Zanahorias y chirivías asadas con granada y glaseado de naranja

 

Aprende a preparar estas deliciosas zanahorias y chirivías asadas con granada y glaseado de naranja.

 

Porciones: 8 porciones

Ingredientes:

  • 1 granada grande, solo los granos
  • 1 cda. de miel
  • La ralladura y el jugo de una naranja
  • 2 cdtas. de melaza de granada
  • 750 g de zanahorias mixtas tiernas, tipo heirloom o arcoíris (también puedes utilizar zanahorias regulares)
  • 750 g de chirivías tiernas, del mismo tamaño que las zanahorias
  • 4 cdas. aceite de oliva virgen extra
  • 4 ramitas de tomillo
  • 25 g de semillas de calabaza tostadas
  • 2 cdas. de perejil fresco picado
  • Sal y pimienta, al gusto

 

Procedimiento:

  1. Precalentar el horno a 200°C. Exprimir el jugo de una mitad de los granos de granada y reservar (desechar las semillas). Reservar la otra mitad de los granos.
  2. Mezclar el jugo de granada, la miel, la ralladura y el jugo de naranja, la melaza de granada, sal y pimienta; reservar.
  3. Cortar las zanahorias y las chirivías a la mitad a lo largo; colocar en una charola grande para hornear. Sazonar con sal y pimienta, agregar el aceite, el tomillo y cuatro cucharadas de agua.
  4. Colocar la charola en el horno y cocinar por 45 minutos o hasta que los vegetales estén casi tiernos. Verter el aderezo de granada, revolver bien y hornear por 15 minutos más o hasta que los vegetales estén caramelizados de manera uniforme.
  5. Retirar los vegetales del horno. Esparcir los granos de granada, las semillas de calabaza tostadas y el perejil antes de servir.

Papas asadas con ajo y hierbas

 

Aprende a preparar estas deliciosas papas asadas con ajo y hierbas.

 

Porciones: 8 porciones

Ingredientes:

  • 300 ml de aceite de oliva
  • 1 cabeza de ajo
  • 8 hojas de laurel
  • 1.5 kg de papas
  • 1 puñado de hierbas frescas mixtas (por ej: romero, salvia y tomillo)
  • Sal y pimienta, al gusto

 

Procedimiento:

  1. Precalentar el horno a 200°C. Colocar el aceite, los dientes de ajo, las hojas de laurel y un poco de sal y pimienta en una cacerola, y calentar a fuego bajo hasta que empiece a burbujear ligermente (no dejar que hierva). Continuar cocinando a fuego bajo por 15 minutos, hasta que el ajo esté suave pero no dorado. Retirar del fuego y dejar enfriar.
  2. Colocar las papas en una cacerola con agua fría, añadir un poco de sal y llevar a ebullición. Hervir durante 6 o 7 minutos, hasta que las papas comiencen a ablandarse. Colar y ponerlas de nuevo en la cacerola. Agitar la cacerola para que las papas se esponjen.
  3. Colocar el aceite en una bandeja grande
  4. y poner en el horno durante 10 minutos hasta que comience a ahumar. Añadir con cuidado las papas, el ajo y las hojas de laurel, revolver y asar por 55 minutos, dando vuelta cada 15 minutos, hasta que las papas estén crujientes por fuera y suaves y esponjosas por dentro.
  5. Añadir las hierbas frescas y asar por 10 minutos más. Sazonar con sal y pimienta antes de servir.

Coles de Bruselas braseadas con chorizo y pangrattato de almendras

 

Aprende a preparar estas deliciosas coles de Bruselas braseadas con chorizo y pangrattato de almendras.

 

Porciones: 8 porciones

Ingredientes:

  • 50 g de pan molido
  • 50 g de almendras, tostadas y picadas
  • 3 cdas. de aceite de oliva
  • 150 g de chorizo español, cortado en cubitos
  • 2 dientes de ajo, rebanado finamente
  • 1 pizca de hojuelas de chile seco
  • La ralladura de un limón
  • 750 g de coles de Bruselas, partidas a la mitad
  • 2 cdas. de vinagre de jerez
  • 50 g de arándanos deshidratados

 

Procedimiento:

  1. Para el pangrattato, desmoronar el pan hasta obtener migajas finas. Calentar dos cucharadas de aceite en una sartén y añadir el pan molido; revolver a fuego medio hasta que el pan esté tostado de manera uniforme. Añadir las almendras al pan y reservar.
  2. Limpiar la sartén. Calentar el resto del aceite en ella y freír el chorizo por 5 minutos o hasta que esté ligeramente dorado y haya soltado sus jugos. Añadir el ajo, el chile y la ralladura de limón; freír por 3 minutos, hasta que el ajo se suavice. Retirar del fuego, filtrar y reservar.
  3. Añadir las coles de Bruselas a la sartén, sazonar y saltear por 5 minutos hasta dorar. Añadir el vinagre, cuatro cucharadas de agua fría y tapar la sartén. Cocinar por 10 minutos, retirar la tapa, añadir la mezcla de chorizo, los arándanos y cocinar por 1 minuto más.
  4. Transferir las coles a un plato y servir con un poco de pangrattato encima.

Castañas glaseadas con miel de maple y tocino

 

Aprende a preparar estas deliciosas castañas glaseadas con miel de maple y tocino.

 

Porciones: 5 porciones

Ingredientes:

  • 50 g de tocino ahumado, cortado en cubitos
  • 25 g de mantequilla
  • 2 dientes de ajo grandes, rebanados
  • 1 ramita de canela
  • 1 cda. de salvia fresca, picada
  • La ralladura de un limón
  • 375 g de castañas en agua
  • 100 ml de caldo de pollo
  • 1 cda. de miel de maple
  • Sal y pimienta, al gusto
  • Hojas de salvia fresca, para decorar

 

Procedimiento:

  1. Calentar una sartén a fuego medio; añadir el tocino y cocinar hasta que esté dorado y comience a soltar su grasa. Retirar el tocino de la sartén y reservar.
  2. Añadir la mantequilla a la sartén y freír a fuego bajo el ajo, la canela, la salvia y la ralladura de limón durante 5 minutos. Colar las castañas y agregarlas a la sartén, junto con el tocino, el caldo de pollo, la miel de maple, sal y pimienta. Llevar a ebullición y cocinar a fuego bajo por 10 minutos.
  3. Retirar del fuego. Esparcir algunas hojas de salvia fresca encima y servir.

Pavo rostizado con relleno de manzanas y chabacanos

 

En esta Navidad te encantará aprender a preparar este delicioso Pavo rostizado con relleno de manzanas y chabacanos, una forma diferente de cenar.

 

Porciones: 8-10 porciones

Ingredientes:

  • 1 pavo (4 kg aprox.)
  • 250 g de mantequilla
  • 1 l de caldo de pollo
  • 15 rebanadas de tocino

 

Para el relleno

  • 500 g de salchichas de cerdo
  • 150 g de manzanas, peladas y
  • cortadas en cubitos
  • 100 g de chabacanos deshidratados, remojados en agua tibia y cortados en cubitos
  • 100 g de pan molido
  • 1 cebolla grande, picada finamente
  • 1 cda. de hojas de perejil, picadas finamente
  • 2 hojas de salvia, picadas
  • Sal y pimienta, recién molida

 

Para la cavidad

  • 1 limón cortado en cuartos
  • 1 cebolla cortada en cuartos
  • 1 puñado de tomillo fresco
  • 1 puñado de romero

 

Procedimiento:

  1. Para el pavo, sacarlo del refrigerador al menos dos horas antes de comenzar a prepararlo. Asegurarse de que esté limpio y seco.
  2. Precalentar el horno a 200°C y calcular el tiempo de cocción de acuerdo con el peso del ave (aproximadamente 20 minutos por cada 500 g, y añadir 20 minutos extra).
  3. Para el relleno, mezclar todos los ingredientes. Forrar una bandeja para hornear grande con papel aluminio; éste debe sobresalir lo suficiente, de tal forma que pueda cubrir todo el pavo cuando el ave se coloque dentro de la bandeja.
  4. Rellenar el cuello del pavo con la mezcla de chabacanos y manzanas; asegurar firmemente con una aguja de metal (la consigues en tiendas especializadas de cocina). Si sobra relleno, asarlo por separado durante los últimos 30 minutos de cocción.
  5. Colocar el limón, la cebolla y las hierbas en la cavidad del pavo y atar las piernas. Sazonar el ave con sal y pimienta recién molida. Cubrir generosamente con mantequilla y colocar encima las rebanadas de tocino.
  6. Colocar el pavo en la bandeja para hornear y verter el caldo de pollo alrededor, antes de cubrir el pavo con el papel aluminio; esto permitirá que el pavo se cueza al vapor y permanezca húmedo.
  7. Bañar el pavo con el caldo de vez en cuando durante la cocción. Si parece dorarse más en un lado, girar la charola para que se cocine de manera uniforme. Casi al final de la cocción, abrir el papel aluminio de la parte superior y permitir que la piel se dore. Cuando el pavo esté completamente cocido, retirar del horno. Dejarlo reposar por al menos 30 minutos antes de cortarlo.
  8. Servir con papas asadas y un poco de relleno.

