El Grito de Independencia en México, también conocido como Grito de Dolores, es el nombre que recibe el llamamiento a las armas con el que el cura Miguel Hidalgo y Costilla comenzó la Guerra de Independencia de México, en la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Sin embargo, la conmemoración estructurada del Grito se consolidó hasta 1896, casi cien años después, cuando Porfirio Díaz decidió institucionalizar el festejo en el Zócalo de la Ciudad de México.

Curiosamente, la tradición de celebrar la noche noche anterior al Día de la Independencia también se debe a Díaz, quien nació un 15 de septiembre y «aprovechó» la coincidencia para trasladar el festejo hacia el día de su cumpleaños. Desde entonces, esta tradición ha perdurado y se ha convertido en uno de los eventos más significativos del calendario nacional.

Un banquete histórico

Existen diversas versiones sobre el origen exacto de esta tradición. Algunas fuentes sugieren que en la época porfiriana, las familias acomodadas de la Ciudad de México comenzaron a organizar cenas fastuosas la noche del 15 de septiembre, imitando las celebraciones europeas. Con el tiempo, esta práctica se popularizó y se extendió a todas las clases sociales y regiones del país.

De lo que sí hay más certeza es que la costumbre de celebrar la Independencia de México con una gran cena comenzó a volverse nacional durante la primera mitad del siglo XX, especialmente en las décadas de 1920 y 1930, cuando las celebraciones patrias se promovieron desde el gobierno como una manera de fortalecer la identidad nacional. La cena del Grito se hizo cada vez más elaborada, convirtiéndose en un momento para reunir a la familia y los amigos en torno a la mesa, compartiendo platillos tradicionales.

¿Qué comida forma parte de la cena del Grito de Independencia?

La cena del Grito de Independencia es una auténtica fiesta gastronómica que destaca por sus platillos tradicionales, reflejo de la riqueza y diversidad de la cocina mexicana. Entre los más emblemáticos se encuentran los chiles en nogada y el pozole. Otros platillos destacados son las tostadas, los tamales (hechos de masa de maíz rellena de carnes, chiles, o frijoles, envueltos en hojas de maíz o plátano y cocidos al vapor) y las enchiladas, rellenas de carne, pollo o queso, y bañadas en una salsa de chile rojo o verde. Además, en ninguna cena del Grito pueden faltar antojitos como sopes, quesadillas y tacos, acompañados de bebidas tradicionales como el tequila, mezcal y aguas frescas.

Desde luego, las preparaciones y su presentación suelen variar de región en región y dependiendo de las familias.

Más que la conmemoración de un hecho histórico, hoy en día, la cena del Grito de Independencia es una invitación a celebrar la cultura mexicana y disfrutar de nuestras tradiciones. Así que, este 15 de septiembre por la noche, prepara tu cena favorita, invita a tus amigos y seres queridos y únete a esta fiesta que cada año reafirma el orgullo que sentimos los mexicanos por nuestro país.

Por cierto, ¿estás pensando festejar esta cena del Grito con un chile en nogada? Aquí te decimos cuáles son los mejores chiles en nogada tradicionales en CDMX.