Dominique Crenn, nacida en Francia en 1966, es la mente detrás de Atelier Crenn y Petit Crenn en San Francisco. Después de titularse en Política, Economía y Comercio Internacional en París, llegó a California y enamorada de San Francisco, comenzó una aventura. Dicha historia la llevó a ganar el concurso Iron Chef en 2009. Y con esto, a ser la primer chef femenina en obtener dos estrellas Michelin en Estados Unidos y a ser reconocida como la mejor chef femenina del mundo en 2016. Además, es miembro del jurado de The Basque Culinary World Prize.

 

Dominique Crenn

Influenciada por el mar de Bretaña, la comida de su abuela y de su madre, y los recuerdos de su padre, un reconocido crítico gastronómico, la visión artística de Crenn corresponde a la de una poetisa que celebra la vida y el compartir en cada uno de sus platillos. Mismos que evolucionan de manera sustentable y temporal.

 

 

Alma y el espíritu

Para Crenn, la buena alimentación se trata de contar historias, de compartir una parte de su historia. Conectar a través de la comida es una manera de empezar una conversación, y eso llena no sólo una necesidad física, también satisface el alma y el espíritu, afirma.

Es en la naturaleza, en la calle, en la memoria y en los sentimientos donde trabaja su creatividad, siempre fuera de la cocina. Es importante para cocineros como ella, cuestionarse la manera en que comemos, Dominique dice que siempre es posible redefinir y recrear nuestra forma de alimentarnos. Como humanos creamos más problemas de los necesarios y tenemos que volver a lo que realmente importa; es increíble, cuando tenemos tanta riqueza, muchas veces no sabemos lo que tenemos cerca, ignoramos lo que es bueno para la tierra«.

 

 

Redefinir y recrear con Dominique Crenn

Defiende que debemos conocer y consumir lo local, y recordar que vivimos entre muchas otras especies, que el ser humano no gobierna el planeta; 

«es cuestión de encontrar un equilibrio y cierta armonía con el entorno en el que vivimos.” 

Dominique es fundadora y líder de «A Moveable Feast» una seria de cenas organizadas en apoyo al Centro de Educación Urbana sobre Agricultura Sostenible, promoviendo un mayor acercamiento entre chefs y productores locales.

A Moveable Feast

Los cocineros y grandes chefs actualmente tienen una voz, y esa voz es sinónimo de compromiso. Para Crenn, la mayor responsabilidad de un chef es conectar con otros y usar esa voz. Además, es importante la fuerza que atraen las sinergias entre cocineros de todo el mundo con el propósito de hacer grandes cambios sociales, medioambientales, incluso políticos; los chefs a veces son etiquetados como estrellas de rock y yo no me considero así; los vegetales, esos sí son estrellas.

Es grandioso cuando artistas como nosotros, nos unimos para entender este mundo y nos interesamos por los demás empleando nuestra creatividad no sólo en la cocina sino en soluciones para las grandes problemáticas del planeta. ¡Hay mucho qué hacer!”.

 

 

Dominique espera que en 10 años nuestro sistema alimentario sea capaz de brindar comida a la mesa de todos y cada uno de los ciudadanos del mundo; que no exista el hambre ya que nuestro planeta tiene todos los recursos, es rico y abundante, “somos nosotros quienes debemos cuestionar qué hay que hacer diferente, debemos repensar nuestras acciones. Alimentar y educar van de la mano, es un proceso que inicia en el corazón”.

“Evitar el desperdicio de alimentos, trabajar de manera local, educar para alimentar, ver por el otro generosamente e interesarse por su bienestar”. Todo esto es para David Hertz la base de un sistema alimentario sano y balanceado. Después de viajar durante siete años por diversos países, David encontró en el compartir y en la comida, un sinfín de posibilidades que, al regresar a su hogar en Brasil, comenzaron a tomar forma y a dar frutos.

 

David Hertz

Aunque el concepto de “gastronomía social” ha venido tomando fuerza desde las últimas décadas, es un hecho que la gastronomía siempre ha sido un tema social. Desde que el ser humano necesita alimentarse para vivir, el comer y todo lo que ello implica, es una parte fundamental de toda sociedad. Como lo plantea David, “la comida es un poderoso agente transformador y de inclusión social”.

 

 

Gastromotiva

Se trata de equilibrio, de respeto y de tolerancia, de entender que los seres humanos compartimos este planeta con muchos otros seres vivos y que todo es un ciclo.

Así nació Gastromotiva, una Asociación Civil que pretende transformar la vida de muchas personas en diversas situaciones de vulnerabilidad. Desde inmigrantes hasta presos, a través de la comida y la gastronomía. En 2006, David dejó su trabajo en un restaurante para enseñar a jóvenes de las favelas a cocinar en su propia casa, sin cobrar nada por ello.

 

El sueño comenzó

El sueño que comenzó a nivel local ha cruzado fronteras y ha logrado expandirse hasta nuestro país, portando la bandera de un movimiento internacional y contando con el apoyo de varias instituciones y chefs de los cinco continentes. Y de esta manera Gastromotiva busca construir puentes de desarrollo desde diferentes trincheras. Para juntos luchar contra los múltiples desafíos que presenta nuestro mundo como:

  • El desempleo.
  • La inseguridad alimentaria.
  • El desperdicio de alimentos.
  • Deterioro del medio ambiente o la desigualdad social.

 

 

Gastronomía social

Canalizar y ampliar todas las posibilidades que la gastronomía social puede ofrecer es el propósito. “No basta con que la comida sea buena, debe hacerle bien a la sociedad”.

