Los frijoles son uno de los elementos de la llamada trilogía mexicana y la base de la alimentación de muchos pueblos. Su sabor es sencillamente delicioso y son bastante nutritivos. ¿Cómo negarse a unos tacos de frijol con salsa picosita? Aquí te dejamos cinco formas muy mexicanas de preparar los frijoles. ¡Te abrirán el apetito!

 

Frijol con puerco

 

frijoles

 

Esta especialidad yucateca por lo general se prepara cada jueves. Su preparación consiste en frijoles negros cocidos con carne de cerdo, cilantro, epazote y cebolla. La presentación es caldosa y se acompaña con arroz blanco o salsa xnipec. Otras posibles guarniciones son aguacate, limón, chile habanero y tortillas de maíz. Definitivamente es un verdadero manjar.

 

 

Frijoles charros

 

frijoles

 

En el norte de México es donde encontrarás esta receta. Van preparados con cebolla, chile serrano picado, jitomate, tocino y cilantro. Son muy sustanciosos y por eso pueden funcionar como plato fuerte; pero también para acompañar las carnes asadas, arracheras y tacos al pastor. Toma en cuenta que dependiendo del estado la receta puede cambiar ligeramente, por ejemplo en Coahuila se hacen con tocino, salchicha y chicharrón.

 

 

Frijoles de la olla

 

frijoles

 

Para prepararlos necesitarás frijoles bayos o flor de mayo, mismos que cocerás en una olla de barro con agua, cebolla, ajo, manteca de cerdo y hierbas de olor como epazote, cilantro y perejil. Este platillo es típico del centro del país. Si los pruebas cerca del Golfo de México, puede que los frijoles sean negros. Para acompañarlos, lo mejor es un poco de queso o crema fresca. ¡Ya se nos hizo agua la boca!

 

Frijoles puercos

 

frijoles

 

Se trata de frijoles bayos cocidos, machacados y refritos con manteca de cerdo, tocino y chorizo. Si visitas Colima, los encontrarás con verduras en escabeche y queso añejo, además de carne deshebrada de cerdo. Su consistencia es pastosa y pueden ir adornados con cebolla, zanahoria cocida, col rallada y chiles serranos o cascabel. Mientras que en Guanajuato están guisados con cebolla, jitomate, chile serrano, tocino, salchicha, chorizo y jamón.

 

 

Frijoles refritos

 

 

Es probablemente una de las formas más populares de prepararlos, pero también una de las más deliciosas. Van machacados y fritos con manteca de cerdo o aceite hasta que el caldo se ha evaporado y quede una pasta firme que pueda aglomerarse para hacer una especie de bolillo o pan. En Yucatán los conocen como frijoles nach.

 

 

 

 

 

Carta Editorial Food and Travel > Octubre 2017

 

La zona de confort es un lugar extraño. En teoría, es el sitio perfecto para estar, pero hacemos de todo para escaparnos de él: nos fijamos nuevas metas profesionales, cuestionamos nuestras relaciones más estables, realizamos viajes que nos confrontan con nosotros mismos, cambiamos de casa, nos interesamos por temas novedosos…

Mirar de manera compleja nuestro pasado y motivarnos a ir más allá de los límites de esa zona de confort es esencial para crecer.   

El concepto del lujo también ha evolucionado y se ha convertido en mucho más que una costosa experiencia en la que nos sentimos cómodos, seguros y relajados. Los hoteles ostentosos de los que casi no era necesario salir, los restaurantes de manteles largos y el servicio casi abrumador cedieron paso al verdadero lujo, donde un cielo en el que no cabe ni una estrella más se convierte en nuestro techo abovedado y, un árbol, en la estructura donde reposa la habitación donde nos hospedamos. Hablamos de un viaje de lujo cuando la emoción de descubrir lo desconocido nos hace temblar, cuando vivimos un encuentro íntimo con la comunidad local o vamos tras ingredientes frescos para cocinar. En realidad, buscamos hacer algo por primera vez, vivir aventuras que recordemos para siempre, que nos transformen, que expandan nuestra forma de ver al mundo y que nos den una oportunidad para aprender de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea.

El equipo que conforma el título de Food and Travel en ocho países alrededor del mundo busca, bajo cualquier pretexto, inspirarse en este tipo de vivencias para contagiarles nuestra pasión por recorrer el planeta y probar todos sus sabores, aunque esto signifique renunciar a los beneficios de esa sobrevaluada zona de confort.

