Belmond renueva sus joyas hoteleras en México

“El viajero de lujo es hoy una persona que sabe, y lo que desea es una experiencia en el lugar que visita, comer productos locales, conversar con los meseros, con la gente de servicio, y volver a casa con un recuerdo; eso es lo que ofrece Belmond“, expresó Federico Echaiz, manager de Belmond, la marca hotelera de lujo, a razón de la renovación que están teniendo sus dos hoteles en México, Belmond Casa de Sierra Nevada, en San Miguel de Allende, y Maroma Resort & Spa en Riviera Maya.

Fotos: Cortesía. 

 

Belmond Casa de Sierra Nevada

Durante un desayuno para presentar avances sobre la marca y novedades en una de sus dos propiedades en México, Echaiz dijo que la importancia de nuestro país es tal que recientemente Belmond Casa de Sierra Nevada fue remodelada con una inversión de 22 millones de pesos para mobiliario y arquitectura más modernas. Mientras que en Maroma Resort & Spa Riviera Maya, se tiene proyectada otra de 72 millones de dólares y se espera esté lista para el 2019.

 

Belmond

 

 Maroma Resort & Spa Riviera Maya

Para dicha remodelación, Maroma Resort & Spa Riviera Maya cerrará del 1 de abril al 15 de diciembre de 2019, y su desafío será mantener la esencia de hacienda mexicana pero con un servicio más personalizado y nuevas instalaciones.

Esta iniciativa forma parte de las mejoras y la ampliación que la marca tiene planeada para 2020, la cual incluye duplicar el tamaño de la compañía en todo el mundo, no solo en hoteles sino también en cruceros.

Aunque Belmond también cuenta con trenes y un restaurante en Nueva York, su modelo se basa en ser dueños de la mayoría de las propiedades. Al pretender la meta de crecimiento, la marca está dispuesta a ser no solo cien por ciento creadora, sino también a formar alianzas estratégicas con otras propiedades hoteleras.

 

Belmond

 

Belmond Andean Explorer en Perú

“La diversificación es una particularidad en estos tiempos, debido a que es importante no depender de un solo mercado pues cualquier situación social puede mermarla, por eso es que tenemos oficinas en casi todos los países del mundo, además de que estamos estudiando cómo atraer el mercado chino y japonés, sobre todo a San Miguel de Allende, además de llegar al mercado inglés y australiano, quienes se interesan mucho por la gastronomía en nuestro país”, compartió Echaiz, y agregó que están muy interesados en crecer en México, sobre todo en destinos potenciales como Los Cabos, Quintana Roo y la propia Ciudad de México, aunque todavía no existen planes concretos de expansión.

Dentro de sus últimos lanzamientos están el tren Belmond Andean Explorer en Perú que se estrenó el año pasado, y que viaja al lago Titicaca, además del hotel Castello di Casole en la Toscana, en Italia. Todos los Belmond del mundo cuentan con un sentido de apreciación por lo local, con la idea de que encontrar reminiscencias en detalles como el propio diseño del hotel, así como en la gastronomía. belmond.com/mexico

Un pedazo de yeso blanco con forma de un plato hondo ovalado llega hasta mi mesa. En su interior todo es caótico, lleno de pedacería de limones y pequeños bultos aformes de azúcar. Lo único armónico a la vista son dos esferas color verde limón, aunque en la parte superior tienen tres esferas chiquitas y transparentes, con minúsculas hojas  y flores insertadas. Fotos: Mariana Mendoza. 

Le Chique

Pero lo más desconcertante es que han indicado que esto es una caipiriña, es decir, el famoso coctel brasileño compuesto de destilado de caña, limón y azúcar. ¿Un coctel en forma de esfera?

De un solo bocado, esta bebida deconstruida entra a la boca y explota. Y en un instante, todos lo sabores llenan el paladar como si le hubiera dado un sorbo a un vaso, sorprendiendo todos mis sentidos.

