Está al frente de Arzak, inaugurado en 1897 y reconocido por ser el primer restaurante vasco en el mundo en recibir tres estrellas Michelin. Cecilia Núñez platicó con quien lleva la pasión por la cocina en sus venas.

Una evolución humanizada

Ahora, como cocineros de Arzak, estamos en un periodo en el cual repensamos todo. Consideramos nuestra historia, las nuevas tendencias que estamos haciendo nuestras y las reunimos con la información que nos rodea, para ordenarla.

Queremos tener más comunicación con los comensales, ser más sostenibles, convivir más con los productores y proveedores, porque son ellos quienes en realidad consiguen que nuestro sabor sea excepcional. Este año es un buen periodo para evolucionar.

San Sebastián fue nombrada la capital cultural europea, será un evento multidisciplinario, impresionante, que durará todo el año; en éste la gastronomía juega un papel importante y podemos sumar esfuerzos. Queremos una cocina más humanizada, siempre en constante evolución.

 

BOGAVANTE CON POLEN DE ABEJA By Coconut

 

La técnica al servicio del sabor

Seguiremos utilizando las técnicas que nos han definido hasta ahora; han sido interesantes y nos han permitido evolucionar. Aunque siempre se trata de obtener el mayor provecho posible a un producto. Esas técnicas vanguardistas sirven para obtener un mejor sabor; si no, no sirven.

 

El futuro, ahora

Cada uno tiene su manera de hacer vanguardia. La llamamos cocina molecular, tecnoemocional, cocina moderna… Yo la englobo en todas esas definiciones. Y todo eso debemos utilizarlo de manera correcta. No puede ser solo una cocina tecnológica, porque debe sumar el buen producto, la sensibilidad y el pensamiento. El futuro de la cocina se dirige a un camino en el cual el comensal puede opinar cada vez más y los cocineros nos centremos en recuperar una serie de sabores y productos que habíamos dejado un poco de lado. 

 

Comedor Arzak

 

Madrid Fusión 2016

Para mí es uno de los mejores congresos del mundo. Asisto a muchos, pero le tengo un especial cariño a Madrid Fusión porque he visto cómo ha ido creciendo. Al principio asistía con mi padre; él daba ponencias y yo escuchaba. Luego las hacía con él y ahora las hago yo sola, siempre con su asesoría. Es un congreso interesante porque participan los mejores cocineros y chefs del mundo; cada uno da lo mejor de su país, de su cocina y de su personalidad. Aquí aprendo mucho.

 

Viajera gourmet

El año pasado pude asistir a Madrid Fusión Manila, en Filipinas. Tenía muchas ganas de ir a ese país porque conozco a bastantes filipinos y me habían compartido muchos ingredientes. Me fascinó su cocina, me encanta cómo trabajan su producto, cómo preparan el marisco y el pescado. ¡Volví como loca! Siempre está bien viajar, es muy importante para inspirarse.

 

TAMAL DE BONITO

 

Mónica Patiño, armonía de sazones

 

Influencias galas, niponas, chinas y mexicanas… Todas caben en la cocina de Mónica Patiño, quien con pasos firmes se ha consolidado como un referente de la gastronomía nacional. Descubre cinco creaciones que han marcado su vida, ahora que se encuentra de manteles largos celebrando los 100 años de Taberna del León.

Texto y producción: África Badillo. Fotos: Charly Ramos. Maridaje: Miguel Ángel Cooley.

 

Paco Roncero, la esencia que lo define

El reconocido chef madrileño ha sabido combinar vanguardia, técnicas, tradición y negocios en su cocina. En el marco de Madrid Fusión, platicó con Cecilia Núñez sobre los conceptos que lo definen. 

 

El respeto es inmutable

Aunque la escena gastronómica está en continua transformación, hay un tema esencial que nunca debe cambiar: el respeto. Al producto, a la calidad, a los sabores y a las materias primas; sobre todo a la tradición. Busco proyectar eso en mis platillos, y simplemente los voy dotando de técnicas y aprendizajes novedosos que hacen a la cocina un poquito más ligera y diferente.

 

Paco Roncero

 

La vanguardia hoy

No todo consiste en hacer esferas o trabajar con nitrógeno líquido; la vanguardia va más allá. En España hay talento, cocineros, motivación y ganas de seguir evolucionando. Ferran Adrià era uno de los pilares de la investigación de la cocina española, pero hoy no está; por eso el cambio no se ve tan apresurado como se anticipaba. Ahora va un poco más despacio, pero seguimos.

 

Compartir con las nuevas generaciones

Trabajar 30 años en el mundo de la gastronomía me ha dejado una gran enseñanza: compartir conocimientos. Debemos comunicar a las nuevas generaciones lo que sabemos sin miedo a que nos copien. Además, en esa transmisión de conocimientos, las técnicas van evolucionando y mejorando, y eso lo aprovecharemos todos.