Cecilia Núñez  > Directora Editorial

 

Una de las mejores creaciones que ha tenido la repostería son las galletas, pues ¿quién puede resistirse al suculento aroma que desprende una bandeja de estas pequeñas, crujientes y dulces delicias recién horneadas?

Sin embargo, antes de convertirse en la tradicional versión de chispas de chocolate que conocemos en la actualidad; las galletas han recorrido un largo camino en el que han evolucionado constantemente, desde los primeros experimentos del hombre con los cereales y el fuego hace aproximadamente 10,000 años.

Ha pasado mucho tiempo desde que Apicius, en la antigua Roma, cocinaba pastas delgadas de harina de trigo en agua, para después freírlas y cubrirlas de pimienta y miel. Pues ahora tenemos una gran variedad de galletas que se adaptan a todos los gustos. Aquí te presentamos algunas de las más recientes tendencias. 

Opciones saludables

galletas

Cuidar tu cuerpo no significa que no puedas disfrutar de vez en cuando, de deliciosos postres como las galletas, pues si se incorporan a la mezcla ingredientes como avena, zanahoria rallada, frutos secos o semillas; éstas pueden aumentar su contenido de fibra y vitaminas liposolubles como la A y la E. Para quien además desea cuidar el medio ambiente, se pueden veganizar algunas recetas, solo si se sustituye el huevo con plátano o puré de manzana, la mantequilla con margarina o mantequilla de coco, y la leche con bebidas vegetales como la leche de soya o de almendra.

Galletas crudas

galletas

Es inevitable querer probar las galletas antes de hornearlas; casi tanto como el terrible dolor de estómago que llega después debido a microrganismos patógenos que se encuentran en la harina y el huevo crudos. Pero esto ya no será un problema, pues ya podrás comer toda la masa cruda que quieras, ya que recientemente en Estados Unidos, se crearon tiendas que ofrecen -la masa cruda de las galletas- en varios sabores y presentaciones, y que aseguran la inocuidad de sus ingredientes, pues para su elaboración se utiliza huevo pasteurizado y harina tratada térmicamente.

Obras de arte hechas galleta

galletas

La historia de las galletas decoradas se remonta al siglo XIV cuando en Suiza acostumbraba la elaboración de la springerle (un tipo de galleta que se prensaba con moldes tallados de madera para obtener un relieve). Y aunque ésta todavía se consume durante la época navideña en algunas partes de Europa; en los últimos años las galletas decoradas con glacé royale. Y también con pigmentos comestibles han ganado popularidad en el mundo; ya que con un poco de creatividad, estos productos nos permiten hacer minuciosos y coloridos diseños.

Galletas híbridas

galletas

En el punto medio entre las galletas y los pasteles, se encuentran las cookie bars, unos bocaditos gruesos y un tanto esponjosos que se obtienen a partir de una mezcla de galletas horneadas en láminas gruesas, que después son cortadas en porciones individuales. Este tipo de galleta es muy consumida en Estados Unidos y se acostumbra usar ingredientes como malvaviscos, chispas de chocolate, limón, manzana, frutos secos o crema de cacahuate entre otros.

Así que, la próxima vez que se te antoje una suculenta galleta, anímate a probar alguna de sus versiones actuales de prepararlas y disfruta su delicioso sabor.

La cocina mexicana es el resultado de la armonía entre la cocina indígena y la española. Nuestra comida es algo de lo que hablamos cuando visitamos otros países; ya que ésta es la suma de varias combinaciones heredadas y adoptadas. Pero cuando comemos, algunas veces olvidamos la esencia y el origen de algunos de estos platillos prehispánicos; por ello aquí te dejamos algunos de ellos y descubre en este top un poco más sobre su preparación.

Tlatonile o Tlantonil

platillos prehispánicos

Este guiso de la época prehispánica era ofrecido por la madre del novio en la boda. Consiste en un guiso con alguna salsa espesa que puede llevar masa de maíz como espesante; porque se adecua a las variantes de cómo se preparen. Pero destaca la manera, como se prepara en Veracruz, con carne de pollo o res con consistencia de pipián, que se acompaña con arroz blanco.

Tikin Xik

platillos prehispánicos

Esta palabra es de origen maya, donde tikin significa «cosa seca» y xiik ala, «aleta de pescado». Preparación hecha con pescado untado con pasta de achiote y especias, asado a las brasas. Por tradición se elabora con huachinango, pámpano o boquinete enteros y con piel. El pescado se abre en mariposa, se le retiran las espinas y se untan con una mezcal de achiote, pimienta negra y comino.

