Si se encuentran en el Centro Comercial Paseo Arcos Bosques, el recién abierto Blanco Bistro de Grupo GS (Carolo y Blanco Colima) es una opción confiable. La carta es una selección del menú de Carolo, con los mismos precios. Para comenzar sirven el buen pan multigrano que los caracteriza, tibio y crujiente, y media alcachofita rostizada (que se incluye en el cobro del cubierto: $32 MXN). Texto: Una Pérez. 

La ensalada de espinaca, pera, minicroquetas de queso de cabra y aderezo de maple es cumplidora; mientras, de plato fuerte, su fresco salmón con espárragos, hinojo y pesto de cilantro llegó en perfecto término medio.

Blanco Bistro
Foto: @aldocgracia.

De postre probé la copa carajillo, una variante del tiramisú que se ve casi inocente en la taza tipo mule en la que lo sirven, pero es una bomba con capas de chocolate, merengue, crema batida y panqué remojado en café y Licor 43: pídanla si tienen cómplices para compartirla.

Blanco Bistro es una apertura en consonancia con la zona de la ciudad en la que se localiza. CH. $850 MXN. Dónde. Centro Comercial Paseo Arcos Bosques, Paseo de los Tamarindos 90, Bosques de las Lomas. Tel. (55) 9135 0133. carolo.com.mx

Para tod@s los aficionados a los cortes de carne a las brasas, hay un lugar en la colonia Roma que complace, se trata de Casa Q, un restaurante bar albergado en una casona de la época post porfiriana con más de 90 años. Que aún conserva los pisos de madera, los techos de bóveda catalana y las texturas de la casa donde habitó una bailarina de ballet. De hecho, el encargado de revivir el espacio fue el arquitecto inglés, Mateo Holmes. Quien es el director de la restauración del Pueblo Mágico de Xilitla en San Luis Potosí.

La experiencia comienza desde que llegas, pues la atención del personal te hace sentir como en casa. Disfruta del pan elaborado ahí, acompañado de un aderezo de mantequilla que también se hace en Casa Q. Mientras observas las obras de artistas emergentes que están en las paredes del salón y que constantemente cambian. Si te gusta alguna, la puedes comprar.

Casa Q

La propuesta gastronómica de este restaurante bar con modalidad de chophouse, es comida de autor a cargo de la chef mexicana Juana Lomelí. La estrella principal es el horno de brasa, donde todo se cocina con leña y carbón, desde las carnes – que son 100% mexicanas-, hasta  las guarniciones como coliflor, champiñones, papas, zanahorias, elotes, y demás verduras. Todas al final obtienen un sutil y delicioso toque ahumado. Lo que los hace chop es que su carne no está marinada, sale tal cual es.

Para empezar, pide una ensalada de jitomate con queso de cabra, queso parmesano, albahaca y tocino  – el cuál se produce en casa y está curado con miel de maple-; o tacos de camarón al carbón. Los cortes de carne son moderados, pensados para la cena (por su horario), de aproximadamente 250 gramos. Encuentras desde solomillo, new york, rib eye, chuletón, t-bone, entre otros.

Casa Q

De plato fuerte está el chuletón de cerdo con miel de maple, acompañado con cebollitas a las brasas, papas y camotes a la francesa con alioli de chipotle, o puedes pedir un pollito rostizado con achiote o el filete al carbón con ceniza de kale. Imperdibles los champiñones al carbón con ajo; y coliflor asada con quesos. Algunos de los postres que puedes encontrar en su carta son: pastel de chocolate y flan casero, entre otros.

Haz un espacio para conocer el bar con terraza, hay de dos, te puedes sentar en los banquitos frente a la enorme barra y disfrutar del espectáculo que ofrece el barman o tomar asiento en la sala que tiene sillones para autos, mientras el Dj ameniza la tarde – noche. Para los que no toman alcohol, Casa Q ofrece algunos cocteles sin alcohol, y para los que sí toman hay gran variedad, desde el coctel Don Gregorio que es una mezcla de tequila con jugo de sandía, el Ponche Yellowstone, preparado con Bourbon, Matusalem y Licor del 43, o el trago Wey Davidson, inspirado en lo que tomaban los motociclistas Hell’s Angels, donde el whisky es el ingrediente estrella. Va servido en una calavera de cristal y llega a la mesa despidiendo humo.

