directamente desde Japón. El lugar fue llamado “Sumiya”, palabra que en japonés significa longevidad y serenidad, reflejando el propósito de este espacio: ser un santuario personal.

Bárbara no escatimó en detalles. Mandó traer tejas en barco desde Japón, seleccionó maderas preciosas y diseñó techos con casetones de oro laminado. Incluso construyó un teatro Kabuki, réplica fiel del original en Tokio, y adornó los jardines con esculturas, lámparas de latón y símbolos tradicionales como flores de loto y tigres de Bengala enfrentando jaguares mesoamericanos. Durante años, esta mansión fue su hogar, un lugar místico rodeado por 15 hectáreas de vegetación exótica, antes de convertirse en el hotel japonés más auténtico de México.

Del silencio a uno de los mejores hoteles en Cuernavaca

Tras la muerte de Bárbara Hutton, la mansión quedó en el abandono por un tiempo y luego fue transformada en un hotel que operó durante varios años. No fue sino hasta marzo de 2025 que Grupo Posadas adquirió la propiedad para integrarla a su portafolio bajo el nombre Grand Fiesta Americana Sumiya Cuernavaca. A diferencia de otras remodelaciones que borran el pasado, este hotel, el más japonés de México, ha sabido conservar su esencia arquitectónica y cultural en cada rincón y detalle.

Con una inversión de más de 200 millones de pesos, el grupo renovó completamente las 163 habitaciones, modernizándolas sin alterar el estilo original. Además, se añadió un spa inspirado en técnicas mesoamericanas y japonesas, un gimnasio completamente equipado, una alberca amplia rodeada de jardines y más de una docena de salones para eventos. Hoy, Grand Fiesta Americana Sumiya Cuernavaca destaca por ser el único hotel de estilo auténtico japonés en México, y uno de los pocos en Cuernavaca capaces de albergar bodas y celebraciones con hasta 800 invitados, ofreciendo una experiencia de lujo en medio de la naturaleza.

Hotel japonés, cocina con alma de México

Uno de los mayores atractivos del Grand Fiesta Americana Sumiya Cuernavaca es, sin duda, su oferta gastronómica. En el restaurante Sumilla, el chef Gerzon Ponce lidera una propuesta que transporta a los comensales directamente a Japón. Con ingredientes como hamachi importado y productos del Pacífico mexicano, el menú ofrece desde tradicionales nigiris y ramen hasta yakisoba servida con escamas de bonito.

Por otro lado, el restaurante La Distral celebra la cocina tradicional de Morelos. Aquí es posible saborear itacates de Tepoztlán, tacos acorazados, cecina de Yecapixtla o salmón al pastor. Esta combinación de sabores convierte al hotel más japonés de México en un destino culinario imperdible para quienes visitan Cuernavaca, ya sea por turismo o negocios.

Más allá del hospedaje

Caminar entre los jardines cuidadosamente conservados del Grand Fiesta Americana Sumiya Cuernavaca es como adentrarse en un templo de paz; recorrer su teatro Kabuki es como viajar en el tiempo, y dejarse llevar por la atención al detalle del personal es recibir una dosis de auténtica hospitalidad mexicana.

Todo en este hotel ha sido diseñado para ofrecer descanso, belleza y cultura. Desde sus espacios íntimos hasta los grandes salones para eventos, desde la delicadeza de su decoración hasta la explosión de sabores en sus platos, este hotel japonés en México es ideal para quienes buscan una experiencia fuera de lo común en uno de los más extraordinarios hoteles en Cuernavaca.

¿Listo para vivir la tranquilidad japonesa, la calidez mexicana y una conexión profunda con la naturaleza?  Dónde: Fracc. Sumiya, Jiutepec, Morelos. Habitaciones: Desde 3,500 pesos por noche.

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