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Existe en México una región extraordinaria, entre el monte y el mar, en donde se produce más del 70% del vino mexicano: Valle de Guadalupe. Hoy cuenta con alrededor de 200 vinícolas, pero cuando Monte Xanic fue fundada por cinco amigos hace 35 años, su proyecto no era más que la apuesta a un sueño. No existía el mercado de vinos premium en México y fueron ellos quienes abrieron camino. Texto: Mariana Pérez / Fotos: Cortesía. 

Por eso, en las fiestas de la vendimia 2023 de Monte Xanic los sentimientos que prevalecían eran amor y orgullo por el legado de esta bodega que hoy cuenta con más de 300 medallas. A las familias de los socios fundadores se ha sumado el talento de mucha gente que, como ellos, son enamorados de la región —de su gente, sus productos, su terruño— y que tienen un objetivo claro: producir el mejor vino de México.

El inicio de la vendimia: langostas y vinos de Monte Xanic

La belleza de la carretera escénica Tijuana – Ensenada, en donde los riscos son bañados por el mar y la bruma difumina la separación entre el cielo y el agua– , fue el preámbulo de nuestra primera parada: las icónicas langostas de Puerto Nuevo en el restaurante Villa Ortega’s.

Como es costumbre en la región, la langosta llegó a la mesa acompañada de arroz, frijoles, mantequilla, enormes tortillas de harina y una salsa roja con chile de árbol y crema de cacahuate. ¿El maridaje perfecto? Monte Xanic Chardonnay y Monte Xanic Rosé.

Javier Plascencia y Monte Xanic: una cena inolvidable

Esa noche, se abrieron las puertas de la cava de granito natural para celebrar la cena. Entre barricas, los 250 invitados gozamos de un menú de cuatro tiempos creado para la ocasión por el chef Javier Plascencia, embajador indiscutible de la gastronomía de Baja California.

“El protagonista de esta celebración es el vino, así que el menú fue diseñado en torno a él, pensando en ingredientes y platillos que maridaran bien”, nos contó.

Mientras el ensamble de cuerdas tocaba las primeras canciones mexicanas, llegó el primer tiempo: tiradito de kampachi con aguachile de manzana verde y shiso, maridado con Monte Xanic Sauvignon Blanc Viña Kristel, el sauvignon blanc más vendido en México. Le siguió un risotto de hongos silvestres, que se complementó a la perfección con la intensidad del Monte Xanic Cabernet Sauvignon Merlot, ganador de importantes medallas de oro.

Gran Ricardo, uno de los vinos más prestigiosos de México, ensamblado con las mejores uvas cabernet sauvignon, merlot, malbec, petit verdot y cabernet franc, llegó a la mesa para acompañar una costilla de res braseada con un tamalito de alcachofa de Jerusalén. El cierre fue una tarta de chocolate Wolter tabasqueño con toffee, macadamia y helado de pixtle, que se maridó con Monte Xanic Syrah 2016.

Una cata que nos permitió abrir la historia de Monte Xanic

La bodega de Monte Xanic, entre los apacibles paisajes de viñedos y montes de Valle de Guadalupe, fue el escenario del segundo día. Al hablar con el agrónomo, sommelier, enólogo, y CEO de Monte Xanic, Hans Backhoff, se hace evidente que la excepcionalidad de sus vinos comienza a gestarse en el terruño de sus seis ranchos —tres en el Valle de Guadalupe y tres en el Valle de Ojos Negros— pero llega tan alto por el enorme talento y pasión de su gente.

El enólogo Oscar Gaona nos habló de su principio de mínima intervención que busca que sea la uva la que hable por sí misma, y de la apuesta de Monte Xanic por la sustentabilidad: “Buscamos que cada paso de lo que hacemos sea altamente sustentable, ya sea en huella de carbono, huella hídrica, manejo orgánico, mínima intervención… es un todo”. De ahí que recientemente hayan obtenido certificaciones como bodega vegana y orgánica.

Por su parte, el CEO de Monte Xanic, Hans Backhoff, nos habló sobre las enseñanzas que le transmitió su padre, fundador y enólogo de Monte Xanic, como la conexión con la naturaleza y la agricultura, y el disfrute y amor por su trabajo. “Volteas a ver este paisaje y dices ‘Sí es México excepcional’. Estamos en una esquina del mapa del país, con una geografía que nos permite hacer maravillas, desde la cercanía del agua, el mar, las montañas, la altitud, el talento de la gente”.

Las palabras se transformaron en experiencia con una exclusiva cata que inició con un Gran Ricardo Sauvignon Blanc, fermentado en barrica de roble francés y elaborado con vides de más de 150 años a partir de las mejores líneas y racimos. Después probamos tres Cabernet Sauvignon: 2022, 2021 y 1994, una etiqueta que nos permitió comprobar el magnífico potencial de añejamiento de los vinos de Monte Xanic.

Un brunch que sabe a amor al campo y al mar

El cierre de la vendimia 2023 fue un brunch a la orilla del lago que incluyó paseos por los viñedos, la tradicional pisa de uva, música de mariachi y platillos a cargo de Benito Molina y Solange Muris, otros dos chefs que han puesto a Baja California en alto, manifestando un profundo conocimiento y respeto por sus productos y productores.

A la mesa llegó un tiradito de atún aleta azul, unas almejas generosas con algas, un abulón con pipián verde con algas, una quesadilla con queso ramonetti y cangrejo centollo y una chuleta de cerdo con rajas con elote y crema. Entre lágrimas, el chef Benito nos compartió conmovido sus primeros recuerdos de Hans Backhoff padre y se hizo evidente el fuerte vínculo afectivo que el matrimonio tiene con la bodega.

Por supuesto, no faltó el vino de Monte Xanic — chenin colombard, chardonnay, rosé y nebbiolo— para decir ¡salud! por una bodega excepcional.

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