La ceremonia japonesa del té tiene un disfrute diferente según la época del año y su objetivo ritual particular. Todas tienen nombres distintos y especiales: Akatsuki, Shogo, Hango, Fuji, Atomi, Oyose… De forma popular, se les conoce como las “Siete Chaji”. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo y conoce todas sus particularidades. Fotos: cortesía.

Los diferentes nombres de la ceremonia japonesa del té

 

Comencemos por la ceremonia Akatsuki-chaji, que se lleva a cabo temprano en la mañana, siempre durante el invierno. Su propósito es disfrutar de la tranquilidad y de la paz por la mañana al compás del matcha ceremonial. Los invitados deben llegar antes del amanecer, por eso también suele llamarse Yogome.

Por el contrario, la ceremonia Asa-chaji se lleva a cabo en una mañana específica de verano, con el único propósito de disfrutar el “momento de frescura de la mañana”. ¡Sí!, el verano en Japón suele ser abrumador en temperatura, por eso sus habitantes rinden tributo al frescor del propio inicio del día. Después de la ceremonia del té, fundamentada en el matcha ceremonial, se sirve una comida sencilla que normalmente incluye un tipo de sopa y dos tipos de platos.

De todas las Siete Chaji, la más típica es la Shogo-chaji. En ella, generalmente los invitados entran a la casa de té al mediodía para disfrutar el matcha ceremonial acompañado de dulces y bocadillos sencillos. Sin embargo, la forma de servir cambiará ligeramente según la temporada: Hango-no-chaji, té de después del mediodía, servido siempre con dulces japoneses o wagashi, y Yobanashi-no-chaji, té temprano para las tardes de invierno, celebrada en la compañía de faroles de piedra y velas en el jardín que crean todo un espectáculo visual.

Ceremonia del té domo
Ceremonia del té japonés

Por extraño que parezca, los nipones también poseen un ritual especial diseñado para los invitados inesperados, mucho más informal en comparación con otras variantes: Fuji-no-chaji. Esta variedad está orientada al disfrute del propio matcha ceremonial, sin acompañamientos especiales ni dulces. De igual forma existe la Atomi-no-chaji, ceremonia de té que se realiza a petición de los invitados que no pudieron asistir a los rituales de té de la mañana o del mediodía. ¡Increíble!, ¿a poco no?

Otras consideraciones de la ceremonia japonesa del té

Además de su objetivo ritual, el número de invitados también tiene una importante relación con el diseño de la propia experiencia alrededor de esta bebida. Si bien la ceremonia tradicional japonesa del té generalmente se realiza en grupos pequeños, en los últimos años la incorporación de más personas se ha ido popularizando. Hoy, este tipo de “grandes ceremonias” de té se conoce como «chakai».

servicio de té

Su elaboración inicia con el procesamiento de la cebada entera, la cual se tuesta a alta temperatura. En el área de Kanto se usa principalmente cebada tipo rokujo, mientras que la cebada hadaka es más popular en el área de Kansai.

Una vez tostada, la cebada puede comercializarse en granos enteros sueltos, molida suelta o en sacos individuales, de forma muy similar al té. La tisana de cebada tostada tiene un sabor ligeramente amargo, muy similar al del café, y es absolutamente libre de cafeína. En la actualidad, la infusión se disfruta sola, como una alternativa saludable a las bebidas azucaradas comerciales o endulzada con azúcar o almíbar.

Para días específicos del año

 

Pero no sólo eso, la relación de los invitados con la propia estacionalidad también tiene un simbolismo particular. Así, existen rituales tan específicos como Oobuku chakai, realizado en enero como ceremonia para atraer la buena suerte y la salud; Kanou chakai, dedicada única y exclusivamente a apreciar el florecimiento de los cerezos en abril. Por su parte, Nouryou chakai es para conmemorar el frescor de las tardes de agosto; Kangetsu chakai  es una ceremonia japonesa de té para contemplar la luna en las noches de septiembre; y la mítica Yukimi Nokai está dedicada a contemplar la primera caída de nieve del invierno nipón.

