A raíz de la pandemia por el COVID-19, toda la cadena de producción de los productos agrícolas en el campo mexicano se han visto afectados, desde la siembra hasta la venta, cuando menos en la zona rural de Ciudad de México: Milpa Alta. Fotos: Cortesía la Ruta de la Milpa.
Así lo asegura Jorge Córcega, director de Ruta de la Milpa, un grupo de productores ubicados en esa alcaldía. “Las estadísticas que tengo de la zona es que está al 50%. Mucha gente empleaba el recurso que le daba el gobierno para sembrar y éste no ha salido. Aunque si no tienen ventas, tampoco tiene sentido trabajar, y muchos no tienen ni para comprar semillas”.
Aún así, “muchos de los productores siguen sembrando, para que no haya escasez de producto pasando esta crisis, y aunque ellos no venden ahorita grandes cantidades, por mínimo que sea lo que se les compre, eso ayuda muchísimo a sus familias”.
Jorge expresa su preocupación por lo que está pasando, ya que se están presentando situaciones que nunca antes había visto. “Algunas nopaleras ya están vendiendo sus terrenos para tener qué comer”, dice.
Búsqueda de soluciones
Ante estas problemáticas en el campo mexicano, el también chef asegura que deben buscarse alternativas, “como sembrar cultivos no tan largos como la milpa, en el que hay que esperar 200 días para la cosecha, sino de productos que solo necesiten de 60 a 90 días para que, cuando todo esto pase, puedan venderse”.
Pero mientras esto sucede, Ruta de la Milpa comenzó con la iniciativa Colectivo por el Campo, que “surge para beneficiar a todas las personas y familias que viven del campo y que ahorita no reciben ingresos”.
Se trata del envío de cajas a domicilio con productos de esta región –aunque ya se han sumado otras partes agrícolas del país, como Morelos y Baja California–, en Ciudad de México y el área conurbana.
Los productos se publican cada lunes en sus redes sociales (IG: @rutadelamilpa) e irán cambiando para que haya variedad. “Los pedidos se hacen a través de nuestras redes sociales y bajo depósito. Cuesta $1,350. Confirmamos y entregamos todos los sábados, por lo que los pedidos se cierran los viernes por la tarde”.
Los beneficiarios
El número de campesinos, productores y familias que estarán ayudando con esta iniciativa, incluyendo a todos los restaurantes y chefs, son más de 70, indica Jorge Córcega.
Los productos son: de Milpa Alta hay nopal, cajeta hecha con leche de cabra, mole artesanal, pinole y atole de pinole; de Xochimilco, un productor de flores comestibles gourmet, Ecoflor, las está deshidratando para hacer infusiones.
También está un panqué de Ruta de la Seda, panadería orgánica que se ubica en Coyoacán; un pan de miel y especias que elabora Bistrot Marión, restante en la colonia Del Valle. De Morelos está el arroz Soberano y un arroz integral; dos cerveceras artesanales de Ciudad de México, La Patrona y Ciprés; vinos de Viñedos El Cielo, y un queso menonita de Chihuahua, que proporciona Lactography.
Sentido de comunidad
La pandemia ha resaltado una necesidad: apoyar al campo mexicano y la trascendencia de consumir local. “El gran ejemplo nos lo han dado los judíos: hay que hacer crecer a tu comunidad y a tu pueblo. Mientras tú contribuyas con tu entorno, para hacerlo mejor y más grande, los beneficios no solo serán para ti, sino para todos.”
Cuando consumes los productos de tu región, ayudas a que la gente que trabaja en el campo esté contenta, haciendo lo que ama hacer. “Eso es algo que hemos logrado en La Ruta de la Milpa: hemos visto cómo la gente regresa a cultivar o a elaborar sus productos como el mole, y realmente disfrutan eso.”
En comparación a los insumos que se venden en los supermecados, los adquiridos directamente a los productores son más frescos y mucho menos procesados. “Ahorita la vida nos ha cambiado a todos; estamos en temas básicos, y si lo que nos ocupa es comer, mínimo hay que hacerlo bien y con productos que no nos dañen. En nuestro caso, mucho de los productos son orgánicos”, asegura Jorge.
El futuro del campo
De acuerdo a este productor, el futuro del campo mexicano puede no ser tan bueno, ya que un 35% de campesinos de esta zona, ya no se están ocupando del campo de la misma manera. “Ahorita es el momento de apoyar a las familias que se dedican a la agricultura, para que después no haya un desabasto de producto”.
“El gran ejemplo es el maíz: el año pasado hubo un desbasto del tipo criollo y orgánico porque no hubo mucha lluvia. Si ahorita no se siembra, lo que pasará es que tendremos que consumir maíz de otro país. Y generalmente lo que se importa no es de la misma calidad”.
“Hoy es el momento de apoyar, para que cuando todo esto pase tengamos buenos productos. Además, tenemos que tener en cuenta la ley de la oferta y la demanda: todo se va a encarecer. Nosotros que proveemos a restaurantes, nos damos cuenta que los precios ya no son los mismos; entonces lo que necesitamos es producir más”.
Una buena forma de apoyar es adquiriendo semanalmente estas cajas, ya que además de estarle comprando directamente a los productores y a toda la gente que trabaja para ellos, gracias a su venta se estarán regalando semanalmente canastas de insumos básicos a familias con necesidad de los 12 pueblos que conforman Milpa Alta.
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