Casa Q

Para los que gustan de la comida de cantina, Casa Q ofrece además de los cortes de carne, una carta con alimentos de inspiración cantinera, comida casera como: albóndigas al chipotle, tacos de chicharrón, morcilla en salsa verde, chicharrón prensado, entre otros. El horario es de jueves a sábado de 13:00 a 16:00 horas.

¿Dónde? Querétaro 182. Col. Roma.
Horario: De martes a sábado de 19:00 a 02:00 am.
Cheque promedio: $450 MXN.
@casaqrestaurant 

Casa Q

Los vinos de la región norte de Estados Unidos son un referente mundial que permanece disfrazado por el ambiente cosmopolita de sus ciudades, tanto que pareciera que sus habitantes quisieran tenerlos como un secreto, hasta ahora. En especial aquellos originarios de viñedos de Oregon y Washington, pues son de ahí de donde provienen los caldos de mejor calidad. Para conocerlos, asistimos a una cata de ocho etiquetas diferentes de ambos estados en el restaurante Biko y aquí te contamos todo lo que descubrimos de ellos.

Pinot Noir

De las 72 variedades de uva que crecen en Oregon, la más importante es pinot noir, que representa el 62% del cultivo. Una de las bodegas que mejor presenta a este fruto es Adelsheim, vinícola pionera en la región. Que con el elegante vino de la etiqueta Elizabeth’s Reserve, entrega al paladar notas a frutos rojos, especiadas y minerales. Para maridar, el equipo del chef Mikel Alonso sugirió lubina envuelta en piel de tomate, acompañada de almejas reinas y corazón de alcachofa.

vinos

El mundo de la enología

Conoció por primera vez a Washington entre los años 1950 y 1960, cuando dos de las vinícolas más grandes del estado abrieron sus puertas. Una de ellas fue Chateau Ste Michelle en Columbia Valley, bodega de la que degustamos cuatro etiquetas. Comenzando por Eroica, de riesling con notas minerales y que recuerdan a los cítricos como la lima, mandarina y naranja. Mismo que después comparamos con Dry Riesling, Columbia Valley, también con acentos cítricos, pero éste con un ligero toque ácido que lo torna elegante y perfecto para comenzar cualquier velada.

Vinos

Para subir de tono pasamos a los tintos: ambos, tanto el cabernet sauvignon como el merlot, fueron complejos con aromas a fruta roja como la manzana y ciruela; diferenciándose entre sí, por los taninos elegantes y suaves del primero, con las notas especiada, y a cuero del segundo. Para éstos las opciones de maridaje fueron una delicada y falsa morcilla de hongos, así como cerdo con recado negro y cebolla.

vinos

El terruño de Washington se distingue por su versatilidad, el cual provee a gran variedad de uvas un ambiente perfecto para su desarrollo. Para comprobarlo seguimos con un vino de la bodega Gramercy Cellars de uva syrah, de notas en nariz a manzana roja, grosellas y frambuesa. Seco y astringente en boca. Para continuar con un tinto de cabernet sauvignon de Columbia Crest, H3; en el paladar deja recuerdos de vainilla, minerales y moras azules. Y, para finalizar esta nota sobre los vinos:  la etiqueta merlot, Pepper Bridge que fue una revelación proveniente del valle Walla Walla, especiado, corpulento y equilibrado.

 

 

Sabia, ese es el mejor adjetivo para describir la naturaleza. Cada planta, cada fruto y cada semilla tienen su propósito; no es coincidencia que la zanahoria sea buena para la vista y en su interior parezca tener forma de iris. Lo que sale de la tierra es vida y sus colores dicen mucho, si realmente prestamos atención, nuestra alimentación puede cambiar y mejorar enormemente. Por ello, aquí te mostramos los cinco colores que debes incluir en tus comidas, porque el placer de comer empieza por la vista en una buena dieta de colores.

