Los mejores cocteles se deslizaron por la primera edición de Barra México, que se llevó a cabo en el Centro Cultural Estación Indianilla, en lo que fue el primer Barshow en nuestro país y en Latinoamérica. Dirigido a la alta mixología, la idea fue abrir un espacio donde importadores, distribuidores y marcas líderes en la industria de los destilados presentaran sus innovaciones, nuevos productos y perfect serves, en el que también participaron cerveceras, destilados, craft spirits y high end bars.

Barra México

Entre coctel y coctel, el público pudo disfrutar también de 16 seminarios impartidos por expertos llegados de las capitales de la micología como el de Coctelería evolutiva, conocer más del Embajador del tequila en Europa, el arte de la Mixología Japonesa, el de las Cinco reglas de oro para destacar internacionalmente e incluso los tips básicos de Cómo abrir un bar, hasta aprender a Cocinar con alcohol. 

Después del éxito de esta primera convocatoria, Barra México ya comienza los preparativos para seguir contando todo sobre las escena mixológica internacional el próximo año en su segunda edición. barramexico.com  

PueblaDegustar los chiles en nogada en Puebla es deleitar al paladar y al corazón con una joya culinaria procedente del siglo XIX, que habla del mestizaje y la historia de nuestra nación, relata Arlett Mendoza.

      Los aromas que emanan de las manzanas, las peras y los duraznos al cortarlos, al pelar las nueces de Castilla, y al asar y capear los chiles poblanos, me transportan al siglo XIX, cuando la promesa de una nación libre reinaba en el ánimo de Puebla y del país en general. Los chiles en nogada fueron el platillo con el que, según la leyenda, las monjas del Convento de Santa Mónica agasajaron a Agustín de Iturbide, al frente del Ejército Trigarante, en su entrada triunfal por la ciudad trazada por ángeles, luego de abanderar la etapa final de la Independencia de México.

Chile en Nogada        Lizbeth Hernández, la chef al frente de las clases de cocina del hotel Sacristía de la Compañía, me regresa al presente, mientras me explica los ingredientes. “Tanto la manzana panochera, la pera lechera y el durazno criollo, básicos para el relleno, tienen las características de ser pequeños, duros y con un sabor consistente. Tal vez no los elegirías para comerlos solos, pero son perfectos para este guiso —que incluye cerdo, res, jitomate, cebolla, almendras y acitrón—, pues no se desbaratan con el cocimiento, a diferencia de otras variedades de estas frutas”.

       Por su parte, la nogada debe llevar bastante nuez de Castilla, queso de cabra, leche, canela, azúcar y un poquito de jerez. Se muele y con esta salsa se bañan los chiles ya capeados, y se adornan con granada y perejil. Al probarlos, el sabor único y equilibrado de lo dulce con lo salado, que se conjuga de forma perfecta con la acidez de la granada, me lleva a felicitarme por el objetivo de este viaje: descubrir la historia y secretos de este clásico que nació en la capital de Puebla, cuyo sabor auténtico solo es posible probarlo de mediados de julio a finales de septiembre, ya que tanto las frutas, la nuez y hasta el chile poblano —o de tiempo, como lo llaman las abuelas poblanas— se cosechan únicamente durante estos meses.

      Al caminar por la ciudad no sorprende que sea precisamente aquí donde se creó uno de los platillos que se ha denominado como la máxima expresión culinaria de arte barroco. En una urbe cuya cuadrícula de inspiración renacentista es tan perfecta que, no importa la hora del día que sea, siempre habrá un lado de la acera que regale el amparo de una sombra. En donde cada edificio susurra la historia de su mestizaje, en el que las arquitecturas barroca, churriguresca, gótica y afrancesada se amalgaman con los motivos del pueblo indígena que la edificó.

Chile en Nogada     Mientras paseo en el salón de cabildo del Palacio Municipal, una joya arquitectónica del siglo XIX, observó la Cédula Real expedida por la reina Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, donde ordena la fundación de la ciudad.

     Al ver este documento, le pregunto a mi acompañante Fabián Valdivia, jefe de promoción de la Secretaría de Turismo del estado, en dónde podría encontrar la receta original: “No hay un lugar donde se tenga guardada, porque no existe. Lo que sabemos, es que una cosa es la leyenda que proclama que las monjas de Santa Mónica le ofrecieron un banquete a Agustín de Iturbide el 28 de agosto y otra, es la verdad histórica”.

     Según me cuenta, el mito coincide a la perfección. Justo el 28 de agosto es día de San Agustín, y Santa Mónica era su madre, y qué mejor manera de rendirle honores a quien lideró la etapa final de la Independencia de México que por esta orden conventual, en este día en específico. Al parecer, esta leyenda se popularizó en la década de 1930 por los cronistas Artemio de Valle-Arizpe y Agustín de Aragón; este último incluso lo consignó en su Diccionario de recetas de cocina, editado en 1942.

      Sin embargo, los hechos cuentan otra historia. Fue el 2 de agosto de 1821 cuando Agustín de Iturbide llegó a Puebla y el 5, cuando encabezó diversos actos públicos que fueron sumamente trascendentes para la historia de nuestra nación. Entre ellos, tres ceremonias donde leyó frente a una multitud de poblanos el Plan de Iguala, que proclamaba la Independencia de México, para luego festejarlo con monedas de plata aventadas al aire.

