Con el aeropuerto Schiphol como escenario, fue que KLM celebró ante cientos de invitados sus 100 años de historia, evento en el que los asistentes pudieron conocer el pasado, presente y futuro de la principal aerolínea de Países Bajos. Dentro de la Experiencia KLM, se pudo conocer la evolución de la línea aérea, a lo largo de las décadas, y el papel que desempeñó en la aviación civil internacional. Fotos: Cortesía. 

“El hecho de que celebremos nuestro centenario no es solo un testimonio de un siglo de éxitos e innovación, también es la prueba de la confianza que los clientes y socios tienen en KLM. Es un reconocimiento a los pioneros de la aviación de KLM, que, literalmente, pusieron la aviación civil en el mapa mundial. Esta es la aerolínea internacional más antigua que aún opera bajo su nombre original”,  declaró Pieter Elbers, presidente y CEO de KLM. 

 

Para viajeros coleccionistas

 

KLM 100 años

 

Como parte de sus celebraciones, también se lanzó su casa miniatura número 100, la cual es elaborada con cerámica de Delft, artículos que son muy codiciados entre los viajeros coleccionistas de todo el mundo. 

La miniatura de este año es una réplica del Palacio Huis ten Bosch en La Haya, el hogar del rey Willem-Alexander y su familia.  Asimismo, la primera copia de este artículo de colección, fue regalada al Ministro de Finanzas de Holanda, Wopke Hoestra, por Pieter Elbers. 

El Palacio Huis ten Bosch es muy importante para los Países Bajos, debido a que fue construido a mediados del siglo XVII, a instancias del Príncipe Frederik Hendrik y su esposa Amalia van Solmsquien fue sucedido en la primera mitad del siglo XVIII por el príncipe Willem IV.  

Después de que Willem fuera coronado rey de los Países Bajos, en 1815, el palacio albergaba, habitualmente, a los miembros de la familia real holandesa. Desde enero de 2019, el Palacio Huis ten Bosch ha sido la residencia del rey Willem-Alexander, la reina Máxima y sus tres hijas. 

Desde la década de 1950, KLM presenta casas en miniatura, especialmente diseñadas, para obsequiarlas a los pasajeros de su World Business Class, en vuelos intercontinentales. Las casitas son réplicas de edificios famosos en los Países Bajos. El número de casas en la colección aumenta con cada aniversario de KLM desde 1994. 

 

Su historia en páginas

 

KLM 100 años

 

Los 100 años de la aerolínea KLM también han sido plasmados en un libro especial titulado Welcome Aboard – 100 years of KLM Royal Dutch Airlines, que estará disponible en inglés y en español.

La primera copia de este libro fue entregada por el actual Consejo de Administración de KLM (Pieter Elbers, René de Groot y Erik Swelheim), a tres ex presidentes de KLM: Pieter Bouw, Leo van Wijk y Peter Hartman. 

Conoce un poco más de los 100 años de historia de KLM y anímate a volar con ellos en tu próximo viaje. klm100.com/en

En toda Europa, como en el resto del mundo, el té ha adoptado todo tipo de formas, texturas, métodos de infusión y acompañamientos. Una de las expresiones más fascinantes de esta milenaria bebida puede hallarse en tierra frisona, región que corre sobre la costa del mar del Norte a través de los Países Bajos y Alemania. Fotos: Escuela Mexicana de Té.

Si bien daneses, alemanes y holandeses son asiduos bebedores de café, gran parte de sus poblaciones radicadas en el histórico territorio frisón disfrutan beber té siguiendo una propia y singular receta. Es importante recordar que los holandeses fueron los primeros en llevar el té a Europa, algo que justifica la profunda pasión de los frisios por la infusión de camellia sinensis (la planta del té).

 

¿Cómo se prepara?

 

Lo primero a destacar es el uso de un azúcar tradicional llamado “kluntje”, que consta de cristales grandes y traslúcidos; la dureza de los cristales los hace imposibles de morder, por lo que deben dejarse disolver perfectamente en la infusión caliente antes de beber. Cuando Europa comenzó a producir azúcar a partir del betabel, las clases más bajas no podían comprarla, por lo que recolectaban los residuos del fondo de los barriles utilizados para la refinación de los jarabes. Estos cristales duros eran muy preciados al momento de servir la infusión de camellia.

 

Té frisón

 

El segundo elemento clave es la crema de leche de cabra, abundante en todos los hogares frisones. ¡Sí!, querido lector, tener una cabra para ordeñar diariamente era muy común entre las clases populares.

Hoy, la crema de vaca domina el servicio de té frisón; la consistencia y untuosidad natural de la crema concentrada, asociadas a razas bovinas locales y su particular alimentación, la hacen ideal para enriquecer la infusión. Si bien algunas cremas foráneas ligeras son aceptadas como sustitutos, emplear leche común o evaporada se considera todo un sacrilegio.

