En la península ibérica, y en otras partes de Europa y el mundo —en 90 países, para ser exactos—, hay una tradición milenaria que se disfruta con pasión: el jamón ibérico. Sus inigualables características organolépticas seducen a los paladares más exigentes y avezados, aunque los elementos culturales que lo rodean hacen de éste un producto único: la producción natural y sostenible del sector —en la cual destaca un modelo de bienestar animal que cumple con las más altas normativas de la Comunidad Europea—, la forma de cortarlo y servirlo, así como los aportes nutrimentales a quien lo degusta —es, por ejemplo, una fuente rica de ácido oleico—.
Por eso y más, nos dimos el lujo y el gusto de estar en los 5 lugares imperdibles de España para disfrutar de excelente jamón ibérico.
Finca Dehesa de la Solana, Herrera de Alcántara, Extremadura
El jamón de bellota adquiere carta de origen indiscutible en la Dehesa de la Solana. Esta que comenzó hace 38 años como una región ganadera en la provincia española de Extremadura, es en la actualidad toda una experiencia para adentrarse en el mundo del jamón ibérico.
Con hostelería y servicios como venta en línea, esta finca ofrece paseos y tours para conocer su fábrica de jamones y embutidos, el campo donde comen libremente sus cerdos ibéricos de crianza propia —y hasta podrás darle de comer directamente las bellotas— y rubricar el día con una degustación de sus jamones, paletas, lomos y embutidos, todos ibéricos. No olvides acompañarlos con un excelente tinto La Bienquerida, de Altos de Losada. Una gran oportunidad de conocer una dehesa, un microecosistema único en el mundo. dehesadesolana.es
Madruelo, Cáceres, Extremadura
En la región occidental de Extremadura se halla un poblado que fue una ciudad amurallada en el medioevo español. Ha sido Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1986. En Cáceres podrás ver torres, castillos, arcos y almenas como en una película. Como dato curioso: allí se filmaron algunas escenas de la serie Game of Thrones. Si decides visitar esa ciudad, no puedes perderte el restaurante Madruelo, en la calle Camberos 2.
Te recomendamos pedir el Carpaccio de retinto con aceite de oliva, el Bacalao con risotto y aceituna negra deshidratada, en salsa de pimiento, así como el Entrecot de ibérico con salsa de mostaza y la Sopa de tomate con comino. Pero para seguir en el universo del ibérico, zambúllete en la Patatera de ibérico, con una copa de un tinto de Hacienda López Haro. Te sentirás como una personalidad heroica de la Edad Media. madruelo.com
Eustaquio Blanco, Cáceres, Extremadura
Un poco alejado de la ciudad vieja de Cáceres, fuera de la muralla, en avenida Ruta de la Plata 2, se encuentra Eustaquio Blanco, con un diseño funcional y sobrio, pero en verdad cálido y con una atención memorable.
Si no has probado las famosas y tradicionales migas españolas, en este lugar tienes una oportunidad más que aceptable. Después de las Migas al pastor con huevo de corral, prueba el Arroz con espárragos y pimientos. Y para entrar en materia: el Carpaccio de ibérico con setas y helado (¡sí, helado!) de aceite de oliva. Aunque parezca rara, es muy interesante y acertada esta combinación. restauranteeustaquio.es
Urrechu Velázquez, Madrid
El Salón Marrón (de un total de cinco) del restaurante Urrechu Velázquez (ubicado en calle Velázquez 50) es un lugar suntuoso y la atención es sobria, muy sobria. Pero la diferencia la hace el menú. Su objetivo es ofrecerte una “experiencia sensorial” completa, la cual comienza con el decorado y finaliza con la degustación, pero está enmarcada por los cortadores de ibérico a quienes un reflector los convierte en verdaderos rockstars silentes —pero sonrientes— de los jamones.
El inicio con la Crema de alubias pinta bien. Después, con el Corte de foie con crocante de naranja y el Solomillo de ternera con patatas fritas y pimientos de Padrón nos abren el apetito para el estelar de la noche: el Jamón Ibérico de Bellota cortado a mano. ¡Y hay que ver el emplatado! urrechuvelazquez.com
El Pescador, Madrid
En el número 75 de la calle José Ortega y Gasset, en pleno corazón madrileño, se encuentra el restaurante El Pescador. Si bien este sitio es ideal para comer los más frescos productos del mar que podrás hallar en la capital de España, también puedes encontrar otras delicias “de tierra”.
Allí pudimos saborear las rabas fritas, el famoso pulpo a la gallega, las gambas rojas de Denia, así como el lenguado a la plancha y un rodaballo salvaje. Pero nada hubiera estado completo sin la corona de la ocasión: el Jamón Ibérico Gran Reserva, acompañado con un fresco pan tomate y una copa de blanco José Pariente. marisqueriaelpescador.net