Come almendras no solo para llenarte sino para no enfermarte

Vivimos en momentos importantes de transición y cambio, de esos que nos hacen cuestionarnos sobre qué podemos hacer para estar mejor, para tener un cuerpo más fuerte y más sano, que nos permita lidiar con virus y bacterias desconocidas y mortales o que por lo menos nos de la esperanza de que, cuando nos toque enfermarnos, no la pasaremos tan mal. Texto: Lic. Tania Gordillo / Fotos: Adobe Stock. 

La reciente crisis sanitaria nos hizo cuestionarnos severamente sobre nuestra salud física, qué tanto sabíamos de nuestro cuerpo y qué era aquello que podríamos hacer para estar mejor. Plagados de miedo comenzamos a escuchar mil recomendaciones de sustancias, medicamentos y cosas por tomar, comer o untarse que nos mantendrían a salvo, pero con el paso del tiempo nos dimos cuenta que no había nada nuevo bajo el sol, la única respuesta siempre ha sido y será la misma tener “una buena alimentación”.

 

¿Qué es una buena alimentación?

 

Comer almendras

 

Una buena alimentación o como me gusta llamarle: una alimentación consciente. La respuesta es: una alimentación que realmente esté plagada de “nutrientes”, es llevar a la mesa alimentos y no solo elementos que nos quiten el hambre o peor aún, solo aquellos que se nos “antojan”.

Una buena alimentación es decidir de forma consiente optar por aquellos alimentos que realmente cuentan con nutrimentos importantes para optimizar nuestras funciones vitales, que impactan nuestros órganos y cubren funciones adicionales a la de la saciedad.

En este sentido, es un hecho que debemos volver a pensar que la comida es nuestra mejor medicina y así decidir si queremos tener súper alimentos como aliados de una verdadera “suplementación natural”, o comida chatarra como enemiga de nuestra salud.

 

 

Almendras en la vida diaria

 

Almendras

 

En un puñado de almendras podemos encontrar el 80% de la ingesta diaria recomendada de Vitamina E por día, vitamina liposoluble con importantes funciones antioxidantes que actúan en contra de los llamados radicales libres con los que convivimos día a día, ya sea por factores personales como el estrés o por factores ambientales como la contaminación del lugar de residencia, los cuales pueden impactar células, tejidos y órganos, provocando un envejecimiento prematuro de los tejidos.

Este mismo puñado de almendras (40 piezas aproximadamente) según la U.S National Library of Medicine, ayudan a mantener el sistema inmunitario fuerte frente a virus y bacterias, al formar glóbulos rojos y ensanchar los vasos sanguíneos para evitar que la sangre se coagule dentro de ellos, y al aprovechamiento correcto de la vitamina K, siendo entonces un importante anticoagulante.

Asimismo, de acuerdo con la Clínica Mayo, otra de las bondades de las almendras es su alto contenido de Vitamina E, que son agentes protectores de la salud visual, la salud reproductiva, el cuidado de la piel y, algo hasta ahora poco nombrado, la salud neurológica.

 

 

Las almendras y nuestro cerebro

 

Almendras

 

Los alimentos ricos en aceites esenciales, vitaminas neurodegenerativas y minerales asociados, son de vital importancia para la salud neurológica. Las almendras en particular, además de la vitamina E, contienen magnesio, potasio, fosforo y calcio en cantidades considerables. La falta de dichos nutrientes conlleva un riesgo importante para la salud; estudios de la citada Clínica Mayo encontraron que una deficiencia de vitamina E puede causar neuropatías.

Sus investigaciones sobre del uso de la vitamina E para afecciones específicas, son positivamente concluyentes para enfermedades hepáticas, resistencia a la insulina y Alzheimer. Esto cobra relevancia en países con alto índice de diabetes tipo II y prediabetes así como diabetes infantil, como México.

Alimentarnos de forma ordenada y consiente ha sido nuestro reto y responsabilidad, y afortunadamente ahora, también es la intención de muchos de nosotros. Para que esta tarea no sea un problema a resolver, un gasto mayor de dinero o de esfuerzo o un sacrificio comiendo cosas que no son de nuestro agrado o que no están incorporadas a nuestra dieta, vayamos a lo conocido.

Incorporemos almendras todos los días, recordando su gran valor nutricional, ya que en solo un puñado de estas por día, hay dos carbohidratos y más de 11g de proteína, no por nada son el más grande sustituto de leches y harinas refinadas, creando innovación en alimentos, contribuyendo así con la salud de cada persona que elige estas opciones sustancialmente más sanas, en lechadas, repostería, sustitutos de yogurt y quesos, entre otros. En su versión natural además nos brindan la mejor portabilidad y almacenaje haciendo que nuestros planes de una vida más sana sean simplemente mas fáciles y deliciosos.

 

Comienza a poner en práctica estos consejos y prepara estas deliciosas recetas con almendras.