Boquerones a la diabla con salsa tártara y yogurt de menta

 

La pimienta de Cayena le aporta el toque picante a este platillo de boquerones a la diabla, mientras que el yogurt fresco y la salsa tártara con alcaparras proporcionan un contraste refrescante.

 

Rendimiento: 4 porciones

Ingredientes

  • Aceite de girasol, para freír
  • 125 ml de leche entera
  • 125 g de harina de trigo
  • 1 1⁄2 cdtas. de pimienta de Cayena, más extra para espolvorear
  • Sal de mar, al gusto
  • Pimienta negra recién molida, al gusto
  • 500 g de boquerones
  • Termómetro para alimentos
  • Bolsa de papel grande
  • Charola para hornear

Para el yogurt de menta

  • 250 g de yogurt natural
  • 1 puñado de hojas de menta
  • 1⁄2 cdta. de sal de mar

Para la salsa tártara

  • 150 g de mayonesa
  • 2 cdas. de alcaparras, escurridas y picadas
  • 2 pepinos haimisha o pepinillos grandes, escurridos y picados (disponible en amazon.com)
    1 echalote pequeño, finamente picado
    1 limón, el jugo
    3 cdas. de perejil fresco, picado
  • Termómetro digital de cocina

 

Procedimiento

 

  1. Para el yogurt de menta, colar el yogurt con ayuda de un tamizno durante cuatro horas o durante toda la noche. Moler la menta junto con sal hasta obtener un puré no y agregar al yogurt. Enfriar hasta que sea necesario.
  2. Para la salsa tártara, mezclar todos los ingredientes y enfriar hasta que sea necesario.
  3. Calentar el aceite en un wok grande, en una sartén profunda o en una freidora a una temperatura de 190 °C. Poner la leche en un plato ancho y poco profundo. Colocar la harina en una bolsa de papel y agregar la pimienta de Cayena y sazonar con sal de mar en hojuelas y pimienta negra recién molida. Pasar los boquerones por la leche, unos pocos a la vez, escurrir, colocar en la bolsa de papel y agitar para cubrir uniformemente con la mezcla de harina, cuidando que no se peguen. Sumergir un lote de boquerones en el aceite caliente y freír durante unos dos minutos, hasta que estén crujientes y dorados. Transferir a una charola para hornear forrada con papel de cocina y reservar en un horno a temperatura baja mientras se fríen los otros lotes. Espolvorear con pimienta de Cayena extra y servir con un poco de yogurt de menta y salsa tártara.

 

Maridaje F&T

Vino blanco con nariz frutal como manzanas, pera y limón eureka; en boca es ligero y con alta acidez.

Sugerencia: Bruno Broglia.

Boquerones fritos con sal de chile y limón, ensalada tailandesa y salsa nam prik

La ensalada con hierbas y cacahuates tostados le añade un toque fresco y crujiente extra a los boquerones fritos, además de combinar maravillosamente con la salsa picante.

 

Rendimiento: 4 porciones

Ingredientes

  • Aceite de girasol, para freír
  • 75 g de harina de quinoa (disponible en superama. com.mx)
  • Sal de mar en hojuelas, al gusto
  • 500 g de boquerones
  • Bolsa de papel grande
  • Termómetro para alimentos
  • Charola para hornear

Para el nam prik

  • 4 dientes de ajo
  • Sal, al gusto
  • 2 cdtas. de pasta de camarones
  • 2 chiles rojos grandes, sin semillas y finamente picados
  • 1 1⁄2 cdtas. de azúcar de palma de coco
  • 1⁄2 limón, el jugo
  • 1 cdta. de salsa de pescado (disponible en superoriental.com)
  • Mortero

Para la sal de chile verde y limón

  • 4 hojas de lima kafir, picadas (disponible en ingredienta.com)
  • 1 chile verde, sin semillas y finamente picado
  • 1 limón, la ralladura
  • 20 g de sal de mar en hojuelas

Para la ensalada tailandesa

  • 4 cebollas de Cambray, en rebanadas longitudinales
  • 1 cebolla morada pequeña, en rodajas finas
  • 1⁄2 limón, el jugo
  • 1 pepino, rebanado en tiras
  • 50 g de germen de soya
  • 200 g de papaya verde, pelada y finamente rallada
  • 1 puñado de hojas de menta, de cilantro y de albahaca
  • 2 cdas. de cacahuates, tostados y picados
  • Rodajas de limón, para servir
  • Termómetro digital de cocina