 

La Terraza de Casino

 

España en Asia

Tengo restaurantes en diferentes partes del mundo e intentamos llevar a éstos nuestra cultura. Cuando la gente me pide un restaurante en Asia, busca tener una experiencia de gastronomía española, así que intento trasladar mi ADN al 100%. Algo muy importante es transportar hasta esas tierras un buen equipo que se mantenga al pendiente del trabajo que se está realizando.

 

Una cocina viajera

Estoy totalmente de acuerdo con el uso de productos locales en la cocina. Pero, ¿qué pasa si estoy en una ciudad y no hay un mar cercano? ¿No puedo ofrecer pescado? Creo que debemos ser coherentes; por ejemplo, si vas a un restaurante de cocina española en Asia, entonces el producto debe viajar sí o sí.   

 

Paco Roncero

 

Un destino sorprendente

Asia me ha influido mucho, y me ha sorprendido como viajero y profesionista. Para mí, era una zona desconocida, y los primeros viajes que realicé a Japón o China me marcaron, por la cantidad de productos, técnicas, elaboraciones y platos que no conocía.

 

El camino andado

Hace 10 años gané el título de Chef del futuro; no tenía idea del porvenir y no me esperaba que mi futuro sería así. Estoy muy orgulloso de que el trabajo que se ha hecho en los años recientes haya dado sus frutos. Todos estos premios, estrellas, reconocimientos y demás son importantes no solo para mí, sino para todo el equipo que trabaja en mis restaurantes.

 

Eduardo Morali, sueño cumplido

La lucha por ser el ganador absoluto de Top Chef México ha llegado a su fin, no sin antes dar la última batalla, en la cual el chef Eduardo Morali se enfrentará en la cocina con el chef Rodolfo Castellanos, en donde pondrán a prueba su destreza, paciencia y sobre todo, su pasión por la comida.

Pero antes de la final que se transmitirá este domingo 15 de mayo a las 20:00 horas por Canal Sony, platicamos con el chef Eduardo Morali, y a manera de recuento, nos compartió lo que significó para él haber sido elegido entre cientos de cocineros para participar en este reality show gastronómico y de qué forma lo ha transformado como persona y como chef.

 

¿Cómo fue el proceso de selección?

Nos enviaron una invitación y mandamos un video casting.

Competimos contra 100 chefs aproximadamente y de ahí fueron seleccionando hasta que quedamos solo 16. Pero yo ya conocía el concepto de Top Chef, ya que viví 10 años en Estados Unidos, donde estudié Gastronomía, y desde entonces veía el programa y me fascinaba el formato, entonces cuando me invitaron, yo dije a mi me vale lo que pase yo voy, y me quiero quedar.

Porque para mí era mucho más importante participar en Top Chef que estar en otro trabajo, pero afortunadamente en ese momento yo ya estaba en Eloise, y tanto Abel como Laura me súper apoyaron para que fuera, la verdad es que en esa parte no me costó trabajo porque conté con su apoyo.

Pero en casa fue más complicado, porque no fue fácil dejar a mi mujer mes y medio y más sin tener contacto, porque el estar en Top Chef era estar sin celular y aislado, pero al final de cuentas mi esposa me apoyó porque sabía que era algo que anhelaba mucho.

 

Crédito: Canal Sony.
Crédito: Canal Sony.

 

¿Cómo recibiste la noticia de ser aceptado en el programa y cuáles eran tus expectativas?

Cuando me avisaron recuerdo que grité de la emoción, pues era algo que anhelaba mucho conseguir. En cuanto a mis expectativas, como ya conocía el formato, el tema de los retos me hizo saber a lo que me enfrentaría, y mi expectativa era llegar lo más lejos que se pudiera, la número uno era no salir en el primer programa y así todos los programas, era ir sobreviviendo un capítulo a la vez. Durar lo más que pudiera para que valiera la pena tanto esfuerzo.

Aunque yo sabía que alguien tenía que salir a fuerzas, yo nada más decía ojalá no sea yo. Y pues claro que mis expectativas abarcaban que los retos y la competencia fueran fuertes. Lo cual no estuve equivocado. Y ahora ya lo que quiero es ganarlo.

 

¿Cómo se rebasaron tus expectativas ahora que ves el resultado final?

Con toda las sinceridad digo que no hubo nada que no me gustara del programa, todo fue hecho con una calidad increíble, todos fueron súper profesionales, la verdad es que mis expectativas sí se rebasaron, porque la experiencia fue mucho mejor de lo que esperaba.

Y poco a poco viendo la calidad de la producción y de los retos, las locaciones fue decir ¡wow! Y había días en los que me preguntaba, ¿qué más difícil puede ser?, y al día siguiente llegaba Daniel Gruener (director del programa), y ponía algo mucho más difícil, y pues todos sabemos que Daniel es un genio, y la verdad merece todos mis respetos. Creo que Top Chef México está mejor hecho que el de Estados Unidos.

 

Crédito: Canal Sony.
Crédito: Canal Sony.