 

apio con limon y tocino

 

Cena de aniversario> Le Chique

Así es la cocina de Le Chique, restaurante de cocina mexicana evolutiva que este 2018 cumple 10 años de haberse concebido. Como sabemos, en el interior del hotel Azul Beach Resort Riviera Cancun en la Riviera Maya, a manos del reconocido chef Jonatán Gómez Luna. 

Nos encontramos en su cena de aniversario, compuesta de nueve tiempos, algunos de ellos preparados por dos chefs invitados. Quienes fueron: el español Oscar Bosch y la brasileña Manu Buffara, ambos con restaurantes en Brasil, Tanit y Manu, respectivamente.

Un desfile de 17 bocados y platillos distintos van llegando a la mesa en atractivas presentaciones, sobre vajillas de formas desconcertantes.

En un nido sobre una piedra negra, descansa una entrada de apio con limón y tocino; en una pieza de madera cilíndrica cortada a la mitad, se encuentra suspendida una cuchara con un esférico de manchego con trufa y caviar. Y en un enorme platón de porcelana corrugada, en el centro, espera un pedazo de lubina con escamoles y un fermento de yuca.

 

Con cada plato que llega, la expectativa de cómo se verá, cómo sabrá y cómo se sentirá es muy fuerte. Pero solo mientras se está degustando, es que la respuesta llega a la mente. En cada bocado, se vive una experiencia diferente.

Chefs invitados

Con motivo de este aniversario, Jonatán Gómez Luna ha invitado cada mes a distintos chefs de todo México y el mundo, para preparar cenas especiales y mostrar, como él mismo nos compartió, que Le Chique ya es un “muchacho” que ha crecido. Tiene un menú más maduro, a cargo de un equipo consolidado y con un servicio muy cuidado y detallado. Incluso sus instalaciones han experimentado un rediseño total, más de acuerdo a su identidad.

 

Es un restaurante sumamente maduro que sabe muy bien a dónde quiere ir, sabe perfectamente cuál es el siguiente paso y qué es lo que queremos seguir aportando a México. No queremos ser los mejores, sino ser únicos. Hacer una cocina que nadie más quiere hacer”, nos compartió en entrevista.

Dónde. Carretera Cancún-Puerto Morelos Km 27.5, Mza. 37 SM. 12, Bahía Petempich, Puerto Morelos, Quintana Roo.

Tel: (998) 872 8450. lechiquerestaurant.com

¿Puede un chef danés -aún habiendo comandado el mejor restaurante del mundo por cuatro años- cocinar buena comida mexicana?, ésta y otras preguntas cruzaron por la mente de muchos al saber que René Redzepi, chef de lo que fuera el restaurante Noma, en Copenhague, tendría un pop up en Tulum de abril a mayo durante siete semanas. Luego de abrir otros en Tokio y Sídney.

La polémica creció cuando dio a conocer el precio del menú de degustación de 15 tiempos más maridaje: $600 USD, más 16% de impuestos y 9% de servicio. ¿Era justo o este enamorado de México se había excedido?

Cinco meses después estaríamos abordando un avión para descubrir esta propuesta engalanada por la selva del Caribe mexicano. Al llegar, una pequeña placa, casi imperceptible para quien no fuera en búsqueda de este restaurante, anunciaba su ubicación. Adentro reinaba un ambiente casual, con la arena acariciando los pies y bellas mesas y sillas de madera bajo las estrellas.

El primer plato se trató de una piñuela con tamarindo cubierta de flor de cilantro. La piñuela es un fruto nativo de Yucatán, con un ligero gusto a piña, que solía usarse en las mesas mayas como botana, pero hoy se está perdiendo su uso doméstico. El segundo plato fue una almeja melón proveniente del mar de Cortés, cuyo tamaño alcanzaba los 10 centímetros y era carnosa, mezclada con una reducción de cítricos.

Noma

Aunque teníamos un mesero destinado para nuestra mesa, cada plato lo traía alguno de los cuatro a 12 cocineros dedicados al 100% solo en esa creación. De ahí que la cocina abierta fuera casi del mismo tamaño que la sala de comensales, de donde incesantemente se escuchaba: “sí chef” a una sola voz. En conjunto, entre meseros y cocineros, daban un total de 150 personas de diversas nacionalidades para atender a 140 comensales por noche. Gran parte de ellos fueron contratados desde Noma y traídos junto con su familia.

