El mamey es una de las frutas más versátiles que podemos encontrar en México, especialmente durante la temporada primaveral. Además de contar con numerosos beneficios a nuestra salud, su sabor y textura añaden un toque tropical a todas tus preparaciones. ¡Conoce más sobre este delicioso fruto e intégralo a tu consumo de temporada! Fotos: Adobe Stock.
Con nombre náhuatl pero de misterioso origen
Al mamey también se le conoce como zapote mamey o tetzontzapotl, palabra náhuatl que significa «zapote color de tezontle» por su color semejante a esta piedra volcánica de construcción. Es una fruta mesoamericana de la cual se desconoce su lugar de origen específico, sin embargo, probablemente proceda de las selvas de Chiapas, Tabasco o Veracruz. Aún así, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), su principal productor en México es Yucatán, seguido de Guerrero y Quintana Roo.
El árbol de mamey es de gran altura y sus frutos maduran rápidamente durante los meses de abril y mayo, sin embargo, el mamey es un fruto climatérico, lo que significa que su maduración continúa a pesar de que esté separado de la planta. Así que puede madurarse en casa envolviéndolo en papel.
Los dones curativos del mamey
Su color azafranado se debe a su gran contenido de carotenos, sustancias que tienen un efecto antioxidante que retarda el envejecimiento y evita sufrir enfermedades degenerativas y crónicas. Este fruto tropical se constituye de un 75% de agua, además de contener fibra, hierro, calcio, proteína y potasio. Además es fuente de vitaminas A y C, algo que convierte al mamey en una rica opción energética.
En la medicina tradicional, se emplea como tratamiento a padecimientos oculares, digestivos y hasta del cuero cabelludo, de ahí que se puede encontrar en productos cosméticos. La gran semilla negra y brillante de su interior es conocida como pixtle, del que se extrae un aceite que se suele utilizar como tónico que ayuda a reducir dolores musculares o reumáticos.
En la tradición culinaria de México
El mamey es una fruta con muchas aplicaciones a la cocina. Además de brindarle un toque exótico a los platillos, es común encontrarlo en helados, dulces y smoothies, a los que no es necesario añadir azúcares gracias a su dulzor natural.
Para aprovecharlo al máximo, son varias las preparaciones que se realizan con el pixtle. En el estado de Puebla se hierve, se ahúma y se corta en trozos para preparar enchiladas o pixtamales. También podemos encontrarlo en bebidas, como el atole agrio típico de Tabasco o el atole de fiesta originario de Guerrero. Finalmente, en el estado de Oaxaca es ingrediente esencial para elaborar tejate, mientras que sus semillas tostadas y molidas se agregan al chocolate para hacerlo más espumoso.
Disfruta de este terso y dulce fruto de marzo a julio, que es cuando hay más producción, sin embargo, también es posible encontrarlo todo el año.
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