Tikinpat

platillos prehispánicos

Del maya tikin, «cosa seca» y pat «cazón», se trata de un guiso con cazón seco, salado, hidratado, demenuzado y condimentado con chile seco y epazote, con el cual se elaboran tacos, empanadas o panuchos en los estados de la Península de Yucatán.

Memela

platillos prehispánicos

En el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, se menciona que son tortillas; cuyo nombre proviene del náhuatl tlaxcalmimilli, de tlaxcalli, tortilla y mimilli, tortilla. La clase gobernante era la que más la consumían; pero ahora, su consumo y preparación es accesible para la mayoría. La manera en que se rellena varía dependiendo de la región y dónde se elabore. En Chiapas se rellenan de frijol; en Oaxaca, se rellenan con masa mezclada con asiento; en Puebla, son antojitos y en Veracruz, se prepara un tipo de memela dulce llamada tzopa.

Chapulines

Del náhuatl «chapoli» que significa saltamontes, aunque los mayas los nombraron como sak´; es común encontrarlos en algunos mercados del país. Antes de ser vendidos se hierven en agua con sal, para después ser tostados y acompañarse de limón. La entomofagia, consumo de insectos, era usual en los habitantes y este es uno de los platillos prehispánicos tan comunes y no sólo se limitaban al consumo de estos.

Barbacoa

platillos prehispánicos

Aunque en tiempos prehispánicos los antiguos habitantes no conocían a las cabras o a las ovejas; idearon una método de cocción tradicional para cocinar aves. Esta forma de cocinar consiste en cavar un hoyo en la tierra que se cubría con hojas. Se cree que tiene sus orígenes en el pib, horno de tierra maya. Aunque después de que se introdujeron al país, caprinos y ovinos, los estados del centro del país comenzaron con su propia versión.

 

Un hogar es un sitio donde es sencillo refugiarse del caos exterior, un lugar donde la familia y tus seres queridos comparten los alimentos. La comida tiene esa capacidad de unir a las personas, por eso, cada que saboreamos platillos que nos recuerdan al sazón de hogar, sonreír es prácticamente inevitable. Aquí te dejamos cinco platillos para reconfortar tu mente y corazón con una buena dosis de comida mexicana.

Sopa de fideo

comida mexicana

De color rojo, cálida y sencilla. La sopa de fideo resulta reconfortante por muchas razones, entre ellas porque es muy típica de las casas del centro del país. En su receta, además de los fideos fritos escurridos y hervidos en un sustancioso caldillo de jitomate; puede contener también chile ancho. Probablemente puedas encontrar sopa de fideo seca y ésta va con queso rallado, cebolla rebanada y crema. Sonreirás con cada cucharada.

Consomé

comida mexicana

Por definición el consomé es el caldo concentrado de alguna carne, principalmente pollo; aunque también puede ser de gallina, borrego, chivo y res. Disfrútalo con paciencia, ya que suele servirse bastante caliente. En algunas ocasiones puede contener garbanzos o arroz cocido. Para complementarlo, usa carne desmenuzada, cebolla, chile verde, cilantro picado y jugo de limón.

Chocolate caliente y pan

comida mexicana

Para aquellos que tienen gustos más dulces, un pan tradicional, ya sea una concha, una oreja, un bigote, un garibaldi o una chilindrina; acompañado de un espumoso chocolate caliente, es uno de los mejores mimos. Mejor aún si lo acompañas con tus seres queridos. Con sabores tan amables, seguro te sentirás mejor.

Arroz a la mexicana con platanito

Es una de las formas más populares de preparar el arroz; y probablemente una de las primeras que el paladar de casi todo mexicano probó. Es conocido también como arroz rojo, que hace alusión a su evidente color. Puede ir acompañado de chícharos o trocitos de zanahoria, papa, elote y queso. Para acompañarlo usa rebanadas de plátano Tabasco o un huevo estrellado.

Cerdo en verdolagas

comida mexicana

Su sabor sustancioso cae bien al paladar, al estómago y la salud. Es muy típico en el centro del país y su receta tiene variantes dependiendo del estado. En general se trata de maciza de cerdo con verdolagas y salsa verde, en ciertas partes como Jalisco, puede ser salsa roja de jitomate con chile de árbol o chile colorado. Acompañarlo con unas tortillas calientitas recién tomadas del comal, esta es una exquisita comida mexicana y eso lo hace un platillo verdaderamente reconfortante.

También checa guisos tradicionales mexicanos. 

