Air France-KLM y Flying Blue, programa de beneficios para viajeros, volaron muy alto en la ceremonia de los Freddie Awards 2016. Reconocimientos que distinguen a los mejores programas de lealtad para viajeros, incluyendo líneas aéreas y hoteles, al ganar en cinco de sus categorías:

Mejor Programa del Año, Mejor Promoción, Mejor atención al cliente, Mejor posibilidad de redención y Mejor Affinity Card de crédito.

Los Freddie Awards 2016

Son otorgados por viajeros frecuentes de todo el mundo, y en esta ocasión fueron 3.7 millones de clientes quienes expresaron su opinión. En la región de Europa-África, Air France-KLM consiguió la cima del podio en las siguientes categorías:

Freddie Awards

  • Mejor programa del año, por 4ª vez consecutiva.
  • Mejor Promoción, en ocasión de la celebración del 10° aniversario del programa de fidelidad Flying Blue.
  • Mejor atención al cliente.
  • Mejor posibilidad de redención, con millas que pueden ser intercambiadas por boletos de avión o bienes y servicios.
  • Mejor Affinity Card de crédito, por la tarjeta de crédito American Express.

Programa Air France

«Este reconocimiento internacional alienta los esfuerzos de nuestros equipos para centrar el programa en torno a nuestros clientes y servirlos mejor, en el mundo entero.

Estos cinco premios ganados en siete categorías nos impulsan a mejorar aún más todos los atractivos del programa, una iniciativa que comenzó hace unos meses», declaró Adeline Challon-Kemoun, vicepresidente ejecutivo de Mercadotecnia, Servicios Digitales y Comunicación de Air France-KLM.

Air France

Flying Blue

Es uno de los programas de lealtad líder en Europa, y el Grupo Air France-KLM cuenta con 27 millones de miembros que en cada uno de sus viajes obtienen millas para utilizarlas en compra de boletos y múltiples beneficios.

 

Algunas torres guardan la historia de los pueblos que la habitan, cumpliendo funciones protectoras, religiosas e incluso de homenaje. Aprovechamos que la Torre Latinoamericana de la Ciudad de México cumplió 60 años el pasado 30 de abril, para mostrarte cuáles son las seis edificaciones de este tipo más famosas del planeta. ¿Cuál ya has visitado?

Torres de Bolonia

Bolonia

Fueron construidas entre los siglos XII y XIII. Durante la época medieval se elevaron construcciones que servían como referencia del poder de la familia que las financiaba.

Actualmente siguen dos en pie: Asinelli con poco más de 97 metros de altura, y Garisenda con 48 metros y 1,3 metros de inclinación. Solamente se puede acceder a Asnello con un previo pago de tres euros, dentro tiene escaleras estrechas de madera aseguradas con barandales. Está ubicada en la Piazza della Mercanzia en Bolonia, Italia.

Torre Latinoamericana

Torre Latinoamericana

Es uno de los rascacielos emblemáticos de la Ciudad de México desde hace 60 años. Su estructura y fachada de cristal sobrevivieron a los terremotos de 1957 y 1985.

Es una de las seis altas estructuras en zona de alto riesgo sísmico. Su mirador en el piso 44 y el restaurante en el 41 permiten echar un vistazo panorámico a la ciudad. Tiene una altura de poco más de 180 metros distribuidos en 48 niveles.

Big ben

Big Ben

La famosa Torre del Reloj fue construida en 1858 como parte del diseño para el nuevo Palacio de Westminster en la ciudad de Londres, con un estilo neogótico. Tiene 96.3 metros y alrededor de 61 metros. El reloj en la cima de la construcción mide siete metros de diámetro en cada una de sus cuatro caras. Su nombre oficial es Elizabeth Tower en honor a la reina Isabel II y es un símbolo de la nación inglesa.

Torre Willis

Willis

Antiguamente era conocida como Sears Tower. Este rascacielos ubicado en Chicago Illinois (Estados Unidos), fue construida en 1970 y tiene una altura de 442 metros y 110 pisos.

Su mirador ubicado en el piso 103 está a 413 metros de altura y es una de las atracciones más famosas de Chicago; en un día ventoso, los visitantes pueden experimentar cómo el edificio de balancea.