Gastromotiva promueve la emancipación y el desarrollo humano desde la educación, para aportar soluciones a problemas de salud y contribuir a que las políticas públicas sean más efectivas, buscando finalmente fortalecer las identidades culturales regionales vinculadas profundamente a los hábitos y tradiciones alimentarias.

Cada pieza del rompecabezas es importante; para David, enseñar y transmitir el conocimiento, es fundamental al conectar con la gente y hacer unión para fortalecer relaciones.

Gastromotiva pone sobre la mesa un programa de enseñanza y capacitación culinaria y empresarial, y trabaja con una red de establecimientos gastronómicos que proporcionan oportunidades laborales a los alumnos.

En México, establecimientos como Fonda Fina, Eno, Lalo! y Maximo Bistrot, Rosetta y Pujol, son algunos de los que conforman esta red.

 

 

Refettorio Gastromotiva

Aún queda mucho por hacer pero ya se ha sembrado la semilla. Gastromotiva se encuentra actualmente en São Paulo, Río de Janeiro, Salvador, Curitiba y México; y es uno de las muchas iniciativas que se han ido generando alrededor de la Tierra para hacer un cambio.

 

Food for Soul

Otro ejemplo es Refettorio Gastromotiva, un comedor social en colaboración con la fundación Food for Soul, de Massimo Bottura y la reportera Ale Forbes, para restaurar o recuperar los alimentos y promover la dignidad de las personas.

  • No es coincidencia que David Hertz, haya sido nominado por segundo año consecutivo como uno de los 10 finalistas al Basque Culinary World Prize, un premio que reconoce las iniciativas que emplean la gastronomía como motor de cambio en distintos ámbitos.
  • Sin duda, David Hertz estaba en lo correcto cuando pensó que la cocina podría constituir una alternativa a la delincuencia o el desempleo, porque la comida alimenta de una manera social que trasciende.
  • Sé parte del movimiento y sigue a @gastromotiva / gastromotiva.org 

Cada vez hay más opciones deliciosas al norte del país. Una de éstas es La Cocinería del chef Óscar Cortázar, a quien le gusta impresionar a visitantes y locales de Chihuahua. Entrevista: Juan Pablo Montes / Foto: Sara Sofía González.

En la casa de este chef no había la típica abuelita cocinando, además de que su mamá no manejaba con destreza los cuchillos y sartenes; así que su vocación se derivó más de la casualidad. Durante un viaje a Italia, decidió inscribirse a una clase de cocina, sin saber que hallaría su profesión: “Me encantó descubrir la pasión italiana por la comida y cómo ésta es una parte esencial de su cultura”.

Al regresar se dio cuenta de que en México también existe esta unión fundamental, aunque se ha ido perdiendo en los hogares más modernos. A pesar de que se convirtió en licenciado en Administración de Empresas, nunca dejó su afición, así que se enroló en el Culinart de Monterrey. Ahí, la directora, la chef Martha Falcón, que le daba un diplomado de Cocina Internacional, lo convenció de ir a hacer prácticas con Martín Berasategui. “Estoy muy agradecido con ella porque fue quien hizo que me dedicara a la cocina”, afirma Óscar.

Aunque aprendió técnicas y secretos, lo que más marcó la experiencia del chihuahuense fue la disciplina de una cocina de primer nivel.

¿Quién está en tu mesa?

La Cocinería

En el restaurante del chef Óscar Cortázar, del restaurante La Cocinería, nos compartió su historia de cómo llegó a dedicarse a la cocina. La Cocinería, ubicado en la ciudad de Chihuahua, Óscar al principio solo quería saciar su propia curiosidad. “Hace cuatro años quería un negocio para aprender y darme experiencia; nunca pensé que La Cocinería se volvería mi forma de vivir y mi pasión diaria”.

A pesar de conocer técnicas complejas como la esferificación o las espumas, solo le interesan las que hacen brillar los ingredientes. Uno de los favoritos de la carta es el ceviche de callo de hacha. Para elaborarlo, un amigo le trae el ingrediente principal de Los Mochis con una frescura incomparable. Para destacar su sabor le añade un poco de ari —una especie de resina que produce una hormiga de la sierra—, el cual es un glutamato monosódico natural.

Varios pescados vienen de Ensenada porque no hay nada mejor que consumir local, dentro de las posibilidades”. También ofrece una de las mejores carnes del estado, que consigue con dificultad, pues la mayoría la exportan. Aunque por el momento, el sabor que más le gusta es el del levístico, entre perejil y apio.

El levístico o apio de monte es de la familia de las apiáceas, y lo más probable es que su origen esté en Asia, aunque es más conocida en el sur y centro de Europa para condimentar platillos como si se tratara de una especia y no de una hierba. De hecho, en el edicto del siglo IX Capitulare de villis vel curtis imperii Caroli Magni, en el que Carlomagno buscaba regular la agricultura del imperio, tenía un apartado en el que se enumeraba el contenido esencial de cualquier jardín imperial y ahí aparecía esta planta. Del levístico se puede usar desde el bulbo hasta las hojas, e incluso los frutos, aunque son más difíciles de encontrar en el mercado. A Óscar le gusta para infundir la mantequilla buscando darle un toque especiado y fresco.

Durante un brunch vasco organizado en Eneko by One Aldwych de Londres, se anunció la próxima sede de la gala más importante de la gastronomía, con la asistencia de cocineros de restaurantes que lideran la reconocida lista, como Elena Arzak, Brett Graham, Isaac McHale y Eneko Atxa: The World’s 50 Best Restaurants 2018.

The World’s 50 Best Restaurants 2018

Por vez primera, España acogerá la ceremonia, y concretamente Bilbao, se convertirá en el epicentro gastronómico mundial durante la edición 2018 de los distinguidos premios.

