Napoleón tenía un punto débil y lo descubrimos en esta cena

Napoleón Bonaparte es bien conocido por haber sido un estratega militar hábil y un político despiadado. Sin embargo, existió un campo de batalla del que el emperador francés siempre buscaba salir victorioso: el de la vida amorosa. En la más reciente Cena Histórica, realizada en el restaurante Eloise, el divulgador de la Historia Pedro Fernández nos reveló si este personaje salió siempre bien librado de los combates íntimos. Fotos: Rogelio Rojas

Soldado del amor

 

Nacido en la isla de Córcega y de raíces italianas, Napoleón Bonaparte ascendió meteóricamente dentro de las filas del ejército francés hasta convertirse en el líder político más notorio del país y en uno de los personajes más detestados fuera de Francia debido a su ambición de poder y territorio. Sin embargo, Bonaparte no solo contaba con su ejército y con sus dotes políticos para mantenerse en el poder, sino que también empleó sus habilidades de seducción para establecer relaciones amorosas con las mujeres clave de la época.

Durante la Cena Histórica de febrero, organizada por Food and Travel México, el divulgador Pedro Fernández nos presentó a la primera de sus esposas. Se trató de Josefina de Beauharnais, mujer que pertenecía a la pequeña nobleza de Martinica, isla caribeña que por aquel entonces pertenecía a Francia. Tras mudarse a París y contraer matrimonio con el noble Alexandre de Beauharnais (quien murió guillotinado), Josefina conoció a Napoleón Bonaparte, con quien se casó. De acuerdo con la opinión, tanto de contemporáneos como de los historiadores, Napoleón contrajo nupcias con Josefina con la intención doble de ganar una mejor posición entre la aristocracia francesa, quienes lo veían como un extranjero.

Cena Histórica de Napoleón

La primera emperatriz de Napoleón

 

El relato de la vida de Josefina al lado de Napoleón, desde su ascenso político hasta la coronación de ambos, en 1804, fue acompañado por un montadito de foie gras maridado con Petit Pittacum D.O. Bierzo de Bodega Terras Gauda, un vino elaborado con uva mencía y colocado en barrica de tercer o cuarto uso, lo que ayuda al vino a evolucionar sin aportar excesivas notas a madera.

Una característica de Josefina era su temperamento ligero y su jovialidad, rasgos que comparte con Garci Crespo Reserva de Tehuacán, agua mineral de manantial premium cuya fina burbuja limpia estupendamente el paladar y lo preparaba para disfrutar tanto el foie gras como el resto de los platillos de la velada.

Montadito de Eloise con Garci Crespo Reserva

Al continuar ahondando en la vida amorosa de Napoleón, también descubrimos que, si bien Josefina y Napoleón parecían tener una relación exitosa, no pudieron concebir un hijo. Bonaparte creía ser el culpable de la esterilidad de la pareja, pues Josefina concibió un hijo de su primer matrimonio, Eugene. La opinión del emperador francés cambió cuando su amante, Eléonor Denuelle, quedó embarazada de su hijo, Carlos, que a la postre sería nombrado conde de León.

Convencido de la necesidad de engendrar un heredero legítimo, Napoleón se divorció de Josefina y comenzó a buscar entre la nobleza europea a la candidata a sentarse junto a él en la sala del trono de Francia… La encontró en María Luisa de Habsburgo, hija del emperador de Austria, con quien concibió a su hijo y futuro sucesor, Napoleón II.

Cena histórica sobre Napoleón

Sobre el breve periodo de paz que vivió Europa tras la alianza entre Francia y Austria aprendimos mientras disfrutamos de un carpaccio de betabel nuez caramelizada, cremoso de jocoque, reducción de balsámico y brotes de arúgula, creado en las cocinas de Eloise. Este platillo de influencias francesas y mediterráneas maridó increíblemente con el vino Heraclio Alfaro Crianza D.O. Ca. Rioja, de Terras Gauda, casa fundada en 1990 en Galicia y con presencia actual en cinco de las principales regiones vinícolas de España.

Carpaccio en el restaurante Eloise
Vinos de Terras Gauda

Amor obligatorio

 

Continuando el viaje en el tiempo por el que nos llevó Pedro Fernández en la Cena Histórica, conocimos a otra de las mujeres que más influyeron en la vida de Napoleón Bonaparte. Nos referimos a Marie Walewska, joven perteneciente a la nobleza de Polonia, un país que, a finales del siglo XVIII, desapareció tras las anexiones sufridas por parte de Rusia, Prusia y Austria. Así, Walewska y su marido, el conde Alejandro Walewski, solían frecuentar las fiestas y veladas organizadas por Napoleón Bonaparte en Francia, pues veían en él a la única persona capaz de devolverle la independencia a su país natal.

Bella y de noble cuna, Marie Walewska cautivó a Bonaparte a pesar de estar casado, y su eventual romance no solo fue producto de la insistencia del emperador francés sino también de los patriotas polacos, incluido Alejandro Walewski, quien accedió a que su esposa mantuviera una relación amorosa con Napoleón esperando que trajera frutos políticos.

Lo hizo brevemente, pues si bien Napoleón apoyó la creación del Gran Ducado de Polonia, este estado desaparecería años después. Queda en la memoria de la Historia la frase que el militar francés le dijo a Walewska, obsesionado por que correspondiera ella a sus intereses: «Te ordeno que me ames«.

Totoaba de Freshbox
Vino Heraclio Alfaro de Terras Gauda

Mientras atendíamos con interés la charla de Pedro Fernández, especialista en relatar de forma amena los acontecimientos históricos, disfrutamos el plato central de la noche. Se trató de una totoaba Amandine, servida con costra de almeja y perejil, salsa holandesa avellanada, coliflor rostizada y ejotes tiernos. La proteína fue proveída por Freshbox, una empresa comprometida con el origen de sus productos y con su correcto manejo del mar hasta la mesa para que no pierda sus propiedades. Este pescado, que en libertad se encuentra amenazado, es cultivado y supervisado por Freshbox, que cada año se encarga de liberar ejemplares para contribuir a su repoblamiento.

Delicioso, el platillo fue maridado con Terras Gauda D.O. Rias Baixas, vino blanco de gran complejidad aromática y de gusto intenso, fresco, alegre y muy vivo. Su sabor se acompaña de sensaciones minerales y cremosas que le dan más carácter a cada bocado.

El final de la noche, durante el cual Pedro Fernández hizo un balance de los alcances políticos de Napoleón y de cómo influyeron en ello las mujeres de su vida, fue acompañado por el postre, una tartaleta de yogurt con limón Tullie y merengues de cardamomo maridado con Abadia D.O. Rias Baixas. Elaborado con uva albariño 100%, este vino de Terras Gauda tiene paso ágil en boca, acidez refrescante y final afrutado prolongado por un ligero amargor.

 

Postre de la cena histórica de Napoleón

 

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