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matcha

Entre todos los tés del mundo y los 10 grandes tés de China, sólo uno es capaz de brindar todo un cúmulo de aromas y sabores en 1 hoja… Su nombre: LiuAn GuaPian, “Melon Seed”. Fotos: Escuela Mexicana de Té.

Originario de la zona de Dabie Mountain, en la provincia de Anhui, el té LiuAn GuaPian se hizo popular por primera vez durante la dinastía Qing gracias a su fragancia y delicado sabor. Se trata, querido lector, del único té puro sin brotes manufacturado a partir de una sola hoja. El té se recolecta en una etapa más madura de la planta, cuando las hojas han alcanzado el tamaño suficiente para enrollarse con una especie de escoba y después hornearse docenas de veces.

El origen del té LiuAn GuaPian

 

La historia cuenta que el té LiuAn GuaPian nació en el pueblo de Liu An y se convirtió en uno de los tés más populares de la dinastía Qing rápidamente. En sus versos, el poeta Yuan Ming escribió que este singular té verde puro surgió de las montañas brumosas de la cordillera Qi Shan, exactamente “de entre el este de la cueva de la pitón, el oeste de la cueva de los murciélagos, el sur de la cuenca dorada, la luna y el norte de la placa de cristal”.

En 1856, la emperatriz Dowager Cixi, del clan Manchú Yehe Nara, disfrutó 26 tazas de té en un sólo mes, popularizándolo entre los miembros de la corte imperial. A inicios de la década de 1970 Henry Kissinger, quien se desempeñó como Secretario de Estado de los Estados Unidos, visitó China por primera vez; entre los regalos secretos recibidos se hallaba un pequeño saco de té LiuAn GuaPian, mismo que Kissinger describió como uno de los “preciados patrimonios históricos y culturales” de China.

En 1856, la emperatriz Dowager Cixi, del clan Manchú Yehe Nara, disfrutó 26 tazas de té en un sólo mes, popularizándolo entre los miembros de la corte imperial. A inicios de la década de 1970 Henry Kissinger, quien se desempeñó como Secretario de Estado de los Estados Unidos, visitó China por primera vez; entre los regalos secretos recibidos se hallaba un pequeño saco de té LiuAn GuaPian, mismo que Kissinger describió como uno de los “preciados patrimonios históricos y culturales” de China.

¿A qué huele y sabe?

 

Las hojas dedicadas a su producción se cosechan dentro de los 10 días previos y posteriores a la lluvia. Los recolectores saben que sólo deben emplear hojas duras, bien formadas y maduras, nunca tiernas. Una vez en la fábrica el tallo de la única hoja que forma cada hebra de LiuAn GuaPian se somete a un proceso que le brinda una textura leñosa, muy típica.

El té verde terminado tiene un tono esmeralda bien característico, que deriva en un licor de color verde claro brillante con un aroma vegetal fresco. El sabor tiene un refrescante perfil vegetal, cremoso, con ligeras notas herbáceas de espinacas cocidas. El final en boca ofrece notas herbáceas dulces y un ligero toque picante, bien punzante y mineral. En general, se trata de un té verde con un perfil chino clásico pero con un sabor muy refinado.

Los mejores resultados sensoriales llegan cuando el té se infunde a 75 °C, durante 1:30 a 2:00 minutos, en extracciones múltiples, aumentando gradualmente el tiempo de contacto con el líquido caliente en cada ocasión. ¡Delicioso! escueladete.mx

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Cualquier amante del té sabe que una ceremonia Gong Fu Cha estaría incompleta sin una mascota de té. Sí, leyó bien querido lector… ¡Mascota de té! Fotos: Escuela Mexicana de Té. 

También conocidos como “amigos de té” (cháchǒng en chino pinyin), se trata de pequeñas figuras de arcilla de yixing empleadas históricamente en la ceremonia de té china. ¿Su propósito?, brindar suerte, prosperidad y alegría a los invitados a la mesa de té.