 

¿Cuál fue el reto que más recuerdas?

Creo que todos tuvieron su nivel de complicación, pero el que tuvimos en este penúltimo programa fue el más difícil de todos, ya que nos trasladamos a Yucatán y nos enfrentamos al reto de los cuatro elementos, desde ir a pescar y traer los productos frescos del mar, hasta llevarlos a la cocina y convertirlos en un delicioso platillo.

Para mí fue el reto más difícil de toda la competencia, porque fue muy confuso, estresante, demandante, y pues te estás jugando el pase a la final, por lo que se sentía mucha presión. Tuvo una mezcla de muchas cosas, de estrategia, de tiempos, de destreza, además dónde grabamos, el calor que hacía, el lugar era muy disperso, creo que eran muchas cosas difíciles en un solo reto.

 

¿Cuál fue el destino que más te conmovió durante la filmación?

La verdad es que fueron muy diferentes, pero el que más me movió fue el de San Miguel de Allende, por el mismo realy que se realizó. Pero para mí fue porque conocí lugares que nunca antes se me hubiera ocurrido ir como el rincón de Parangueo, como el Lago de Yuriria, son lugares que yo nunca hubiera visitado sino hubiera sido porque me llevaron.

Tenemos tantas cosas tan cerca de la Ciudad de México y no te imaginas lo fregón de cosas que hay y que no las conocemos porque no sabemos que están ahí. Además de que conocí los productos que tiene cada región y creo que es un elemento importante que hay que rescatar.

Si piensas en comida mexicana inevitablemente te vienen a la mente Oaxaca y Ensenada, a lo mejor nadie hubiera dicho Guanajuato o Yucatán, a pesar de tener una de las cocinas más ricas y fregonas del país.

 

Crédito: Canal Sony.
Crédito: Canal Sony.

 

¿A qué compañero o compañeros conociste mejor durante el programa?

Con los que más tiempo conviví por su puesto que el lazo de amistad fue mucho más fuerte, por ejemplo con Matteo, que a él no lo conocía, pero luego de estar más de un mes durante 24 horas viéndole la cara, igual que Rodo e Irving, fueron con los que terminé teniendo un clic especial, todos vivimos en diferentes ciudades, por lo que no los veo mucho, pero sabes quién realmente ya es tu cuate. Con Matteo conviví mucho y me llevé muy bien.

A Fer Martínez yo ya lo conocía, y nos tocó convivir mucho rato, a él lo veo mucho más porque vive en la ciudad. También con José Miguel, aunque él es el amigo de todos, pero tiene una facilidad para caer bien, con sus ocurrencias, con él inmediatamente sentí una buen conexión. Y a Pía y a Adria también, pero creo que un grupo tan grande siempre tienes con quien más platicas, no porque los demás te caigan mal.

 

¿Qué aprendiste de ti que no sabías durante esta experiencia?

Entró un chef completamente diferente al que soy ahora, y creo que todos los que participamos podemos decir lo mismo, porque el estar ahí adentro te lleva al límite, por más que estés acostumbrado al estrés de la cocina y de un restaurante, no es lo mismo.

Es diferente el estrés que tienes antes de entrar a un reto porque no sabes lo que va pasar y eso es un poco de la parte en la que tienes que ser más fuerte mentalmente. Yo no sabía qué tan fuerte mentalmente era hasta que entré a Top Chef, y eso me di cuenta, qué tanto fui capaz de mantener la calma en momentos de mucha presión, y algo que te enseña el estar ahí adentro es hasta dónde eres capaz de llegar. Básicamente es encontrarte un poquito a ti mismo allá adentro, pues es una competencia contra ti y esa es la mayor enseñanza.

 

Foto: Especial.
Foto: Especial.

 

¿Cuál es el momento más feliz y más triste que has vivido en Top Chef?

Hasta ahorita los más felices han sido dos, cuando me eligieron para participar, y en el primer programa cuando me dijeron que me había salvado, esos han sido de los primeros momentos felices que he vivido en el programa.

Pero luego vino uno más feliz que fue cuando gané mi primer reto, cuando gané una prueba de fuego en el capítulo 10, y yo no lo podía creer, porque sentía que había sido como un sube y baja y creí que había llegado hasta ahí sin hacer nada, hasta que gané ese reto y me sentí muy feliz, hasta celebré.

Y el momento más triste, pues depende del resultado del programa, yo creo que cada vez que se iba alguien siempre era un momento triste, a final de cuentas es una competencia, pero con el tiempo vas sintiendo una hermandad, y cada vez que alguien se iba como que perdías parte importante de esa familia.

 

Tu experiencia en Top Chef resumida en una sola frase

Experiencia de vida, definitivamente, Top Chef es lo más difícil que he hecho en toda mi vida, creo que para muchos ha sido así, es una experiencia de vida, he participado en muchos concursos, pero este ha sido el más difícil de todos.
En cuestión de todos los factores que están detrás como el aislamiento, la presión durante 24 horas, engloba muchos aspectos y eso lo hace toda una experiencia de vida.