Verdes: para una digestión de lujo

dieta de colores

Las verduras, ricas en clorofila, ayudan a controlar el peso ya que proporcionan saciedad al consumirlos y disminuyen los niveles de glucosa en la sangre, aceleran el metabolismo y cuidan el sistema nervioso; además contienen ácido fólico, vitamina C y magnesio, el cual se relaciona con la relajación muscular: apio, espinaca, brócoli, kiwi, uvas verdes, limón, acelgas, algas, aguacate, perejil, chile…

Amarillos y anaranjados: con vitamina A

dieta de colores

También son antioxidantes y otorgan un alto contenido de fibra, agua, hidratos de carbono y betacaroteno que nutren la piel y la protegen; ayudan a mejorar la flora intestinal y son diuréticos, lo cual favorece la eliminación de líquidos: naranjas, mandarinas, mangos, papaya, pera, melón, guayaba, piña, durazno, plátano, zanahoria, calabaza.

Rojos: antiinflamatorios

dieta de colores

Los vegetales rojos contienen licopeno y antocianinas que ayudan principalmente a estimular el funcionamiento del sistema inmunológico, mejoran la circulación de la sangre, retrasan el envejecimiento y protegen de las enfermedades cardiovasculares, además de cuidarnos contra la luz ultravioleta y las quemaduras solares: tomates, sandía, manzanas, toronjas, fresas, cerezas, granadas, pimientos, frambuesas, entre muchas otras.

Morados y azules: reyes antioxidantes

dieta de colores

Contienen vitamina C, previenen la pérdida de la memoria, son perfectos para eludir los efectos del envejecimiento y contienen poderosos fitoquímicos, sustancias que protegen al cuerpo de enfermedades peligrosas: uvas, moras, ciruelas, higos, zarzamoras, grosellas negras, arándanos, berenjenas, col morada, cebolla morada y betabel.

Blancos: pureza total

dieta de colores

Los alimentos de este grupo son verdaderamente poderosos, ricos en azufre, el cual sirve para depurar y desintoxicar; refuerzan las defensas del cuerpo, empezando por el ajo, la cebolla, la coliflor, la papa, los champiñones, el puerro y los espárragos blancos. Protegen contra el cáncer y activan la producción de glóbulos blancos, ayudan a mantener niveles sanos de colesterol, y una correcta salud coronaria, además de evitar la formación de coágulos.

Alguna vez te has preguntado, ¿por qué sabe tan bien la barbacoa? Esta preparación – usualmente de borrego o chivo- es una receta ancestral que ha pasado de generación en generación. Pero, ¿qué la hace tan especial? Tal vez sea el método de cocción en horno de piedra, con pencas de maguey y mediante piedras calientes, pero también es gracias a la calidad de la carne usada y a la sazón personal.

Su consumo es típico en estados del centro del país, especialmente Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Puebla y Morelos; sin embargo, si vives en la Ciudad de México, no tienes que viajar hasta allá para disfrutar de un buen taco de barbacoa. Aquí te dejamos cuatro opciones para que disfrutes esta preparación que hace agua la boca.

Oveja Negra

Aquí disfrutarás de un ambiente familiar y totalmente mexicano. Es probable que cuando visites este sitio, te encuentres con una fila para entrar, sin embargo la espera lo vale. La hacen con el método tradicional de pozo y puedes acompañarla con un plato ranchero que lleva queso de oveja, pápalo, rábanos, aguacate y ensalada de nopales. Dónde: Sabino 215, Cuauhtémoc, Santa María La Ribera.

El mexiquense

A fuego lento en horno de tabique por 10 horas continuas, así cocinan su carne de cordero proveniente de Zacatecas, para crear la barbacoa que tanto nos gusta. Además las tortillas están hechas a mano y también ofrecen quesadillas, nieves de fruta de temporada, jugos y aguas frescas. Dónde: Circuito Periodista 21, Ciudad Satélite.