¿Y el té…? Generalmente se utiliza un blend especial, conocido como “Mezcla de Frisia Oriental”, el cual posee importantes porcentajes de té negro de Assam. El común denominador son hebras de importante robustez, con astringencia marcada y gran cuerpo. El servicio en taza y manera de beber son igualmente fascinantes.

 

Té frisón

 

 

¿Cómo se disfruta más?

 

El primer paso es colocar el kluntje en las tazas, generalmente elaboradas en cerámicas vidriadas de corte europeo. Inmediatamente después el anfitrión vierte un abundante chorro de té sobre los cristales de azúcar, los cuales literalmente crujen antes de comenzar a disolverse.

Una vez lista la base, el anfitrión añade al té un poco de crema utilizando un pequeño cucharón metálico. El lácteo se dispersa en pequeñas nubes y, gracias a su densidad natural, se concentra siempre sobre la superficie de la infusión de camellia. Dicen los conocedores que esta capa de crema permite mantener el calor de la bebida.

Para beber… Los puristas consumen toda la taza en sólo tres tragos. Primero, se bebe la capa con mayor contenido de crema, ayudando a proteger el estómago del té más fuerte que viene enseguida. En segundo llega el propio té caliente, con todas sus notas gustativas, dulzor y astringencia natural. Finalmente se disfruta un último trago del líquido endulzado con el kluntje.

 

Té frisón

 

¡Ojo!, los cristales de azúcar deben dejarse siempre en la taza tras beber la infusión y es que, por su dureza, disolverlas completamente toma al menos tres repeticiones del proceso. Delicioso, ¿a poco no? escueladete.mx

 

También checa Mezclando té y los pétalos del jazmín. 

Desde hace 7 años, el 20 de marzo fue declarado Día Mundial de la Felicidad por la Organización de las Naciones Unidas. Cada año la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible publica el Informe de Felicidad Mundial. Este documento recopila información obtenida a través de encuestas y enumera a 156 países según la felicidad de sus habitantes. Te compartimos los datos más relevantes del estudio global.

Para la edición 2019, las variables consideradas fueron: ingresos, libertad, confianza, esperanza de vida saludable, apoyo social y generosidad. Si observamos ambos extremos de la lista podremos encontrar ciertas similitudes. En la parte alta, los más felices, poseen un alto capital social. Los impuestos son altos al igual que la confianza en el gobierno y los habitantes afirman sentirse libres. En cambio, la parte baja comparte un pasado reciente con fuertes conflictos bélicos.

Nuestro país se localizó en el puesto número 23. Esto lo coloca como el segundo país más feliz de América Latina solamente detrás de Costa Rica. Nuestro vecino del norte, Estados Unidos, se encuentra cuatro lugares arriba de México. El campeón del continente es Canadá, alcanzando la octava plaza.

Finlandia

 

 

El número uno en la lista, demuestra que el frío no es un impedimento para ser feliz. Dentro de las actividades que disfrutan los locales podemos encontrar sumergirse en aguas heladas y pasar mucho tiempo dentro de un sauna.

Dinamarca

 

Países más felices

 

Los daneses son famosos por haber inventado los bloques de LEGO, el gusto por el ciclismo y sus deliciosas galletas preparadas con abundante mantequilla. La conjunción de estos elementos podría ser una receta para llegar a la felicidad.

 

Noruega

 

 

El tercero en la lista, también se encuentra en el norte del Viejo Continente. Su abundante felicidad se termina cuando mencionas Suecia, país que los ocupó desde 1814 hasta 1905. Si estás de visitan no los menciones y podrás disfrutar de ciudades hermosas como Oslo su capital.

 

Islandia

 

Países más felices

 

Esta isla repleta de volcanes, es famosa por su pasado vikingo. Sus increíbles paisajes fueron la escenografía perfecta para Game of Thrones. Los visitantes y locales suelen nadar en las aguas termales cuyas altas temperaturas contrastan con el frío clima.

 

Países Bajos

 

 

Famosos por su capital libertina Ámsterdam, fueron pioneros en la legalización de las drogas. Un paseo a través de sus campos adornados con tulipanes te permitirá entender el por qué de su felicidad.

Lamentablemente, no en todo el mundo se puede ser feliz. Aquí los países que quedaron en los últimos cinco lugares del listado:

 

152.- Ruanda

153.- Tanzania

154.- Afganistán

155.- República Centroafricana

156.- Sudán del Sur

 

 

 

Extravagancias florales, bellas artes y quesos holandeses frescos y deliciosos compiten por tu atención en esta elegante ciudad de Frisia, asegura Stuart Forster. Fotos: Lucas Kemper Fotografie; Oficina de Turismo de Leeuwarden; Ruben van Vliet Fotografie; Jantina Talsma; Shutterstock. 

 

¿Por qué ir?


Junto con Valeta, Leeuwarden, en la provincia agrícola de Frisia, en Holanda, fue nombrada Capital Europea de la Cultura 2018. El pequeño centro citadino se caracteriza por sus calles empedradas y serpenteantes, así como por sus bellas casas tradicionales.