Peace Tower

Peace

Esta es una de las torres que fue inaugurada en 1927, construida en honor a los ciudadanos canadienses que han perdido la vida en alguna guerra. En su interior se halla la Sala Memorial, un espacio solemne que conmemora la vida. Se ubica en el bloque central de la Colina del Parlamento de Ottawa, Canadá.

Existen tours gratuitos para conocerla por fuera y por dentro, sin embargo los pases son limitados, por lo que recomiendan llegar temprano. La torre tiene un reloj por cada una de sus cuatro caras y una altura de 92 metros.

Torre de Pisa

Pisa

Esta edificación en realidad es el campanario de la catedral, construida por 200 años entre los siglos XI y XIV. En sus 55 metros de altura, se encuentran alrededor de 300 escalones distribuidos en ocho niveles y justo en la cima están sus siete campanas. Es una joya de arte arquitectónico medieval y junto a la Piazza dei Miracoli están reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, desde 1987. Está ubicada en Pisa, en la región de la Toscana italiana.

 

 

Carta Editorial Food and Travel > Mayo 2016

 

“Si diera algún consejo, sería salir de la cocina, viajar por el mundo para adentrarse y experimentar de cerca la cultura alimentaria de diferentes localidades”, me dijo hace ocho años Joël Robuchon, el chef con el mayor número de estrellas Michelin resplandecientes junto a su nombre. En ese momento, el tema de la entrevista que me interesaba era el perfil viajero del cocinero de quien todos hablaban. Sin saberlo, Robuchon también estaba aconsejándome, en mi oficio como escritora de viajes, a adentrarme a una cultura por medio de su comida. Y estaba acercándome al tipo de conversaciones que se convertirían en mi día a día como editora de Food and Travel, la primera revista en México dedicada a los viajes gastronómicos que hoy llega a sus primeras 50 ediciones.

Celebro este medio centenar de publicaciones reconociendo el compromiso y la pasión de quienes forman y formaron parte de la historia de este título, el trabajo de los cocineros de todo el planeta que inspiran nuestras páginas y, sobre todo, la curiosidad, el interés y la interacción de ustedes, que nos acompañan en cada viaje.

Le debemos a estas 50 ediciones un sinfín de memorias viajeras; interminables reportajes dedicados a destinos que nos han transformado como periodistas, viajeros y seres humanos; miles de fotografías que nos recuerdan el privilegio de saber mirar con ojos de sorpresa el universo que nos rodea, y horas y horas de entrañables conversaciones con chefs que nos enseñan todos los días que su labor rebasa los límites de la cocina. Gracias por inspirarnos a entregarles mes con mes las historias de los rincones mundiales que más nos conmueven y algunos otros ingredientes de las recetas: la creatividad, el respeto al producto y la generosidad de saber compartir.

Cecilia Núñez  > Directora Editorial

 

 

Carta Editorial Food and Travel > Abril 2016

 

“Soy viajero, no turista”, me dice un mochilero que acabo de conocer en un trayecto de tren. Su afirmación es ya un lugar común que después de escuchar tantas veces me parece más pretenciosa que interesante. Para mí, todos los que nos aventuramos a descubrir un destino —remoto o cercano, hospedados en un hotel de lujo o en un campamento, degustando comida callejera o estrellas Michelin—tenemos al mismo tiempo un poco de turistas y un poco de viajeros.

Cada vez que decidimos iniciar la ruta hacia un sitio desconocido estamos aceptando, conscientes o no, dejarnos mecer por el azar. La naturaleza del viaje, ya sea con un itinerario definido o con un espíritu dispuesto a la aventura, siempre será la de desarrollar nuestra capacidad para aceptar los cambios, para manejar situaciones fuera de lo común y para dejarnos sorprender por realidades diferentes a la nuestra. La diferencia entre el buen viajero y el que no lo es radica en su capacidad de apertura, en su disposición para ir más allá de las zonas conocidas, en su atención a los detalles, en la capacidad de moverse sin prisas, aun con un itinerario de unos cuantos días.