 

Procedimiento

 

  1. Para el nam prik, colocar el ajo, la sal y la pasta de camarones en un mortero y machacar hasta obtener una pasta fina. Agregarlos chiles y el azúcar de palma de coco y moler. Incorporar el jugo de limón y la salsa de pescado. Reservar.
  2. Para la sal de chile verde y limón, colocar las hojas de lima kafir en un mini procesador junto con el chile, la ralladura de limón y una cucharada de sal. Moler hasta obtener un polvo fino. Mezclar con el resto de las hojuelas de sal y reservar.
  3. Para la ensalada tailandesa, poner la cebolla de Cambray en agua fría durante 20 minutos. Escurrir bien y transferir a un tazón grande. Remojar las rodajas de cebolla morada con un poco de jugo de limón y suficiente agua para cubrir por solo 10 minutos. Escurrir bien y agregar al tazón de cebolla de Cambray. Agregar el pepino en tiras, el germen de soya y la papaya. Esparcir las hierbas y los cacahuates y exprimir un poco de jugo de limón, justo antes de servir.
  4. Para freír los boquerones, calentar el aceite en un wok, en una sartén profunda o en una freidora a 190 °C. Tamizar la harina en una bolsa de papel grande y agregar una pizca de sal de mar en hojuelas. Agregar un lote de boquerones a la bolsa para cubrir con harina y sacudir el exceso antes de freír. Freír, un lote a la vez, durante 2 minutos, hasta que estén dorados. Transferir a una charola para hornear forrada con papel de cocina y reservar en un horno a temperatura baja mientras se fríen los otros lotes.
  5. Colocar el nam prik en tazones y poner encima de platos extendidos para servir la ensalada y los boquerones. Finalizar con una pizca de sal de chile verde y limón.

 

Tip para cocinar: Utiliza un par de palillos de madera para mover los boquerones fritos en la sartén y separar los que se pegan sin romperlos.

 

Maridaje F&T

 

Vino fortificado con notas de frutos secos ycítricos caramelizados; en boca tiene retrogusto oxidativo.

Sugerencia: Botaina Amontillado

Boquerones capeados con ajvar y mayonesa de ajo y pistaches asados

El ajvar, un condimento hecho con berenjenas y pimientos rojos, es el acompañamiento perfecto para estos boquerones capeados.

 

Rendimiento: 4 porciones

 

Ingredientes

  • 500 g de boquerones
  • Aceite de girasol, para freír
  • 80 g de harina de maíz
  • 80 g de harina de trigo
  • 1 huevo
  • 1 cda. de vinagre balsámico blanco (disponible en chedraui.com.mx)
  • 1 cdta. de sal de mar en hojuelas
  • 1 cdta. de pimienta negra recién molida
  • 15 g de hojas de perejil, finamente picadas
  • 150 ml de agua mineral con gas, refrigerada
  • Bolsa de papel grande
  • Termómetro para alimentos
  • Charola para hornear

Para el ajvar

  • 5 pimientos rojos grandes, en mitades
  • 350 g de berenjena, en mitades
  • 60 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 5 dientes de ajo, finamente rallados
  • 1 cda. de vinagre balsámico blanco
  • 1 cdta. de pimienta negra recién molida
  • 1 cdta. de sal de mar en hojuelas
  • Charolas para hornear
  • Frasco con tapa, para reservar el excedente

Para la mayonesa

  • 1 cabeza de ajo pequeña
  • 2 yemas de huevo, a temperatura ambiente
  • 2 cdtas. de mostaza de Dijon
  • 2 cdtas. de vinagre balsámico blanco
  • Sal, al gusto
  • 200 ml de aceite de girasol
  • 1⁄2 limón pequeño, el jugo, más extra de ser necesario
  • 100 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 25 g de pistaches, pelados ocon cáscara
  • Frasco con tapa para reservar el excedente

