Los días 1 y 2 de noviembre México celebra una de sus tradiciones más importantes y emblemáticas, el Día de Muertos, la cual muestra la riqueza cultural de nuestro país que hace de la muerte una fiesta; en esas fechas se recuerda a los difuntos a través de ofrendas, rituales y ceremonias y claro: pan de muerto.
El origen del pan de muerto
Uno de las protagonistas de esta tradición es el pan de muerto, cuyo origen se encuentra en la época de la Conquista, cuando se utilizaba para reemplazar los sacrificios humanos. Durante el llamado festival de las ánimas se sacrificaba a una doncella y su corazón era depositado en una olla con amaranto; la persona que encabezaba el ritual mordía el órgano como señal de agradecimiento a los dioses. Los españoles claramente rechazaron el sacrificio y en su lugar elaboraron un pan de trigo en forma de corazón cubierto de azúcar roja que representara la sangre de la doncella.
Las cuatro canillas (huesitos) que lleva el pan van orientadas a los cuatro puntos cardinales y cada una está dedicada a un dios diferente: Tezcatlipoca, Tláloc, Quetzalcóatl y Xipetotec. Su peculiar forma circular representa el ciclo de la vida y la muerte, mientras la bolita superior simboliza el cráneo.
Además de este pan mexicano, otro característico postre de la temporada es la calabaza en tacha, fruto rico en carotenos, antioxidantes, licopeno, vitamina C y alto en fibra. La calabaza en tacha —o calabaza en dulce como también se le conoce— es uno de los postres emblemáticos en estas fechas y pieza importante dentro de la ofrenda. Su nombre se origina en los ingenios azucareros, pues para su proceso de elaboración se empleaba una de las calderas denominada “tacha”. Al concentrar los jugos de la calabaza con el piloncillo y la canela, el resultado es exquisito.
En la actualidad, puede prepararse en cualquier recipiente que la contenga en su totalidad; el modo de elaboración puede variar de acuerdo con la región y los ingredientes que se tengan a mano, pues en algunas regiones se añaden a la receta frutas como guayaba y naranja.
Ahora que ya sabes un poco más de la historia del pan de muerto y de la calabaza en tacha, te invitamos a que prepares estos deliciosos postres por medio de las recetas que nos compartió ASPIC Instituto Gastronómico, de la inspiración del chef Guillermo Mateos de la Mora, especialista en cocina mexicana.
Pan de muerto tradicional
Ingredientes
- 500 g de harina
- 150 g de azúcar
- 150 g de mantequilla
- 40 g de levadura
- 3 huevos
- 10 g de sal
- 10 g de azahar
Para el almíbar
- 150 g de azúcar
- 200 ml de agua
- 10 g de azahar
Preparación
Mezcla 100 gramos de harina con los 40 gramos de levadura y 80 mililitros de agua para hacer una masa madre, y deja fermentar por dos horas. En una batidora, mezcla el azúcar, la sal, la esencia de azahar y los tres huevos, y bate hasta que esté bien mezclado; después agrega la harina, la masa madre y la mantequilla. Bate hasta que la masa tenga elasticidad y deja reposando por 15 minutos. Forma el pan primero haciendo una bola, luego aplánala y decora con canillas en cuatro y una bolita arriba. Déjala reposar hasta que duplique su tamaño, hornea a 180°C entre 10 y 15 minutos, déjala enfriar un poco y con una brocha, barnízala con el almíbar y decora con azúcar.
Calabaza en tacha
Ingredientes
- 400 g de calabaza
- 180 g de azúcar
- 50 g de canela en rama
- 200 g de piloncillo
- 30 g de anís estrella
- 300 ml de agua
Preparación
Elabora el almíbar poniendo en una olla el agua, el azúcar, el piloncillo, la canela y el anís. Déjalo cocer hasta que tenga la consistencia de la miel. Corta la calabaza en cuadros, colócalos en una charola ligeramente honda, baña los trozos de calabazas con el almíbar, hornea a 180°C durante dos horas, bañando constantemente con el almíbar, y déjala en el horno hasta que la calabaza se vea caramelizada.