El viajero consciente vive las transiciones geográficas, humanas y culturales de forma sutil y respetuosa; el viajero dormido juzga, compara y le resulta imposible adaptarse a satisfacer sus necesidades de la manera en la que los locales lo hacen. Este mes en Food and Travel, la invitación es a vivir en carne propia el proverbio tibetano que reza: “Viajar es un regreso a lo esencial”, mediante la experiencia de dormir bajo las estrellas en los desiertos más remotos del mundo, de un recorrido insospechado por la capital de Qatar; de una degustación por los atractivos de Vancouver y Baja California, y de nuestras recetas para saborear el mundo.

Cecilia Núñez  > Directora Editorial

Cocina caribeña, buceo de primer nivel y hoteles fabulosos en playas de arena blanca hacen de la capital de las Islas Caimán un paraíso, dice Imogen Lepere sobre George Town.

¿Por qué ir?

Gran Caimán es la más cosmopolita de las tres Islas Caimán; no obstante, el ritmo de vida en George Town, su capital, es más bien pausado.

Sus espesos bosques esmeralda y barreras de coral son hogar de numerosas especies endémicas. Visita la ciudad para pasear por sus playas de ensueño, por su animada atmósfera caribeña y su cálido clima.

¿Qué hacer?

La isla está rodeada de arrecifes de coral, que albergan una gran diversidad de vida marina: cardúmenes de peces loro, exóticos meros de Nasáu y mantarrayas, por nombrar algunos.

La temperatura del mar a lo largo del año oscila entre los 27 y 30ºC, y el hecho de que solo se permita un bote por sitio, hace de este un lugar ideal para practicar buceo.

Deslízate a través de las escotillas del naufragio más nuevo de la isla, el USS Kittiwake, gracias a Deep Blue Divers (deepbluediverscayman.com). O renta un bote para explorar las cuevas clandestinas en el lado este de la isla. Si eres aventurero, con Oh Boy Private Charters (ohboycharters.com) practica la pesca nocturna de tiburón, o únete al tour en kayak de Sea Elements (caymanseaelements.com) para recorrer manglares espesos.

El Museo del Motor de las Islas Caimán exhibe el Batimóvil de la serie original de televisión de los años 60 (caymanmotormuseum.com), mientras que el Jardín Botánico Reina Elizabeth II (botanic-park.ky) es hogar de las iguanas azules gigantes, un nativo prehistórico de Gran Caimán, y las primeras especies del siglo XXI en ser salvadas de la extinción.

George Town

¿Dónde quedarse?

Gran Caimán es especialista en deslumbrantes resorts con vistas marítimas, y Seven Mile Beach es hogar de los mejores.

El Ritz-Carlton (ritzcarlton.com) es el mejor cuando de lujo se trata, y posee una gran playa de arena blanca. Reserva una cabaña privada y disfruta la comodidad de sus camas. Así como de su teléfono en forma de coco —que es esencialmente un iPad con el que también puedes ordenar comida y bebidas al mayordomo de la playa del hotel—.

Grand Cayman Beach Suites (grand-cayman-beach-suites.com) despliega opulencia en una escala menor. Sus 53 habitaciones cuentan con balcones con vistas al mar. Caribbean Club (caribclub.com) es un hotel boutique con sólo 37 suites y villas.

El servicio es impecable  —el concierge organizará cualquier actividad que le pidas, desde una cabalgata hasta un masaje en tu habitación—. The Westin (westingrandcayman.com) tiene una gran alberca junto a la playa y un bar dentro de ella.

George Town

¿Dónde comer y beber?

La cocina local se caracteriza por sus vibrantes colores y combinaciones dulces-saladas, que incluyen coco, plátano, camote y pescados frescos.

El platillo nacional es la tortuga verde de mar —las Islas Caimán es el único lugar en el mundo donde puedes comerla legalmente—.

El restaurante Blue, en el Ritz-Carlton, ofrece la mejor cocina de mar de la isla. El menú de degustación del chef Eric Ripon es una fiel imagen de la vida local, con platillos pequeños que incluyen tartar de jurel, ceviche de lenguado y pulpo con aceitunas verdes.

The Grand Old House (grandoldhouse.com) posee la elegancia del Viejo Mundo, interiores con paneles de madera y un torcedor cubano para hacer puros. Reserva una mesa en su terraza frente al mar, decorada con luces parpadeantes, y disfruta de un habano mientras ves pasar la noche.