La ceremonia, celebrada en Londres desde su instauración, ha viajado en los últimos dos años a Nueva York y a Melbourne, Australia.

 

The World’s 50 Best Restaurants 2018

 

Vanguardia en gastronomía

William Drew, editor del Grupo de The World’s 50 Best Restaurants, ha dicho que están encantados de ser recibidos en Bilbao y de que España sea nueva sede. Porque “como país ha estado siempre a la vanguardia de la gastronomía y la región vasca, en particular, tiene una cultura culinaria increíblemente rica”.

La región española en cuestión se ha destacado por su extraordinaria gastronomía, razón por la cual The World’s 50 Best Restaurants se encuentra colaborando con la Diputación Foral de Bizkaia, para llevar a cabo sus prestigiosos eventos en conjunto.

San Sebastián también acogerá algunos eventos paralelos a la presentación de la lista, elaborada por más de 1000 miembros de la academia, como las conferencias 50BestTalks y el Banquete de los Chefs.

 

The World’s 50 Best Restaurants 2018

 

Turismo y Promoción Exterior

El director foral de Turismo y Promoción Exterior, Asier Alea, dijo que es un privilegio que Bilbao sea la anfitriona de los premios en 2018.

Ya que “es un paraíso culinario liderado por una nueva generación de la cocina vasca en cuya base se encuentran unas fuertes raíces tradicionales con una proyección moderna mundial”. Y aseguró que trabajarán para que todos los visitantes, cocineros, periodistas y gourmands de todo el mundo, se sientan “como en casa en Bizkaia y en el País Vasco”.

El ranking que coronó:

  • En varias ocasiones al revolucionario restaurante de Ferran Adrià, elBulli.
  • Este año ubicó en el primer puesto al restaurante neoyorkino Eleven Madison Park, del chef Daniel Humm.
  • Seguido por la obra maestra de Massimo Bottura, Osteria Francescana en Módena, Italia.
  • Y en tercer lugar, al Celler de Can Roca de los hermanos Roca, ubicado en Girona.

 

The World’s 50 Best Restaurants 2018

 

Actualmente la provincia de Bilbao cuenta con cuatro restaurantes entre los premiados: Asador Etxebarri, Mugaritz, Arzak, Azurmendi. Será entonces en estas tierras donde se llevará a cabo la reunión anual más importante del mundo culinario del año venidero.

Egresados del Instituto de Arte Culinario Coronado y cimentados en una gran amistad, Diego Niño y César Vázquez comenzaron su carrera juntos al asociarse para formar Duo Catering.

Nexo Wine Bistrot: evolución culinaria

Luego de su éxito, en 2015 decidieron abrir Nexo y un año después recibieron el premio Jóvenes Talentos en Millesime. En su trayectoria en solitario, César —oriundo de Tijuana— trabajó como jefe de cocina para Tec- Emotion, distribuidor de texturas para Albert & Ferran Adrià, donde aprendió técnicas de cocina molecular y fue ganador del concurso Joven Chef en 2013.

Por su parte, Diego Niño —originario de la Ciudad de México— siempre se ha retado participando en concursos como Cocinero del Año 2017, en el que ganó el tercer lugar. Además, ha trabajado en espacios como Estudio Millesime y el desaparecido D.O.

 

¿Cómo defines la propuesta de Nexo?

César: Es una cocina libre con técnicas abiertas al mundo, Diego y yo cocinamos lo que nos gusta, puede ser, por ejemplo, un taco elaborado con técnicas francesas, asiáticas o cualquier otra. No estamos cerrados a nada.

Diego: Es algo fresco y libre, es una unión que hacemos César y yo al crear platos con un estilo de cocina único y a la vez vanguardista. Nexo es un alma libre.

 

 

¿Cómo es el proceso creativo para la preparación de platillos?

César: Me gusta mucho ser teórico y analítico, no cocinar por inercia. Cuando platico con Diego de platillos nuevos, ponemos todo sobre papel y partimos de un ingrediente principal, como la coliflor con mole de Xico que tenemos actualmente en la carta.

Llegamos a combinaciones de sabores por los referentes de cómo hemos comido la coliflor y tomamos en cuenta sus matices de sabor y aroma. Desnudamos al ingrediente para encontrar las diversas formas de prepararlo. Al final del ejercicio, tenemos un mapa conceptual de la coliflor con infinidad de caminos y posibilidades para cocinarla.

A esto le llamo paladar mental, herramienta que todo ser humano tiene, pero que es diferente en cada uno por lo que has comido en tu vida. Cocinamos con la mente y nos ahorramos horas en pruebas, es ir un paso adelante.

Diego: Todo se basa en la idea de qué platillo queremos cocinar: entrada, plato fuerte o postre. Casi siempre nos enfocamos en hacer preparaciones con productos de temporada.

Iniciamos analizando los matices que tiene e ideamos las sensaciones que nos puede brindar el producto en el plato. De ahí ramificamos posibles combinaciones y técnicas de preparación para obtener una cocción perfecta.

Por ejemplo, el cerdo: comenzamos recordando cómo lo hemos comido: confitado, en carnitas o braseado; definimos la cocción y luego los ingredientes que acompañarán nuestro ingrediente principal, recordando con qué guarniciones lo hemos probado.

Esto es biblioteca de sabores, nos imaginamos las combinaciones de los alimentos que van a ensalzar nuestro nuevo platillo.

 

 

¿Cómo han manejado la transición de jóvenes promesas para consolidarse como chefs?

César: Siento que sigo en transición y con retos constantes. Sé que cada día debo ser más disciplinado y cada reconocimiento es indicador de mayor exigencia como chef.

Diego: Estoy haciendo lo que me gusta y en Nexo lo estamos mostrando a los comensales. La verdadera satisfacción es que regresen al restaurante y prueben nuestra propuesta.