 

Rodolfo Castellanos, por amor al producto

Luego de 12 capítulos de Top Chef México, el camino ha llegado a su fin, y solo uno será el ganador de este reality show que ha metido a miles de espectadores a la cocina para vivir cada uno de los retos realizados por los chefs participantes, entre ellos Rodolfo Castellanos, quien es uno de los finalistas de la emisión gastronómica.

El chef Castellanos desea poner muy en alto el nombre de Oaxaca, lugar de donde es originario, y llevarse este domingo el título de Top Chef México, pero para ello tendrá que vencer en la cocina a su colega, el chef mexicano Eduardo Morali. Platicamos con el chef Rodolfo Castellanos sobre su experiencia de haber participado en Top Chef México y esto fue lo que nos compartió.

 

Crédito: Canal Sony
Crédito: Canal Sony

 

Experiencia Única

“Mi experiencia en Top Chef es algo muy padre que nunca había hecho. En mi vida profesional, me ha dado un poco más de confianza y he confirmado que el camino que decidí seguir desde un principio ha sido el adecuado.

El trabajo que hecho en el restaurante (Origen) ha dado frutos, pues manejo una filosofía de cocina bien definida. Además, el programa me dio la oportunidad de conocer a varios cocineros. Me quedo con un buen sabor de boca.

 

Amistad o competencia

Primero que nada son mis amigos, pero evidentemente es una competencia en la que todos queremos ganar y ahí está puesta nuestra atención. Sin embargo, pienso que la competencia es con uno mismo.

En cada reto, uno es quien decide qué hacer, quien se bloquea o quien experimenta y obtiene cosas que no sabía que tenía guardadas. Prefiero quedarme con la parte de la amistad, de haber convivido con personas a quienes admiro porque no son unos improvisados.

Todos tienen un gran trabajo recorrido e historias que contar, no estuvieron en la competencia por una fórmula secreta o una varita mágica. Ellos son profesionales en toda la extensión de la palabra.

 

Crédito: Canal Sony.
Crédito: Canal Sony.

 

Hombres vs. Mujeres

Los retos son subjetivos al final del día. Todos trabajamos por un objetivo y no es una cuestión de género, ellas son excelentes cocineras, pero el camino fue afortunado para nosotros y desafortunado para ellas.

Creo que no le robamos nada a nadie. Cada uno de los participantes fuimos a ganar la competencia y tuvimos la oportunidad de ejecutar los retos. Pero el que solo seamos hombres los finalistas, no quiere decir que seamos mejores ni peores que ellas.

No es una cuestión de género ni de capacidades, simple y sencillamente hemos sabido interpretar mejor los retos, nos ha ido bien y en la competencia todos somos iguales.

 

El reto más difícil

Cada uno de los retos tuvo algo de especial, desde reinterpretar la cocina de otros chefs hasta compartir con los compañeros. Todos formaron una experiencia única. Cada reto tenía cosas interesantes porque creo que la producción tuvo mucho cuidado en esos detalles.

El tiempo en cada uno de los retos fue esencial, pues la idea era terminar los platillos, y hubo ocasiones en las que me atrasaba, otras en la que debía elaborar cosas que nunca antes había hecho, sin embargo, traté de hacer mi mayor esfuerzo en cado uno de ellos y el trabajo no fue malo.

Recuerdo que el reto de la barbacoa fue exhaustivo. Tuvimos muchas horas de producción y de trabajo. El resultado no fue bueno para todos, pero aprendí a valorar y a respetar el trabajo de quienes hacen la barbacoa en la vida cotidiana. 

 

Crédito: Canal Sony.
Crédito: Canal Sony.

 

Representar a Oaxaca en Top Chef México

Ser representante de un estado que está orgulloso de su gastronomía es una responsabilidad muy grande, sobre todo porque estoy bajo la lupa de todo el mundo. La televisión nos da una ventana muy amplia que se abre a miles de personas y estoy consciente de que soy un oaxaqueño orgulloso de dar a conocer la cultura de su estado. Me gusta que se hable bien de Oaxaca y que las problemáticas del estado no afecten y que se hable de la riqueza de nuestros platillos.

El apoyo de la gente es muy importante, desde los clientes de mi restaurante hasta los que nos apoyan a través de las redes sociales.

 

¿Qué pasaría si ganas?

No sé, ha sido un camino muy largo en mi carrera. No empecé con el show de Top Chef. Sin duda ha sido un gran aparador para todos los participantes, pero todos tenemos una historia detrás. No fue por guapos o por guapas, sino por nuestra trayectoria y trabajo. Si gano, estaría muy orgulloso de que Oaxaca obtenga el premio y aprovecharía la repercusión mediática para crecer más y generar más empleos.

 

Foto: Especial.
Foto: Especial.

 

¿Cuál sería tu sentir si pierdes?