Puebla     “Puebla fue la primera ciudad en México donde se leyó el Plan de Iguala y la primera en la que se publicó en un periódico llamado La Abeja Poblana”, me explica Fabián. Parados frente al Antiguo Palacio Episcopal, ataviado con mosaicos rojos, él me señala el balcón donde Agustín de Iturbide leyó este documento tan importante, el cual ostenta una placa que lo testifica. Este acto y que estuviera el obispo fue fundamental, porque levantarse contra el rey era estar en contra de Dios. Luego hubo un banquete que le ofreció el obispo, pero no se sabe lo que comieron.

     Además del conflicto con las fechas, la leyenda nunca dice que lo más importante es que Puebla fue la primera ciudad que se declara independiente, incluso antes que la Ciudad de México; sólo anuncia que como él era importante, se le daría un gran banquete. “Pero ¿Iturbide era tan importante? La gente tampoco estaba tan a favor de la Independencia. Todavía había dudas. Los actos que hizo fueron para dar seguridad, pero la leyenda da por hecho que todo el mundo estaba a favor”, plantea Fabián.

    Si bien no hay un documento que avale el día de la creación de los chiles en nogada, sí hay registros de que fue a mediados del siglo XIX que se ofrecieron los primeros platos con este clásico. En ese entonces, ya se cosechaban los ingredientes en los alrededores de la capital poblana como San Andrés Calpan, Tehuacán y Huejotzingo. Además, en los recetarios de la época ya hay preparaciones que aluden a los picadillos con frutas para chiles rellenos. Incluso, en 1849, en un fascículo llamado Manual del cocinero y la cocinera se ofrece una receta de gallina en nogada y nueve años más tarde, en 1858, la publicación Nuevo Cocinero Mexicano brinda una preparación de chiles rellenos en nogada que se parece mucho a la que disfrutamos hoy en día.

Explosión de temporada

Puebla

     En camino rumbo a CasaReyna, me doy cuenta de que el festejo de este platillo tradicional se extiende por todos los restaurantes de la ciudad. Como una explosión, aparecen los letreros que ofrecen la receta “auténtica”. Sin embargo, los precios oscilan desde los 100 hasta los 300 pesos, lo que me causa curiosidad.

     Gabriel Rojas, chef ejecutivo de CasaReyna, me explica que en muchos restaurantes no utilizan los ingredientes locales y hacen adecuaciones de la receta que comprometen el sabor. Incluso, en algunos sitios los ofrecen durante todo el año, ya sea porque congelan productos como la nuez de Castilla o porque la sustituyen por la pecana.

     También Gabriel asegura, como muchos otros chefs en la ciudad, que los chiles poblanos que se encuentran todo el año o son de invernadero o provienen de China. Y al parecer, difieren en características tan importantes como el sabor, ya que éstos no pican, y si se frotan, huelen a hierba.

Información de viaje

Cómo llegar

Para llegar a Puebla desde la Ciudad de México, conduce por la carretera federal México-Puebla.

Dónde quedarse 

      Mesones Sacristía. Ya sea en Sacristía de la Compañía o Sacristía de la Soledad gozarás de decoración con muebles antiguos, que puedes adquirir, y excelente ubicación. El primer hotel boutique exalta la experiencia gastronómica con recorridos culinarios, mientras que el segundo está creado para estancias largas, por lo que ofrece tres suites totalmente equipadas y atención personalizada de los dueños. mesones-sacristia.com

No te lo pierdas 

La estrella de Puebla. Desde esta rueda de observación disfrutarás de impresionantes vistas de la ciudad. puebla.travel/es

Ex Convento de Santa Mónica. Descubre la historia de las monjas que, según la leyenda, crearon el chile en nogada. Av.18 Pte. Centro Histórico.

Museo Casa de Alfeñique. Descubrirás una cocina y comedor de finales de siglo XIX, que te dará una idea de cómo eran estos espacios durante la etapa de creación de los chiles en nogada. 4 Ote. 416, Centro Histórico.

Chile en NogadaDónde comer 

Los siguientes restaurantes son parte de Tesoros de Puebla, distinción que garantiza la autenticidad de los ingredientes en el chile en nogada:

Sacristía de la Compañía. El chile en nogada y el mole son imperdibles. Aprende a prepararlos en sus clases de cocina. (Ver Dónde hospedarse). 

Mural de los Poblanos. Platillos poblanos deliciosos, así como la satisfacción de sumarte al esfuerzo de comercio justo a pequeños poductores, es lo que disfrutarás al elegir este restaurante. elmuraldelospoblanos.com

CasaReyna. Uno de los favoritos de los poblanos. Son excepcionales los gusanos de maguey y el filete en salsa de tuétano. (casareyna.com)

EntreTierras. Su propuesta de gastronomía mexicana contemporánea es refrescante, con platos como la emulsión fría de calabacitas, menta y berros y el arroz con leche con carambola y lichi. 4 norte 410, Centro. @Entretierras

Chile en NogadaSan Leonardo. La decoración afrancesada de tiempos del Porfiriato es el escenario ideal para disfrutar buena cocina mexicana. hotelsanleonardo.com.mx

La Purificadora. Cocina mexicana contemporánea enmarcada por una bella decoración diseñada por el arquitecto Ricardo Legorreta. lapurificadora.com

La Tentación. Proponen una fusión de todo el mundo con énfasis en lo poblano. Prueba la memela con barbacoa de conejo. elsueno-hotel.com

Arlett Mendoza y Charly Ramos viajaron a Puebla con apoyo de Tesoros de Puebla (tesorosdepuebla.com.mx) Lee el texto completo en la edición impresa o digital de Food and Travel México. 