Si buscas un sitio más casual, dirígete a Ortanique (ortaniquerestaurants.com), que sirve cocina caribeña contemporánea, como pesca del día al curry con plátano verde machacado, acompañado de vistas espectaculares. Al caer el atardecer, visita Tiki Beach Club (tikibeachcayman.com) y bebe un mojito mientras te relajas al ritmo de la música lounge con los pies enterrados en la arena.

George Town

¿Se te acaba el tiempo? Visita el mercado de agricultores de Camana Bay todos los miércoles por la tarde para disfrutar de música en vivo y los mejores productos locales.

Tip de viaje No te pierdas Stingray City, un banco de arena donde podrás nadar con mantarrayas amigables e inofensivas.

Información de viaje

La moneda es el dólar de caimán (1 KYD = 21.21 MXN), y el huso horario es GMT -5. La mejor época para viajar a las islas es durante el verano, para disfrutar del Sol y refrescarse en sus playas paradisiacas.

George Town

Cómo llegar

Air Canada (aircanada.com) vuela desde la Ciudad de México a George Town, con una conexión en Toronto. Viaje redondo desde $1,624 USD.

Recursos

Cayman Islands (caymanislands.com) es el sitio web oficial de la oficina de turismo, y ofrece datos útiles para planear tu viaje,  tales como itinerarios y ofertas.

Más información

Founded Upon the Seas: A History of the Cayman Islands and Their People de Michael Craton ($517, amazon.com.mx) indaga en la historia social, económica y política de las islas.

Conoce las seis paradas imperdibles que debes de hacer en tu viaje a la capital de Bélgica, Bruselas, y maravíllate con cada uno de sus lugares.

Ian Belcher devora papas, mercados y arquitectura en la capital de Bélgica.

Fritkot 

Los locales aman sus fritkot (puestos callejeros) donde venden conos de papas. Como parte de Brusselicious, festival de comida que se celebra todo el año. Sigue el rastro de los fritkot subiéndote a un tranvía donde sirven platillos de chefs premiados con estrellas Michelin. brusselicious.be

Art Nouveau

Dada su reputación de ciudadanos con bigote, es sorprendente encontrar que Bruselas cuenta con 2 mil magníficos edificios estilo art nouveau, en especial en los suburbios de St. Gilles e Ixelles.

Deslúmbrate con las curvas, el llamativo herraje y los vitrales en los bares de la ciudad: Cirio y Le Falstaff, o toma un tour con arau.org.

Place du Jeu

Espejos, vinilos viejos o sombreros… nunca sabes lo que encontrarás al recorrer el tianguis de Place du Jeu de Balle en Marolles. Si lo que buscas es algo más animado, en la mañana del domingo visita los 450 puestos en el Mercado North African Midi. Está cerca de la estación de Eurostar.

Grand Place

No te pierdas la Grand Place (Víctor Hugo la calificó como una de las plazas más bellas del mundo) que data del siglo XVII y que es patrimonio de la humanidad por la UNESCO. No sólo se trata de un preservado patrimonio, sino que además es una grandiosa plaza adornada con flores en el verano y con luces decorativas en Navidad.

Comisión Europea en el Nerve Centre

Observa a los burócratas de la Comisión Europea en el Nerve Centre, dirígete en metro hacia Schuman para visitar el Berlaymont. Edificio con estructura de estrella, sede de la Comisión Europea. Visita el parlamento conocido como Caprice des Dieux (Capricho de los Dioses).

Saint Boniface 

Aléjate de los restaurantes para turistas y toma un taxi hacia Ixelles, puedes ir a Saint Boniface (saintboniface.be) donde degustarás cocina francesa o a La Canne en Ville (lacanneenville.be) para comer excelente carne. Dirígete más lejos para probar fruits de mer en Les Brasseries Georges (brasseriegeorges.be).

 

 

 

Carta Editorial Food and Travel > Marzo 2016

 

Siempre he pensado que el deseo de viajar es una cualidad humana, estimulada por la curiosidad, las ganas de moverse, poner a prueba los miedos, cambiar perspectivas y hacer valer nuestro derecho de transformarnos en todos los sentidos. Más allá de un intento de fuga, de escape, el viaje es el mejor ejercicio para encontrarse con uno mismo, con el otro y con la sorpresa de un paisaje desconocido.