Creo que todos los participantes sabemos en qué nos equivocamos y qué hicimos bien. A nosotros nos llamaron por ser cocineros, porque representábamos un tipo de cocina y decidimos entrar al proyecto por una razón personal. Yo acepté estar en Top Chef porque quería conocer a los mejores cocineros de México y aprender de ellos y lo conseguí, y eso ya es demasiada ganancia. No me sentiría derrotado por no ganar, pues la experiencia ha sido inolvidable. Ganar o perder no cambia de ninguna forma mi trabajo como cocinero.

 

Aportación a la gastronomía oaxaqueña

En la cocina ya todo está hecho. La cocina oaxaqueña se ha construido a través del tiempo y está muy bien lograda. No necesita nada. Si como cocinero tengo que aportar algo a la gastronomía mexicana, es la promoción de los productos de mi estado.

Que se conozca a la señora que hace las tortillas, que se sepa quién recolecta los hongos, quién entrega la pesca. Trato de ser el canal para que todos estos productores se vean y la gente los conozca. Quiero ser el portavoz para que los productores de Oaxaca sean conocidos en todo el país y mis colegas utilicen los productos en sus restaurantes. Las manos oaxaqueñas deben conocerse en todo el mundo.

 

Matteo Salas, de alma mexicana

Nació en Milán, Italia, aunque su gastronomía se remonta a los recuerdos de su infancia en Valle de Bravo, Estado de México, cuando se formaba en la fila de las tortillas esperando la recompensa: una tortilla enrollada con un poco de sal.

Egresado de la carrera de Administración Hotelera y Restaurantera, en Francia, en el Paul Bocuse Institut, así como Artes Culinarias y Gestión de Restaurantes con especialidad en Alta Gastronomía y Productos Finos, su experiencia se desarrolla en restaurantes de Europa y, desde hace dos años, en Áperi ubicado en San Miguel de Allende, Guanajuato.

Tras saber de su expulsión del reality Top Chef México, le llamamos para tener sus primeras impresiones y esto fue lo que nos dijo:

“No me lo esperaba porque considero que hice mi mejor papel, mi menú era muy bueno y siempre me esforcé por ofrecer lo mejor de mí. Los jueces tienen sus preferidos y aunque no tuve una explicación de por qué salí, creo que me voy satisfecho de mi trabajo en el programa».

 

Aperi

 

Una experiencia personal

«Top Chef es una cosa aparte. Está el Matteo de Top Chef y está el Matteo real”. El éxito de Áperi no es por Top Chef, pues mucho antes ya existía un referente gastronómico en San Miguel de Allende. Top Chef no hará que el restaurante sea mejor o que yo sea mejor chef.

Lo que me dio el programa es una experiencia personal increíble que no tiene nada que ver con lo que hago en mi restaurante, porque en él tengo la libertad de trabajar con mis productos y con mis recetas.

Lo que me dio Top Chef no tiene que ver con mi camino en la cocina o en cómo he marcado el paso en la cocina mexicana actual con Áperi”. Top Chef representa y expone la cultura mexicana por medio de la gastronomía, es una gran producción y estoy muy orgulloso de ser parte de la primera temporada de este proyecto pero, para dejarlo más claro, a Áperi y a mí se nos conoce por mi cocina y no tanto por la televisión.

Eso es mucho más importante para seguir trascendiendo y para seguir esforzándome, aunque no esté frente a los reflectores».

 

APERI

 

Más mexicano que el chile

«Me encanta la tradición de los mexicanos para presumir la gastronomía familiar. Soy una persona de muchas raíces, porque me gusta estar con la gente, conocerla, aprender de sus costumbres. Soy mexicano de corazón pues nací en Italia pero crecí en México.

Aunque estuve algunos años en Europa, nunca perdí el contacto con México. Puedo decir que soy más mexicano que el chile, porque me falta muy poco para conocer toda la República. Me he dedicado a conocer el país durante casi toda mi vida.

Cuando regresé a México, una de mis metas fue dedicarme a conocer México: convivir con las cocineras tradicionales, conocer su trabajo, degustar sus platillos, ver cómo los presentan. Disfruto viajar por la sierra o visitar a algún destino ‘de mochilazo’.

Me gusta conocer a los productores y adentrarme en el México profundo de sabores y aromas que tenemos por herencia, que nos han legado los mexicanos del pasado.

Creo que no necesito ser una Diana Kennedy para ser curioso y conocer México a mí me enorgullece México y ser parte de él. Es un gran país y que faltan muchas cosas por hacer en varios rubros, pero debemos agradecer que tenemos una cultura impresionante.

Es nuestra responsabilidad darla a conocer y exponerla. Hay que querer esta tierra y ayudar a su gente, romper los límites y superar cada paso».

 

Matteo Salas

 

El juez más duro

«Las críticas o comentarios que recibí de Guillermo González Beristáin me dolían, porque lo admiro y lo respeto; me ayudaban mucho los comentarios de Martha Ortiz; sin embargo, para mí es más duro que me critique mi comensal, porque está pagando, porque espera buen sabor y un platillo exquisito. Si un cliente me llama y me dice que no le gustó la pasta porque no estaba al dente o porque estaba aguada, me preocupo. El cliente tiene sus fundamentos y los chefs tenemos errores.