 

 ¿Cuáles son los ingredientes que no pueden faltar en su restaurante?

César: Soya, sal, mantequilla y aceite de oliva. Son potenciadores de sabores: la mantequilla aporta una sensación única a las verduras, el aceite de oliva es esencial para aliñar cualquier preparación y la soya es uno de mis ingredientes preferidos, ya que aporta mucho umami.

Diego: Además de los ingredientes que menciona César, me gusta el ajo. Lo puedo comer en todas sus variantes y texturas, me fascina que su sabor es fuerte pero no agresivo. En Nexo debes probar el crudo del día, preparado con un aceite de ajo y chips de ajo.

 

 

¿Cuáles son las novedades de Nexo en los próximos meses?

César: Acabamos de cambiar 95% de la carta, solo mantuvimos el jurel, los ravioles, el pato, el brioche y la tartaleta de yogurt. De los nuevos platillos tenemos crudo del día con aguacate y umeboshi, que es una ciruela fermentada japonesa, pulpo con miso y cerveza, y el pollo orgánico marinado y rostizado con poro escalivado, salsa holandesa y velouté de pollo.

 

¿Cuántos chefs han venido a Nexo a cocinar?

 César: Al abrir Nexo invitamos a chefs como Juana Maya, cocinera tradicional de Oaxaca, y Paco Molina de Evoka. Y en el aniversario invitamos a Mario Espinosa de Rosas 32, José Luis Estevan de Millesime, y Mao Montiel de Dolcenero, entre otros.

Diego: Han sido más de 18. Compartir nuestra cocina con estos chefs es sinónimo de enseñanza y amistad, no hay envidias. Invitarlos a cocinar involucra aprender de ellos y cada visitante deja un granito de arena, no solo en César y en mí, sino también en la familia Nexo, nuestro equipo de cocina.

 

 

¿Qué significa para ustedes crear este tipo de nexos con otros chefs?

César: Es compartir más que el gusto de cocinar: somos amigos y representa una hermandad. Es padrísimo contar con esta gente que piensa igual que tú y que en grupo nos apoyamos y hacemos crecer a la gastronomía nacional para poner en alto el nombre de México.

Diego: Es un clic grupal y todos tenemos la cosquilla de aprender unos de otros y apoyarnos para seguir creciendo. Al final de todo, compartimos una gran amistad.

 

Hace cinco años que trabajan juntos. ¿Cómo se conocieron?

César: Nos conocimos en Coronado. Diego estaba en el turno de la tarde y yo en la mañana, nos presentó el chef David Iniesta y nos puso como equipo para participar en un concurso de cocina en Monterrey, de ahí nació la amistad.

En esa competencia estaba haciendo frijoles chinos y por presumirle mi platillo al jurado se me cayeron al piso. Además en la primer etapa de ese concurso me rebané la uña y no podía cocinar, me tocó hacer masa de tamal, pero como no podía amasar, Diego me apoyó.

Diego: Nos conocimos en un concurso, íbamos en la escuela. Comenzamos a hacer buena mancuerna hasta lograr el equipo de trabajo que tenemos hoy y que se permea en una amistad muy pura.

 

 

¿Cómo eres cuando no estás en Nexo?

César: Soy relajado y tranquilo. Me gusta estar en casa con mi familia, disfruto de pasear con mi novia que también es chef, vamos a muchos restaurantes a probar platos nuevos.

Diego: Me gusta divertirme y hacer actividades que involucren la cultura y las artes. Comer me encanta, es el momento cuando salgo de Nexo buscando conocer qué hay fuera y me propongo ir a restaurantes para probar lo que otros amigos y colegas están cocinando.

Grupo lampuga: pasión en armonía

 

Emmanuel Zúñiga dirige con precisión y maestría el entramado de Grupo Lampuga. Enfocando su atención en cada detalle, el chef sabe que lo más bello en la vida requiere dedicación, apertura al cambio y compromiso absoluto.

Texto: Alejandro Mendoza / Producción: África Badillo / Fotos: Charly Ramos / Maridaje: Miguel Ángel Cooley. 

 

Grupo Lampuga

Así como un reloj marca las horas sin inmutarse de lo que lo rodea, la experiencia de sentarse a la mesa en un restaurante con una trayectoria consolidada como Lampuga, pareciera que está dada, que surge natural y espontánea. Pero pocas personas saben que culminar en este punto requiere horas de esfuerzo, depurar ideas y escuchar a la gente. Sobre todo, requiere velar por los detalles que permiten crear un discurso culinario, una atmósfera y un servicio únicos.

Para Emmanuel Zúñiga, chef ejecutivo de Grupo Lampuga, llegar al restaurante y revisar estos pilares se ha convertido en una disciplina, misma que le ha permitido cumplir 11 años al frente de las cocinas del grupo.

 

Emmanuel Zúñiga chef ejecutivo

¿Cómo se definen las piezas que permiten dirigir un proyecto como Lampuga? En palabras de Emmanuel, la clave empieza con plasmar lo que a uno le gusta, para lograr transmitir una idea clara al comensal. Para él, abrir un restaurante es prometer a la gente que siempre saldrá contenta y satisfecha con los platillos y el servicio.

“Para esto solo hay una frase: estar en el negocio. Estar en tu cocina, revisar los pormenores de cada día, recordarle las tareas y responsabilidades al personal y escuchar sus puntos de vista”, apunta Emmanuel.

