Sus descendientes ahora conforman la tercera generación de mexicanos nikkei, palabra que se refiere a los emigrantes japoneses y sus descendientes, es decir, los japoneses con hijos que radican fuera del país. En este caso, la cultura mexicana fue el escenario en el que la familia Nakatani consiguió una simbiosis de sabores hogareños en la que no faltaba el pozole con sazonador Ajinomoto, un potenciador de sabor usado en la comida nipona.  

Con la combinación de estos bagajes culinarios se consolidó la propuesta del menú de Fideo Gordo, muy mexicano para ser solo comida japonesa. De hecho, el propio chef Nakatani lo define como un lugar de «cocina nikkei mexicana«, y al respecto complementa: «La idea de que se llamara así el restaurante es la forma en la que nosotros queremos reflejar que no solo hay una parte japonesa; queríamos compartir que ya somos una generación que nació aquí, con una visión y forma de ver las cosas».

De los fideos japoneses, el udon es el emperador

Una de las primeras sorpresas del menú de Fideo Gordo, que ahora cuenta con 85 asientos en lugar de 35, es su protagonista principal: los fideos. Para los entusiastas de la comida asiática, el chef Edo Nakatani explicó que Japón tiene cuatro tipos: somen, tan delgado que recuerda al cabello de ángel; soba, de elaboración artesanal y sin gluten; udon, ancho y consistente, y kishimen, también conocido como obi udon, mucho más ancho, de ahí que su nombre signifique «cinturón». Además, Nakatani señaló que el ramen japonés (a diferencia del de China, su país de origen) es más rizado, de menor densidad por no emplear huevo y es elaborado con bicarbonato.

Por ello, lo que encontrarás en el menú solo será udon y obi udon, de entre 0.3 a 0.5 cm y de 1 a 1.5 cm de ancho respectivamente. Edo, que también trabajó con la renombrada chef Mónica Patiño, mencionó con orgullo que Fideo Gordo es el primer lugar en hacer este tipo de fideos en el continente americano.

 “Lo que nos hace un restaurante japonés es el fideo. Lo que yo preparo en México es lo que está sucediendo también en Japón, es decir, experimentar con el udon formas nuevas, reflejar con él y aquí una visión más creativa y juguetona”.

¿Qué probarás en Fideo Gordo?

En la mesa de Fideo Gordo, rodeado de su característico ambiente que remonta los años 70 con jazz de fondo, se revela un menú en el que los contrastes tienen una gran presencia.

Para comenzar la experiencia, ordena el sando, un tipo de sandwich que tradicionalmente lleva  milanesa de cerdo o ensalada de papa con huevo, pero que en Fideo Gordo se sirve con jaiba en tempura, acompañada de aguacate, yuzu y kewpie (similar a la mayonesa). Lo curioso es que del pan blanco sobresalen las pequeñas tenazas. Luego, prueba el temaki, llamado en el menú “taquito de sushi”. Te traerán una lonchera con bolitas de arroz de California y atún aleta azul para envolver en las algas nori.

Como platillo principal está el udon, y la recomendación es el obi udon de tamarindo agripicante. Los fideos salteados con jícama, pepino y cebolla morada se mezclan a la perfección con chicharrón, ajo frito y rib eye; el tip es añadir gotitas de limón y disfrutar del toque de morita y guajillo. También es suculento el obi udon Xi’an birria, que puede llevar chambarete, cordero o tofu, con un toque herbal dado por el cebollín y cilantro.

Y a ti, ¿qué te llamó la atención del menú de Fideo Gordo? Te invitamos a saborear la cocina nikkei mexicana del chef Edo Nakatani. Dirección: Salamanca 87, Roma Norte, CDMX. CH: $500 pesos. IG: fideogordo.mx

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