La importancia de las mascotas de té

Originadas durante la dinastía Yuan (1271-1368), estas pequeñas estatuillas de arcilla sin esmaltar lograron convertirse en un elemento ritual fundamental de la ceremonia Gong Fu Cha. Pese a la poca literatura respecto a su origen y uso, debido a que originalmente se consideraban una parte bastante mundana e intrascendente de la vida, las mascotas del té sobrevivieron al paso de los siglos gracias a la fascinación que provocan entre fanáticos de la infusión de Camellia Sinensis, la planta del té.

Tradicionalmente, las mascotas de té se colocan sobre la mesa china de té, elaborada generalmente de bambú, madera o piedra, y provista de grietas u orificios para escurrir el agua. Después de dar la bienvenida, el anfitrión tempera teteras y utensilios necesarios para la infusión bañándolos con un prominente chorro de agua caliente; una vez listos los utensilios, el té se reparte en los cuencos con un sólo movimiento y sin importar regar el líquido sobre la superficie.

Anteriormente, ya le hemos platicado que en China el té representa un flujo energético que nunca debe cortarse. Durante toda la ceremonia Gong Fu Cha, pequeñas dosis de la infusión también se vierten sobre las mascotas elegidas para la ocasión.

Gracias a su porosidad, la arcilla de yixing absorbe importantes cantidades del líquido durante todo el servicio, cambiando de color e incluso aroma mientras más se utiliza. Entre conocedores se dice que las mascotas, o al menos su material de elaboración, se alimentan de la propia infusión.

¿Cuál es su forma?

 

Literalmente se pueden encontrar todo tipo de referencias a la naturaleza o a la propia cultura popular china. Sin embargo, generalmente las mascotas de té, son figuras de animales o criaturas mitológicas asociadas a la buena suerte y prosperidad.

Entre los más populares se encuentran los cerdos, símbolos de buena suerte y fortuna, asociados también al propio hogar. Los dragones, personificación del concepto del yang (masculino), relacionados con el tiempo como propiciador de la lluvia y el agua, así como con el poder, la nobleza y la fuerza de protección, también son comunes.

Otras piezas poseen la forma de perros, leales y honestos, o ranas, que atraen la riqueza y evitan el mal. Pero también hay adaptaciones a culturas regionales de todo el planeta; mascotas de té elaboradas en piedras variadas, cerámicas como el barro negro y hasta alebrijes mexicanos, entre muchos otros, también forman parte de esta encantadora tradición.

Compañeros de viajes sensoriales

En la creencia china es bien sabido que las mascotas deben alimentarse tanto como uno bebe té. Hay quienes simplemente las bañan con el agua caliente que sirve para temperar y limpiar los utensilios de la ceremonia Gong Fu Cha; otros, prefieren remojarlas en cuencos con el mismo té que se ofrece para los invitados o con los pequeños sobrantes del propio servicio.

Quienes diariamente recorremos los caminos de la Camellia Sinensis solemos decir que las mascotas de té no sólo sirven para atraer la buena suerte, sino que también son compañeros de un viaje sensorial. Románticamente, se trata de cómplices que enriquecen, animan, complementan y hacen del disfrute de té una experiencia única. escueladete.mx

Decir gaiwan es apuntar a uno de los infusores más icónicos y fascinantes del mundo del té, a una auténtica pieza de arte funcional, asociada a todo tipo de simbolismos y creencias. Fotos: Escuela Mexicana de Té.

¡Sí!, pocos saben que hay un sinfín de conceptos que explican su singular forma y estructura: los chinos dicen que su tapa es el cielo, que atrapa los vapores y espíritu del té; que su plato base es la tierra, que brinda estabilidad y aterriza la propia energía del proceso de infusión, y que su cuenco es la propia humanidad, con su constante deseo por vivir experiencias sensoriales sublimes.

Gaiwán: utensilio elemental para la ceremonia del té

Originario de China, el gaiwan es uno de los dos utensilios de té más elementales del planeta; originado durante la dinastía Ming (1368 – 1644 d.C.), se trata de un cuenco provisto de una tapa y un pequeño plato. El cuenco recibe las hebras de té y el agua, mientras que la tapa actúa a manera de un rudimentario colador.