Desde la iluminación hasta el volumen de la música, sin olvidar la calidad de los insumos y la ejecución de los platillos, cada pieza es fundamental en la operación de las tres locaciones de Lampuga. Cada uno responde a la personalidad del barrio que los acoge: en la Condesa, el mural de un pulpo remite a un espacio hogareño y cálido; en Polanco, una cava de vidrio logra una atmósfera de elegancia, mientras que en la Roma, los elementos art déco combinan con los edificios y el estilo de vida que lo rodean.

 

Un espacio hogareño y cálido

Alcanzar un estilo culinario atemporal e identificable ha sido uno de los ejes de Lampuga. Emmanuel sostiene con claridad su filosofía de trabajo: “Al personal siempre le digo: recuerda que nuestra comida es sencilla pero sabrosa. Tiene que tener el concepto de sencillez, llevado a la calidad en el producto”.

Para lograr que Lampuga mantenga su esencia al ofrecer platillos con productos del mar, Emmanuel reflexiona sobre los cambios que ha tenido que adoptar a través de los años, desde reconocer que el perfil de los cocineros que se formaban antes no es el mismo que el de los de ahora, hasta identificar que las nuevas generaciones de cocineros comparten valores de la generación millennial, que busca retos y reconocimiento.

“Cambié mi chip de ser exigente y estar siempre encima de la gente buscando la perfección. Hoy la perfección se entiende de otra manera”, reconoce Emmanuel.

 

Influencias de vida

El ritmo de la cocina, tan demandante, pide a quienes se dedican al oficio pausas para reflexionar. En esos momentos, Emmanuel recuerda lo que lo inspira: “Vives para el servicio. Me inspira hacer sentir bien a la gente. Cuando ves a un cliente y te sabes su nombre; cuando la gente, antes de ir al hospital a que nazca su hijo, cena en Lampuga; la cantidad de peticiones de mano que he vivido… Hay clientes que se vuelven tus amigos. Para lograrlo, busco hacer sentir contento al comensal”.

Emmanuel ha recibido varias influencias en su vida. Personas como Guillermina Torres, quien fue su principal mentora en la universidad. “Fue como una sensei, siempre me presionaba para ser mejor”.

Además de su esposa, Marianela Morón, que también es cocinera: “Ella es la parte relajada y tranquila, donde todo siempre sale a tiempo”. De Mónica Patiño aprendió el concepto de sencillez que ahora aplica en su cocina.

Emmanuel sabe que la perfección absoluta no existe. Sin embargo, entiende que cuidar el aspecto humano de la operación de un restaurante es piedra angular para generar un ambiente creativo, del cual surja una propuesta culinaria que invite a los comensales a regresar.

Con esto en mente, se mira en el futuro al frente de un grupo cada día más consolidado y, con suerte, con el tiempo suficiente para viajar con más frecuencia a la playa.

lampuga.com.mx

Tras los pasos del chef Nico Mejía

El chef Nico Mejía es tijuanense de nacimiento pero lleva a Colima tatuada en el corazón, así que nos llevó por el estado que lo vio crecer para revelarnos los sabores que lo inspiran, asegura Azucena Pacheco. Fotos: Charly Ramos. 

 

Nico Mejía

Son las 6:30 de la mañana, estamos en el muelle náutico de Manzanillo a punto de empezar una travesía en la que Nico Mejía, chef de los restaurantes Trapiche en Colima y Riviera Nayarit, nos llevará por los rincones más queridos del estado que lo vio crecer: Colima.

En cuanto llega a su tierra, Nico se quita lo zapatos, seguramente para sentir en la plantas de los pies el calor de su tierra. El cielo se pinta de matices naranjas y violetas mientras Pato, el pescador con quien navegaremos mar adentro, nos recibe en su lancha La Alegre.

Al subir a la embarcación, Nico comienza a recordar una serie de anécdotas de cuando era niño, como cuando tenía siete años y recogía los pescados que se capturaban durante los torneos de pesca, para que su madre preparara ceviche colimense que él vendería más tarde en la playa. Es casi mediodía y solo hemos pescado un barrilete de aproximadamente dos kilos.

“Cuando era niño, había muchos peces; ahora ya no ves tantos. Si las cosas siguen así, en 40 años ya no habrá más”, reflexiona. Varias especies marinas están en peligro debido a la pesca comercial, cercana a tierra y con redes, lo que viola la norma 071, cuenta Pato, a diferencia de la pesca deportiva, que se limita a una caña de pescar y una cantidad limitada de ejemplares por cada barco.

Antes de volver a tierra, disfrutamos un ceviche con las finas lascas de carne color vino intenso del barrilete, marinado con sal de mar, limón, cebolla morada, pepino y habanero.

 

Entre el mar y la tierra

La siguiente parada es Mariscos del Pacífico, en Camotlán de Miraflores, famoso porque su dueño, Saúl, es hijo del Bigotes, el primer restaurantero que puso una enramada para comer pescado a la orilla del mar en Manzanillo.

Bajo un refrescante techo de palma y con los pies enterrados en la arena, nos tomamos un descanso para degustar del exquisto caldo de chacales de río —elaborado con crustáceos endémicos muy parecidos a los langostinos—, ceviche colimeño y salpicón de dorado.

Para ayudar a la digestión, nos dirigimos a la comunidad de Santa Rosa, para visitar a Miguel Silva, el único productor de mezcal en Colima y artífice del mezcalillo colimeño o tusca. Miguel heredó este oficio de su abuelo, quien elaboraba el elixir de forma artesanal desde hace 60 años en Zapotitlán de Badillo, en Jalisco.

El maestro mezcalero nos cuenta que el secreto del destilado que ha enamorado a chefs como Jonatán Gómez Luna, Javier Plascencia y al propio Nico Mejía es producir con respeto al entorno, así como sus aromas florales y frutales y su sabor suave con un ligero ahumado.

