Hace 20 años, la avenida Altavista no tenía el glamour que ofrece hoy; sin embargo, ya se podía comer bien en La Buena Fe. Una enorme casona con facha de chalet donde se ofrece (desde entonces) un menú de cocina internacional que poco se ha modificado.
La lengua y los tacos de prime rib son entradas fundamentales, con salsa y un toque de limón. En la carta prácticamente hay de todo, platos típicos mexicanos que se mezclan con algunos europeos que ya son nacionales por adopción. Tacos, carpaccio de pulpo y espaldilla de ternera conviven de forma muy natural en un menú que es un respiro. El chamorro rasurado se sirve en tacos con cebolla y cilantro. Nacionalizado y cantinero. Tan amplio es el concepto internacional de su comida como la diversidad de clientes. La gente que asiste lo ha hecho durante años, y va siempre con la misma expectativa de buen servicio y comida para compartir. De hecho, es un buen lugar para cenar en domingo, aunque sea temprano.
La Terraza de La Buena Fe
Tiene una terraza —ésa sí es relativamente nueva— donde la intención es más botanera, pero igual se piden con frecuencia los platos fuertes al centro. Aunque hay tragos largos (whiskies con soda y cubas), también se puede disfrutar de una carta de vinos considerable, aunque muy clásica. Es una lista segura, sin complicaciones. El decorado tampoco ha cambiado, pero tampoco es que lo necesite. Todos los espacios se ven bien conservados, y los detalles que podrían calificarse de anticuados se vuelven encantadores ante el cuidado que han recibido.
El lugar se mantiene muy digno y fiel al concepto original, aspecto que se aplaude, pues aunque no necesariamente esté de moda, se mantiene exitoso. Probablemente, el secreto radica en la buena relación que existe entre precio y calidad: no hay precios desmedidos y sí porciones suficientes. Este remanso de sabor y paz tiene su propio estacionamiento, y desde la bienvenida se siente el calor de hogar. Altavista 43, San Angel Inn, D.F. (55) 3095 4508.