Cuatro días de buena comida y bebida, de profundas manifestaciones artísticas y de expresiones de diseño y arquitectura, fue lo que vivimos durante el Market of Arts and Gastronomy MAG, festival realizado en San Miguel de Allende. Fotos: Michelle Burgos.
Amantes del arte y buen comer
Las diestras manos de chefs nacionales y extranjeros, así como de artistas visuales de renombre, ejecutaron sus mejores maniobras para sorprender los sentidos de los amantes del arte y del buen comer, durante diferentes cenas y brunch servidos en los mejores restaurantes y hoteles de ese destino de Guanajuato.
Los anfitriones
Cada sede fue intervenida por los artistas con pinturas, fotografías, proyecciones e instalaciones que irrumpían con la atmósfera tradicional de hoteles como Rosewood, Hotel Matilda, L’Ôtel y Casa Blanca 7, de restaurantes como Bovine y de construcciones como Casa Dragones.
Hotel Matilda
Durante una de las cenas realizada en Hotel Matilda, la artista visual Eugenia Martínez, sorprendió con vidrios y espejos donde se leía la frase:
“Las líneas vienen y van”, una y otra vez, formando espirales.
Algunos vidrios estaban sobre cuadros que mostraban la fotografía de una familia de clase alta, pero con narices de payasos; o sobre una vitrina dentro de la cual estaba la imagen de la Santa Muerte.
El mensaje de esta intervención fue una muestra del trabajo que Eugenia viene desarrollando en los últimos años, que gira en torno al clasismo, al racismo, al género y a cómo las fronteras van cambiando.
Hubo participación de chefs extranjeros, a Eugenia le pareció pertinente referirse a las líneas de las fronteras.
Grandes espejos redondos con la misma frase fungieron como las mesas donde los chefs Pancho Ibañez, de Moxi Restaurante, Eduardo García, de Maximo Bistrot, y Alam Méndez, de Pasillo de Humo, nos deleitaron con una cena de seis tiempos, donde destacaron la lubina con salsa verde, la terrina de cordero con hongo porcini y flor de nabo, y la tarta de ruibarbo con helado de yogurt.
Restaurante 1826
Otra de las muestras de estos dos artes, tuvo lugar en el restaurante 1826, de Rosewood San Miguel de Allende. Cuya arquitectura majestuosa y colonial contrastaba con la instalación visual de Adrián González, quien invitó a los comensales a realizar un viaje en el tiempo, hacia la década de los 90.
En las mesas había televisores antiguos y piezas de lego que fungieron como descanso de los cubiertos. Cuadros donde se observaba al ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari estrechar la mano del famoso Michael Jackson, y proyecciones en techos y paredes de personajes como Jaime Maussan y Mario Bross, formaron parte de la intervención.
Rosewood Sand Hill
Odín Rocha, chef del hotel sede, y Reylon Agustín, del restaurante Madeira, del Rosewood Sand Hill y que ostenta una estrella Michelin, fueron los encargados de trasladar ese espectáculo visual hacia el paladar con un roulade de pato con berenjena tatemada y cerezas encurtidas; un pork belly braseado y pulpo confitado con cremoso de aguacate; un rib eye añejado cuatro meses con chichilo negro; y un postre colorido: nopal, xoconostle, garambullos y tuna verde.
La cocina va a la calle
Esto no es experiencia completa si no se pasea por San Miguel de Allende, que a cada paso, en cada estrecha calle y en cada una de sus construcciones va gritando el por qué ostenta su título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Es por eso que este festival tuvo un espacio en el Jardín Juárez, donde se instaló el Marché, una muestra artesanal y gastronómica de diversos productos donde degustamos tequilas y mezcales, asados y parrillas, productos orgánicos como miel y mermelada de tamarindo y compramos bolsas, cuadros y ropa con diseños muy originales.
También se realizaron catas de vino y de tequila, y dos brunch con la participación de los chefs Eduardo Echeverría, René Reyes y John Gallo, en Moxi Restaurante de Hotel Matilda, y Donnie Masterton y JJ (Fátima) en Hotel Casa Blanca 7. magmexico.com
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