Miguel se interna en el hábitat de agaves silvestres, esperando el tiempo natural de polinización. Los transporta a lomo de burro hasta la destiladora, y una vez ahí, los hornea con leña de encino y piedras, y los cubre con tierra. A los ocho días separa el bagazo en tambos y lo deja fermentar durante otra semana. De esta forma produce de 300 a 400 litros al año para consumo local.

Al caer la tarde llegamos a Canoas, una pequeña comunidad al norte de Manzanillo. Allí, tras un refrescante baño en el río del mismo nombre, nos disponemos a descansar.

 

Delicias locales

Amanece en Canoas y Nico nos despierta con su entusiasmo habitual y contagioso. Está emocionado, pues tomará uno de sus desayunos favoritos: el Palomazo. Pasamos por un tendajón donde compra una barra de chocolate Rey Amargo y azúcar, que tritura y mezcla mientras nos dirigimos a casa de su amigo Adolfo, quien posee algunas vacas.

Allí, Nico vierte parte de la preparación en el fondo de un vaso, al que le sirve un poco de alcohol del 96 y que finalmente llena con leche de vaca recién ordeñada, espumosa y tibia. El sabor de esta bebida, también conocida como Pajarete, es similar al rompope. “Si pudiera, desayunaría esto todos los días”, dice.

Otro ingrediente local son los chacales de río o langostinos colimenses. Nos dirigimos a pescarlos mientras Nico nos explica que existen varios tipos: el crecedor, que llega a medir hasta un metro; el manquito y el zurdito, porque sus tenazas son más pequeñas, y la burrita, que es más chico y no tiene tenazas. Por ser los más sabrosos, suelen usarse para los caldos de chacal.

Nico Mejía

Nico y Pato nos muestran las dos modalidades de pesca: a pulmón, aguantando la respiración por debajo del agua, con un arpón rudimentario y un visor, o por medio de un instrumento prehispánico llamado achacal —hecho de varas de otate entretejidas con alambre— que se coloca a contracorriente dentro del río.

Nos vamos divertidos, pero lamentablemente  con las manos vacías, ya que la temporada en que se capturan más fácilmente es en verano, cuando la lluvia abundante los empuja hacia las trampas.

Uno de los almuerzos típicos colimenses es el hígado encebollado. Nosotros lo probamos con Juanita, una cocinera tradicional de Canoas. Ahí Nico nos da la primicia de su nuevo libro, Colima sabe, que será lanzado en octubre: “En mi estado nadie había tratado de unificar el tema de los ingredientes y las cocineras tradicionales; ese es el objetivo.

Colima ha estado muy abandonada, y aunque tampoco tengo toda la verdad, creo que estamos haciendo historia”.

 

De manteles largos

Continuamos nuestro trayecto, y a cinco minutos de la Ciudad de Colima, llegamos a Villa de Álvarez, la primera población novohispana del estado. Aquí, Nico nos quiere mostrar el fenómeno de las cenadurías.

Esta manifestación gastronómica colimota por excelencia. Recorremos varias de ellas. Tras un festín de tostadas con pata de cerdo, enchiladas dulces rellenas de frutos secos y sopitos de carne, estamos exhaustos, aunque aún queda espacio para una paleta de Los Volcanes.

Villa de Álvarez también es famosa por la importante tradición de cabalgatas charras, que culminan en La Petatera, la plaza de toros que se levanta durante las fiestas de la Candelaria, y que año con año es construida exclusivamente con petates, por lo que se le conoce como la artesanía más grande del mundo.

Terminamos el día en la comunidad de Cuauhtémoc, donde se encuentran otros de los proyectos de Nico: Trapiche y Cervecería Colimita. Ambos sitios están muy relacionados entre sí; el primero se trata de un bar rico en sabores y ambiente, fue concebido por el chef y sus socios para ofrecer platos que maridan a la perfección con cada una de las cervezas de las que Nico es embajador: Colimita, Páramo y Ticús.

Allí probamos, la faceta culinaria de Nico: el taco de papa con aguachile de camarón, la costilla braseada con pale ale y el pulpo masajeado. El lugar ha tenido tanto éxito, que ya abrió otras dos sucursales: Palmar Trapiche, en Sayulita, y recientemente, Terraza Trapiche, en el centro histórico de Colima.

 

Con sabor a hogar

Nos dirigimos a Suchitlán, un pintoresco poblado con raíces nahuas. Es domingo, los locales visten de gala y las familias disfrutan de un desayuno tradicional en Los Portales de Suchitlán. Allí nos recibe Ofelia Elizondo, reconocida cocinera tradicional que ha recibido en su restaurante a personajes tan importantes como Rigoberta Menchú, ganadora del Premio Nobel de la Paz.

Después de probar una taza de café, dos variedades de queso fresco, jocoque, requesón y los tradicionales frijoles, guisados y de la olla, las delicias típicas continúan: conejo asado, tatemado (carne de jabalí, venado o cerdo, adobados) y pepena (vísceras en salsa de jitomate condimentadas con ajo, comino, laurel y chile guajillo). Nico encuentra semejanzas entre estos platillos, simples, pero a la vez, contundentes, y sus creaciones gastronómicas.

 Nico Mejía

 

“Mi cocina es casera con un toque contemporáneo, como la tostada de pozole seco que mi madre preparaba.

Ahora la presento como el ejemplo de una cocina sencilla llevada a otro nivel; creo que ese es el futuro de la gastronomía”.

 

Al fondo del restaurante se encuentran los cafetales de donde cosechan el café que ahora probamos. Está sembrado en arena negra, tierra volcánica que le otorga un sabor único a la marca Pancho Arenas (apelativo con el que los colimotas nombran cariñosamente al volcán de Colima), y que Pedro Virgen, hijo de Ofelia, produce desde la siembra hasta el envasado.