Enrique

barbacoa

Si visitas este restaurante de ambiente familiar definitivamente te sugerimos pedir un kilo de barbacoa mixta, con espaldilla y pancita. Acompáñala con ensalada de nopales que hacen diariamente. Dónde: Insurgentes sur 4061, Entre Arenal y Cuauhtla, Tlalpan Centro.

Barbacoa de Santiago

barbacoa

Este restaurante bar sirve platillos tradicionales mexicanos como el fideo seco, sopa azteca, quesadillas y flautas. Su barbacoa es famosa en los alrededores, pide un kilo, medio o un cuarto de kilo, dependiendo de tu hambre. Dónde: Avenida San Antonio 57, Colonia Nápoles.

 

La aristocracia culinaria no siempre debe ser hermosa, y este pescado es el ejemplo perfecto, dicen Dulce Fabiola Vega y Clarissa Hyman acerca del Lenguado. Recetas y estilismo de alimentos: Linda Tubby / Primera foto: Charly Ramos. Fotos de platillos y Producción: Angela Dukes / Maridaje: Miguel Ángel Cooley.

Su nombre nos da una clara descripción de su cuerpo: alargado y plano, forma que efectivamente recuerda a una lengua o incluso una sandalia. Su silueta, así como sus ojos ligeramente saltones y desiguales, podrían disuadirte de saborearlo, pero no te dejes engañar: el lenguado se encuentra entre los más refinados y aristocráticos animales del mundo marino.

Los peces planos (pleuronectiformes) pertenecen a un grupo muy amplio con más de 600 especies en 11 diversas familias que comparten algunas características en común: cuerpo comprimido con ambos ojos situados en un costado superior, dieta carnívora y vida que transcurre en suelos marítimos para huir de los depredadores.

Por estas razones, en México, al decir lenguado, podemos referirnos a diferentes tipos de pescados. Comenzamos por el lenguado común (Solea solea o Solea vulgaris), que habita en aguas templadas del Atlántico —desde Noruega y hasta Senegal—, el Mediterráneo e incluso en Ensenada, con profundidades de entre 50 y 200 metros. Este pescado puede medir hasta 70 centímetros de largo y pesar alrededor de tres kilogramos. Tiene un color de verdoso a marrón que cambia gracias a su capacidad de camuflarse con la arena y lodo, habilidad que usa para cazar y evitar ser cazado. Debido a su forma y tamaño, goza de gran versatilidad para ser fileteado. Es fino y delicado en el paladar, con bajo contenido graso y proteico.

El lenguado arenero (Paralichtyidae) se encuentra entre las variedades más pequeñas de peces planos y habita en profundidades de los océanos Pacífico, Índico y Atlántico. Es de color marrón con algunos puntos negros, y debido a su tamaño es difícil cortarlo en filetes. Por eso es común rellenarlo simplemente quitándole las escamas, cabeza y vísceras. Su sabor es más dulce y fino que el común. La técnica para pescarlo varía dependiendo de la zona: en las costas oeste de Estados Unidos y Canadá se usa el arrastre, que puede resultar dañino para el medio ambiente; mientras que en el Reino Unido, se pesca con sedal y gancho.

Por su parte, el lenguado o halibut de California (Paralichthys californicus), alcanza el increíble tamaño de más de un metro de longitud y hasta 27 kilogramos de peso. Habita en las aguas desde Washington hasta el Golfo de California y Sonora. Se explota desde finales del siglo XIX; sin embargo, su captura ha ido disminuyendo y actualmente no es tan masiva, principalmente porque tiene un alto valor para la pesca deportiva.

Es importante aclarar que estos peces pertenecen a un grupo bastante amplio. Por eso es frecuente que confundamos a cualquier pescado plano con lenguado. Algunos de ellos son el rodaballo (Psetta maxima), que habita en costas poco profundas del Atlántico y el Mediterráneo; las lenguas (Cynoglossidae), más alargados que el resto; platijas (Pleuronectidae), de apariencia más tosca; o incluso el lenguado de seis ojos (Dicologoglossa hexophtalma), cuyo nombre describe a la perfección su característica principal.

