Carta Editorial marzo 2020 > Food and Travel México

 

Carta Editorial Marzo 2020

 

Un viaje es diferente a un paseo. En un paseo, todo se trata de distraerse, de ir a cualquier parte, de renunciar a la transformación interna que sugiere una andanza. En un viaje, hay que saber a dónde vamos, y al mismo tiempo, estar dispuestos a perdernos, a dejarnos atravesar por el destino.

¿Qué tienen los viajes que producen tanta alegría? Aún el más breve sugiere algo a modo de renovación, a anhelo de espacios abiertos y vida”, escribió a finales de los años sesentas una de mis escritoras favoritas de la adolescencia: la argentina Alejandra Pizarnik.  Y fue justo así, a través de las letras de mujeres y hombres curiosos que comencé a reconocerme viajera, a perderme por el mundo con la única finalidad de encontrarme a mí misma. En una carta que le mandó Pizarnik a su psicoanalista, León Ostrov, escribió: “En verdad muchas cosas dejaron de importarme. Y me alegro. Que me roben las maletas y yo pueda viajar con las manos libres”.

He tenido y tengo un maestro en cada camino que elijo. Y ellos me enseñan a diario que hay cosas que nadie puede hacer por mí: enamorarme, saborear un platillo, conmoverme con un paisaje, sanar mis heridas y, sobre todo, hacer mi propio viaje.

Y esa es justamente la invitación que les hacemos desde las páginas de Food and Travel.  Los inspiramos a devorarse el mundo, sabiendo que la travesía es solo suya, y ya nos lo da todo: la pregunta y la respuesta, el problema y la solución, la ignorancia y el conocimiento. Solo tenemos que caminar hacia adentro al mismo tiempo que paseamos, que andamos hacia afuera.

 

Cecilia Núñez  > Directora Editorial

@cecinunez

 

También lee Carta Editorial febrero 2020. 

Carta Editorial febrero 2020 > Food and Travel

 

Carta editorial febrero 2020

 

Iniciamos el  2020 con la misma sensación con la que hacemos un viaje a un destino desconocido: entusiasmados, esperanzados, llenos de dudas y a veces con miedo. “No le llames incertidumbre, llámalo prodigio”, dice Osho al referirse a la gran aventura que supone la vida. 

Prodigio entendido como un suceso maravilloso, como la oportunidad de estar abiertos a todas las posibilidades. “No lo llames inseguridad, llámalo libertad”. Aprovechemos el viaje iniciático que se nos presenta con cada nuevo comienzo para estar despiertos y conscientes, para estar aquí y ahora con toda la inseguridad que tiene la vida, el viaje que estamos emprendiendo.

En Food and Travel México empezamos otro año defendiendo y creyendo en nuestro derecho a descubrir las facetas más conmovedoras del planeta, los sabores que nos hacen guardar silencio y explorar nuevas emociones, agradeciendo cada conversación con aquellos que en el mundo de los viajes y la gastronomía están realizando proyectos transformadores, emocionantes, inspiradores.

Arrancamos con nuevas crónicas, con una lista de destinos a descubrir, recetas para cocinar, encuentros para atesorar, y entregados al privilegio de poder contarlo en nuestros canales impresos y digitales.

Iniciamos también despidiendo a Juan Pablo Montes, reportero de la revista, quien después de siete años de letras, degustaciones y travesías se despide para escribir un nuevo guión. Celebremos pues que no hay nada seguro en el viaje que es la vida. Está lleno de incertidumbres, de sorpresas,  ¡y esa es su belleza!

 

Cecilia Núñez > Directora Editorial

@cecinunez

Carta Editorial diciembre 2019- enero 2020 > Food and Travel

 

 

 

En Food and Travel, despedimos al 2019 entendiendo que cada paso en el camino es más o igual de importante que llegar al destino deseado. El viaje en sí mismo nos ha revelado que la jornada es la meta y que el peregrinaje ya es, desde el primer kilómetro, un lugar sagrado.

Nos entregamos a la travesía, a los sabores que el mundo nos ofrece y a nuestras hojas de ruta aceptando que estamos en constante búsqueda y en continuo cambio.

Dicen los que saben que desde el momento de nuestra concepción inicia la andanza hacia el encuentro con nosotros mismos. Vamos descubriendo durante el recorrido algunas respuestas a la lista interminable de preguntas, personas que nos enseñan y nos inspiran, emociones que nos transforman, paisajes que nos conmueven y que nos hacen entender que la vida tiene un sentido de aventura y crecimiento cuando la experimentamos como lo hacemos al viajar.