Antes de la dinastía Ming, la infusión de hojas y brotes de Camellia Sinensis se consumía directamente del recipiente en el que se preparaba, normalmente por batido dentro de un cuenco profundo. Las innovaciones en la producción y preparación del té, orientadas a consumir hojas sueltas y a encontrar nuevos métodos que evitaran su gusto amargo y sobre infusión, dieron origen al gaiwan.

¿Qué hace tan especial a este utensilio de infusión?

Primero que nada, su tamaño. El gaiwan tradicional puede almacenar cerca de 120 ml de líquido, que permiten infundir pequeñas cantidades de té, de forma repetitiva, al puro estilo Gong Fu Cha. Los puristas no dudan al decir que el gaiwan provee el volumen exacto cuando de degustar tés de altísima calidad se trata.

Segundo, su estructura. La forma acampanada del cuenco permite que las hojas y brotes de té se muevan libremente hacia arriba y hacia los lados, favoreciendo su apertura plena y contacto con el líquido de infusión. La tapa preserva todos los aromas del té y funciona también como un pequeño colador y/o manipulador para las hojas de Camellia.

¡Materiales! Hoy, el gaiwan se fabrica en porcelana, cerámicas de horneado a alta temperatura e incluso vidrio. Sin embargo, hay que decir que los ejemplares hechos a partir de arcillas tradicionales chinas, como la famosa arcilla de Yixing, son considerados auténticas piezas de arte por millones de coleccionistas, fanáticos y bebedores de té.

¿Qué sí y qué no puede infundirse en gaiwan?

Si bien la estructura de este infusor permite extraer los aromas y sabores de todo tipo de tés puros, blends de té y tisanas, los entusiastas del té preferimos seguir algunas recomendaciones al momento de emplearlo. Las piezas de porcelana, cerámica y arcilla tienden al almacenar aromas, razón por la cual siempre conviene emplearlo única y exclusivamente para tés puros, en tipologías específicas por cada pieza.

Los gaiwanes de porcelana suelen absorber el calor del líquido, protegiendo así a tés verdes puros y blancos de altísima calidad. También debemos decir que este utensilio es bien recomendable con tés negros puros e incluso puerh, sin embargo, su manipulación requiere cierta experiencia dado que ambas tipologías requieren mayor temperatura y tiempo de infusión…

¡Sí!, el gaiwan puede calentarse mucho y quemar los dedos si no se tiene precaución. Por último hay que recordar que en el norte de China los gaiwanes son indispensables en la preparación de blends aromatizados con jazmín, un dato que nos permite confirmar su capacidad para ser empleado de forma tradicional en la infusión de blends de té.

Recuerde, querido lector, que a pesar de su sencillez, emplear un gaiwan requiere gran habilidad y es que, al no tener asas, uno puede quemarse fácilmente al momento de tomarlo. ¡Le recomendamos practicar y practicar con piezas de costo moderado antes de gastar una fortuna en algún gaiwan de colección! escueladete.mx

Su nombre es sinónimo de cultura, arte, tradición ancestral, solemnidad… ¡Sí!, querido lector, hablar del “chasitsu” es apuntar a uno de los mayores íconos espirituales de Japón, a ese espacio físico dedicado a la celebración de la ceremonia del té y al punto de reunión de algunas de las disciplinas más tradicionales del territorio nipón. Fotos: Escuela Mexicana de Té.

Una y otra vez le hemos contado que el té llegó a Japón en el Siglo IX, de la mano de monjes budistas Zen, quienes lo impregnaron de un sinfín de elementos rituales. Más allá de disfrutar su infusión, los monjes percibían a la infusión de Camellia Sinensis como una herramienta de carácter espiritual que ayudaba a la meditación. Ellos mismos fueron quienes idearon el “chasitsu” o cuarto de té siguiendo un único precepto: crear un espacio donde la simpleza y el vacío hicieran del beber té un acto de trascendencia e introspección ilustrada.