 

“Veracruz, rinconcito donde hacen su nido las olas del mar”, era como decía Agustín Lara -compositor mexicano-, que era este estado de la República Mexicana; hogar de los sones jarochos y primera población en la que se establecieron los conquistadores españoles en México. Se fundó el 22 de diciembre de 1823 y su cocina combina tradiciones pesqueras e indígenas, con plantas típicas del lugar. Aquí te dejamos un top de platillos veracruzanos para que se te haga agua la boca.

Huachinango a la veracruzana

Veracruz

 

 

Este es uno de los platillos más representativos de Veracruz, consta de un pescado cocido y servido con una salsa a la veracruzana; que regularmente se conforma de jitomate, aceitunas, cebolla, laurel, ajo, orégano y perejil. Aunque esta salsa no sólo se usa en este platillo, ya que existen diversos platillos que se preparan con la misma, como los huevos a la veracruzana.

Arroz a la tumbada

Veracruz

Una especialidad de la región de Sotavento, es un guiso de arroz rojo o verde, caldoso; preparado con diferentes mariscos como camarón, pulpo, almeja, ostión, jaiba, mejillones o calamares. Se colorea con jitomate y tradicionalmente se sirve en las cazuelas o platos hondos. Se acompaña con tortillas y frijoles negros.

Buñuelos de jaiba

Veracruz

En Veracruz existen preparaciones típicas, que solo se elaboran en temporada de Navidad, entre ellas podemos encontrar estos buñuelos que son preparados con carne de jaiba cocida, mantequilla, azúcar, bolillo molido, huevo, sal y pimienta. El relleno se cubre con masa de buñuelos y se fríen en aceite; en algunas ocasiones la jaiba, se sustituye por camarón.

Molotes

 

Del náhuatl moloctic, es un antojito de masa fresca de maíz, muy parecido a una quesadilla frita. En Xalapa, van rellenas de papa y queso; y se acompañan de una salsa. En el norte de Veracruz se preparan rellenos de chorizo y con la masa mezclada con chile ancho; en Huatusco se rellenan de sardina o carne molida con papa y se acompañan con salsa de jitomate y col rallada.

Mondongo

Existen diversos tipos de mondongo, pero en Veracruz se les denomina así al conjunto de panza, tripa, bofe e hígado; que se asa a la parrilla y que se prepara con caldo. Por regiones existen diferencias; como en la zona de Los Tuxtlas, donde se prepara con hoja de acuyo. En Veracruz, también se prepara con mole amarillo, donde se cuece en el caldo con hojas de aguacatillo, chile seco asado y molido, y masa de maíz como espesante.

 

Veracruz

 

Viaja al misterioso reino budista de Bután, donde las tradiciones son celosamente guardadas y la riqueza se mide de acuerdo con la felicidad. Cruza la frontera y prepárate para la travesía de tu vida. Texto y Fotos: Ewen Bell.

Me dirijo al festival anual de la región central de Bumthang donde los monjes realizan danzas espirituales que purifican su templo y traen protección a la comunidad. Es una peregrinación épica que no debe tomarse a la ligera.

Para llegar, me adentro en el paisaje de los Himalayas, a lo largo de una carretera estrecha. El camino serpentea a través de montañas fértiles y valles escarpados que a menudo están bloqueados por deslaves o que son arrasados por los monzones de verano. El recorrido es tan traicionero como espectacular.

Bután

Bután es un reino relativamente joven, lleno de bondad y alegría. Debe su patrimonio cultural al budismo tántrico que triunfó a pesar de la barbarie de los feudos. Esta nación sin litorales, de solo 750 mil habitantes, ha sido cautelosa en su apertura al mundo exterior. Fue hasta 1974 que los extranjeros tuvieron acceso al país.

La frontera norte de Bután está delimitada por montañas tan altas y remotas que, incluso, muchas de ellas se mantienen aún inmaculadas al paso del hombre. Los yaks (primo del búfalo y el bisonte) le hacen frente al aire de montaña y proporcionan ropa y comida a los butaneses. Su leche alta en grasa se utiliza para hacer una mantequilla muy rica, y con el resto del suero se hace chugo (queso). Luego de elaborarlo, se corta en rectángulos, se ata con hilo y se seca al Sol hasta que es tan duro como una roca. Morderlo te rompería los dientes. Para disolverlo tienes que tenerlo en la boca durante una hora o tal vez más.

A solo una hora del aeropuerto de Paro, está Timbú, la ciudad más grande de Bután, que es el hogar de 100 mil personas. Además es la sede del gobierno, la realeza y el comercio. Si tuvieran suficiente terreno plano para construir un aeropuerto aquí, lo harían. Sin embargo, apenas tuvieron espacio para su campo de futbol.