Solo aceptando y abrazando lo que vamos viviendo de la misma forma en la que nos aventuramos a otro país, con una cultura y un ambiente diferente al que estamos acostumbrados, atraeremos experiencias que nos transforman.

Esperamos que este año que termina haya traído, en medio de todo el movimiento, de los cambios de planes, de los sabores memorables y los desazones, momentos llenos de felicidad, y que este 2020 nos regale todos los pretextos para brindar, celebrar la vida y  disfrutar de cada instante de este viaje al centro de nosotros mismos.

 

Cecilia Núñez  > Directora Editorial

Carta Editorial noviembre 2019 > Food and Travel

 

Carta Editorial Noviembre 2019

 

Nuestra lista de viajes puede ser extensa o reducida, pero todos tenemos entre los recuerdos aquellos que nos cambiaron, que ampliaron nuestra perspectiva de la vida.

Nosotros, en Food and Travel, viajamos para contarlo y para decirle al mundo que hemos encontrado el impacto transformador de una travesía. Los llamados viajes iniciáticos son de los que volvemos mirando con otros ojos. Son los que nos hacen guardar silencio para escuchar lo que el otro tiene qué decir, son los que nos hacen empáticos y nos hacen reconocer que ni somos tan distintos ni pensamos tan diferente a otras culturas.

Moviéndome de un lugar a otro con la consciencia despierta es como he descubierto que casi todos compartimos los mismos miedos, los mismos placeres, y que nos conmueven las mismas cosas. Fue en uno de los primeros recorridos que realicé en el que concluí que con los ojos de la consciencia vemos con mucha más claridad que con los ojos del miedo.

¿Cuál ha sido tu viaje iniciático? No importa si salió como esperábamos o no. No importa cuántos kilómetros recorrimos, ni lo que comimos, ni las muchas fotos que sacamos. Incluso el náufrago aprende que lo único importante es que se salvó y no lo que perdió en el camino. Como viajeros, nuestro cometido es salir en busca de experiencias que amplíen nuestro conocimiento para finalmente regresar a nosotros mismos. Es en ese momento, cuando nos daremos cuenta de que el viaje nos ha transformado o no lo ha hecho en absoluto.

 

Cecilia Núñez > Directora Editorial

@cecinunez

 

También checa la Carta Editorial de octubre 2019. 

Carta editorial octubre 2019 > Food and Travel

 

 

Carta Editorial Octubre 2019

 

Todos llevamos dentro nuestras ciudades inmortales. No importa si fuimos allá una sola vez, si es un destino recurrente o nuestro lugar feliz, hay sitios a los que volvemos todo el tiempo, con nuestros recuerdos o con nuestros pasos.

Las ciudades, como los sueños, son un conjunto de todo: memorias, deseos, miedos, signos de un lenguaje, laberintos de callejones que nos aproximan al centro de nosotros mismos.

Las urbes son siempre lugares de trueque, sí de mercancías, pero también de palabras, emociones, deseos, recuerdos… Un maestro me dijo que cada vez que pisara una nueva ciudad, centrara mi intención en captar su aire. Entendí que viajar, además de ampliar la visión, es también un ejercicio de autobservación. Los estímulos externos nos muestran, con la misma contundencia, lo que bulle en nuestro interior, buscando expresarse.

Este mes, en Food and Travel, recorrimos las denominadas ciudades del futuro, esas ciudades soñadas que escapan a veces del imaginario colectivo, con amplios espacios verdes, edificios más altos, vías para bicicletas y autos, respeto al peatón, inclusión y oportunidades sociales para todos.

Y así, indagamos sobre nuestra ciudad utópica, esa que, aunque nunca la encontremos, no podemos dejar de buscar. Reconocimos en nuestro recorrido las palabras de Italo Calvino, en su libro Ciudades Invisibles:Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenía: la extrañeza de lo que no eres o no posees más, te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos”.

 

Cecilia Núñez > Directora Editorial

Carta Editorial Food and Travel > Septiembre 2019

 

Portada septiembre 2019

 

Lo que más me gusta del viaje, a cualquier parte, a todas partes, es su gran capacidad de cuestionarme, de dejarme absorta, sin palabras, casi extraviada por momentos, para luego regalarme un nuevo encuentro conmigo misma. Lo que más me gusta del viaje es la probabilidad de rebasar, por un rato, lo que me ha sido impuesto: una nacionalidad, un gusto determinado, una condición, un destino, un idioma, una definición de mí misma que solo me limita ante todas las posibilidades del Ser.