Cuando trabajas por la gastronomía mexicana encuentras a los chefs (que fueron jueces) en los festivales, hay camaradería y respeto. Cocinamos a cuatro manos y compartimos las cocinas y la mesa. Con el comensal es diferente, ahí hay un compromiso de calidad».

 

Irving Quiroz, legado de sabor

El chef Irving Quiroz nació en una cuna en donde, literalmente, nunca faltó el pan. Sus padres tenían un negocio de panadería muy exitoso en Toluca, por lo que a los seis años ya vendía merengues y decoraba los pasteles que amorosamente preparaba su madre. Pasaron dos años más y el ahora autor del libro Panes mexicanos ya preparaba masas de hojaldre.

No fue sino hasta la preparatoria, cuando en una plática con la orientadora vocacional, supo que debería profesionalizarse y dejar lo empírico para poner las manos a la masa en lo que hoy es una trayectoria de más de quince años.

Egresado del Instituto Culinario de México, ubicado en Puebla, trabajó en dos lugares que le hicieron ganar la experiencia para convertirse en instructor a los 22 años, un momento en que los expertos panaderos lo cuestionaban sobre su juventud: “Bueno, yo tengo 23 años de ser panadero ¡qué me vienes a enseñar!”

 

Irving Quiroz

 

Años más tarde, y con el dinero de una liquidación, tuvo que decidir entre comprarse un auto o irse a estudiar a Francia. ¡Ya sabemos lo que pasó!

Durante un año estudió en una de las escuelas más prestigiosas de Francia y fue ahí donde aprendió la panadería mexicana. “En la escuela de Francia yo no aprendí a hacer conchas, ni bolillos, ni ojo de buey, ni campechanas, pero aprendí las bases de la panadería que son universales”.

Con sabor a México

Libro Panes mexicanos

Lo bueno de trabajar con Larousse es que es una marca que se vende sola; sin embargo, me dieron un libro de 70 recetas y tuve que dejar muchas fuera. El libro Panes mexicanos es un título que la gente podría esperarse, quizá por eso ya se reimprimió en tres ocasiones. “Fue un hit que no se lo atribuyo tanto al autor, sino a que es un libro de fácil consulta en el que las recetas sí salen”.

 

Un libro más

“En mi segundo libro me gustaría hablar de la panadería casera, de la panadería artesanal”. Hablar de la baguete, del croissant, la focaccia, del bretzel, del bagel, porque soy un panadero que hago pan de todo tipo y para todos los gustos.

 

Panes Mexicanos

 

El pan más difícil

Para mí el pan más difícil del mundo es el bolillo. Es un pan que requiere todo tu tiempo, porque si se pasa de fermentado, si no le das el corte al momento o si no lo horneas a la temperatura adecuada, tendrás un bolillo feo. Un mal bolillo es el que está muy bonito por afuera pero cuando lo pruebas es “puro aire y no tienen sabor”. Son panes que hacen de prisa en los supermercados, para los que utilizan aditivos y se vean enormes; sin embargo, nos saben ricos. “Un buen bolillo es crujiente, lo cortas sin problema y al olerlo, huele a fermentación”. Yo creo que un bolillo no lo hace cualquiera. Un buen bolillo se hace con harina, agua y sal, sin ningún otro aditivo.

 

Su pan favorito

A mí me encantan las conchas. Creo que es un pan único. Si le preguntas a los mexicanos cuál es el pan más importante de México todos te van a referir a la concha. Me parece que la concha es un pan muy rico, es muy fácil de hacer y delicioso.

 

El pan que no le gusta hacer

La campechana es un pan muy complicado, muy difícil de hacer. “Yo digo que es el hojaldre de los pobres, porque es una masa de manteca, harina, sal y agua”. La dejas reposando y luego tienes una mezcla de manteca con harina, la untas y con un palito le tienes que dar vueltas y vueltas. Aunque, sin duda, es una genialidad hacer una masa hojaldrada a partir de un palito. Es un pan que los panaderos ya no quieren hacer porque es muy frágil, que la gente no paga y que es complicado de hacer. Sin embargo, aunque no me gusta hacerlo “cada que doy una demostración de panadería me gusta preparar campechanas porque son únicas en el mundo».

 

Pan mexicano

 

Sobre las panaderías de cadena

Me gustan mucho. La industria de la panadería ha resurgido gracias a esas grandes cadenas. La industria del pan tuvo mucho daño por los supermercados y esas cadenas grandes que utilizan harinas preparadas y a donde al panadero le pagan por destajo y no por calidad. El panadero de barrio ha desaparecido. Esas cadenas que hacen mucho pan me sorprenden, porque siempre hay filas. “Yo no puedo vender una concha de 20 pesos porque la gente no me la compraría, por eso está bien que haya conchas de seis pesos. La panadería es democrática y debe a ser para todos”.