La historia señala al sacerdote Murata Shuko como uno de los más destacados diseñadores de cuartos de té del Siglo XV y como el propio padre de la ceremonia dedicada al consumo de la infusión. Shuko disfrutaba servir el té a sus invitados personalmente, en la atmósfera personal e íntima de un cuarto pequeño donde cabían sólo entre cinco y seis personas. El espacio, fundamentado en la filosofía Zen, contaba con cuatro y medio tatamis, y ofrecía una sensación de absoluta y plácida tranquilidad.

¿Cómo se diseña un cuarto de té?

 

La estructura del chasitsu requiere la labor de numerosos artesanos: carpinteros, maestros productores de tatamis, jardineros… El espacio generalmente posee dos habitaciones en su interior; una especie de cocina llamada mizuya, donde el anfitrión almacena materiales y prepara los bocadillos, y la sala principal donde los invitados se sentarán para beber el té.

El chasitsu generalmente se construye en jardines de casas particulares, terrenos de museos, parques y, por su puesto, templos. La edificación siempre posee “shōji”, las típicas puertas, ventanas o separadores de ambientes hechos con láminas translúcidas montadas sobre celosías, así como tatamis y tokonoma, un pequeño espacio elevado donde se montan lienzos con caligrafía o arreglos florales.

Por lo general, un cuarto de té común ronda los 8 metros cuadrados de superficie y tiene la capacidad de albergar cuatro y medio tatamis. ¡Sí!, el tamaño y nombre de este espacio se relaciona con la cantidad de tatamis que cubren el piso; los chasitsu de menos de cuatro y medio tatamis se denominan «Koma», mientras que los más grandes reciben el nombre de “Hiroma”.

Pero no se deje engañar por la aparente humildad y simpleza del espacio, ¡no!… Aquí, la sencillez ofrece una peculiar idea: “Mientras más simple sea la mente de uno mientras prepara el té, más limpio y puro será su servicio; mientras más simple sea la estética del cuarto de té, más alta será la probabilidad de que la experiencia tenga un efecto poderoso y duradero en el espíritu de los invitados”. ¡Fascinante! escueladete.mx

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Auténticos sabores provenientes del país del Sol Naciente, preparados con gran respeto a la gastronomía tradicional japonesa y agregándole el ingrediente principal que es el amor de hogar. Y es lo que probarás en el restaurante Jitaku, en donde gracias a los 20 años de experiencia del chef mexicano Armando Flores, te deleitarás con exquisitos platillos que te llevarán Japón al paladar. Fotos: Luis Ortiz Vargas. 

Desde el significado de su nombre Jitaku “hogar”, sabrás que al llegar a este nuevo restaurante ubicado sobre avenida Cuauhtémoc, cada bocado te reconfortará como si estuvieras en algún hogar nipón. Ya que al abrir sus puertas corredizas de madera y ver sus paredes y barra tradicionales, de este mismo material, te remontarás a las clásicas casas japonesas.  

 

Jitaku

 

Bocados orientales

 

Con una amplia carta que va desde entradas como los populares edamames con salsa picante, los nanbanzukes, que es pescado frito marinado en salsa de soya agridulce, o las gyozas, empanadas con carne de cerdo y jengibre. Ensaladas, carpaccios, platillos al vapor, brochetas, platillos a la plancha o fideos orientales. Y sopas como la misoshiru preparada con soya y tofú, que son de esos caldos que te llegan al alma por su exquisito sabor y calidez.

Imperdibles son sus rollos de sushi como el futomaki preparado con camarón, kanikama –cangrejo-, hongo chino, tamago –huevo- pepino, kampyo –virutas de calabaza-, espinaca y takuan –encurtido tradicional japonés-. O el spacy soft Shell maki, de jaiba de concha suave y frita, masago, cebollín y mayonesa preparada, no querrás perderte esta fusión de sabores.

 

Jitaku

 

No te puedes ir sin haber probado sus mochis –dulce tradicional japonés preparado a base de masa de arroz- de fresa, chocolate y mango, que su fría temperatura hará que se derritan en tu boca. Si lo maridas con un sake, cerveza japonesa o té matcha, darás rienda suelta a la tentadora gula y querrás repetir la porción.