Alguna vez abrumada por la comida rápida y los buffets de todo lo que pueda comer por 10 dólares, Las Vegas resurge como un escaparate culinario en donde todos los chefs quieren estar y todos queremos comer.

De Las Vegas se dicen muchas cosas, sobre todo que es pecaminosa. Y sí, algo hay de eso. Y aunque lo que pasa en Las Vegas, se supone debe quedarse en Las Vegas, uno de esos pecados las veganos, el de la gula, debe ser difundido… Hasta hace algunos años, los casinos, la fluidez de alcohol y los espectáculos, eran el principal motivo por lo que la gente iba a la ciudad más iluminada del mundo. La oferta gastronómica era realmente un pecado, ya que abundaban los buffets de bajo precio y calidad y, por supuesto, la vacía comida rápida.

Las Vegas en un placer culpable

Hoy, no solo deslumbra el bling bling de los candiles cubiertos de cristales Swarozky que abundan por doquier, ni el resplandeciente dorado en los escudos de los gladiadores romanos que se toman fotos con los turistas, sino los imponentes emporios gastronómicos que están surgiendo. Mismos que han convertido a Las Vegas en un placer culpable de gourmets, gourmands y de simples mortales con buen diente.

La razón de la actividad culinaria como uno más de los atractivos de Las Vegas, se debe a que el destino, se ha vuelto el place to be (lugar para estar) de los chefs luminarias de todo el mundo. Y si bien es más una cuestión de imagen y de nombre que de la presencia e intervención de los chefs en cuestión, el simple hecho de poder realizar un tour gastronómico por los conceptos asesorados por estos star chefs resulta ya bastante atractivo.

El chef estrella que más recientemente incursionó en este aparador gastronómico fue el hombre que más usa la censurable y escandalosa palabra con f en sus programas culinarios transmitidos por televisión. Gordon Ramsay Steak es el primer lugar del famoso chef en Estados Unidos, y está dentro del hotel París. El concepto ultramoderno que tiene más de 250 asientos, pretende transportar al comensal a un Londres actual donde figuran platos insignia del cocinero de origen inglés como los Fish and Chips, el Sheperd’s pie y el filete Wellington.

Dos grandes chefs franceses que precisamente fueran maestros de Ramsay, Guy Savoy y Joël Robuchon, también sucumbieron ante la tentación del reinado del juego y las apuestas. Y abrieron dos restaurantes que ostentan sus propios nombres. Restaurant Guy Savoy, en el Caesars Palace, y Joël Robuchon, en MGM Grand, que por el momento es el único lugar del chef en Estados Unidos (el de NY ya no está), ofrecen cocina francesa en entornos sumamente lujosos y exuberantes.

Otros franceses famosos que no podían quedarse atrás fueron Jean-Georges Vongerichten y Alain Ducasse. El alsaciano, no apostó por sus tradiciones culinarias, sino por los cortes de carne jugosos y suaves que se degustan en el hotel Aria, dentro del restaurante Jean-Georges Steackhouse; y por su parte, Ducasse, en el hotel Mandalay Bay, con su restaurante Mix, donde además de buena cocina moderna, hay también una de las vistas más espectaculares de Las Vegas.

 

La lista de chefs famosos e influyentes continúa:

  • Michael Mina, Wolfgang Puck.
  • Mario Batali.
  • Todd English.
  • Hubert Keller.
  • Bobby Flay.
  • Costas Spiliadis.
  • Scott Conant.
  • David Mayers.
  • Y el español José Andrés también abrieron uno o varios (como es el caso de Puck y José Andrés) restaurantes en Las Vegas.

Sin duda, uno de los más populares y realmente buenos es Jaleo, del carismático chef José Andrés, quien asegura en la vida no se puede dejar de innovar, pero tampoco de divertirse. Ello se nota en sus creativas presentaciones (como las croquetas de jamón serrano servidas en un tenis) y en su concepto más divertido no apto para puristas: China Poblano, un lugar desenfadado, en el que convergen un mercado mexicano donde dos señoras echan tortilla afanosamente y un rincón oriental donde. En lugar de tortilleros, hay cestas de bambú de las que surgen vaporosos y regordetes dumplings rellenos de cerdo y verduras.

En Las Vegas nada es suficiente. La lucha por un mercado cada vez más extravagante exige columnas más altas, colores y texturas más dramáticas, conceptos más arriesgados, e inversiones mayores. Muestra de ello es el nuevo proyecto del chef Nobuyuki Matsuhisa, mejor conocido como Nobu, quien de la mano del actor Robert De Niro ha logrado un dúo dinámico invencible. Nobu Hospitality abrirá junto con Caesars Palace el primer Nobu Hotel, un innovador concepto boutique que integrará una torre dentro del hotel inspirado en la Antigua Roma, que además de poseer el restaurante Nobu más grande (con más de 320 asientos), tendrá habitaciones de lujo con diseños impecables y elegantes, creadas por el arquitecto David Rockwell, quien con texturas, tonos y trazos busca evocar al Japón moderno.