 

Un mensaje para los nuevos chefs

Yo invitaría a los nuevos chefs a que se conviertan en pasteleros, hacen falta muchos. El consejo que les daría es que no se conformen con lo que les enseñan en la escuela, aunque ésta sea la mejor. Les recomiendo que lean, que vayan a restaurantes, que aprendan del mundo. “Antes solo quien tenía dinero podía irse a estudiar a Francia. Hoy, con la revolución digital, puedes leer libros o tomar cursos en línea”. Mi consejo es que se atrevan a ser diferentes.

 

Irving Quiroz

 

Top Chef un salto en su carrera

Cuando me invitan al programa era un momento crítico en mi vida, porque dejo de trabajar para Theurel & Thomas, que se había convertido en mi escaparate. Dejé de ser un chef de escuela para convertirme en un referente gastronómico nacional.

Cuando me quedo sin ellos, no sabía qué hacer con mi vida. Estaba en la disyuntiva de si me regresaba a Toluca, si ponía una pastelería en Puebla o se me iba a la Ciudad de México y entonces se presentó Top Chef. Top Chef fue una buena decisión.

Al ser pastelero, sabía que tenía pocas posibilidades de ganar. No obstante, “antes de ser pastelero, fui cocinero, por lo que puedo preparar un buen mole, puedo hacer una buena paella, puedo hacer un buen arroz”.

Trabajo mucho en restaurantes porque asesoro cocinas. Si llega un atún me atrevo a deshuesarlo. Soy bravo, soy valiente. Es claro que encuentro una diferencia entre el Irving antes y el Irving después de Top Chef. No soy mejor cocinero ni soy mejor persona. Soy el mismo pero la gente me ve más. Eso, para lo que yo hago, es importantísimo.

“Espero que sea importante en mi vida futura, pero también espero no marearme con los primeros tres escalones, porque aún tengo que subir una escalera muy grande. Espero que nunca se escuche de mí como un chef mamón o creído”.

 

Lula Bistro, arte al plato

Desde una perspectiva estética, la propuesta de Darren Walsh es un ejemplo brillante de la cocina de vanguardia. En Lula Bistro crece con cada platillo que crea, con el fin de generar sensaciones únicas en sus comensales. 

Producción: Elsa Navarrete/ Fotos: Charly Ramos/Maridaje: Miguel Ángel Cooley. 

El chef irlandés Darren Walsh deconstruye y experimenta sin sacrificar el sabor como si de un arquitecto orgánico se tratara. Imitando visualmente a una obra, el propietario de Lula Bistro crea platos arquitectónicos que deleitan el gusto, pero también la vista. Aunque sus logros van más allá, al ser uno de los primeros chefs que se aventuró a ofrecer una cocina distinta en Guadalajara.

 

Lula Bistro

Su fascinación por la gastronomía se remonta al oficio de su abuelo. Desde los cinco años le emocionaba la idea de que con solo juntar algunos ingredientes, jugar con ellos y hornear, se obtenía un alimento tan básico como el pan. Verlo trabajar en las mañanas se convirtió en el sustento de su amor por los fogones. Por otro lado, su papá, que era arquitecto, le heredó un gusto artístico y su experiencia en restaurantes con estrellas Michelin le implantó el ADN de la perfección.

“Cada día es diferente, pero los platillos tienen que salir y saber igual. Son 24 horas de excelencia”, comenta Darren mientras recuerda lo que aprendió a lado de Gordon Ramsay en L’Aubergine (Londres) y otras valiosas enseñanzas con Daniel Boulud en Daniel (Nueva York). “La mejor escuela que debe tener un cocinero para ejercer el oficio profesionalmente, es un restaurante con disciplina, casi de corte militar”, prosigue.

 

Papillon

En la Gran Manzana a los 25 años no solo abrió Papillon, su primer restaurante, sino que también conoció a la tapatía Clara Lozano, quien hoy en día es su socia. “No sabía nada de México, nunca lo había visitado. Bastó escuchar cómo hablaba de su país para enamorarme de la gente, de sus colores, comida y productos”, afirma este chef quien, al pisar tierras mexicanas, se sintió como en una tienda de dulces. Fue tal su inspiración que decidió emprender un nuevo proyecto en la Perla de Occidente.

En 2011, levantó la cortina de Lula Bistro, y rápidamente —tomando en cuenta el reservado panorama culinario de la ciudad— se convirtió en un lugar asediado por comensales curiosos. Aun así, al principio le fue difícil: casi nadie sabía qué eran las estrellas Michelin, y encontrar cocineros fue todo un reto. Durante el primer año, él sacaba todo el mise en place, y para la hora del servicio entraban dos personas más. Hoy esa situación es diferente: cuenta con dos cocineros de Guadalajara y los demás vienen de diferentes partes del país. “Esto es lo que más me entusiasma, que recién egresados o practicantes quieran aprender lo que se hace aquí”, dice orgullosamente. 