La madre naturaleza y la evolución son sabias: cuando los lenguados nacen, originalmente son larvas fusiformes, es decir, tienen la forma y los ojos típicos de un pez, pero con el paso del tiempo sufren una metamorfosis que los aplana gradualmente y ocasiona que uno de sus ojos migre hacia donde está el otro, y así es como ambos quedan del mismo lado.

Si ya estás sintiendo curiosidad sobre su sabor, visita el restaurante Zoku. Ahí, el chef japonés Hiroshi Kawahito prepara un nigiri de lenguado. O si te sientes atrevido, puedes cocinarlo. Para removerles la piel a cualquiera de ellos, sigue el mismo procedimiento: con ayuda de un cuchillo, marca una línea donde la cola se une al cuerpo y raspa el área hasta despegar suficiente piel como para realizar un pequeño doblez. Finalmente, con ayuda de un trapo de cocina, sostén bien la cola, toma la piel con la otra mano, tira a lo largo y mantén firme el cuerpo. Para continuar, corta la cola y aletas con tijeras.

Ambas partes, junto con las agallas, puedes usarlas para hacer un sustancioso fondo de pescado. Toma en cuenta que el lenguado tiene una larga bolsa de huevas, la cual debes remover con cuidado. Luego aprovéchala guisándola con jitomate, cebolla, cilantro, mantequilla, orégano y chipotle para obtener un aperitivo previo.

Para preparar el lenguado sigue el consejo del chef peruano Javier Wong, quien hace algunos de los mejores ceviches de su país. Su sugerencia es utilizar los menos ingredientes posibles: limón, cebolla, pimienta y pulpo en rodajas; eso bastará para cautivar tu paladar. Si lo prefieres con cocción, sigue recetas clásicas como el sole verónique, que va con una salsa cremosa de uvas, echalote y perejil. Una advertencia: siempre pon atención de no sobrecocerlo, ya que sería un verdadero desperdicio.

De acuerdo con algunos pescadores, el sabor jugoso y delicado del lenguado, así como su textura firme, son el resultado del rigor mortis, que se desarrolla después de tres días de su captura. Reposo que te recomendamos seguir cuando pesques uno con tus propias manos. Una vez que lo pruebes, comprenderás que lo que importa es lo de adentro.

Lenguado

Lenguado

Lenguado

Lenguado

Lenguado con salsa mexicana cocida y mayonesa con limón

 Maravíllate con el suculento sabor de este insólito pescado.

 

Porciones: 2-4 porciones

Ingredientes:

  • 500 g de jitomates maduros, pelados, sin semillas, cortados en cuartos
  • 90 g de echalotes grandes, pelados y cortados a la mitad longitudinalmente
  • 1 chile rojo grande, cortado a la mitad longitudinalmente y sin semillas
  • 2 dientes de ajo, pelados
  • 4 cdas. de aceite de oliva
  • 4 limones, su jugo
  • ½ cdta. de azúcar
  • 6 cdas. de mayonesa
  • ½ cdta. de salsa de rábano picante, disponible en supermercados
  • 150 o 200 g de ejotes, cortados a la mitad en sentido longitudinal
  • 1 lenguado grande o 2 de 350 g, limpios y sin piel
  • 1 cda. de harina de trigo, para espolvorear
  • 20 g de mantequilla clarificada, disponible en City Market
  • 25 g de cilantro, picado

 

Para servir

  • 2 limones, cortados en rodajas

 

Procedimiento:

  1. Precalentar el horno a 200 °C. Forrar una charola para hornear con papel aluminio y añadir los jitomates, los echalotes, el chile y el ajo. Sazonar con sal y pimienta negra y rociar con 2 cucharadas de aceite. Colocar en el horno durante 15 minutos.
  2. Mientras tanto, verter el jugo de limón en una cacerola pequeña, agregar el azúcar y hervir durante 7 minutos, o hasta que haya aproximadamente una cucharada de líquido. Retirar del fuego y dejar enfriar.
  3. En un tazón pequeño, combinar la mayonesa y la salsa de rábano picante.
  4. Cuando el jugo de limón se haya enfriado, agregar ¾ de cucharadita de éste a la mezcla de mayonesa, revolver bien y reservar hasta la hora de servir.
  5. Retirar los jitomates, los echalotes, el chile y el ajo del horno. Enfriar un poco y picarlos en cubos medianos; después, colocarlos en un recipiente con el jugo de limón restante.
  6. Cocinar los ejotes en agua hirviendo con sal durante 3 minutos. Escurrir los ejotes, refrescar bajo el chorro de agua fría y reservar aparte el agua caliente.
  7. Sazonar el pescado con sal de mar y pimienta negra, y espolvorear suavemente con harina, retirando cualquier exceso.
  8. Derretir la mitad de la mantequilla clarificada en una sartén antiadherente grande y freír el pescado por 3 minutos, hasta que la parte inferior tenga un color dorado. Añadir la mantequilla restante, voltear el pescado y freír por otros 2 o 3 minutos.
  9. Calentar la salsa ligeramente, agregar el cilantro picado, el resto del aceite y sazonar con sal de mar y pimienta negra al gusto. Calentar los ejotes con el agua caliente reservada. Servir los filetes de lenguado y acompañar con un poco de salsa, ejotes y mayonesa con limón.

 

Maridaje Food and Travel:

Los cítricos y la salsa tibia hacen de este platillo una fiesta de sabores. Vino blanco con aromas de ralladura de limón, jazmín y espárragos, cuerpo ligero, vasta acidez y retrogusto cítrico.

Sugerencia: Sauvignon Blanc, Monte Xanic

Las enchiladas son un platillo inmortalizado mexicano. Tortilla, carne y salsa, son los elementos de la combinación perfecta que ha conquistado al mundo, y que todo mexicano adora desayunar, comer o cenar. Si estás en busca de unas buenas enchiladas, aquí te proponemos algunos lugares que presumen tener las mejores enchiladas de la Ciudad de México. ¡Pruébalas todas!

Café de Tacuba

En 1912 Papá Nicho comenzó a servir comida mexicana en el centro de la ciudad. Su sazón fue lo que popularizó el lugar, y hoy en día este establecimiento llamado Café de Tacuba por su ubicación, es una parada obligada de la capital. Las enchiladas gozan de una sección única en el menú. Prueba las que vienen con una salsa de espinacas y gratinadas con queso parmesano. Pero también las hay mixtas, verdes, pachuqueñas, suizas, de mole poblano, tapatías, mexicanas, sonorenses y jarochas. Dónde. Tacuba 20, Col. Centro.

La Casa de Las Enchiladas

Aquí no hay pierde. La especialidad son las enchiladas, lo interesante es que puedes personalizarlas: escoger el tipo de tortilla, salsa, estilo de cebolla, y una de las tres variedades de carne que se ofrecen, e incluso es posible combinar distintos tipos de salsas: mole estilo poblano, mole rojo, salsa roja, verde, suiza, chipotle, 7 chiles, enfrijolada o encacahuatada. Tienen además opciones vegetarianas como las de 3 quesos o de verduras. Todo en sus cuatro diferentes sucursales. Dónde. Tokio 110, Col. Juárez, Bajío 374, Col. Roma, Lago Alberto 416, Col. Anáhuac, y Río Lerma 257, Col. Cuauhtémoc.

Klein’s

Esta famosa cafetería fundada en 1962 por el veterano estadounidense, Edward Klein y su esposa originaria de Puebla, sigue sirviendo a sus clientes lo mejor de la cocina mexicana. Su estilo de “dinner”, es una gran opción para disfrutar de unas enchiladas clásicas, verdes o suizas. Dónde. Presidente Masaryk 360 B-L2, Col. Polanco.