Información de Viaje

En Las Vegas el clima, puede ser extremoso: en verano alcanza los 45ºC, y en invierno puede llegar a 0ºC. Los mejores meses para viajar a Las Vegas son abril, mayo, septiembre y octubre, ya que las temperaturas son templadas.

Cómo llegar

Dependiendo la temporada, puede ser muy económico viajar a Las Vegas. Aeroméxico ofrece vuelos directos en estos meses desde $4,000.

Asesoría

La página oficial de la Oficina de Turismo de las Vegas (visitlasvegas.com.mx) ofrece información muy completa para programar tu viaje.

Qué ver

Viva Las Vegas (1964), una de las mejores películas de Elvis Presley.

VIDEO:

Acompáñanos en este recorrido culinario por los diferentes restaurantes en Las Vegas.

Acompáñanos en este recorrido culinario por los diferentes restaurantes en Las Vegas.

Donitas de requesón con azúcar de café

 

Disfruta de un dulce momento con una forma muy original de preparar bonitas y descubre nuevas sensaciones de sabor.

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 4 tazas de aceite vegetal
  • 1 ¼ de taza de harina de trigo
  • 1 cda. de polvo para hornear
  • 1 pizca de sal
  • 5 huevos
  • 2 ½ tazas de requesón
  • ¼ de taza de ron
  • ¼ de taza de azúcar, y 2 cdas. extras
  • ¼ de taza de café recién molido, finamente

 

Para el helado de vainilla

  • 300 ml de leche
  • 90 ml de crema para batir
  • 45 g de azúcar
  • 1 vaina de vainilla, cortar a la mitad a lo largo, retirar las semillas y conservar
  • 3 yemas
  • Hojas de hibisco o flores comestibles y algodón de azúcar, para decorar

 

Procedimiento:

  1. Para el helado de vainilla, colocar la leche, la crema para batir, el azúcar y la vaina de vainilla con las semillas en una cacerola mediana. Calentar a fuego medio hasta que empiece a hervir. Retirar del fuego y dejar reposar por 20 minutos.
  2. En un tazón, batir las yemas; sin dejar de hacerlo, agregar dos cucharadas de la mezcla de leche tibia. Añadir esta mezcla a la cacerola con el resto de la leche e integrar.
  3. Verter la mezcla en la máquina de helados y seguir el proceso de acuerdo con las instrucciones del fabricante. También puedes congelar la mezcla por dos horas, raspar con un tenedor y volver a congelar por 2 horas más; repetir el proceso 3 veces más.
  4. En un tazón, cernir la harina, el polvo para hornear y la sal. Reservar.
  5. Separar las claras y las yemas. Batir las claras y 2 cucharadas de azúcar hasta obtener picos. Poner las yemas en un tazón mediano y revolver. Incorporar la harina y el requesón poco a poco, sin batir mucho, hasta mezclar perfectamente. Agregar el ron y las claras batidas de manera envolvente.
  6. Calentar el aceite en una olla mediana a 190ºC. Con un cucharón, dejar caer bolitas de la mezcla y freír durante 1 minuto de cada lado, hasta obtener un color dorado claro. Retirar del aceite y dejar reposar sobre papel de cocina.
  7. En otro tazón, mezclar el azúcar y el café molido. Revolcar las bolitas aún calientes en la mezcla de azúcar. Servir de inmediato junto con helado de vainilla. Decorar con las hojas de hibisco o con flores comestibles, y el algodón de azúcar.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino blanco dulce de Hungría, gran complejidad, dulce y fresco, notas de membrillo y albaricoque.

Sugerencia: Disznóko Tojaki Aszú 5 puttonyos

Albóndigas norteñas de costilla con chochoyones y calabacita fermentada

 

Deléitate con esta original receta de Albóndigas norteñas de costilla con chochoyones y calabacita fermentada.

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 200 g de calabacitas, partir a la mitad a lo largo y luego rebanar en medias lunas
  • 30 g salsa de pescado
  • 50 ml de jugo de limón, y extra
  • 1 chile chiltepín, al gusto
  • 300 g de costilla de res, deshuesada
  • 150 g de filete de res, molido
  • Un puñado pequeño de menta fresca, picada finamente
  • 1 huevo
  • 125 g de masa de maíz para tortillas
  • 25 g de mantequilla sin sal
  • 4 hojas de aguacate
  • 5 tazas de frijol cocidos con caldo, más frijoles extras (sin caldo) para servir
  • 4 pzas. de chile de árbol, dorados
  • 300 g de verdolagas
  • Sal, al gusto
  • Pimienta negra recién molida, al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra, al gusto

 

Procedimiento:

  1. Hervir agua en una cacerola pequeña. Cocer ligeramente las calabacitas de 2 a 3 minutos. Retirarlas y colocarlas en un recipiente con agua fría y hielos. Colar y reservar.
  2. En un tazón, mezclar la salsa de pescado, el jugo de limón, la sal y el chile chiltepín. Agregar las calabacitas a la marinada y dejar reposar por 3 horas para lograr una fermentación rápida.
  3. Combinar la carne de costilla de res y el filete de res molido. Sazonar con sal y pimienta; agregar la menta fresca y el huevo. Mezclar perfectamente y reservar.
  4. Para los chochoyones, hacer bolitas de 10 g con la masa para tortillas. En una olla pequeña, cocerlas por 2 minutos en agua hirviendo con sal. Retirar y reservar. Antes de servir, saltearlos con la mantequilla para obtener un color dorado.
  5. En un comal, dorar ligeramente las hojas de aguacate. Licuar los frijoles con su caldo y los chiles de árbol. Colocar la mezcla en una olla mediana y añadir las hojas de aguacate. Calentar a fuego bajo de 15 a 20 minutos; revolver constantemente. Agregar las albóndigas de carne y dejar cocinar por 20 minutos más. Reservar y mantener caliente.
  6. En un platón ligeramente hondo, servir dos cucharones del caldo de frijol con las albóndigas, los chochoyones, las calabacitas y los frijoles extras. Terminar con las verdolagas frescas con un poco de aceite de oliva y jugo de limón.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino tinto español de uva tempranillo, notas de frutos rojos y madera.

Sugerencia: Gómez Cruzado Vendimia Seleccionad

Aguachile de camarón de profundidad y coco

 

Aprende a preparar un exquisito aguachile de camarón de profundidad y coco y disfruta de un fresco platillo.

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 100 g de piña fresca, en rebanadas
  • 4 pzas. de chile chiltepín
  • 8 pzas. de camarón de profundidad, enteros, enjuagados
  • 50 ml de jugo de limón
  • 150 ml de agua de coco fresca
  • 100 ml de leche de coco
  • 2 g de goma xantana
  • 1 pepino, en láminas delgadas
  • 100 g de coco rayado, tostado
  • Sal de grano, al gusto
  • Un puñado pequeño de brotes de cilantro, hinojo y hierba Luisa (cedrón), para decorar

 

Procedimiento:

  1. En un tazón, colocar la piña y cubrir completamente con la sal de grano y 1 chile chiltepín quebrado; dejar reposar durante
  2. 1 hora y reservar.
  3. Retirar las cáscaras y las cabezas de los camarones; reservar. Rebanar los camarones a la mitad y colocarlos en un tazón. Añadir suficiente sal de grano y la mitad del jugo de limón. Dejar reposar durante 15 minutos.
  4. Poner las cáscaras y las cabezas en una charola. Hornear a 120ºC de 30 a 40 minutos o hasta que estén crujientes y ligeramente doradas. Apartar y dejar enfriar. Una vez que se enfríen, molerlas en un mortero con una pizca de sal de grano. Reservar.
  5. Para el jugo del aguachile, mezclar el agua de coco con el resto del jugo de limón, 3 chiles chiltepines quebrados y sal.
  6. Para la crema de coco, batir la leche de coco con la goma xantana y dejar reposar en el refrigerador por 15 minutos antes de usarse.
  7. En un plato hondo, acomodar 2 porciones de camarones. Verter 3 cucharadas de jugo de aguachile y 1 cucharada de crema de coco.
  8. Espolvorear coco rayado sobre los camarones. Añadir las láminas de pepino y decorar con los diferentes brotes. Terminar con una pizca de sal de grano de camarón.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino francés de uva chardonnay, notas de frutas tropicales, expresivo, elegante y fresco.

Sugerencia: Louis Jadot Chablis

Guayabas rellenas de mousse de Guanábana

 

Del Larousse de la cocina mexicana, una de las obras de referencia más completas, Alicia combinó las recetas de los cascos de guayaba al vino blanco y el mousse de guanábana, para darle vida al que sería uno de los consentidos de la carta dulce de su restaurante El Tajín desde 1993.

 

Porciones: 2 porciones

Ingredientes:

  • 80 g de azúcar
  • 1⁄2 taza de vino blanco
  • 1 raja de canela de 3 cm aproximadamente 2 tazas de agua
  • 6 guayabas grandes ligeramente verdes, partidas a la mitad
  • 60 g de fresas, zarzamoras o frambuesas, cortadas en tiras
  • 6 hojas de hierbabuena, cortadas en tiras

 

Para la mousse de guanábana

  • 1 taza de pulpa de guanábana, sin semillas 1 yema de huevo
  • 1 cdta. de licor de cereza
  • 1 taza de crema para batir
  • 3 cdas. de azúcar glas
  • 1 clara de huevo
  • 1 cda. de azúcar

 

Para la salsa de mango

  • 500 g de pulpa de mango 100 g de azúcar
  • 3 cdas. de jugo de limón 100 ml de agua

 

Para la salsa de zapote negro

  • 500 g de pulpa de zapote negro, sin semillas 100 g de azúcar
  • 3 cdas. de jugo de limón
  • 100 ml de agua

 

Procedimiento:

  1. En una olla, calentar el azúcar, el vino, la canela y el agua, hasta obtener un almíbar. Cuando hierva, agregar las guayabas y cocer a fuego bajo durante 20 minutos aproximadamente, hasta que estén cocidas.
  2. Retirar las guayabas del almíbar y retirar las semillas. Reservar.
  3. Para la mousse, en una olla colocar la pulpa de guanábana, la yema y el licor de cereza. Cocer a fuego bajo, sin dejar de batir, hasta que esté cocida la pulpa. Dejar enfriar.
  4. En un tazón, batir la crema y el azúcar glas hasta formar picos. Reservar.
  5. En otro tazón, batir la clara a punto de turrón con el azúcar y reservar.
  6. Cuando la mezcla de guanábana haya enfriado, mezclar primero con la crema batida y después con la clara (ambas en forma envolvente). Recomendación: meter al refrigerador los utensilios, tazones y globos que se vayan a usar para batir claras y cremas. Si se está en un lugar caliente, realizar el batido sobre un tazón grande con hielo.
  7. Introducir en una manga pastelera la espuma de guanábana y rellenar cada una de la mitades de las guayabas.
  8. Para la salsa de mango, licuar todos los ingredientes a velocidad alta hasta obtener una salsa tersa y homogénea. Colar la salsa y reservar.
  9. Repetir el procedimiento con los ingredientes de la salsa de zapote. En ambas, rectificar el dulzor agregando más azúcar de ser necesario. (Para obtener una salsa brillante, hervir por 5 segundos y enfriar). Las salsas de frutas se pueden conservar por varios días en refrigerador, dentro de recipientes herméticamente cerrados.
  10. Formar un espejo con las dos salsas en un plato, colocar encima 3 guayabas y decorarlas con las frutas y las hojas de hierbabuena.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino blanco de alsacia, aromas de lichi y cítricos.

Sugerencia: Trimbach Gewürztraminer

Hot Dogs de Camarón con cátsup de mariscos

 

Descubre la forma más deliciosa de preparar hot dogs de mariscos

 

Porciones: 4 porciones

Ingredientes:

  • 16 camarones extragrandes (remover las cabezas y las cáscaras y reservar)
  • 8 bollos de pan blanco para hot dog, cortados a la mitad y untados con mayonesa Cebollas deshidratadas, para servir

 

Para el condimento seco

  • 2 cdtas. de cebolla en polvo
  • 1 cdta. de ajo en polvo
  • 1 cdta. de páprika ahumada
  • 1⁄2 cdta. de pimienta de Cayena 1⁄4 cdta. de sal
  • 1⁄4 cdta. de pimienta blanca molida

 

Para la cátsup de mariscos

  • Aceite vegetal, para freír
  • 1 cebolla, pelada y troceada
  • 2 dientes de ajo, pelados y rebanados
  • 2 cdtas. de hojuelas de chile seco
  • 800 g de jitomate picado
  • 2 cdtas. de sal de apio
  • 2 cdtas. de azúcar refinada
  • 1 cdta. de vinagre balsámico
  • 1⁄2 cdta. de goma xantana, para espesar (opcional)

 

Procedimiento:

  1. Colocar las cabezas y las cáscaras de los camarones en una olla; calentar a fuego medio hasta que empiecen a dorarse. Agregar un chorrito de aceite y la cebolla; revolver. Agregar el ajo y las hojuelas de chile y cocer por unos 30 segundos, revolviendo continuamente para que el ajo no se queme.
  2. Agregar los jitomates con el resto de los ingredientes para la cátsup, excepto la goma xantana. Reducir el fuego y cocer por 15 minutos. Licuar la mezcla hasta obtener un puré. Colar la cátsup; si la consistencia es muy aguada, agregar la goma xantana.
  3. Mezclar todos los ingredientes del condimento seco en una bolsa; agregar los camarones, cerrar la bolsa y agitar bien para cubirlos con la mezcla.
  4. En una olla caliente, colocar los camarones y cocer a fuego alto, 1 minuto de cada lado, hasta que cambien de color.
  5. Servir 2 camarones cocidos en cada bollo untado con mayonesa. Cubrir con una cucharada generosa de cátsup de mariscos y espolvorear con la cebolla deshidratada antes de servir.

Entre rascacielos y caballos, carne y humo, sonrisas y calidez humana, Alejandro Mendoza encontró en las ciudades de Dallas y Fort Worth un rostro amable del noreste texano, que hace olvidar cualquier idea preconcebida sobre el estado de la estrella solitaria. FOTOS: Mauricio Ramos

 

Dallas BBQ

        Es común que al escuchar la palabra barbecue, o leer la combinación mágica BBQ, de inmediato lleguen a la mente imágenes de ranchos ganaderos, sombreros y reuniones alrededor del asador. Y el mejor escenario para gozar de esta cultura gastronómica se encuentra en Texas, estado que ocupa el segundo lugar en población y extensión en Estados Unidos. Para encontrarme con los sabores del BBQ, así como algunas sorpresas sobre el destino, me interno en Dallas y Fort Worth.

         En general, este tipo de cocina enloquece a los norteamericanos, y los texanos no son la excepción. En la región central –a la cual pertenecen Dallas y Fort Worth– el BBQ se caracteriza por piezas de carne horneadas y ahumadas, con una peculiar costra oscura donde se concentran los sabores y que permite a las piezas mantener su jugosidad. Este estilo de hornear la carne debe su herencia a los inmigrantes alemanes y polacos asentados en el área a finales del siglo XIX. La pieza estrella, sin duda, es el brisket (pecho de res). A diferencia de la zona sureste del estado, en el centro-norte, las salsas son un complemento y no parte esencial del BBQ. Incluso, los restaurantes recomiendan comer la carne sin añadirlas, aunque siempre tienen frascos listos para quienes quieran seguir esta opción.