 

“Soy dueño del volcán”

Seguimos nuestro camino y llegamos a las faldas del volcán de Colima, que nos muestra su actividad cada cierto tiempo. Nico vira hacia el lugar donde tiene planeado inaugurar un restaurante campestre con cocina sencilla, de leña, y con productos locales. A la par, abrirá tres cabañas para que los huéspedes disfruten de las caminatas hacia el volcán. “¡El eslogan será: una cocina peligrosa!”, cuenta.

Nos dirigimos a la comunidad de La Caja, municipio de Comala, donde se realiza el Primer Encuentro de Cocineras Tradicionales Comaltecas. El vertiginoso ritmo de las mujeres preparando sus guisos y el aroma que emana de los mismos, son el preámbulo del festín que nos espera. Reúnen sus platillos en una mesa colorida mientras Nico insiste en que ellas son quienes atesoran la sabiduría culinaria del estado y, por tanto, también son embajadoras de esta gastronomía.

Nico Mejía

Terminamos este viaje degustando el tatemado de Margarita Cobarrubias y los chacales a la diabla de Anapólita Guzmán; platicando con Martha Cárdenas, a quien le gusta “inventar” sus recetas, y con Angélica Rocha, productora del Café la Flor de Suchitlán, una iniciativa artesanal, sustentable y social.

Nos despedimos llevándonos los sabores de cada platillo, la sabiduría de Nico Mejía y todas las personas que hacen de Colima un estado memorable; además de pan dulce de La Guadalupana, la panadería más tradicional de Comala, para merendar.

 

Información de viaje

Como Colima cuenta con cinco microclimas, es importante que lleves ropa ligera para la mayor parte del trayecto, pero no olvides empacar alguna chamarra o suéter para las zonas altas. Es recomendable llevar bloqueador solar, repelente de mosquitos, gorra o sombrero, e impermeable en verano.

CÓMO LLEGAR

Desde la Ciudad de México llega a la capital de Colima a través de Aeromar (aeromar.com.mx). Vuelo redondo desde $2,840 MX.

RECURSOS

En visitcolima.mx encontrarás información sobre zonas arqueológicas, turismo ecológico y de aventura, cultura, playas y golf. Allí también puedes consultar el clima local.

 

Dónde quedarse

Hacienda de San Antonio Ubicado a sólo 15 minutos del Pueblo Mágico de Comala y a media hora del centro histórico de Colima, esta hacienda del siglo XVIII resguarda uno de los hoteles boutique más galardonados de nuestro país. Suite desde $697 USD en temporada baja. haciendadesanantonio.com

Concierge Plaza La Villa En el Jardín Principal de Villa de Álvarez y rodeado de restaurantes, bares y una interesante movida cultural, este confortable hospedaje es muy práctico, gracias a su cercanía con Comala y la ciudad de Colima. Habitación Doble desde $899.00 pesos. conciergecolima.com

 

Dónde comer

Mariscos del Pacífico Con evidente influencia del Bigotes, creador de las enramadas de Manzanillo, este agradable local ofrece mariscos del día, algunos de ellos endémicos, con estupenda sazón. Camino Real 405, Camotlán de Miraflores, Manzanillo, Colima.

Los Portales de Suchitlán Según Nico Mejía, no puedes visitar Colima sin desayunar en Suchitlán. Cocina regional y tradicional, en medio de cafetales. Venta de café Pancho Arenas, y de cosméticos elaborados con subproductos cafetaleros. Galeana 10, Centro Suchitlán.

Cervecería de Colima y Jardín Trapiche La oportunidad de degustar la gastronomía de Nico Mejía a precios accesibles, aderezada con una visita guiada para aprender el proceso de producción de la cerveza. Carretera Colima-Guadalajara Km. 5, La Playita, El Trapiche, Colima.

Chefs famosos en el mundo

La escena culinaria ha evolucionado a situaciones que hace algunos años no habríamos podido ni imaginar. Hoy los chefs son considerados artistas, cuyas creaciones permiten a la mente del comensal, vivir una experiencia inigualable de sabor y emoción. Por eso, aquí te presentamos a algunos de los chefs más famosos del mundo, quienes también han contribuido a formar el planeta gastronómico que actualmente conocemos.

 

Grant Achatz

 

Nació en 1974 en Estados Unidos, y comenzó su vida culinaria y profesional en los restaurantes de sus padres. Aprendió de los grandes como: Thomas Keller, chef del restaurante French Laundry en California, donde llegó a ser sous chef; y de Ferran Adriá, a quien considera un maestro esencial.

Actualmente es el chef del restaurante Alinea en Chicago reconocido con tres estrellas Michelin. Ahí sirve un menú de degustación de 18 a 22 tiempos, creando toda una experiencia para los sentidos. Para él la creatividad es el resultado de trabajar y estudiar estrictamente.

 

Juan Mari Arzak

 

Hijo de padres restauranteros y nacido en 1942, en España. Aprendió de su madre las bases de la cocina vasca, a las cuales siempre les imprime su personalidad. Su restaurante Arzak obtuvo su primera estrella Michelin en 1972, para conseguir la tercera en 1989, las cuales aún conserva. Su carrera fue muy influenciada por el chef Paul Bocuse, quien le enseñó a considerar a la cocina como una expresión de arte. Actualmente comparte fogones con su hija- siguiente generación de este legado vasco-: Elena Arzak.

 

Ferran Adriá

 

La generación de conocimiento que él ha propiciado a lo largo de su carrera profesional, lo han llevado a que algunos lo consideren más que un chef, un maestro. Nació en 1962 en España, y antiguamente su restaurante el Bulli fue considerado como uno de los mejores del mundo, sin embargo este cerró sus puertas para abrir paso al Bulli Foundation, donde investiga, de la mano con profesionales de diferentes ramos, ingredientes, técnicas y cultura culinaria.