El tercer tiempo llegó con una chica italiana que nos presentó una deliciosa interpretación del salbute, cuya textura se asemejaba más a las papas soufle, con tomates secos, crema de rancho y chapulines. Seguido de un caldo frío de masa con lima y brotes de flores de la estación, entre ellas de calabaza.

Las siguientes dos creaciones rindieron honores a los frutas mexicanas: el coco tierno con caviar de esturión y el caldo de tamarindo con chile de árbol con carambola, mango ataulfo, piña, aguacate, jiotilla –una cactácea pequeñita nativa de Oaxaca- y caimito –primo del zapote, con un gusto amielado.

Ambos platos, fueron llevados a la mesa por Santiago Lastra, un joven cocinero, quien durante siete años radicó en Dinamarca. Durante ocho meses, fue el encargado de hacer contacto con los productores mexicanos e investigar los ingredientes más interesantes de nuestra gastronomía.

Noma

Luego, viajó 16 veces en tres meses junto a René Redzepi y otros investigadores para descubrirlos de viva voz, dando como resultado 600 productos seleccionados. A partir de ahí hicieron una nueva clasificación para integrar el menú, en el que muchos de los productores elegidos tienen sus cultivos en los traspatios de sus casas.

En este menú brilló el plátano manzano, cuyo sabor oscila entre los dos frutos que lo nombran, preparado en un ceviche aderezado con aceite de mamey y alga kelp, que funciona como un glutamato monosódico natural (sal sódica).

Luego llegaron, quizá las propuestas más fuertes de la noche, con el taco en hoja de chaya con ostiones de Bahía Falsa provenientes de San Quintín, cuyo sabor equilibraba a la perfección el gusto a mar y vegetal. La tostada de escamoles con hoja santa, habanero y verdolaga; así como el taco de cerdo pelón con tortillas de maíz recién molido acompañado de plátano al pastor, que fueron totalmente memorables.

Nadie pudo igualar la maestría para elaborar tortillas de las cocineras tradicionales de Yaxunah, por lo que sus fogones tuvieron un lugar en Noma Tulum. Otro dato interesante es que para confeccionar el menú, no utilizaron gas, en su lugar emplearon carbón y leña con métodos tradicionales mexicanos.

Noma

El clímax de la noche fueron el pulpo horneado en pibinal –horno de tierra con brasas de carbón-, cuya cocción fue perfecta, acompañado de un exquisito dzikilpak, una especie de pipián maya elaborado con tomates, habanero, calabaza y cilantro. Así como la hoja santa tostada y rellena de epazote tostado bañados en una reducción de callo de hacha y un mole que confeccionó la chef Rosio Sanchez, quien fuera sous chef de Noma, y luego abriera la taquería Hija de Sanchez en Copenhague. Sin duda, fue una combinación totalmente inesperada y excitante al paladar.

Mientras comíamos René Redzepi llegó a nuestra mesa, y a propósito de la investigación que realizó para este menú comentó: “El país es asombroso, para mí México es como una galaxia y cada ingrediente es una estrella”.

Noma

Para el final dulce recurrió a nuestro amado aguacate al que presentó asado y en un sorbete con aceite de semillas de mamey. El último plato fue espectacular: un chile mixe de Oaxaca relleno de helado de cacao.

Más allá de la polémica del precio del menú, la experiencia fue una mirada refrescante a los ingredientes mexicanos, con combinaciones muchas veces inesperadas. Brilló, además, la investigación, el respeto al producto y a las técnicas tradicionales, por lo que sin duda, es un buen recordatorio de lo que muchos chefs mexicanos ya están haciendo: estudiar y en sus menús poner en alto el nombre de nuestro país.