          El ritual de acudir a los restaurantes especializados consiste en formarse tan pronto abren, aproximadamente a la hora del almuerzo, y esperar en las enormes filas, que durante los fines de semana suelen darle vueltas a la cuadra. Incluso, hay gente que al llegar al mostrador se encuentra con el letrero de Sold out, a veces en menos de tres horas.

            Un ejemplo de ello es Pecan Lodge, en el barrio de Deep Ellum, a solo unos minutos del centro de Dallas. Cuando llego al restaurante, la pizarra con la oferta del día tiene la mitad de los productos tachados, y la fila aún es larga. Con suerte, logro pedir su famoso brisket y al terminarlo, me resulta imposible no chuparme los dedos. Al conversar con Luis Morales, gerente del restaurante, es fácil comprender el éxito detrás de Pecan Lodge: “Yo personalmente me encargo de probar todo antes. Si no está bien hecho, se tiene que repetir”. Cuando vuelvo a ver la pizarra está escrito en letras grandes Sold out.

 

 

Dallas

 

         Otro sitio imperdible para degustar el BBQ en Dallas es Lockhart Smokehouse. Ubicado en el barrio Bishop Arts District y más allá de su decoración –la bandera de Texas, placas de automóvil del estado y un letrero con la icónica frase Don’t Mess With Texas–, lo que entusiasma a los visitantes son las delicias que salen del horno: brisket con el nivel exacto de grasa, costillas en su punto y salchichas de sabores intensos.

            Intrigado por este suceso culinario que atrae a tantas personas, platico con Damian Ávila, gerente y pitmaster (chef) del restaurante, quien nació en la Ciudad de México pero lleva casi 15 años viviendo en Estados Unidos. Siempre ha trabajado en cocina, aunque apenas lleva tres años en este local.

         Damian me cuenta que el concepto de BBQ de Lockhart es fiel al estilo de la región central. Además, el establecimiento ha sido propiedad de la misma familia por más de 100 años. Su origen se remonta a la distribución de carne; por ello, comenzaron a ahumarla para conservarla y, poco a poco, tuvieron éxito al venderla así. Con entusiasmo, lo sigo hasta el lugar donde ocurre la magia: el horno alimentado con leña de roble, fabricado por la compañía texana A.N Bewly.

          “Este horno nunca se apaga, pues hay piezas que requieren varias horas para cocinarse”. Algunos de sus secretos para lograr carne jugosa, llena de sabor y con un aroma enloquecedor son cocinar el brisket de 14 a 16 horas, las costillas de res de 10 a 14 horas y las de cerdo de ocho a nueve horas. En piezas grandes, lo ideal es lograr una costra negra –la cual debe ser brillante, que solo un ojo entrenado, como el suyo, puede diferenciar.

           Satisfecho con el festín carnívoro, camino por Bishop Arts District. Este vecindario ubicado en Oak Cliff se considera una de las zonas más antiguas de Dallas, y en los últimos siete años se ha transformado para ofrecer más de 60 comercios, desde restaurantes y bares, hasta boutiques y galerías.

Información de viaje

CÓMO LLEGAR

American Airlines (aa.com) vuela de la Ciudad de México al Aeropuerto de Dallas/Fort Worth. Vuelo redondo desde $328 USD.

RECURSOS  

Discover America (discoveramerica.mx) descubre más información de este destino y otros a lo largo y ancho de Estados Unidos.

 

Dallas BBQ

 

         Entre ellos, está Bishop Cider Co., cuya vitrina anuncia al caminante sediento la promesa de sidra artesanal. Con una gran sonrisa, Hope Malone me explica el origen del lugar: “Mi hermano y su esposa, Joel y Laura Malone, lo abrieron al darse cuenta de que en Dallas hay un movimiento fuerte de cerveza artesanal, pero la gente no estaba muy familiarizada con la sidra”.

        A partir de financiación colectiva –plataformas en las que a través de internet la gente aporta dinero a proyectos de su interés– y luego de un proceso largo entre la concepción y la ejecución, Bishop Cider Co. abrió en mayo de 2014. Aquí ofrecen 10 tipos de sidra, cuya producción alcanza hasta 189 mil litros anuales. Entre las que destacan están Suicider, con un toque de canela, pimienta gorda y clavo; Cideways, a la cual se le añade lúpulo, por lo que resulta seca y aromática, y Nectar, la más sencilla y honesta, semidulce y fácil de beber.

        Para cenar en Dallas, el restaurante Smoke, del aclamado chef Tim Byres, es un obligado. El lugar luce repleto, y gracias a las sugerencias del mesero, inicio con el coctel The Greens elaborado con gin, pepino, limón, jarabe ahumado, arúgula y manzana verde; al parecer, será lo único “verde” que comeré durante esta travesía. Aunque no es propiamente un sitio dedicado al BBQ, Smoke no olvida las delicias de la carne al fuego. La entrada más solicitada es el Cabrito & Masa, que consiste en una especie de gordita rellena de carne, servida sobre un espejo de salsa de cajeta, acompañada con salsa verde de manzana, brotes y rábanos. Para el plato fuerte, el brisket curado con café es la estrella; servido con ensalada de papa y pepinillos caseros, es una auténtica explosión de sabor en la boca.