 

Japón en la ciudad

 

Ir a Jitaku no solo es una experiencia gastronómica sino también cultural, ya que todos los sábados de 15:00 a 16:30 horas podrás disfrutar de Performance Koto –instrumento de 13 cuerdas-, impartido por la maestra Yukari Hirasawa, la cual te deleitará mientras disfrutas de tus alimentos,  por su magistral forma de tocar este instrumento musical.

Si visitas Jitaku los jueves de 19:00 a 21:00 horas, podrás aprovechar y aprender en Shodo caligrafía japonesa con la maestra Chisyu, clases para aprender a escribir tu nombre en japonés o cualquier palabra. El escrito será un regalo de Jitaku para ti.

 

Jitaku

 

Y como la cultura japonesa es muy amplia, a través del performance Nihon Buyo, tendrás un acercamiento a la danza tradicional japonesa con la maestra Naoko Kihara, los sábados de 15:30 a 16:30 horas.

Con un costo adicional, conoce más acerca de la Ceremonia del Té, a través de eventos especiales que realiza Jitaku de la mano de la maestra Gaby Suárez, que está certificada en la escuela Musha kojinSenke, la cual incluye quimonos, ¡Te encantará!

Dónde. Av Cuauhtémoc 1202, Sta Cruz Atoyac. Cheque Promedio: $350. jitaku.com.mx

 

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Decir Corea es apuntar a uno de los polos productivos más fascinantes del mundo del té. Con más de 1,400 años de historia, la infusión de camellia sinensis desempeña un importante papel en la cultura de esta nación asiáticaFotos: ©Photographer (John Doe)-Korea Tourism Organization.

El té se introdujo a Corea durante los tiempos de la Reina Seondeok, entre el 632 y 646 de nuestra era. La historia cuenta que en 828 el embajador coreano en China, bajo la dinastía Tang en aquel momento, llevó semillas de camellia sinensis a territorio coreano y las plantó al pie de las montañas con el permiso de la corte imperial. Desde entonces, el té fue adquiriendo popularidad en la región.

Tés de Corea

Durante el periodo Korai (936 a 1392), el consumo de té llegó a su apogeo. El té se consideraba esencial en la vida de nobles y monjes, además de ser popular entre las clases trabajadoras. En aquella época existían 35 áreas de producción en todo el territorio; regiones como Ru, Queshe, Zisun, Lingya y Xiang comenzaron a producir té en grandes volúmenes, llegando incluso a exportar algunos de ellos.

Después de la guerra ruso-japonesa, Japón adoptó algunos elementos de la cultura del té coreano. Poco a poco, los coreanos también comenzaron a mezclar algunos elementos propios con los de la ceremonia nipona, formando un estilo particular en torno a la infusión. Sí, querido lector, ambas naciones poseen un vínculo palpable en cada taza.

Tés de Corea

Hoy día, la producción de té en la República de Corea (Corea del Sur) es bastante limitada; la nación asiática exporta menos de 1,500 toneladas de té cada año. Más allá de cifras dedicadas al mercado global, Corea posee un importante índice de consumo local de la infusión. ¿Qué se produce?, toda una gama de tipos, estilos y variedades, desde tés verdes hasta semioxidados, oxidados e incluso fermentados.

Vayamos a lo particular. Denominado genéricamente Nokcha, el té verde es el de mayor producción y consumo en territorio coreano. Al igual que en Japón, el té verde coreano puede presentarse en hojas sueltas o pulverizado, puro o mezclado con arroz tostado o limón seco. La República de Corea también produce tés semi oxidados muy similares al oolong, denominados Hwangcha, y tés completamente oxidados, nombrados Hongcha. Una de las peculiaridades más sorprendentes es la producción de tés fermentados y compactados al puro estilo del pu-erh: Doncha, Tteokcha, Borim-cha…