Procedimiento

  1. Comenzar por el ajvar. Calentar una parrilla a fuego alto y colocar la rejilla a 20 centímetros del fuego. Colocar los pimientos en una charola para hornear, con el corte hacia abajo. Asar a la parrilla por 10 minutos como máximo, hasta que la piel se rasgue y tenga algunas ampollas. Colocar los pimientos en un tazón grande, cubrir con plástico autoadherente y dejar sudar durante 10 minutos. Retirar la piel. No hay que preocuparse si quedan restos de piel ennegrecida.
  2. Encender el horno a 200 °C. Colocar las berenjenas en una charola, con el corte hacia arriba. Hacer orificios sobre toda la superficie del lado cortado de la berenjena con ayuda de un palillo, verter media cucharadita de aceite sobre cada mitad y frotar. Hornear durante 30 minutos hasta que estén suaves. Sacar la carne y desechar la piel.
  3. Poner los pimientos pelados, la carne de berenjena y el ajo rallado en un procesador y moler. Agregar el resto del aceite, el vinagre balsámico blanco, la pimienta y la sal, moler una vez más para mezclar. Transferir la mezcla a una cacerola y cocinar a fuego bajo durante 20 minutos. El ajvar se puede servir caliente o frío.
  4. Para la mayonesa, cortar los extremos de la raíz de los dientes de ajo y asar en el horno durante unos 30 minutos o hasta que estén suaves. Esto se puede hacer junto con la berenjena para el ajvar. Cuando estén suaves, separar los dientes de las pieles y dejar enfriar. Colocar el ajo en una tabla y aplastar con un cuchillo.
  5. Transferir a un tazón junto con las yemas de huevo, la mostaza, el vinagre y una pizca de sal, revolver. Comenzar a añadir lentamente el aceite de girasol en forma de hilo, batiendo continuamente con ayuda de un batidor globo. Poner un paño de cocina debajo del tazón para que no se deslice, ya que es necesario usar las dos manos.
  6. A medida que la mezcla comience a espesarse, continuar agregando el aceite un poco más rápido. Cuando el aceite de girasol se haya agotado, agregar un buen chorro de jugo de limón y luego agregar el aceite de oliva virgen extra en un flujo lento y constante, hasta que se espese y todo el aceite se haya agotado. Verificar si se necesita más jugo de limón y una pizca más de sal: esto es importante, ya que mejorará el sabor. Si la mayonesa está demasiado espesa, agregar un poco de agua fría y un poco más de jugo de limón o vinagre. Moler los pistaches en un procesador de alimentos, para obtener una textura fina, y agregar a la mayonesa.
  7. Freír los boquerones justo antes de servir. Enjuagar con agua fría y escurrir bien. Secar suavemente con papel de cocina. Calentar el aceite a unos 190 °C, es mejor usar un wok para que la masa no se pegue a la canasta de alambre en una freidora con mucho aceite, o usar una sartén grande y profunda. Tamizar las harinas en un tazón grande y hacer un hoyo en medio. Agregar el huevo, el vinagre, los condimentos, el perejil y un poco de agua mineral, revolviendo suavemente.
  8. Agregar más agua mineral, revolviendo gradualmente la harina en el líquido, sin mezclar demasiado; está bien que la mezcla esté un poco grumosa. Cubrir un pequeño lote de boquerones con la masa y sumergir uno por uno en el aceite caliente, para que no se peguen. Freír por dos minutos, hasta que estén dorados. Transferir a una charola para hornear forrada con papel de cocina y reservar en un horno a temperatura baja mientras se fríen los otros lotes. Servir inmediatamente después de freír todos los boquerones con un poco de ajvar y mayonesa de ajo y pistache.

 

NOTA: La receta de mayonesa produce alrededor de 350 mililitros más de lo que se necesita para este platillo. Guardar el resto en un frasco con tapa. La mayonesa y el ajvar se mantendrán en buen estado hasta por una semana en el refrigerador.

 

Maridaje F&T

 

Vino rosado con aromas de fruta roja ácida yligeros acentos lácteos; en boca tiene gran nal y balance.

Sugerencia: Miraval Rosé

Boquerones empanizados con alioli y salsa de perejil, limón y aceitunas negras

Esta presentación divertida para comer boquerones empanizados, deleitará a todos tus invitados. Obtendrás una  explosión de sabores otorgada por la salsa de perejil y el alioli.