Azul y Oro, Azul Condesa y Azul Histórico

Todos los restaurantes dirigidos por el chef Ricardo Muñoz Zurita han demostrado que la comida mexicana se puede convertir en una experiencia de vanguardia. El ejemplo: las enchiladas de Jamaica, hechas con esta flor orgánica, salsa de tomate y chipotle, tortilla y frijoles. Sin duda, un platillo que muestra un desarrollo de la comida mexicana constante e ilimitado. Puedes disfrutar también de la variedad de enchiladas veganas y vegetarianas que se ofrecen en el menú, o las enchiladas de mole negro y las rellenas de hongos guisados. Dónde. Azul y Oro – Centro Cultural Universitario de la Ciudad de México, Azul Condesa – Nuevo León 68, Col. Hipódromo Condesa, y Azul Histórico – Isabel La Católica 30, Col. Centro.

El Regreso

En este pequeño restaurante familiar lo que hay son enchiladas como deben ser, de mole rojo, de salsa roja, verde, enchiladas potosinas o suizas, típicas y tradicionales. Además puedes pedir el rellano de tu elección: pollo, res, pastor, camarón, cochinita pibil o queso panela. No dejes de probarlas, seguro te harán regresar. Dónde. Río Guadiana 22, Col. Cuauhtémoc, Félix Cuevas 306, Col. Del Valle, Yosemite 54-B, Col. Nápoles, y Obrero Mundial 383-B, Col. Narvarte.

 

La casa vinícola Monte Xanic y su enólogo Hans Backhoff buscan consentir a tu paladar por medio de nuevas ediciones limitadas que expresan la calidad del terruño mexicano en pequeñas cantidades, dado al riguroso control que se tienen mediante su elaboración. Tras haber reposado la crianza de 12 a 15 meses en barricas de roble francés, cada botella se enumera individualmente por añada. Conoce estas nuevas ediciones y pruébalas todas.

Edición Limitada Petit Verdot

El Petit Verdot es una variedad de burdeos que Monte Xanic únicamente sembraba para la mezcla de Gran Ricardo, hasta que el equipo de enólogos se percató que la calidad de la vid permitía un vino concentrado e intenso.

El cuerpo de esta primera edición especial posé un 100% de petit verdot y tiene un color guinda concentrado. Entre sus aromas resalta la cereza y frambuesa madura, además de notas de violetas y chocolate. Su intenso sabor frutal tiene un balance de taninos maduros que en boca es sedoso.

Monte Xanic

Edición Limitada Pinot Noir

El Pinot Noir es una uva de borgoña de clima frío, es por esto que en México nunca se había dado una cosecha de esta calidad. Monte Zanic sembró un clon de esta uva en Valle de Ojos Negros, y con muchas horas de frío se obtuvieron los aromas y sabores y sabores deseados, dando lugar a esta primera edición especial que contiene un 100% de pinot noir.

Edición Limitada Cabernet Franc

Monte Xanic volvió a lanzar el Cabernet Franc cuando el Doctor Backhoff se percató del potencial y calidad que tenía este vino. Esta edición tiene un 80% de cabernet franc y 20% de merlot, contiene aromas a frutos rojos frescos ente los que destaca la frambuesa, también a especias, madera, balsámicos y vainilla. En boca este vino es suave y con un tanino firme.

Monte Xanic

Edición Limitada Malbec

Malbec lleva en Monte Xanic 28 años, se utilizaba inicialmente para mezclar el cabernet merlot y posteriormente se presentó como mono variedad, la cual logró una calidad ganadora de reconocimientos y concursos internacionales.

Esta edición 100% malbec, en nariz es franco y de alta intensidad. Entre su aroma frutal, predominan las cerezas y moras, y también tiene notas de pimienta. Se caracteriza por su equilibrio, larga persistencia y sus taninos suaves. Malbec Edición Limitada es un vino limpio, brillante, de tonalidad violácea y color cereza.