La memoria puede servirse a fuego lento. En la tercera edición de Cenas Históricas 2025 se sirvió con el alma de una España desgarrada y el corazón cálido de un México solidario. El escenario fue Ajoblanco, el restaurante de alma mediterránea que rinde homenaje a la cocina de España en Ciudad de México, lugar donde nos adentramos en el papel que hizo México en la guerra civil española. Descubre todo al respecto. Fotos: Gabriel Núñez
Para esta velada en Ajoblanco, el chef Manuel Victoria se encargó de que cada bocado de nuestra Cena Histórica evocara un fragmento del pasado. Con un menú de cuatro tiempos inspirado en el libro De la trinchera al sartén (Maité Laborde, Melinda Ridaura y Maco Sánchez), un recetario del exilio español en México, conocimos el entrañable papel y lo que hizo nuestro país durante la guerra civil española.
Además, todos los alimentos fueron maridados con la experiencia de la bodega Marqués de Riscal, fundada hace más de 160 años en La Rioja. Antes de iniciar la charla, conocimos el devenir histórico de esta casa vinícola, presente en México a través de sus reconocidas etiquetas.
La noche comenzó con un gin tonic con ginebra gallega Nordés, que, a diferencia de la tradicional, es elaborada con uva albariño, mezclada con tónica neutra y una sola uva, coctel que acompaña perfectamente la degustación de jamón de bellota de Cinco Jotas, en corte fino y sabor profundo, casi como una introducción sensorial al drama que vendría después.

¿Qué hizo México en la Guerra Civil Española?
Con las primeras palabras del historiador Pedro Fernández Noriega, quien contextualizó los orígenes del conflicto armado, llegaron unas croquetas de jamón y bacalao, cuya textura crujiente y centro suave maridaban, mágicamente, con un rosado de Marqués de Riscal.
Mientras se repasaban los bandos en disputa —republicanos y nacionalistas—, los comensales disfrutaban del segundo tiempo: una sopa de lentejas estofadas. Sencilla, humilde y contundente, como los días de guerra y hambre que marcaron aquella época. Su maridaje, un Arienzo tinto de Marqués de Riscal, aportaba profundidad y carácter. El silencio respetuoso en la sala acompañó el relato del exilio: México recibió, con brazos abiertos y promesas de dignidad, a más de 20 mil refugiados españoles bajo el liderazgo del presidente Lázaro Cárdenas.
El plato fuerte fue arroz mixto a la paella, cargado de mariscos y carnes como símbolo de abundancia, pero también de resistencia. Lo maridamos con el tinto Marqués del Riscal Reserva, vino ideal para disfrutar de un tercer tiempo que celebró la vida reconstruida: la de miles de exiliados que encontraron en México un nuevo hogar, tras lo cual surgieron universidades, editoriales, y hasta escuelas fundadas por republicanos españoles.
El final llegó con dulzura y un suspiro nostálgico: torrijas bañadas en salsa de frutos rojos, servidas con Pacharán como digestivo, ese licor de endrinas tan navarro como la pasión española. Un cierre perfecto que rindió homenaje a los sabores de la península y a la memoria de lo que México hizo en la Guerra Civil y ha sabido honrar.

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Durante la Cena Histórica, en la que no podría faltar agua mineral de manantial Garci Crespo Reserva, también recordamos los 60 años de Koblenz, esa marca mexicana líder en electrodomésticos que siempre está presente en nuestros hogares. Así, el restaurante Ajoblanco, del chef Pablo San Román, fue más< que restaurante: fue embajada emocional, cápsula del tiempo y escenario de un relato profundo, servido plato a plato. Porque recordar también es un acto de sabiduría. Y si viene con vino, historia y buena comida, mejor.
Ahora que ya sabes más sobre el papel que jugó México durante la guerra civil española, te invitamos a descubrir más hitos bajo un formato delicioso. Si quieres saber más sobre Historia, no te pierdas nuestras emblemáticas Cenas Históricas, en las que se unen la cocina y los sucesos que han marcado al mundo.
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