Rendimiento: 4 porciones

Ingredientes

 

Para la salsa de perejil, limón y aceitunas negras

  • 1 manojo pequeño de perejil, picado
  • 2 dientes de ajo, finamente picados
  • 1 limón, la ralladura
  • 1⁄2 limón, el jugo
  • 125 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 10 aceitunas negras, sin hueso y finamente picadas
  • Frasco con tapa, para reservar

Para el alioli

  • 6 dientes de ajo grandes, finamente rebanados
  • 1 1⁄2 cdtas. de sal de mar en hojuelas (disponible en mercadolibre.com.mx)
  • 150 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 50 ml de aceite de girasol 1 limón, el jugo

Para los boquerones

  • 500 g de boquerones
  • Aceite de girasol, para freír
  • 80 g de harina de trigo
  • 1⁄2 cdta. de hojuelas de chile seco
  • 1⁄2 cdta. de sal de mar en hojuelas,  finamente molidas
  • 2 huevos, batidos
  • 155 g de pan molido
  • Termómetro para alimentos
  • Bolsa de papel grande
  • Charola para hornear

Procedimiento

 

  1. Para la salsa de perejil, limón y aceitunas negras, poner todos los ingredientes en un frasco con tapa. Cerrar, agitar y reservar.
  2. Para el alioli, colocar el ajo picado y algunas hojuelas de sal en un mortero. Moler con un movimiento circular en una sola dirección, hasta obtener una pasta. Agregar los aceites poco a poco, hasta formar una salsa espesa. Cuando se haya agregado la mitad de los aceites, añadir un poco de jugo de limón y continuar agregando los aceites restantes. Si se desea, agregar un poco más de jugo de limón al gusto y dos cucharadas de agua, teniendo cuidado de no agregar demasiado líquido.
  3. Lavar los boquerones con agua fría y escurrir bien antes de secar suavemente con papel de cocina. Calentar un poco de aceite a 190 °C en un wok grande, una sartén profunda o una freidora con mucho aceite. Colocar la harina en una bolsa de papel grande y sazonar con las hojuelas de chile y un poco de sal. Agregar los boquerones a la bolsa con la harina, un tercio a la vez, y agitar para cubrir bien.
  4. Colocar los huevos batidos en un tazón y colocar los boquerones adentro, dejando la harina en la bolsa para el siguiente lote. Retirar del huevo con ayuda de una cuchara ranurada, y transferir directamente a un recipiente con el pan molido para cubrir ligeramente. Freír por unos dos minutos, hasta que estén dorados y crujientes. Transferir a una charola para hornear forrada con papel de cocina y reservar en un horno a temperatura baja mientras se fríen los otros lotes. Servir inmediatamente con un poco de salsa y alioli.

Maridaje F&T:

Vino blanco con notas de cítricos, pimientos y ligeros toques de mantequilla; en boca es de cuerpo medio y buena acidez.

Sugerencia: Turnbull Sauvignon Blanc

Abundancia y prosperidad son dos cosas que todos deseamos para el comienzo de un nuevo año, y nada mejor que si se pueden atraer por medio de una deliciosa cena en la que compartimos un valioso momento con nuestros seres más especiales. Conoce en esta nota los alimentos para atraer buena suerte en esta próxima cena de Año Nuevo y no dejes que falten en tu mesa. Fotos: Adobe Stock / Pixabay.

 

 

Lentejas

 

alimentos Año Nuevo lentejas

 

Uno de los favoritos alrededor del mundo para atraer la buena fortuna. Se dice que fueron los egipcios quienes las adoptaron como alimento de la realeza, pero fueron los romanos quienes comenzaron con la tradición de regalarlas como símbolo de prosperidad. En la actualidad, los italianos tienen a estas leguminosas como parte de la cena de Año Nuevo, quienes consumen una abundante porción acompañada con cotechino, un embutido de cerdo.

 

 

Mandarinas

 

alimentos Año Nuevo mandarinas

 

Popularmente, existe la creencia de que las frutas redondas simbolizan el balance y atraen el dinero. En el caso particular de las mandarinas, están sumamente asociadas al Año Nuevo Chino, pero en otras latitudes occidentales también son parte de las viandas para despedir la Noche Vieja. Se asocia su dulzura con la buenaventura de un nuevo año y, siguiendo la tradición china, se regalan en pares como muestra de equilibrio para la buena suerte.

 

 

Pescado

 

alimentos Año Nuevo pescado

 

En muchos países orientales, el pescado es uno de los alimentos de Año Nuevo que simbolizan fertilidad, prosperidad y buenas cosechas, por lo que siempre se incluye en celebraciones importantes. Si deseas incorporarlo en tu banquete, no olvides que debe lucir entero porque de esta manera la cola y cabeza representarán que comenzarás y terminarás el año con abundancia.