Muchos coincidimos en que no hay nada que despierte tantos recuerdos y tanta conciencia sobre el momento presente que estar parado frente a un nuevo paraje, degustando con todos los sentidos una cultura ajena. Desde tiempos antiguos, cuando la gente se reunía en torno al fuego para compartir alimentos, la palabra era tomada por aquellos que habían llegado más lejos, que habían visto lo que otros solo podían imaginar. Las vivencias del viajero están en la esencia del relato que a veces resulta anecdótico, otras informativo, unas más divertido o incluso presuntuoso, pero en el mejor de los casos logra reflejar una faceta –humana y espiritual– de cada destino.

Me gusta pensar en las páginas de Food and Travel como un punto de encuentro entre viajeros, apasionados de los sabores del mundo que, sin necesariamente entablar conversación, nos unimos en una comunidad de curiosos que busca inspirarse para trazar una nueva ruta o ver reflejada su propia experiencia en las crónicas que aquí vertemos. Compartir con ustedes nuestras vivencias al cruzar fronteras, al encontrar en un platillo el resumen perfecto de una cultura, al vivir encuentros inesperados que se convierten en el material perfecto para una entrevista es nuestro intento por dar a conocer una probadita de la inagotable diversidad del mundo. Un mundo que está ahí, a la espera de ser descubierto.

Cecilia Núñez  > Directora Editorial

 

 

Carta Editorial Food and Travel > Febrero 2016

 

Viajar a solas tiene el contradictorio encanto de fortalecer el lazo con uno mismo, y al mismo tiempo detonar encuentros que, al menos durante la travesía, son tan profundos que parecen amistades añejas. Una de esas conversaciones viajeras me llevó a concluir que recordar ciertos momentos le dan una nueva connotación a lo vivido.  “Hace falta volver a casa y dejar pasar un tiempo para entender cómo este viaje nos transformará”, dijo esa desconocida que se convirtió en amiga aquella noche en Biarritz, el destino que inspiró esta portada.

Una es la experiencia que se vive en el destino y otra la percepción que se tiene cuando se evoca –o cuando se escribe, como es el caso de todos los que hacemos de cada viaje y de cada experiencia gastronómica una historia que se publica en estas páginas–. Saborear otra vez ese platillo o vivir de nuevo el instante que nos hizo reconocer la maravilla de un destino para compartirlo con ustedes hace que valoremos aún más el momento que se fue.

Saber que nuestras letras e imágenes invitan a tomar un avión, a probar nuevos sabores, a cocinar una receta o a fantasear con un sitio es un regalo que disfrutamos tanto como el viaje.

“Deja tu casa. Ve solo. Viaja ligero. Lleva un mapa. Ve por tierra. Cruza a pie la frontera. Escribe un diario. Lee una novela sin relación con el lugar en el que estés. Evita usar el teléfono. Haz algún amigo”, dice el escritor de viajes Paul Theroux a modo de mandamientos.

Quienes formamos el equipo de Food and Travel tratamos de seguir estas máximas en la medida de lo posible –para mí, eso de viajar ligera es una habilidad que perdí hace años–. Siempre encontramos en ellas una razón más para querer seguir haciendo maletas y buscar formas para invitarlos a que sigan acompañándonos a devorar el mundo.

Cecilia Núñez  > Directora Editorial

 

Prepárate para visitar Río de Janeiro: la ciudad sede de los Juegos Olímpicos 2016, al ritmo de su rica historia, vibrante naturaleza y personalidad relajada, dice Alejandro Mendoza.

¿Por qué ir?

Al verla bordeada por agua, solo queda pensar en las palabras del escritor carioca Carlos Drummond: “En el mar estaba escrita una ciudad”.

Río de Janeiro suma un legado histórico amplio, pues fue capital del Brasil colonial y de la república brasileña, convirtiéndola en un epicentro cultural e intelectual.