El estadio nacional alberga bodas reales y concursos de tiro con arco. El futbol es popular aquí, pero alcanzar un objetivo a 145 metros de distancia con un arco en mano es el deporte nacional.

Cerca de ahí se encuentra el mercado de agricultores, el cual ofrece productos estacionales, tales como carne de yak y morcilla preparada con sus intestinos. Los sacos de arroz se venden en tonalidades que van desde el marrón hasta el rojo. Hay hongos silvestres y chiles como para llenar un palacio. Una parte del mercado se dedica solo a vender la doma (nuez de betel con limón en polvo). Es la nicotina de los pobres: es muy estimulante, pero adictiva y tóxica. Los lugareños mastican esta mezcla que se vuelve de color rojo sangre y mancha la boca.

La carretera de Timbú nos lleva de una concurrida calle principal a un camino boscoso en pocos minutos. Nos toma una hora llegar a Dochula, el paso de montaña más visitado del país. Desde este lugar, en un día claro, las vistas a los picos de los Himalayas pueden extenderse hasta el borde del Tíbet. Es un hito para quienes se dirigen a las entrañas de Bután. Cuando alguien que les importa emprende un viaje, es común que los butaneses coloquen banderas inscritas con buenos deseos. En mi caso, tengo un guía que es un gigante de espíritu amable. Me siento imperturbable ante cualquier cosa que el camino nos depare.

Nos desviamos por un sendero que conduce al valle fértil de Punakha. Llegamos a una modesta parada de camiones, llamada Lobesa, donde se encuentra un mercado que resulta ser ideal para saborear la cocina local. Venden productos frescos a un lado y comida rápida de Bután al otro.

El chilli chop (chile entero asado y capeado) y los peces de río están siempre disponibles para servirse de inmediato, mientras que preparar momos (dumplings cocidos al vapor) de búfalo toma solo 10 minutos. Una mezcla de carne picada con cebolla, col y cilantro envueltos en masa son la base para un buen momo en Bután, pero lo que lo hace memorable es la salsa de chiles y cebolla que los acompaña. 

A finales del verano los campos de arroz de Punakha están llenos de granos dorados. Los agricultores ganan un poco más de dinero convirtiendo su cosecha en un bocadillo crujiente. El arroz es triturado hasta obtener harina, se mezcla con agua, se aplana y se fríe en aceite de canola hasta formar una especie de galleta rectangular de arroz inflado. Tiene una textura arenosa y se disfruta mejor acompañadas con una cerveza bien fría. La señora que me vendió estos bocadillos de arroz recomienda la cerveza Druk 11,000, cuyo nombre sirve para hacer notar que es mejor que la Hit 10,000, que se importa desde la India.

Bután

Al entrar al valle de Punakha, la estrecha carretera pasa por un modesto pueblo rodeado de plantíos de arroz, donde se aloja el templo Chimi Lhakhang. Fue erigido en un sitio elegido por Drukpa Kunley, un monje del siglo XV conocido como el Loco Divino, quien enseñó que el falo es una fuente de poder. Como resultado, imágenes fálicas adornan todos los hogares y existe un comercio enérgico de penes de madera tallada que es apreciado por los agricultores de arroz.

Colocar un pene de dos metros y medio en la puerta principal es una manera de hacer que una casa se distinga de las demás, pero el efecto se pierde un poco cuando todos los vecinos también lo hacen. Las mujeres butanesas que requieren ayuda divina para temas de fertilidad, buscan a Chimi Lhakhang. A veces requieren múltiples bendiciones antes de poder concebir. Mi guía hace una broma al respecto: “Si quieres estar seguro de que tu esposa quedará embarazada, incluso puedes pasar la noche en el templo. Sin embargo, si quieres estar seguro de que el bebé es tuyo, mejor no lo hagas”.

Punakha Dzong está cerca de Timbú y Paro. Es una de las fortalezas más elegantes del país, la cual se remonta a principios del siglo XVII. Durante esta época existió un breve periodo de unidad bajo el gobierno de Zhabdrung Rinpoche, durante el cual se construyeron varios dzongs y el budismo tántrico fue aceptado. Los dzongs son butaneses y combinan objetivos espirituales y administrativos. Cada región tiene uno y todos son distintos.

Nuestra ruta va subiendo hasta revelar campos de trigo sarraceno y finalmente descendiendo hacia el distrito de Bumthang y a la ciudad de Jakar. Esta región es famosa por el comportamiento salvaje de sus monjes, la intensidad de su whisky y el fervor de sus fiestas en el templo.