 

 

Fideos

 

fideos

 

Como otra de las creencias populares de China, se comen fideos en Año Nuevo como símbolo de longevidad. Este alimento es uno de los imperdibles en los festejos de Año Nuevo y de la dieta diaria en este país. En una versión japonesa, los toshikoshi soba son un platillo que también atrae salud y fortuna. No importa el estilo que les des, inclúyelos en tu cena y comparte estos buenos deseos con tu familia.

 

 

Vino espumoso

 

 

Las burbujas son todo un símbolo a la hora de celebrar, por lo que recibir el Año Nuevo no con vino espumoso se ha hecho una tradición. Su imagen como símbolo de festejo tiene origen desde la coronación de Hugo Capeto como rey de Francia, tiempo en el que se usaban los vinos de la región y ya se hacía champagne. No importa de dónde provengan o si prefieres champaña, cava o prosecco, esta bebida siempre representa alegría y unión.

 

 

Uvas

 

alimentos Año Nuevo uvas

 

La tradición latina de comer 12 uvas en los primeros segundos del año se debe a una herencia española de parte de los vinicultores de uvas blancas. Cada una representa un mes del año, por lo que se dice que se tienen 12 deseos para atraer buen fortuna. Sin embargo, sea cual sea tu ritual o alimento simbólico preferido, recuerda cargar tu mente con ideas positivas acerca de un año próspero.

Los higos son en realidad una flor, que florece hacia adentro y contiene alrededor de 1,500 flores diminutas. La higuera fue uno de los primeros árboles frutales que se cultivaron y ha sido objeto de culto en la literatura y la mitología, conoce aquí todo sobre este exquisito ingrediente. Texto: Clarissa Hyman y Andrea Cabrera / Fotografía y producción: Angela Dukes / Recetas y estilismo de alimentos: Linda Tubby / Maridaje: Miguel Ángel Cooley.

Morder un higo maduro arrancado directamente de su árbol es un momento que nunca olvidarás, al llenar tu boca de dulzura. Son de las frutas más sensuales y, en el pico de su exuberante madurez, tienen una fragancia y textura incomparables. La higuera también tiene una historia interesante y, así como los olivos y la vid, celebra la esencia atemporal del Mediterráneo.

 

Desde tiempos inmemoriales

 

Es considerado uno de los alimentos de la Biblia. Se dice que crecían en el Jardín del Edén, y supuestamente, las hojas se usaron para cubrir la desnudez de Adán y Eva, lo cual significa que podría ser la primera prenda de vestir de la historia. En los Juegos Olímpicos de la antigüedad, los atletas eran coronados con estas hojas y comían el fruto durante su entrenamiento.

 

higos frescos

 

Los romanos también honraban a la higuera, ya que creían que Rómulo y Remo habían sido amamantados debajo de una. También apreciaban los higos de Esmirna, en lo que hoy es Turquía, donde esta variedad, regordeta y dorada, todavía se cultiva.

 

Multicolor que enamora

 

Los higos rara vez se etiquetan por variedad. En cambio, se clasifican y se venden típicamente por color: blancos, verdes, negros y rojos/marrón, mientras que su carne puede ser de color rosa pálido, rojo intenso o cualquier tono cobrizo intermedio. Su estructura interna es compleja, como señaló Aristóteles en el siglo IV a. C. Botánicamente, cada higo es en realidad una flor, que florece hacia adentro y contiene alrededor de 1,500 flores diminutas.

Algunas variedades se autopolinizan, mientras que otras dependen de una relación simbiótica con las avispas de los higos. Si bien se encuentra con mayor frecuencia en el Mediterráneo, estos tipos de Ficus se observan en todo el mundo.

 

Higos

 

El higo italiano Dottato (o Kadota), de color amarillo verdoso, con pulpa ámbar rosado, es uno de los más cultivados. A menudo se enlatan con un almíbar espeso, y necesitan una cucharada de helado de vainilla, crema fresca o yogurt griego para atenuar su dulzura. Otra variedad de Italia llamada Verdone (o White Adriatic en Estados Unidos) tiene una piel de color verde claro y carne rosa, y es perfecto tanto para comer fresco como para hacer conservas.