Reconocida a nivel global por el carnaval, el estadio Maracaná, el Cristo Redentor o las playas de Copacabana e Ipanema. Las imágenes aderezadas con música de samba y bossa nova siempre seducirán a quienes buscan una ciudad alegre y festiva.

Praia de Ipanema

¿Qué hacer?

Visita el Pan de Azúcar (bondinho.com.br), un conjunto de monolitos de más de 600 millones de años a los que se sube a bordo de un teleférico, el cual fue el tercero en operar en el mundo al inaugurarse en 1912.

Brasil es reconocido por la excelencia de sus minas, de las cuales se obtienen piedras preciosas. Por lo que una visita al museo-joyería Amsterdam Sauer (amsterdamsauer.com.br) te permitirá apreciar la belleza que se extrae de las entrañas de la tierra y claro, Río de Janeiro.

El corazón verde de Río es el Parque Nacional da Tijuca (parquedatijuca.com.br), considerado el parque nacional más visitado de Brasil, al recibir a tres millones de visitantes por año, quienes acuden para apreciar la belleza natural de la región. El parque está dividido en tres secciones: Floresta, Pedra Bonita e Gávea y Serra da Carioca.

Ésta última es tal vez la más famosa, pues sobre el morro del Corcovado se encuentra el monumento del Cristo Redentor. Que es una estatua de 38 metros de altura y 1,100 toneladas. Inaugurada el 12 de octubre de 1931.

En Barra de Tijuca —zona donde se ubica la Villa y el Parque Olímpico de Río— se encuentra el Museo del Equipo Brasileño de Futbol (museucbfexperience.com.br). Este recinto interactivo ilustra de manera divertida la historia de la selección brasileña.

El Jardín Botánico de Río (es.jbrj.gov.br) es el sitio perfecto para contactar con la naturaleza; fundado en 1808 bajo el reinado de Juan VI de Portugal, cuenta con 9 mil ejemplares pertenecientes a 1,500 especies.

Río de Janeiro

¿Dónde quedarse?

Mirando a la famosa playa de Copacabana se encuentra el Pestana Rio Atlantica (pestana.com), que cuenta con 247 habitaciones y suites. Así como un Deck Lounge Bar para disfrutar una impresionante vista en la piscina.

Sobre la avenida Atlántica se encuentra el Belmond Copacabana Palace (belmond.com), que desde su apertura en 1923 ha sido refugio de artistas internacionales. Quienes buscan el lujo de sus habitaciones y suites, todas con camas King y mobiliario antiguo.

El hotel ofrece siete Suites Penthouse, que cuentan con terraza privada con vistas panorámicas, servicio de mayordomo, acceso a la piscina privada y un exclusivo bar.

Feijoada

¿Dónde comer y beber?

Fundado en 1951, Churrascaria Palace (churrascariapalace.com.br) es un sitio clásico reconocido por sus carnes como la Picanha Mariposa, la paleta de cordero al Duero y la costilla Prime.

Al fondo del sitio no pierdas de vista el mural titulado Santa Cena de la Bossa Nova, un homenaje a los personajes que le dieron vida a este estilo musical. En Rayz (restauranterayz.com.br) el chef Daniel Pinho ofrece cocina brasileña desde una visión sustentable y en un ambiente contemporáneo. Donde cada día enfatiza los sabores de Brasil, al ofrecer un bufette temático regional diario.

En la Casa da Feijoada (cozinhatipica.com.br) podrás degustar la feijoada (caldo de frijoles) que se puede acompañar hasta con 11 tipos de carnes que incluyen tocino ahumado. También incluye carne seca, costilla o lomo, con los acompañamientos típicos como arroz. Un poco de yuca frita, naranja, ensalada de col, farofa (harina de mandioca) y chicharrón de cerdo. Por la noche, baila al ritmo de la samba en el Café Cultural Sacrilégio (sacrilegio.com.br) que ofrece música en vivo mientras disfrutas su variedad de caipirinhas.

Río de Janeiro

¿Se te acaba el tiempo?

El Estadio Maracaná (maracana.com), ofrece recorridos guiados diariamente por sus instalaciones.

Tip de viaje

Para disfrutar las atracciones de Río de Janeiro, sin las multitudes de la temporada alta, acude entre abril y octubre.