La arquitectura cambia al entrar al valle para revelar acabados de estuco de barro que reflejan los cálidos tonos de la tierra. El trigo sarraceno ha sido el ingrediente básico de Bumthang durante siglos. El puta (fideos de trigo) y el khule (panqueques de trigo) son alimentos básicos de la región, así que para conocerlos visitamos una granja que comparte su cocina con los viajeros.

Para hacer los fideos del almuerzo, nuestro anfitrión Sherab Dema y sus dos hijas muelen el trigo a mano y lo amasan con agua y sal. Sherab instala una extrusora de madera, una herramienta que corta la masa en hebras. Los fideos se hierven y luego se sumergen en agua fría.

Bután

Una de las chicas fríe panqueques de trigo y luego prepara una docena de otros platillos, todos condimentados para satisfacer las papilas gustativas de los butaneses. El ema datsi (queso con chile) se sirve tan caliente que podría derretir un poco mi tenedor, pero es una bomba de sabor.

Con una sonrisa irónica, Sherab me cuenta que tenía que comer estos panqueques tres veces al día cuando era niño: “La clave es usar la mayor cantidad de mantequilla de yak posible para suavizar el sabor amargo del trigo. A veces tenemos la suerte de que el trigo esté dulce, y no necesitamos tanta mantequilla”.

Nuestro próximo destino nos lleva de nuevo a Paro. El accidentado camino a lo largo de la carretera es reemplazado por un agradable vuelo de 25 minutos, gracias a una pista de aterrizaje recién reabierta en Bumthang.

 

El vuelo nos regala una vista panorámica del monasterio del Nido de Tigre —conocido como Taktshang— que se enclava en la cima de una montaña. Es un preludio conmovedor ante una de las excursiones más populares pero difíciles de Bután.

Se dice que en el siglo VIII, el famoso Padmasambhava, también llamado Gurú Rinpoche, montó a una tigresa voladora hasta una cueva en lo alto de los afloramientos de granito, antes de pasar más de tres años en meditación en este lugar. El templo del Nido del Tigre fue construido alrededor de ella en el siglo XVII. En el interior, absorbo la dedicación espiritual de los butaneses y dejo que mi espíritu se ponga en sintonía.

Normalmente los visitantes comienzan a llegar a las secciones más altas de este vertiginoso sendero de seis kilómetros alrededor de las 10 de la mañana. Puedes subir en caballo hasta la casa de té que se encuentra a medio camino, pero a partir de ahí tendrás que caminar (a menos que lleves tu propia tigresa voladora).

Esa parece ser una lección general del budismo, y de Bután en particular: los mejores tesoros solo se descubren a través de
las dificultades. Si los caminos aquí fueran más amables, las montañas prístinas y los templos tántricos no ofrecerían tales recompensas. La mayor riqueza de los butaneses es su deseo de conservar los encantos culturales que los hacen únicos.

A medida que me dirijo colina abajo, mis pulmones se llenan otra vez de oxígeno y la gravedad me empuja hacia adelante. Existe un camino sencillo para regresar de las entrañas de Bután, pero no existe un camino fácil hacia la iluminación.

Información de viaje

Timbú es la capital de Bután y el huso horario es GMT + 6. La moneda es el ngultrum (1 MXN = 3.67 BTN).

Cómo llegar

Es necesario llegar a Nueva Delhi o Calcuta, en India, Bangkok o Nepal. A partir de ahí vuela por Royal Bhutan Airlines (drukair.com).

Bután

Recursos

Para entrar a Bután es necesario contratar los servicios de un operador turístico local. Con Experts at Bhutan Scenic Tours (bhutanscenictours.com) puedes hacer el trámite de tu visa y reservar tu alojamiento, comidas y viajes, además de servir como guías turísticos.

El Consejo de Turismo de Bután (turismo.gov.bt) ofrece información útil para ayudarte a planear tu viaje.

Más información

Buttertea at Sunrise de Britta Das ($24 USD, amazon.com) es una serie de memorias sobre las dificultades y la felicidad en una tierra casi desconocida por Occidente.

Dónde comer

Los paquetes de viaje incluyen algunas comidas, las que no cuestan $50 USD.

Chogyal Lhamo Este restaurante familiar sirve fideos caseros en un caldo de verduras con carne picada y hojas de cilantro. Centro de Trongsa

Karma’s Coffee La primera y la mejor cafetería en Bután. Karma aprendió sus habilidades de barista en Australia y también ofrece comidas ligeras y ricos pasteles. Phendey Lam, Timbú.