Black Mission es un tipo famoso introducido en California en el siglo XVIII desde México a través de monjes franciscanos y misioneros españoles. Tiene una piel delgada de color negro- púrpura y una pulpa bastante tosca de color rosa cargada de diminutas semillas y un rico y dulce sabor. Cuando se deshidratan, adquieren una textura adictiva, húmeda y deliciosa. Brown Turkey, una variedad también reconocida, cuenta con una carne suave y roja, piel marrón púrpura y un sabor maravilloso.

Producción en el mundo y tratamiento

 

En la actualidad, los principales países productores son Turquía, con 26.7% de la producción mundial, seguido de Egipto, Marruecos, Argelia e Irán. En cuanto a México, se considera que este fruto fue introducido por misioneros españoles franciscanos en 1638. Hoy en día, nuestro país se ubica en el lugar número 20 en la producción a nivel mundial, y se produce en los estados de Morelos, Baja California Sur, Veracruz, Puebla e Hidalgo.

 

Higos

 

En las regiones productoras de higos, la temporada se extiende de junio a octubre, o incluso hasta noviembre. En cambio, en México los puedes encontrar entre julio y septiembre. Al comprarlos (o mejor aún, elegirlos), selecciona aquellos que se sientan pesados en la mano y parezca que están casi a punto de estallar. En caso de conseguirlos verdes, puedes aprovecharlos para conservas que puedes disfrutar durante todo el año.

Debido a su naturaleza delicada, los higos maduros requieren un manejo cuidadoso. Se maltratan fácilmente, por lo que a menudo se empaquetan en papel vegetal. Pueden durar unos días en el refrigerador, aunque el enfriamiento puede estropear su delicado sabor. Sin embargo, por conveniencia, muchos higos se transportan duros e inmaduros; intenta mantenerlos a temperatura ambiente hasta que la piel se suavice, y luego resalta su delicioso aroma y sabor dejándolos al sol el mayor tiempo posible.

Usos culinarios

 

Los higos frescos se disfrutan más como postre o entrada con jamón de Parma o serrano. Una excelente manera de servirlos es cortarlos en cuartos para llevar al siguiente nivel una tabla de quesos: el queso salado equilibra su dulzura. O bien, póchalos en un almíbar con especias, en vino o miel. Cocínalos en forma de guisos y salsas o úsalos en platillos dulces y salados como tartas o pato asado. Cualquier sobrante es ideal para hacer chutneys.

Su sabor dulce, acompañado de un aroma perfumado, tiene un versátil uso en la cocina de reconocidos chefs como Edgar Núñez, quien prepara creativos higos nixtamalizados que entre cenizas llegan perfectos a las mesas de Sud 777, incluido en la lista Latin America’s 50 Best Restaurants. Mientras que Moshe Basson, chef que se especializa en cocina moderna bíblica-israelí, confecciona unos sublimes higos rellenos de pollo y especias en salsa agridulce de tamarindo, en The Eucalyptus, uno de los restaurantes más famosos de Jerusalén.

 

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Los higos deshidratados están hechos con frutas muy maduras de finales de temporada. Los mejores se secan al sol, se giran varias veces para que se aplanen y se empaquetan sin apretar para que conserven su textura esponjosa. Cómelos directo del empaque, rellénalos con queso crema o úsalos en compotas, panes o guisos, con anís e hinojo.

Para comprender su verdadero valor romántico, hay que comerlos maduros, directo del árbol al amanecer, antes de que el sol los toque. Solo entonces es posible apreciar completamente la afirmación de la escritora Elizabeth David, quien dice que son «uno de los placeres más exquisitos del Mediterráneo”.

 

Notas Sabias

 

  • Algunos creen que la fruta prohibida del Jardín del Edén era en realidad un higo, no una manzana. Miguel Ángel incluso lo representó como tal en su fresco de la Capilla Sixtina.
  • En estudios farmacéuticos se ha encontrado que las hojas de la higuera podrían ayudar en el tratamiento y prevención de la diabetes mellitus, mientras que los higos frescos son ricos en antioxidantes, tonutrientes, calcio y vitaminas.
  • Se sabe que en algunas partes de Asia e India, el Ficus religiosa o higuera sagrada es muy venerada, ya que tanto hindúes como budistas las utilizan como lugar de meditación o como parte de sus santuarios.
  • En la higuera las ores crecen dentro de una vaina en forma de pera que posteriormente se convierte en el higo.

