A unos minutos del aeropuerto de Nuevo Vallarta México, entre el Océano Pacífico y las montañas de la Sierra Madre, está la entrada a un sorprendente mundo de relajación, confort y lujo. Es el complejo hotelero Vidanta, formado por una colección de propiedades de élite que brindan una sublime experiencia de descanso, que te hacen sentir en un auténtico palacio de más de 214 mil hectáreas.

Vidanta

Al internarse en uno de sus cinco hoteles de lujo de Vidanta, Nuevo Vallarta: Mayan Palace, The Grand Mayan, The Grand Bliss, Grand Luxxe y Sea Green, comienza la experiencia de placer.

Grand Luxxe

Nosotros disfrutamos de las instalaciones de Grand Luxxe, que posee la clasificación de cinco diamantes de la AAA. Al entrar nos recibió un exquisito aroma herbal exclusivo para el lobby. Que nos guió junto con un concierge a nuestra villa suite, en la que al entrar una confortable sala de entretenimiento que da hacia un pórtico que invita a la relajación con una gran hamaca nos dio la bienvenida.

Al regresar la vista al interior, encontramos la cocina gourmet con exquisitas bebidas y frutas de temporada.

Paraíso Zen

Un auténtico paraíso zen esperaba a ser descubierto, en un espléndido jacuzzi y un baño con regadera de lluvia, que nos incitó a sumergirnos en un ambiente de descanso. Con vista hacia otro hermoso paisaje: una delicada cama king size que aguardaba con paciencia a que sucumbamos a sus suaves sábanas.

Esta misma,  nos mostró la dirección de un enorme ventanal que nos brindó una majestuosa vista de Bahía de Banderas.

Así como un edén tropical conformado por 27 albercas, 38 bares y restaurantes, dos lujosos spas, centros de fitness.

Un Santuario Bar & Lounge, una plaza de entretenimiento masiva, un centro comercial, dos mercados gourmet, y dos campos de golf, que para conocerlos deberás cruzar el Río Ameca, que divide el estado de Nayarit y Jalisco.

La experiencia gourmet

Que ofrece este espectacular complejo, hizo que nuestro paladar celebrara con cocina internacional como la italiana, asiática, francesa, americana, supervisada por prestigiosos chefs.

También disfrutamos de la cocina mexicana de La Cantina, en donde probamos los frijoles con veneno, tacos de cochinita pibil y el flan con miel, que tuvimos la opción de maridar con un mezcal, tequila o una cerveza artesanal.

Para saciar nuestro antojo, visitamos el restaurante Gong de gastronomía panasiática, en donde probamos delicioso sushi, dumplings, y el pato estilo Pekín, así como su amplia selección de sakes, y postres, como el helado tempura.

Spatium y Brío

Concluímos gloriosamente nuestros días en Vidanta Nuevo Vallarta, visitando los dos spas: Spatium y Brío.

Caímos rendidos ante una experiencia de paz, gracias a sus tratamientos y masajes con técnicas ancestrales. Además, nos consentimos en el santuario de hidroterapia al exterior y en los búngalos privados.

En el spa Brío experimentamos el temazcal, en el que fuimos guiados por un auténtico chamán a través de cánticos prehispánicos y aromaterapia que nos hicieron sentir más vivos que nunca y sanaron nuestro espíritu. vidanta.com