El viaje es cambio, nunca reafirmación sin matices.  En Food and Travel nos resuenan esas palabras que alguna vez dijo el más grande viajero de la Edad Media, Ibn Battuta:Viajar primero te deja sin palabras, y luego te convierte en un contador de historias”.

Si hubiera que elegir un rasgo en común entre los viajeros de todas las épocas, la respuesta es la búsqueda. ¿Pero la búsqueda de qué? Todo viaje inicia con una pregunta, esa utopía que le dice al viajero que en algún lugar existe una respuesta. La realidad es que casi nunca la pregunta es tan clara, y ahí es exactamente donde el viaje toma su pretexto para nacer: en la incertidumbre.

Esa inquietud es la que define a los grandes exploradores, y es la misma que llevó a Battuta más lejos de lo pensado. Al final recorrió tres veces más distancia que Marco Polo, el veneciano que viajó por el Imperio mongol a finales del siglo XIII.

La búsqueda, la curiosidad y la exploración es inherente al ser humano y,  por lo tanto, al viaje. Nosotros viajamos para encontrar lo que estábamos buscando, contárselos, y luego, con suerte, inspirarlos a invertir en experiencias que los transformen.

 

Cecilia Núñez > Directora Editorial

 

También checa la Carta Editorial julio-agosto 2019. 

 

 

 

Carta editorial Food and Travel > junio 2019

 

El día en que me enteré de que cada uno de nosotros está en la Tierra para descubrir su propio camino, y que jamás seremos felices si seguimos el de otro, comencé a andar. Recorrí todos los lugares posibles, viajé por trabajo, por placer, por adicción… Pero hace unos meses la vida me llevó al otro viaje, uno en el que no se necesitan maletas ni aviones ni mapas. Un día, todos tomamos conciencia de que no sabemos casi nada sobre nosotros mismos, aunque pensemos que lo sabemos todo.

Ese día iniciamos el viaje más útil que como exploradores podemos hacer. A una montaña subimos por un sendero u otro, los caminos de acceso pueden ser infinitos, pero, ¿por dónde andar el camino hacia el interior?

El budismo tibetano enseña una metáfora para explicar el destino. Afirma que la vida es como un tren que viaja por unas vías con una estación de salida —el nacimiento— y otra de llegada —la muerte—. Ambas son inevitables. Lo cierto es que nos vemos inmersos en una senda que seguimos sin tener idea de lo que nos depara la próxima curva. Sin duda, todas las vías están conectadas, creando un camino en el que “todo está en todo y todo está relacionado con todo”.

Explorar nuestro interior es lo más parecido que hay a explorar el universo. A decir de los sufís, lo único de lo que podemos arrepentirnos es de perder el tiempo. Para los
que hacemos Food and Travel, es un privilegio mostrarles los distintos caminos que representan la belleza del mundo, para que hagamos valer nuestro derecho a disfrutar de la vida.

 

Cecilia Núñez > Directoria Editorial

 

 

También checa la carta editorial de mayo 2019. 

 

Carta Editorial febrero 2019

 

 

Carta Editorial Food and Travel > Febrero 2019

 

Conocerse a uno mismo supone hacer una pausa y mirarse desde todos los ángulos posibles. Para entendernos habrá que escuchar nuestras necesidades más genuinas, no las impuestas por los demás. Mi maestra de meditación dice que nacemos dos veces; la primera cuando nos gestan nuestros padres, la segunda, cuando nos gestamos a nosotros mismos y nos permitimos llegar a ser eso que realmente somos.

Para realizar un viaje hacia adentro, hacia el fondo del laberinto espiritual es imprescindible viajar ligero, despojarnos del peso que no nos corresponde. Solo renunciando a lo que ya no forma parte de nosotros podemos seguir avanzando.

Hace unos años, hice un viaje que consistía en caminar 35 kilómetros al día. Me acompañaba una maleta roja con estrictos 11 kilogramos. La primera jornada caminando fue suficiente para entender la cantidad de peso inútil que cargué a mis espaldas durante horas.

Hice el ejercicio de tirar todo lo que no necesitaba, y durante los 40 días posteriores de la caminata también me fui deshaciendo de todo lo que me pesaba a nivel espiritual. Solo despidiéndome de lo que ya no quería cargar fue que hice lugar para las nuevas vivencias.

Para nosotros, en Food and Travel, cada viaje es una invitación a despojarnos de lo que creemos que sabemos, para dejarnos sorprender con nuevos sabores, para ampliar nuestra mirada.

Les deseamos que este 2019 esté lleno de pretextos para abrazar la transformación y los caminos inexplorados de esta aventura luminosa que va desde el yo hacia el nosotros.

 

Cecilia Núñez  > Directora Editorial