La poderosa dinastía de los Romanov gobernó Rusia durante 300 años, un periodo que, a pesar de su duración, se nos hizo corto, ligero y divertido gracias al relato que Pedro Fernández nos ofreció en la más reciente edición de las Cenas Históricas… Bueno, la presencia de delicioso caviar, vino y vodka también ayudaron a hacer de esta velada temática una celebración digna de los zares. Mira cómo se llevó a cabo. Fotos: Gabriel Núñez
¿Sabes quiénes fueron los responsables de que Rusia se expandiera hasta formar uno de los imperios más grandes del mundo? Te hablamos de los Romanov, casa real que, desde el siglo XVII hasta principios del siglo XX, dirigió los destinos del que sigue siendo el país más extenso del mundo. Y aunque hablar de política y dinastías podría resultarle complicado a algunos, no fue así durante la Cena Histórica dirigida por el divulgador de la historia Pedro Fernández, quien nos llevó a hacer un recorrido por la vida de tres de los monarcas más connotados de esta familia mientras disfrutamos de una degustación de caviares premium, todos de venta en México gracias a Gourmanité.
Pedro, Pedro, Pedro
Durante el primer segmento de la cena, Pedro nos habló de Pedro I el Grande, zar de gran estatura y aún más notoria personalidad quien, fascinado por los avances tecnológicos de Europa Occidental, impulsó una serie de reformas que catapultaron a Rusia hacia la modernidad y la expansión territorial.
La narración de Pedro Fernández sobre el amor de su tocayo ruso por la construcción naval, así como de su obsesión por contar con una capital a orillas del mar (la actual San Petersburgo), dio pie para que Christopher Montiel de Gourmanité nos llevara hacia los gélidos lagos del norte de Rusia para conocer más sobre la historia del caviar y su conexión con la nobleza y los Romanov.
En la charla, Christopher llevó a la mesa el payusnaya, variedad de caviar prensado que no solo es una de las formas más antiguas para preservar y consumir la hueva de esturión, sino también una de las mejores maneras de degustar este lujoso producto.
Presentado como una barra negra y suculenta, el caviar payusnaya se puede disfrutar en finas lajas de potente sabor, además de ser uno de los manjares preferidos por los magnates y dignatarios de la era de los Romanov.
El lujo de comer caviar como Catalina la Grande
Mientras probábamos esta delicia, Pedro Fernández nos hizo viajar varias décadas en el futuro hasta el reinado de Catalina la Grande, monarca de Rusia que, curiosamente, era de origen alemán. El largo reinado de Catalina provocó un florecimiento de las artes y ciencias en Rusia, promoviendo también la fundación de numerosas universidades e instituciones culturales. Sin embargo, este periodo en la historia de los Romanov también es recordado por las intrigas palaciegas y romances protagonizados por la emperatriz.
A mitad de una atmósfera de cotilleo y humor, propiciada por el relato de Pedro Fernández, comenzamos la degustación libre de caviar con otros alimentos empleados para su disfrute. A lo largo de la experiencia, tuvimos oportunidad de combinar el selecto caviar Malossol de las variedades Beluga Imperial, Golden Ossetra y Siberiano Royal, todas importadas a México por Gourmanité. Para ello, la carne ahumada tanto de esturión beluga como de siberiano y trucha salmonada se hicieron presentes al centro de la mesa: suculentos ingredientes cuyos sabores a mar y humo se potenciaron al mezclarlos con el caviar.
Durante la degustación –realizada con las manos para poder palpar cada característica de los productos– también nos enteramos de que el tradicional uso del blini (finas tortitas de harina a base de harina y huevo) proviene de la comodidad que ofrece comer el caviar envuelto en este pan eslavo, y que agregarle crema agria y cebollín al caviar (para armar un canapé), es herencia de los franceses, quienes preferían modular el sabor punzante de la hueva de esturión en estado puro.
El fin de la cena… y de los Romanov
El desenlace de esta Cena Histórica acompañada por caviar de Gourmanité llegó cuando el chef Carlos Bolaño de CLM Banquetes sirvió para los invitados un short rib sobre risotto de jalapeño, como plato principal, así como una tarta de higo con mascarpone, de postre. Al mismo tiempo que disfrutábamos estos platillos, Pedro Fernández cerró su exposición de los Romanov hablando de Nicolás II: último zar de Rusia de trágico final.
Su charla giró en torno a Grigori Rasputín, monje que se convirtió en consejero de confianza de la zarina y en personaje clave para la salud del joven zarevich, Alexei. Asimismo, conocimos las circunstancias de la misteriosa muerte de Rasputín, así como la cruel manera en la que los Romanov, como familia reinante de Rusia, encontraron su final.
¿Quieres saber el desenlace de esta historia de guerras, romances, intrigas y poder? Mantente pendiente de las redes de Pedro Fernández, porque próximamente publicará un libro sobre los devenires de los Romanov. Y cuando lo tengas en tus manos, no olvides acompañar tu lectura con un delicioso bocado con caviar de Gourmanité. Aquí te decimos dónde adquirirlo.
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