 

 

Cangrejo con migajas de queso, chile, coco, limón y cilantro

 

Las conchas del callo de hacha son el recipiente ideal para servir estos canapés en un sabroso homenaje a la abundante costa británica.

 

Rendimiento: 8 a 10 porciones

 

Ingredientes

 

  • 3 cdas. de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cebolla pequeña, finamente picada
  • 2 dientes de ajo, picados
  • 1 jitomate grande y maduro, sin corazón y finamente picado
  • 1 pimiento amarillo, sin semillas y finamente picado
  • 50 g de coco deshidratado
  • 1-2 chiles rojos, sin semillas y finamente picados
  • 1-2 limones, la ralladura y el jugo
  • 150 g de carne de cangrejo mixta (blanca y marrón)
  • Sal, al gusto
  • 1 manojo de cilantro, picado
  • 1 manojo de eneldo, picado
  • Gajos de limón fresco, para servir

 

Para las migajas

  • 80 g de pan de masa madre
  • 30 g de mantequilla
  • 50 g de queso duro italiano, rallado
  • 8-10 moldes o conchas de callo de hacha

 

Procedimiento

 

  1. Calentar el aceite en un wok o en una sartén a fuego bajo y agrega la cebolla y el ajo. Freír durante unos 5 minutos, hasta que se ablanden. Agregar el jitomate y el pimiento y cocinar por otros 5 minutos más o menos, hasta que se ablande. Añadir el coco, los chiles, el jugo de limón y la carne de cangrejo, revolver suavemente hasta que todo esté bien caliente. Sazonar y agregar las hierbas. Mantener caliente.
  2. Para las migajas, moler el pan de masa madre en un procesador de alimentos para hacer un pan rallado fino. Calentar la mantequilla en una sartén pequeña y cocinar las migajas de pan y el queso a fuego lento, hasta que estén crujientes y dorados.
  3. Colocar la mezcla de cangrejo en las conchas de callo de hacha o en los moldes, cubrir con migajas de queso y servir.

 

Maridaje F&T

 

Las conchas del callo de hacha son el recipiente ideal para servir estos canapés en un sabroso homenaje a la abundante costa británica.

Sugerencia: Schriesheimer Kuhberg Spätlese Riesling

Bruschetta de queso roquefort, manzana glaseada y echalote

 

Los ingredientes aquí se combinan para formar un bocado mágicamente armonioso. ¡Cuidado!, porque desaparecerán rápidamente.

 

Rendimiento: 12 a 15 piezas

 

Ingredientes

 

  • ½ hogaza pequeña de pan de masa madre
  • 3 cdas. de aceite de oliva virgen extra, más extra para rociar
  • 6 echalotes grandes, pelados y en rodajas finas
  • 4 manzanas crujientes, en rebanadas
  • 80 ml de miel de maple
  • 2 cdas. de azúcar morena
  • 2 cdtas. de vinagre de sidra (disponible en walmart.com.mx)
  • 1 limón, la ralladura
  • 2 cdtas. de hojas frescas de tomillo
  • 200 g de queso roquefort añejado
  • Pimienta negra recién molida, al gusto
  • Ramitas frescas de tomillo, para decorar
  • Charola para hornear

 

Procedimiento

 

  1. Precalentar el horno a 200 ⁰C. Cortar el pan de masa madre en rebanadas finas, y luego cortar cada rebanada en tres triángulos. Rociar con aceite de oliva virgen extra, transferir a una charola y hornear de 8 a 10 minutos, hasta que estén dorados y crujientes. Retirar del horno y reservar.
  2. Calentar el aceite de oliva en un wok o en una sartén profunda y agregar el echalote. Cocinar a fuego bajo durante 5 minutos más o menos, hasta que comience a ablandarse. Agregar las manzanas y aumentar el fuego. Cocinar por otros 4 o 5 minutos, hasta que comiencen a dorarse, luego agregar la miel de maple, el azúcar y el vinagre de sidra. Continuar cocinando hasta que las rebanadas de manzana estén suaves, doradas y caramelizadas. Agregar la ralladura de limón y las hojas frescas de tomillo.
  3. Extender una cucharadita de queso roquefort sobre cada rebanada de pan y cubrir con la mezcla de manzanas y chalote. Sazonar con pimienta negra recién molida y decorar con hojas frescas de tomillo. Servir inmediatamente.