 

Distinción Bohemia

No solo se jacta de ser el primero en Guadalajara donde sucedió este fenómeno, sino que también su propuesta arriesgada le valió la Distinción Bohemia como mejor restaurante y chef de la capital jalisciense, tras seis meses de haber abierto. En esos años, apenas Latina aparecía con un estilo más innovador, pero Darren cuenta que estuvo prácticamente solo en una ciudad donde los restaurantes no ostentaban el nombre de su chef.

No obstante, ahora bulle una movida culinaria encabezada junto con él por Antonio de Livier, Paco Ruano, Nico Mejía y Poncho Cadena, entre otros.

En sintonía con su personalidad rigurosa y minuciosa, uno de sus mandamientos se resume en: “Cocina, cocina y cocina. Y cuando pienses que ya sabes, sigue cocinando”. En aras de una evolución constante, no le gusta definir su estilo ni darle origen; más bien, lo que busca es transmitir la pasión que vive a diario y romper paradigmas. “En el momento en que esté conforme, puedo perderlo todo. En un mundo tan lleno de oportunidades, necesitas seguir moviéndote”.

Dentro de un amplio loft, con una decoración neutra y sencilla para evitar distracciones innecesarias, se sirve un menú de degustación a cada uno de los comensales. En todos ellos, desde cinco hasta 22 tiempos, se cuida hasta el mínimo detalle: sabores, aromas, textura, altura y composición. “Se conciben como si fueran un plato en diferentes bocados, por lo que debe tener armonía de principio a fin”.

La vida diaria, las estaciones, los ingredientes locales y el arte son su fuente de inspiración, mientras que la sal de mar y el aceite de oliva son imprescindibles en su cocina, así como la pasión y la paciencia. Buscando la perfección, sabiendo que nadie es impecable, basa su filosofía en el cuidado de los pequeños detalles durante todo el proceso creativo, en el cual primero piensa, luego dibuja y por último cocina.

 

Dani García, gastronomía andaluza

Durante Madrid Fusión, este cocinero andaluz con dos estrellas Michelin afirmó que sus restaurantes reflejan su esencia, lo que fue, lo que es y lo que seguirá siendo, cuenta Cecilia Núñez

 

El sabor como protagonista

Soy del sur de España, donde impera una cocina tradicional. Mantenemos esa línea y la unimos a la vanguardia, a la técnica, a la filosofía y al concepto, pero sin perder el sabor. Para nosotros lo fundamental son los sabores: que sean muy reconocibles. En ese caso, seguimos siendo fieles a lo que hemos sido siempre.

 

El brillo de Marbella

En una población sumamente pequeña de 100 mil personas —aunque en verano se multiplique por tres, gracias al turismo— es una barbaridad que haya cuatro restaurantes con estrellas Michelin: tres con una y nosotros con dos.

Así que podemos inferir que a nivel de alta cocina estamos muy bien cubiertos, pero a nivel de tradición también, con todos esos chiringuitos en la playa que tienen mucha fuerza en España, y también en el mundo.

 

Chef Dani García

 

Narrar un cuento

Ofrecemos una carta llena de juegos y contrastes con los sabores tradicionales y vanguardistas de la gastronomía andaluza. BiBo es mi esencia, lo que he sido, soy y espero seguir siendo. Tomo las cosas de mi tierra siempre como base, y lo que he ido aprendiendo en los rincones del mundo que he visitado. Mi carácter es lúdico y también es disciplinado, y creo que eso se refleja en los platillos.

 

Lo esencial es invisible al ojo

Un menú no solo son los platillos; también el servicio, la atmósfera, la amenidad de las recetas y la historia que cuentas. Ahora, servimos un menú basado en El principito, donde dejamos saber que el sabor es invisible al ojo: es vital dentro del mundo gastronómico ese punto gustativo.

 

Inspiración en casa

La mayor inspiración en nuestros platillos es Andalucía, pero también viajamos mucho, y eso hace que conozcamos más ingredientes y nuevos sabores que añadimos a nuestro recetario, pero, sobre todo, los usamos para potenciar lo nuestro.

 

Chef Dani García

 

Andalucía para devorarse

Me gusta mucho la forma de comer en Andalucía: esa manera de tapear, ir de bar en bar, comiendo en barras… Eso es muy andaluz y muy sevillano. En Sevilla es obligatorio ir a probar los embutidos y el pescado frito que, aunque no le llegue el mar, es algo típico.

 

El mundo para saborear

He ido a muchísimos lados, pero podría mencionar México, Perú y Japón: son tres países que me motivan, que tienen mucho que aportar y que creo que son los que más han influido en todos los sentidos en cualquier cocina. El mundo es grande y, en ese sentido, hay miles de destinos impresionantes que disfruto visitar en un recorrido gastronómico, pero Tokio y Nueva York son dos ciudades a las que me gusta ir cada año.