Ésta es una selección de experiencias foodies a los alrededores de Ciudad de México, que nos encantan de manera especial porque se disfrutan al aire libre. Creemos que nada puede salir mal en esta fórmula: comida sublime hecha con amor y consciencia más un entorno natural. Además de que esta forma de comerse a México va muy en sintonía con las actuales recomendaciones de no pasar mucho tiempo en espacios cerrados durante estos tiempos de COVID-19. Texto: Andrea Cabrera, Elsa Navarrete y Yokleng Pun / Fotos: Cortesía y Elsa Navarrete.
Cubo: comer en el monte
¿Qué te parece disfrutar un día en el bosque, en familia y en contacto con la naturaleza, comiendo rico y respirando aire puro? Cubo te ofrece estas sensaciones en nueve hectáreas de bosque privado. A 50 minutos de Ciudad de México, en el poblado de Santa Ana Jilotzingo, Estado de México, y entre cientos de oyameles, se esconde una casa moderna en forma de cubo diseñada por el arquitecto Walter Lingard.
Ahí, Roberto Lingard, exproductor de la seta rosa, ahora ofrece experiencias gastroendémicas en distintos formatos, ya sea como evento privado o abierto al público. Para este último, manejado por el colectivo Coma.mos, se realizan residencias con chefs invitados. Ellos se hospedan en la casa, los llevan a conocer a los productores locales para inspirarlos, duermen ahí y el sábado cocinan en fogones al aire libre.
En esta experiencia foodie, el itinerario empieza con el ritual del fuego, una tradición de la comunidad otomí que se asienta en los alrededores. Le sigue una caminata de una hora para recolectar hierbas y hongos en el monte, para después disfrutar de un menú de cuatro tiempos salados y un postre, elaborados con ingredientes de la zona y maridados con una interesante variedad de cocteles.
Entre árboles, en una mesa de madera tipo picnic, se degustan divertidas creaciones, como las que tuvimos la suerte de probar en esta ocasión que estuvo a cargo de Luis Carlos Ángulo, chef de The Hidden Kitchen. Disfrutamos de una versión del ajiaco (sopa colombiana), una ensalada de tomatillos, habas y chicharrón, y un conejo a la vizcaína servido con papas y romeritos.
Para cerrar con broche de oro, probamos un reconfortante coctel de café, vodka, canela, piel de naranja y crema batida, acompañando a un helado de panettone con manzana flameada y plátano frito. Los sabores siempre varían, pero el encanto natural del lugar es el común denominador.
TOMA NOTA. Experiencias abiertas al público desde $1,200 por persona. Conoce la próxima experiencia en su cuenta de IG: @cubo.mx y reserva por mensaje directo.
Jardín de Cerveza Hércules: disfrute cervecero
Otra de las experiencias foodies que disfrutarás al máximo está en Jardín de Cerveza Hércules, en donde, no entendemos por qué, pero la cerveza sabe mejor cuando la tomas en buena compañía y en un entorno singular. ¿Qué te parece el patio de una antigua fábrica de textiles adaptada como cervecería, en mesas de madera iluminadas con focos colgantes, para disfrutar de las creaciones recién salidas de su centro de producción?
Esta experiencia foodie consiste en ir a la ciudad de Querétaro para visitar el Jardín de Cerveza Hércules, un concepto creado por la Compañía de Cerveza Hércules para disfrutar de las bebidas que diseña. Algunas que figuran dentro de su larga lista son la Súper Lupe, una IPA aromática y amarga, con aromas y sabores a pino, piña, resinas e hinojo. También la Formidable Adventure estilo Barleywine, que tiene cantidades generosas de ralladura de naranja y sabores provenientes de la madera añejada con mezcal que estuvo dentro del tanque fermentador, o la Mezzanine, una stout imperial madurada en barricas de bourbon y whisky.
La experiencia se completa con las delicias que preparan para acompañar como la tostada de atún con mago, las salchichas artesanales tipo alemán, pizzas al horno, las tetelas y las tostadas de salpicón de cerdo.
TOMA NOTA. El cheque promedio es de $350; el lugar cuenta con estacionamiento propio. Los martes proyectan películas a las 18:00 horas. IG: @jardinhercules.
Pizca de hongos: encuentro con el reino fungi
Otra de las experiencias foodies que te recomendamos, la disfrutarás de la mano de Arif Towns, promotor de la cultura de los hongos, en donde podrás adentrarte en un bosque templado, húmedo y repleto de encino, madroño y pingüica, ubicado en la Sierra de Santa Rosa, Guanajuato, a hora y media de San Miguel de Allende. Este experto en el mundo fungi te guiará dentro del Rancho el Peralillo hasta encontrar hongos comestibles, topándote con uno que otro tóxico —y que por obvias razones no se tocan—, que harán más interesante la caminata.
La experiencia, de la que Janosh Chassan es el director creativo, es apta para todas las edades: tendrás acceso a muchas especies endémicas que, tras la explicación del guía, podrás ir cortando y guardando en una canasta que te proporcionarán. A la par, los locales te explicarán más sobre las plantas medicinales y la flora y fauna de la zona. Al terminar la caminata entre agua, tierra y árboles, se seleccionarán algunos de los hongos recolectados para que un chef local prepare un menú que podrás saborear ahí mismo.
TOMA NOTA. La experiencia tiene un costo de $1,300 por persona, llegando directamente a Santa Rosa, o bien $2,200 si prefieres que una camioneta te recoja y regrese directamente a San Miguel de Allende. Lleva calzado impermeable y una backpack con agua, un cambio de ropa y un cuchillo para cortar los hongos. Reserva tu lugar en FB: @simbiosissma
Rosewood San Miguel de Allende: cocina campestre
Finalmente, en nuestro top 4 de experiencias foodies, se encuentra una en donde estarás rodeado de árboles de pirul, entre vastos jardines y con hermosas vistas a la icónica parroquia de San Miguel Arcángel, que ofrece el hotel Rosewood San Miguel de Allende, que te invita a vivir sus experiencias gastronómicas privadas. Reúne a tu familia y amigos en Los Pirules Artisan Kitchen & Garden Bar, un rincón rodeado de naturaleza, donde te espera una clase de cocina en un ambiente campestre, fresco y casual, con sabor a horno de leña y a parrilla.
En este espacio culinario encontrarás comales, ollas de barro y cocteles artesanales elaborados con hierbas, ingredientes locales y destilados exquisitos. Como parte de esta experiencia foodie, recolectarás tus propias hortalizas en la granja orgánica del hotel, para después cocinarlas en platillos mexicanos con ayuda de un chef experto.
Los Pirules también está equipado con un horno de piedra enclavado en la tierra, para brindarte otra experiencia en la que podrás preparar barbacoa, con salsas y tortillas hechas a mano para acompañar, siguiendo métodos ancestrales, que te permitirán disfrutar de la innegable convivencia que se crea al cocinar.
TOMA NOTA. Desde $400 USD por persona (servicio e impuestos incluidos). Contempla la recolección de hortalizas con el chef, clase de cocina, comida y bebidas. rosewoodhotels.com
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