Diciembre es una excelente época para visitarlo; si corres con suerte, podrías realizar el Elfstedentocht o tour de las once ciudades. Este evento sucede sólo en ocasiones especiales cuando los canales, lagos y ríos se congelan por lo menos 15 centímetros. El recorrido es anunciado con 48 horas de anticipación y acuden más de 15,000 patinadores amateur.

 

 

¿Qué hacer?


Visita la terraza de Oldehove (oldehove.eu), una torre más inclinada que la de Pisa, en Italia; en verdad vale la pena subir sus 183 escalones para posarse en la plataforma de observación. El vanguardista Fries Museum (friesmuseum.nl) transmite la historia de Frisia desde sus primeros días. En la actualidad se exhibe una gran muestra sobre el movimiento de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial.

Los viernes, la Wilhelminaplein, la plaza frente al recinto museístico, alberga un bullicioso mercado repleto de productos locales, como pescado del Mar del Norte y queso Kanterkaas con comino.

Aprovecha el viaje para recorrer la red de canales de Leeuwarden a bordo de un paddleboard con SUP Skool Leeuwarden (supskoolleeuwarden.nl) o realiza una navegación guiada en barco de 90 minutos (praamvarenleeuwarden.nl), partiendo del puente en el barrio Nieuwe Pijp. El Museo Nacional de Cerámica Princessehof (princessehof.nl) expone obras de artistas como Pablo Picasso y Karel Appel, además de una vasta colección de porcelana china.

 

Leeuwarden

 

 

¿Dónde quedarse?

 

El hotel Post-Plaza y el Grand Café (post-plaza.nl) se hallan dentro de un antiguo edificio que albergó un banco y una oficina postal. El desayuno se sirve debajo de las vigas talladas al estilo neogótico en la cafetería, que ofrece música en vivo los fines de semana. El renovado Boutique Hotel Catshuis (catshuisleeuwarden.nl) fue nombrado así en honor a Pieter Cats, un comerciante del siglo X.

El Hotel Paleis Stadhouderlijk Hof (hotelstadhouderlijkhof.nl), que fue alguna vez un verdadero palacio real, se ubica a unos pasos del casco antiguo y cuenta con un jardín tranquilo. Oranje Hotel (oranjehotelleeuwarden.com) cuenta con una excelente ubicación, tiene habitaciones elegantes y un acogedor restaurante estilo brasserie.

 

 

 

 

¿Dónde comer y beber?

 

Desayuna junto al agua en la cafetería Stek (stekleeuwarden.nl) y ordena un sándwich lleno de queso de cabra, nueces y champiñones mientras observas el puente Vrouwenpoort.

El restaurante Proefverlof (proefverlof.frl), ubicado en la antigua prisión local, ofrece cenas atmosféricas y una terraza frente al mar. No te pierdas el filete de res, servido con champiñones y col gratinada. Su chef, Willem Schaafsma, también está detrás del restaurante Eindeloos (restauranteindeloos.nl), reconocido por sus prácticas sustentables con un premio Gault Millau en 2016.

 

 

Leeuwarden

 

 

Los menús de degustación de temporada incluyen productos regionales y un toque de influencias asiáticas. Los productos orgánicos son la base de los platillos de Gilbert van der Heide en el restaurante Elevé (eleve.nl), que tiene una estrella Michelin.

Los asientos junto a la ventana ofrecen vistas urbanas, aunque algunos platillos, como la molleja de ternera crujiente con jarabe de manzana, te dejarán sin intención de mirar hacia otra parte. Compra una botella de Beerenburg (un licor local de hierbas) en el pequeño museo de la destilería Boomsma (boomsma.frl).

 

¿Se te acaba el tiempo?

 

Como parte de las celebraciones del Leeuwarden-Friesland 2018, 25 artistas participarán en el proyecto Potatoes Go Wild en el pueblo cercano de Oudebildtdijk, una exposición peculiar y educativa para celebrar la importancia de las papas (friesland.nl).

Tip de viaje Renta una bicicleta en Fietsstation 058 para explorar sus calles. La bella ciudad Dronrijp, lugar de nacimiento del artista Lawrence Alma-Tadema, se encuentra a 11 kilómetros del centro citadino (fietsstation058.nl).

 

 

 

Información de viaje

 

La moneda es el euro (1 EUR = 22.10 MXN) y el huso horario es GMT+1. La mejor época para viajar es el verano.

 

Cómo llegar

Lufthansa (lufthansa.com) vuela desde Ciudad de México a Groninga, vía Fráncfort, y Copenhague. Un servicio de transporte conecta al aeropuerto con el centro de la ciudad; allí puedes tomar un tren a Leeuwarden (trayecto de 50 minutos). Viaje redondo desde $2,400 USD.

Recursos

Friesland (friesland.nl) es el consejo regional de turismo y ofrece ideas de itinerarios e información sobre las celebraciones de la Capital Europea de la Cultura Leeuwarden-Friesland 2018.

Más información

A Slow Food Guide to Friesland, de Gitte Brugman ($23 USD, amazon.co.uk) te introducirá a los productos y la cocina típica de la región.