Noma

Finalmente para los extranjeros quienes en un peregrinaje gastronómico tras Redzepi vinieron o vendrán a nuestro país, resulta una tentadora invitación para descubrir más de la riqueza nacional y de por qué nuestra culinaria fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2010. Dónde. Noma Tulum, hasta el 28 de mayo de 2017. Costo por persona: $600 USD, más 16% de impuestos y 9% de servicio. noma.dk/mexico/

 

El glamour de las burbujas de champaña, el estreno de artistas, un final renovado y el reto logrado de que 700 personas lucieran congeladas en el tiempo, fueron los ingredientes que dieron brillo a la celebración del segundo aniversario en México de Cirque du Soleil JOYÀ, cuyo hogar permanente es el Teatro Vidanta en Riviera Maya.

Alicia en el país de las maravillas

La noche comenzó con la bienvenida por parte de fieros piratas, un conejo casi salido del libro Alicia en el país de las maravillas y un elegante jaguar, quienes estaban listos para retratarse con nosotros e introducirnos a este mundo fantástico.

Luego de las fotos imprescindibles, era momento de pasar a la cena que habitualmente se ofrece como parte de este espectáculo. Para llegar hasta este banquete, caminamos por un sendero de madera que constituyó un viaje casi onírico.

Por doquier se observaban detalles como las luminarias en forma de flores gigantescas que brillaban sobre un enorme espejo de agua. Al entrar al teatro, nos transportamos a este mundo mágico ataviado con el follaje de una sutil jungla.

Cirque du Soleil JOYÀ

El menú

Las opciones que pueden elegirse para disfrutar este espectáculo son tres: un menú de degustación de tres tiempos, solo bocadillos —ambos maridados con champaña— o el espectáculo únicamente. Nosotros disfrutamos la primera opción.

Alexis Bostelmann, chef de JOYÀ, festejó este segundo aniversario con la incorporación permanente de nuevas entradas. Así, mientras nos deleitábamos con los acordes de un trío de música cubana y la bella voz que los acompañaba.

Probamos la tártara de marlín ahumado de la Baja con chile habanero coronado con una esfera de lima yucateca, que resultó fresco y delicioso; un dzik de cangrejo con tostada de maíz criollo y nuestra preferida: la ensalada de sandía, queso de cabra de Jalisco y jamón serrano.

La magia no podía faltar; pronto llegó a la mesa la última entrada titulada Aliento de dragón, cuyos frutos secos con nitrógeno líquido nos hicieron exhalar humo blanco por la nariz, al tiempo que reíamos.

Este guiño divertido también se manifestó en el cofre del tesoro que contenía un exquisito short rib con tuétano que se deshacía exquisitamente entre los dientes, así como una tapa en forma de piedra que resguardaba el filete de salmón en salsa de axiote.

Cirque du Soleil JOYÀ

Postres

Junto con los postres, inició este cuento con evocaciones a la cultura mexicana, como cuando una pareja de patinadores pelea y se escuchan los sonidos característicos de la lucha libre o uno de los telones que recuerdan la Biblioteca Central de la UNAM. Como parte de las novedades del segundo aniversario, también pudimos disfrutar las presentaciones de tres nuevos artistas: un malabarista mexicano que al tiempo que avienta más de cinco pinos al cielo, da vueltas sobre su propio eje; una trapecista que se columpia a más de cinco metros de altura, brinca y gira sobre el peldaño de su columpio; y un cuarteto de japoneses saltarines a una gran altura y haciendo figuras en el aire.

Para culminar esta celebración, Yasmine Khalil, presidenta de 45 DEGREES, de Cirque du Soleil; Richard Dagenais, creador de JOYÀ; y Norma Preciado, directora comercial de Grupo Vidanta, agradecieron el gran éxito que han mantenido durante dos años. Además, nos invitaron a los presentes —más de 700 personas en total, incluyendo espectadores, artistas, meseros y staff— a realizar un mannequin challenge, es decir, permanecimos con posturas congeladas por varios minutos y luego estallamos en risas y aplausos, el augurio de un magnífico tercer año de Cirque du Soleil JOYÀ.

Cirque du Soleil JOYÀ

Toma nota:

  • Cena VIP + champaña ilimitada + show: $225 USD.
  • Cena + champaña + show: $165 USD.
  • Solo show: $85 USD.

¡Checa el video!

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