Gracias a él se hicieron tendencia preparaciones con espumas, esferificaciones, nitrógeno líquido y deconstrucciones.

 

Paul Bocuse

 

Es el fundador de lo que hoy conocemos como nouvelle cuisine, donde los platillos deben de enamorar a los cinco sentidos, esencialmente a la vista, por eso el emplatado se convirtió en una tarea más del chef. Nació en 1926 en Francia y se le considera una leyenda viviente, ya que ha sido mentor de muchos cocineros como Juan Mari Arzak.

También gracias a él existe el concurso Bocuse d’Or, uno de los más importantes del ámbito culinario.

 

Massimo Bottura

 

 

Actualmente este chef nacido en 1962 en Italia, es uno de los chefs más famosos ya que está en los reflectores del mundo por haber obtenido el título del mejor restaurante del mundo, de acuerdo a The 50 Best. Él aprendió de grandes como Ferran Adriá y Alain Ducasse, dos personajes clave en su trayectoria profesional.

Además su consciencia social lo ha llevado a liderar movimientos de reducción de desperdicios alimenticios. Para él la cocina es pensamiento, por eso comer un platillo de los grandes resulta tan encantador, ya que no se limita a solo ser una gran receta.

 

En sus venas corre la pasión por la música, la belleza visual y el oficio de la cocina. A través de experiencias sensoriales, el chef multifacético Alfonso Cadena ha logrado posicionar a Hueso como un obligado de la escena restaurantera de México. Texto y Producción Elsa Navarrete. / Fotos: Charly Ramos. / Maridaje: Miguel Ángel Cooley. 

La vista de los comensales es lo primero que se estimula al cruzar las puertas de Hueso, un restaurante contemporáneo alojado en una antigua casona de los años 40. Los mosaicos en la fachada imitan puntadas de costura, mientras que 10 mil piezas de huesos tapizan las paredes, logrando un interior blanco, rico en textura. Luego, son recibidos por una larga mesa comunal de 54 asientos y por su chef, Alfonso Cadena, quien desde la cocina abierta termina por deleitarlos con platillos vastos, ideales para compartir, que cambian noche a noche.

“Si creas experiencias, puedes trascender”, es el lema de este chef sonorense. Con una actitud desenfadada, concibió un espacio original en Guadalajara, donde el diseño arquitectónico, que envuelve magistralmente al servicio y a la cocina, funciona como una suerte de lienzo donde los colores y las formas surgen por la gente que los visita, y la comida y cocteles que se sirven. “Es un formato dinámico que nos aleja de ser aburridos y monótonos”, comenta.

Proveniente de una familia de cocineros, Alfonso Cadena cuenta que ir al mercado y ayudar en la cocina fueron actividades cotidianas; sin embargo, nunca consideró al oficio como su destino profesional. Por el contrario, desarrolló otros gustos, como el diseño gráfico y la música. Después de ser el vocalista del grupo La Siguiente Página durante mucho tiempo, decidió no hacerlo más; fue ahí cuando se acordó de que sabía y que le gustaba cocinar. “¿Qué puedo hacer que sea igual de satisfactorio que componer una canción, tocar un instrumento e ir a un concierto?”, se preguntó.

La experiencia laboral la adquirió en diversos restaurantes de San Diego, San Francisco y Los Ángeles. Tras siete años de ir de cocina en cocina, se enroló en el Pacific Institute of Culinary Arts, en Vancouver, para finalmente regresar a México y abrir su primer restaurante, La Leche, inicialmente en Monterrey y luego en Puerto Vallarta. En este espacio reina un estilo refinado, enfocado a la estética, en el que desarrolla su lado perfeccionista.

Como la música, la cocina tiene un momento de creación, ejecución y disfrute. Para el chef Cadena, el show en vivo consiste en abrir el restaurante y sacar el servicio. Desde La Leche, y ahora en Hueso, se ha enfocado en servir cenas porque le gusta gozar la vida del restaurante, es decir, recibir el producto y hacer la preparación con calma. “Hay que disfrutar el trabajo. Servir comidas podría ser mejor negocio, pero mejor experiencia de vida, no lo sé”.

Alfonso trata de ser el mejor cocinero que puede llegar a ser. A fin de cuentas, lo que le interesa es tener un espacio donde el comensal tenga experiencias, no ser el mejor chef de México; no cree en el éxito individual, solo en el colectivo. Es por eso que en Hueso, por medio de una sola mesa, busca generar el sentimiento de compartir: cuestión esencial en la cocina.

La propuesta de Hueso no la considera ni de autor ni mexicana; más bien es una fusión de sus vivencias con sus sabores y aromas favoritos. No sigue ningún tipo de cocina ni de receta, la única regla es trabajar con ingredientes mexicanos y técnicas francesas. Cocina por el placer de cocinar y confía en el sabor que realiza. Prueba de ello es la fórmula básica de los platos fuertes: proteína (vasta y con grasa), verduras y purés. De ahí que lo define como “su lado visceral e impulsivo”.

Al principio lo que le importaba era ser cocinero. Después, se dio cuenta de que también era restaurantero, y al final descubrió que ya era empresario. Eso sí, lo único que no se permite es salir de su cocina. “Cuando cocino me siento libre, y eso nadie me lo puede arrebatar. Muestro mi orgullo por ser mexicano, del norte, y ahora por ser parte de Guadalajara. Trato de cooperar con el destino para perdurar y así trascender”, concluye al revelar que está más conectado con sus primeras filosofías. Siente que volvió al origen.