Restaurante Raven Prueba el curry de pollo, las samosas (empanadas) fritas y el chilli chop (chile capeado). Es fácil de encontrar, ya que está cerca de la parada de taxis del centro de Punakha. Khuruthang, Punakha.

Sherab Dema Farmhouse Este lugar ofrece cenas privadas que incluyen una amplia gama de platillos tradicionales, entre ellos fideos de trigo y los panqueques que son la base de la cocina de Bután. Distrito de Bumthang.

Restaurante Shushila Casi todos los días hay momos rellenos de carne de búfalo picada, cebolla y col, así como de papa con queso. 

TNW Sweets Cruzando la calle del mercado de agricultores de Lobesa, esta pequeña tienda de dulces vende postres indios clásicos. Su especialidad es el ras malai, preparado fresco todos los días. 

Bután

Dónde quedarse

Como Uma Punakha Hotel de lujo con impresionantes vistas a los icónicos plantíos de arroz, con acceso fácil al palacio Punakha Dzong. Habitaciones dobles desde $720 USD. comohotels.com

Hotel Dewachen El mejor hotel del valle de Phobjikha. Espera habitaciones amplias con decoración de estilo butanés. Habitaciones dobles desde $60 USD. dewachenhotel.com

Swiss Guesthouse La familia que dirige el hotel es su principal encanto: son más cálidos que un fuego de leña y ofrecen cenas caseras todas las noches. Habitaciones dobles desde $40 USD. swissguesthouse.bt

Taj Tashi Thimphu Un hotel con una ostentosa arquitectura de fusión en el centro de Timbú. Espera una experiencia de hotel de lujo. Habitaciones dobles desde $600 USD. taj.tajhotels.com

Zhiwa Ling Los interiores están influenciados por el estilo butanés. La comida aquí tiene un ambiente internacional, aunque también hay opciones locales. Habitaciones dobles desde $350 USD. zhiwaling.com

 

Vivir el arte es la mejor definición de la experiencia que ofrece El Ganzo, un concepto fuera de lo ordinario, auténtico y estupendamente original que, más que un hotel, figura como un espacio que celebra la diversidad, la creatividad, la sustentabilidad y la expresión más humana de la visión del mundo: el arte, en todas sus formas y en el rincón menos esperado.

En medio del ecosistema marítimo y desértico de San José del Cabo, El Ganzo es un oasis para los huéspedes de espíritu creativo.

Dinámica con artistas

 Invita y acoge a músicos, diseñadores, y artistas plásticos y visuales de todo el mundo para, al experimentar su estancia, se inspiren con el lugar, el paisaje y el entorno, y dejen una impresión duradera en los clientes. Es decir, una obra de arte que alimente la decoración y añada a la identidad del hotel.

El Ganzo

Como un lienzo en blanco, el espacio abre sus puertas para crear una colección de arte divertida y evolutiva.

Con murales de algunos de los mejores artistas contemporáneos y de la calle, y grabaciones de grandes músicos como Natalia Lafourcade, Brett Dennen, Allen Stone y Magic Giant. Ahora la comida, como ese arte efímero pero aún así cautivador y fascinante, coincide con las innovaciones que pretende ofrecer El Ganzo.

#ChefIntervention

El reciente proyecto de #ChefIntervention consiste en invitar a distintos chefs, para ofrecer a los vecinos y huéspedes una experiencia única.

Siguiendo con el programa de residencias gastronómicas que inició el año pasado con los chefs Federico Sali e Iván Icra, del restaurante Lardo, este año El Ganzo le dio la bienvenida a un dúo genéticamente especial, Celia Florián y Alam Méndez.

Madre e hijo, expertos en los sabores de Oaxaca, tierra que alberga una de las gastronomías mexicanas más ricas y ancestrales.

El Ganzo

El menú

Se creó para esta cena cada uno de sus siete platillos, la conjugación de una cocina tradicional y de una cocina que, sin perder su esencia, acierta con una visión vanguardista. Celia y Alam son el claro caso de éxito de la cocina hereditaria.

Del poder influyente que puede tener la buena mesa, acompañada de historias, de leyendas y tradiciones, sobre un niño pequeño que aprende el vocabulario culinario como un lenguaje más, desde el hogar.

Alam > Celia

Empezamos con la Tostada de almeja reina de Alam para seguir con las Garnachas Istmeñas de Celia y su Sopa de la Milpa.