 

DallasDónde quedarse

Hotel Magnolia Dallas Este alojamiento boutique se encuentra en lo que fuera el edificio de la Magnolia Petroleum Company, construido en 1922. Con 29 pisos y 121 metros de altura, fue el primer edificio de los Estados Unidos en instalar aire acondicionado, y fue el primer rascacielos de Dallas. En su azotea se encuentra un pegaso rojo, ícono de la ciudad, que se enciende por las noches. Habitación Queen Bed desde $229 USD. magnoliahotels.com

Omni Fort Worth Hotel Ubicado enfrente del Centro de Convenciones de Fort Worth, éste es el punto ideal para descubrir el downtown de la ciudad, como el Fort Worth Water Gardens, el memorial a John F. Kennedy y el Sundance Square. Premier Room desde $309 USD. omnihotels.com

Wildcatter Ranch A solo 20 minutos de Graham, Texas, este alojamiento es un auténtico escape para contactar con la naturaleza, ya sea que cabalgues, alimentes a los toros longhorn o simplemente te relajes en tu cabaña contemplando el paisaje. Suite One King Bed Deluxe en cabaña desde $315 USD por dos noches (estancia mínima). wildcatterranch.com

         Otra opción es Remedy, un restaurante inspirado en las farmacias de la década de 1920 y con la idea de ofrecer health by sodas. En aquella época las medicinas sabían tan mal, que lo usual era mezclarlas con refrescos para ingerirlas. Fue así como Elias Pope, chef propietario, optó por ofrecer un concepto de cocina americana tradicional pero con un halo nostálgico.

       En la carta se ofrecen platillos como los Deviled Green Eggs, que consisten en huevos rellenos con perifollo, estragón, aguacate y ajo con jamón crujiente. También están los típicos sándwiches, como el de mortadela casera con queso americano fundido o la versión abierta, de salmón curado con betabel acompañado de aguacate, pepinillos encurtidos, arúgula y jitomate.

        “Es una comida que apela a los recuerdos. La cocina de Remedy te trae memorias, pero más sofisticadas”, comenta Abby Perkins, la joven mesera que me atiende. Me indica que ella nació en Dallas, por lo que me intriga saber qué piensa de propuestas como ésta, de la que forma parte: “La gente de Dallas quiere conceptos diferentes. Quiere ser vista y tomada en cuenta”.

 

Dallas BBQ

 

Con esta premisa fue que se han desarrollado algunas zonas de la ciudad, como el Distrito de Artes, donde se encuentran el Nasher Sculpture Center y el Dallas Museum of Art. Desafiando cualquier estereotipo, en ambos espacios se puede apreciar una formidable colección de arte. El primero es un recinto construido por el arquitecto Renzo Piano, en donde se aloja la colección de Raymond y Patsy Nasher integrada por más de 300 esculturas de artistas como Joan Miró, Alberto Giacometti, Pablo Picasso, Auguste Rodin y Alexander Calder, además de exhibiciones temporales. Caminar entre su jardín es inspirador e invita a la contemplación.

       A unos pasos, el Dallas Museum of Art es un espacio enciclopédico integrado por más de 22 mil obras que abarcan cinco mil años de historia. Entre tantos siglos, se torna difícil elegir qué sala visitar, por lo que aprovecho para recorrer una exposición temporal que muestra parte del acervo de los grandes exponentes del arte abstracto. Algunas de las obras pertenecen a pintores como Robert Motherwell, Jules Olitski, Frances Barth y Frank Stella. Podría pasar todo el día aquí… pero la búsqueda de los sabores debe continuar, por lo que pienso en Fort Worth, mi siguiente destino.

 Dónde comer

Lockhart Smokehouse Uno de los sitios favoritos para degustar BBQ al estilo del centro-norte de Texas. Los imperdibles son el brisket (pecho de res), las costillas de cerdo y las salchichas con jalapeño. Pregunta por el especial del día (si hay costillas de cordero, pídelas, no te arrepentirás). 400 West Davis, Dallas. lockhartsmokehouse.com

Smoke Para una opción de cena casual, los platillos aquí son abundantes y su coctelería es ideal para iniciar la noche. Se sugiere reservar, ya que el chef Tim Byres goza de buena fama, por lo que todos quieren una mesa en su restaurante. 901 Fort Worth Avenue, Dallas. smokerestaurant.com

 

 

Dallas gastronomía BBQ

 

Remedy Inspirado en las fuentes de sodas de la década de 1920 y en el concepto de health by sodas, el chef Elias Pope ofrece cocina americana con un twist, así como cocteles de autor que sorprenderán a tu paladar. 2010 Greenville Ave, Dallas. remedydallas.com 

Reata Cocina del sur de Texas que se integra con recetas de la cocina criolla y mexicana. La carne es la especialidad, como el filete de res con costra de pimienta o el rib eye de búfalo a la mantequilla. Cuentan con una carta de cocteles ideales para abrir el apetito. 310 Houston St., Fort Worth. reata.net

Brewed Sitio acogedor con una decoración de buen gusto, es el lugar ideal para degustar un café de especialidad o alguna cerveza artesanal. Si acudes a desayunar, los waffles son su especialidad. 801 W Magnolia Ave, Fort Worth. brewedfw.com

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