Fuego, música y sabor crean un ambiente vanguardista en Bandido Hi-Fi Café, especializado en cocina a la leña y música de alta fidelidad en el corazón de Polanco. Fotos: Cortesía
Un espacio multisensorial
En el corazón de Polanco, una pequeña fachada blanca invita a descubrir un mundo de sensaciones, donde el sonido del jazz, el funk y la música electrónica acompañan el constante chisporroteo de la parrilla. Así es Bandido Hi-Fi Café, un santuario para los amantes de la buena comida y la alta fidelidad sonora.
Desde su apertura, en noviembre de 2023, este restaurante se ha convertido en un favorito del rumbo gracias a su cocina a la leña y su atmósfera envolvente de vinilos con audio analógico, que transforman cada visita en una experiencia multisensorial. Liderado por el chef Fabián Acuña, también a cargo de la cercana pizzería Fabiana’s, y su madre Lucy Acuña, chef de Dulcinea Cocina Urbana, el menú de Bandido se basa en el fuego para crear una cocina honesta y sin pretensiones; su objetivo es resaltar los sabores naturales de ingredientes frescos y locales que obtienen de productores como Alma Tierra, Symbiosis, Itomatero y Panadería Gala.
“Nuestro concepto es cocinar todo en carbón y leña, desde los huevos hasta el New York. Esto implica un proceso de aprendizaje en torno a estos productos, que han sido la base de la cocina desde siempre, desde la época primitiva; es como regresar al origen. Tratamos de combinar las cosas que Dios creó para que, juntas, sepan rico y que la gente regrese”, segura Lucy.
Mañanas perfectas en Bandido Hi-Fi Café
El ambiente en Bandido Hi-Fi Café inicia desde temprano. Sus famosos desayunos, como el avocado toast, con pan de masa madre, aguacate, tomate heirloom, burrata, ensalada y un huevo orgánico; los huevos shakshuka, estrellados en cazuela de hierro, salsa de tomate, pimientos, labneh casero y zahatar de la abuela; el tamal de short rib, braseado y con mole amarillo oaxaqueño, y los clásicos chilaquiles con frijoles, queso, crema, cebolla, cilantro y pancetta, son un deleite junto a la selección de música correcta para iniciar el día.
Además, el restaurante cuenta con una pequeña panadería estilo boulangerie que da a la calle, donde se pueden disfrutar delicias horneadas al momento, como biscottis, croissants, muffins, cruffins, conchas, galletas, roles de canela, bagels, brioches, pasteles y pies; un encanto a la francesa que invita a los transeúntes a probar sus panes recién salidos del horno.
Cocina a la leña en el corazón de Polanco
Dentro del restaurante Bandido Hi-Fi Café, el ambiente es elegante y acogedor, con una decoración ecléctica que combina lo moderno con lo tradicional. A partir de la una de la tarde, desde una cabina de DJ junto al bar, se selecciona una cuidada colección de vinilos que envuelven el espacio con un sonido de alta fidelidad; así se abre el menú vespertino del restaurante Bandido.
“A mi hijo y sus amigos les gusta mucho la música, él incluso fue DJ«, comenta Lucy Acuña. Así que decidieron crear un lugar donde la gente pudiera venir, desde el día hasta la noche, a tomar café, comer bien y escuchar música con un buen sonido. «Es increíble, porque cada día es una experiencia distinta”, enfatiza la chef.
Mientras la música flota en el aire y se mezcla con los aromas de la parrilla, a la mesa llega un dip de hummus de berenjena tatemada con un pedazo de baguette, una entrada suave y cremosa, perfecta para comenzar la experiencia; luego, al ritmo de Miles Davis, aparecen unos elotitos con mayonesa de chiltepín y queso, seguidos de unos espárragos con pipián, pepita y cebolla que cargan consigo el sabor ahumado de la parrilla.
Los vinilos siguen con el funk clásico de James Brown y un taco de camarón a las brasas con tortilla de maíz, mayonesa de chiltepín y salsa de maracuyá y mango; nada como acompañar estos sabores tropicales con un limoncello spritz conforme la atmósfera se transforma bajo el sonido de Daft Punk. Sin embargo, el clímax de esta experiencia hedonista llega con la Bandido Burger, una smash cheese con panceta a la leña y carne wagyu que se deshace en la boca. Para cerrar, un postre clásico en Bandido Hi-Fi Café es el profiterol, con pasta choux y relleno de helado de vainilla, chocolate y nuez caramelizada, perfecto con un carajillo. Dónde: Emilio Castelar 208, Polanco. CH: 800 pesos.
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