Uno de los mejores momentos fue el de la Lisa ahumada con cegueza negra de Alam, para continuar con un exquisito Pulpo a la parrilla de Celia.

Limpiamos el paladar con una Granita de poleo y mezcal de Celia y finalizamos con un postre inolvidable, Xoconostle calcificado de Alam, un bizcocho de chocolate oaxaqueño con quesillo ahumado y helado de piloncillo.

El Ganzo

Así sabe la cocina que se hereda, la que se conserva y se transmite de generación en generación; aquella que al final, deja un legado, un acervo inagotable de conocimientos.

Quince Letras

Mientras Celia, al frente de los fogones de su restaurante Las Quince Letras en la capital oaxaqueña, habla de las hierbas, de sus usos, del tatemado, del aprovechamiento de los productos locales y de su búsqueda por recuperar la sustentabilidad del campo.

Alam habla de su experiencia en diferentes cocinas extranjeras y transforma su herencia cultural en elaboraciones que, al evolucionar dignifican su origen.

En Pasillo de Humo

El joven restaurante de la Ciudad de México, Alam comparte el sabor de su estado en cada plato; de las tlayudas y quesadillas, pasando por las ocho variedades de mole, hasta el tamal de chocolate de metate.

El Ganzo Centro Comunitario

Esta cena, celebrada el sábado 16 de septiembre, se realizó en beneficio de El Ganzo Centro Comunitario, un espacio dedicado a los niños de la comunidad, donde desarrollan su creatividad, junto a los artistas que visitan el hotel. Y no podría haber sido más atinada la fecha para festejar la patria mexicana con un homenaje a los sabores oaxaqueños.

El Ganzo

El diseño de las 70 habitaciones, el spa y la playita privada, el sushibar en la azotea y las piscinas con vistas al Mar de Cortés, y el ambiente musical y artístico que rodea, hacen de este lugar uno que invita a vivir y disfrutar Los Cabos como nunca antes. Visita elganzo.com y conoce sobre los próximos eventos.

Clemoles, moles, manchamanteles y pipianes; todos son definidos culinariamente como salsas hechas con diversos chiles, pero en realidad no son lo mismo. Existen gran diversidad de clases de cada uno de ellos, sin embargo en esta ocasión hablaremos sobre los pipianes, que también son parte de la nobleza de la gastronomía mexicana.

De origen prehispánico

La principal característica del pipián o pepián es el uso de semillas de calabaza para espesar su consistencia. Su color y preparación cambia dependiendo del estado de la República Mexicana en la que se prepare, y puede variar entre blanco, verde y rojo.

Por ejemplo, en Chihuahua se hace rojo, con chile colorado, pepitas de calabaza, ajo y comino. Mientras que en el Estado de México es verde y suele contener tomates, pepitas de calabaza, chile poblano, perejil. También cilantro, epazote, ajo, clavo, pimienta, lechuga y chiles verdes.

pipián

Moctezuma disfrutaba el pipián

Fray Bernardino de Sahagún en el libro de la Historia General de las Cosas de la Nueva España, describió al pipián como un platillo que Moctezuma disfrutaba, “cazuela de gallina hecha con chile rojo, tomates y pepitas de calabaza molidas”. Solamente que el nombre era ligeramente diferente: totolin patzcalmollo. De acuerdo con el chef Ricardo Muñoz Zurita, el pipián blanco es originario de la Ciudad de México, sin embargo aún no se tiene mucha documentación sobre su paso y evolución a través del tiempo. Éste lleva ajonjolí, almendras y chile güero.

Aunque la semilla de calabaza es el ingrediente primordial del pipián, las recetas que se siguen en cada estado varían en función de los ingredientes que son tradicionales en cada región del país. Otra forma de prepararlo se da en Yucatán, donde a las pepitas de calabaza molidas les añaden achiote, chile seco, orégano, ajo, jitomate, epazote y masa de maíz. Por su parte, en Guanajuato, se utiliza el xoconostle, el chile guajillo, cebolla, ajo, cebolla cambray, hojas de rábano y la lechuga. Si visitas la región de los Valles Centrales en Oaxaca te encontrarás con una preparación de chile ancho, ajo, cebolla, jitomate, comino, ajonjolí y canela.

pipián

 

No importa la proteína con que te lo sirvan: pollo, pescado, venado, cerdo; para corroborar que efectivamente se trata de pipián solamente necesitas confiar en tu paladar y recordar el sabor de las pepitas de calabaza. Estarás disfrutando de un platillo que ha sobrevivido al paso de los siglos.