 

Maridaje F&T

 

Vino blanco con intensos aromas a frutas tropicales y notas lácteas; en boca es corpulento y con acidez media.

Sugerencia: La Puerta Alta Torrontés, Valle de la Puerta.

Filete de ternera braseada con queso parmesano, aligot de apio y chips de chirivía

 

Rendimiento: 10 a 12 porciones

 

Ingredientes

 

  • 1 kg de filete de ternera, en trozos pequeños
  • 50 g de harina de trigo
  • 2 cdas. de hojas frescas de tomillo
  • 6-7 cdas. de aceite de oliva virgen extra
  • 1 lata de cerveza Guinness de 440 ml
  • 400 ml de caldo de res de buena calidad
  • 1 cda. de romero, finamente picado
  • 2 hojas frescas de laurel
  • 1 poro grande, cortado y finamente rebanado
  • 200 g de champiñones, rebanados en trozos grandes
  • 2-3 cucharadas de salsa Worcestershire
  • 1 puñado grande de hojas de perejil, picadas

Para el aligot

  • 700 g de papas, peladas y en cubitos
  • 1 apio pequeño, pelado y en cubitos
  • 30 g de mantequilla
  • 1 cdta. de mostaza Dijon
  • 2 dientes de ajo, rallados
  • 350 g de queso parmesano o queso duro de leche de vaca, rallado
  • Sal, al gusto
  • Pimienta negra, al gusto

Para los chips de chirivía

  • 2-3 chirivías pequeñas
  • 300 ml de aceite de girasol, para freír

 

Procedimiento

 

  1. Precalentar el horno a 180 ºC. Cortar la caña de ternera en trozos pequeños. En un tazón grande, mezclar la harina y las hojas frescas de tomillo y sazonar generosamente con sal y pimienta negra recién molida. Mezclar los trozos de carne con esta mezcla hasta que estén cubiertos de manera uniforme.
  2. Calentar 5 cucharadas de aceite en un wok o una sartén grande y freír los trozos de carne hasta que estén dorados. Hacer esto en lotes, teniendo cuidado de no llenar la sartén. Transferir la carne a una cacerola grande. Verter la cerveza y el caldo de res, así como el romero y las hojas de laurel.
  3. Limpiar el wok o la sartén con un trozo de papel de cocina, agregar el aceite restante y freír el poro rebanado a fuego bajo hasta que esté suave. Añadir los champiñones a la cacerola. Cubrir y cocinar la carne por alrededor de 2 o 2 ½ horas, hasta que esté tierna y la salsa se haya espesado, verificando de vez en cuando que haya bastante salsa en la cacerola (agregue un poco de caldo de res o agua si es necesario). Cuando la carne esté tierna y la salsa espesa, agregar la salsa Worcestershire y el perejil picado.
  4. Para el aligot, colocar las papas en una cacerola grande. Agregar el apio a la sartén. Cubrir con agua, hervir y cocinar de 25 a 30 minutos, hasta que los vegetales estén suaves (el tiempo exacto de cocción dependerá del tamaño de los trozos). Cuando las verduras estén blandas, escurrir y transferir a un procesador de alimentos (o usar una batidora de mano) y mezclar suavemente hasta obtener un puré. Enjuagar la cacerola y transferir el puré ahí nuevamente. Incorporar la mantequilla, la mostaza y el ajo, y luego agregar gradualmente el queso, batiendo el puré hasta que todo esté completamente incorporado. Sazonar al gusto con sal y pimienta negra recién molida.
  5. Para los chips de chirivía, cortar los extremos superior e inferior y cortar en tiras finas con un pelador de vegetales. Dejar las tiras remojando en agua con hielo durante 10 minutos más o menos para que estén crujientes; luego, escurrir bien sobre papel de cocina.
  6. Calentar el aceite en un wok o sartén profundo hasta que esté muy caliente, luego freír las tiras de chirivía de 2 a 3 minutos, hasta que estén doradas y crujientes. Escurrir sobre papel de cocina, sazonar y reservar.
  7. Para servir, verter la carne en pequeños tazones y cubrir con una cucharada de aligot. Decorar con algunos chips de chirivía y servir.

 

Maridaje F&T

 

Si buscas una especialidad festiva, digna de una estrella Michelin, sirve estos ricos y cálidos tazones, con chips de chirivía para agregar el toque final perfecto.

Sugerencia: Sandstone Merlot, Wente Vineyards.