Tés de Corea

“¿Cómo se bebe el té en Corea?”. Al igual que en China, Taiwán y Japón, el té coreano está presente en todo momento del día; en el desayuno, la comida, al recibir visitas o como bebida simple para calentar el paladar. Del lado ritual, es importante mencionar que el consumo de té en Corea fue profundamente influenciado por el budismo y el taoísmo, lo que llevó al desarrollo de un concepto denominado Suyangdado, es decir, la realización de ceremonias de té como una forma de cultivar la mente. A diferencia de otros polos productivos de Asia, Corea hoy da un gran valor a los modales de la juventud en torno a la infusión de camellia sinensis. Las ceremonias de té para adultos son una forma de enseñar a los jóvenes principios y conductas positivas a través de la cultura del té. escueladete.mx

Sobre un césped perfectamente cortado se dibujaba un sendero enmarcado con velas que iluminaba el ocaso de una templada tarde en Cocoyoc. Era el camino que conducía a una reproducción casi exacta de una típica sala de té nipona, construida por la Escuela Mexicana de Té. Allí esperaba Reina Sakao, la maestra de té que dirigió, casi en silencio, una ceremonia Yobanashi. Fotos: Cortesía Escuela Mexicana del Té y Nelly Cabrera. 

Pero el ritual —una de las tres ceremonias japonesas de té más importantes del año, la Yobanashi se realiza en invierno— iniciaba antes, desde el momento que nos indicaron que nos despojáramos de aretes, anillos o cualquier otro adorno, pues nos sumergiríamos en acto donde la humildad es uno de los valores principales de los japoneses: Nou aru taka ha tsune wo kakusu, dice un refrán de ese país que significa “un halcón talentoso esconde sus garras”.

Ceremonia del te

Armonía, respeto y pureza

Llegamos a una banca donde nos esperaban la maestra y su madre, quienes intercambiaron velas (acto que representa el intercambio de sentimientos y es lo que diferencia a la Yobanashi del resto de las ceremonias de té japonesas). Reina nos invitó a lavarnos las manos, para purificarnos antes de entrar al salón. Y es que esta ceremonia también es espiritual, y sus principios son: Wa Kei Sei (armonía, respeto y pureza) y la Jyaku (tranquilidad).

Al entrar a la habitación blanca alumbrada por velas, los participantes debemos hacer una reverencia a la pintura de caligrafía japonesa llamada tokonoma, así como a los utensilios y al brasero que Reina utilizaría para la preparación del té matcha. Una vez sentados en cuclillas, la maestra ofrece a cada participante una bandeja de madera con cuatro compartimentos (bento) y unos bocadillos de sabores ligeros con base de arroz, camarón, pollo y verduras; esa sutileza tiene como objetivo no interferir en el sabor del té. La temática de la degustación, explicó Reina, era “México-Japón”; ella misma diseñó la comida kaiseki.

Té matcha y dulces, servilletas repujadas

Antes de dar paso al té, el ritual indica que se debe salir del salón para que el maestro purifique nuevamente el lugar y al sonido de un gong se regresa. Al comenzar la delicada preparación del té matcha, la maestra Reina extrae con el chashaku (cucharita de bambú) la medida exacta del polvo verde (una manera de descubrir la calidad es por su tonalidad, que debe ser un verde intenso y brillante) y la coloca en un tazón de cerámica y le agrega agua caliente. Con suavidad toma el chasen (batidor también de bambú) y moviendo sus manos como el aleteo de un colibrí, agita por 20 segundos. La bebida queda espumosa y es ofrecida a los invitados con una reverencia.

Ceremonia Yobanashi

Los sabores en la Ceremonia Yobanashi

No es un sabor fácil; es intenso, amargo y de textura espesa. Sabe a trabajo artesanal pero fino, a Sol sobre las hojas… inolvidable. Para “sellar”, comemos algunos dulces que hacen un equilibrio exacto. Así culmina la ceremonia Yobanashi, con la sutil búsqueda japonesa del equilibrio.

Luego desandamos el camino. En voz baja, los directores de la institución nos aclaran que a Reina Sakao, tercera generación de la familia Sakao, dedicada al cultivo del té verde japonés. Le apena que le digan “maestra”, pues conocer y aprender sobre esta bebida es un aprendizaje que lleva toda la vida, ni más ni menos.

Ceremonia Yobanashi