Punto Mx es el único restaurante mexicano con una estrella Michelin. Hasta Madrid viajó Ruth Martín para conocer cuál es el secreto del éxito de este chef que ha echado raíces en la capital española.

 

Para ti, ¿qué significa recibir este reconocimiento?

Para la cocina mexicana es un orgullo, y para mí, como mexicano fuera de mi país, mucho más, pues le da un valor más especial. Recibir una estrella es increíble, genera mucha felicidad e impulsa al trabajo que se está haciendo.

Aunque no trabajas solo con ese objetivo, este galardón sienta muchas bases y te da gran seguridad en tu labor. Y más, con tan poco tiempo, pues apenas llevamos tres años abiertos.

 

Aguachile rojo de lenguado

 

Aunque va más allá del restaurante…

Por supuesto, no negaré que es importantísimo no solo para mí como chef, o para Punto Mx; también es un reconocimiento para la cocina mexicana que hoy vive un momento espléndido en el mundo.

Siempre he creído que México es la gran cocina de Latinoamérica, y como mexicano te das cuenta de que hace 10 años jamás pensamos que los ojos del mundo nos miraran como ocurre hoy, y eso es maravilloso.

 

¿Cómo se consigue hacerlo tan bien lejos de México?

Es bastante complicado por cómo se ha malentendido la cocina mexicana en otros lugares; pero creo que el secreto del éxito, al menos el nuestro con Punto Mx, es la constancia.

Y también respetar valores fundamentales de la cocina de la que provengo. Por ejemplo, somos los únicos en Europa que hacemos las tortillas a mano —500 al día— y seguimos el proceso de nixtamalización. Esto nos da un nivel que está a la altura de cualquier cocina, pero nos ha tocado construir casi desde cero el contexto para mostrar de verdad cómo son los sabores de México.

 

Café de olla

 

¿Cuál es el concepto Punto Mx?

Aquí no damos lecciones de cocina; ofrecemos autenticidad, a pesar de que a 12 mil kilómetros no es nada fácil conseguir ciertos ingredientes.

Tenemos un pequeño huerto en el que plantamos chiles, hoja santa, huauzontle, y cada año tratamos de traer dos semillas nuevas.

Hemos ido entendiendo poco a poco cómo es la tierra, aprendiendo cuáles son las mejores épocas para sembrar. Eso nos ha permitido conseguir platillos auténticos: las salsas se hacen en molcajete, el guacamole se termina al gusto del cliente, tenemos un glosario en cada mesa para que el comensal entienda, y tratamos de guiar a los amateur para que encuentren el punto perfecto en la boca.

 

Aunque Punto Mx no se parece nada a México

Quien entra aquí descubre un espacio blanco que no tiene nada que ver con lo que espera, y se deja llevar; porque como siempre digo, el folclor, el sabor y el color está en el plato.

Nuestras propuestas se personalizan, y eso también es México: la comida de la calle se hace al momento, un taco nunca va a saber igual, ya que depende de la cantidad de salsa o limón, y eso quisimos trasladarlo a nuestras mesas. Aquí se viene a pasarlo bien, a comer con las manos, a descubrir el mezcal y a no saber qué puede ocurrir, y eso, también es México.

 

Tuétano a la brasa

Cheesecake de castañas con base de galleta de chocolate

 

Te encantará este exquisito postre de Cheesecake de castañas con base de galleta de chocolate, ideal para celebrar estas fiestas en familia.

 

Porciones: 8 porciones

Ingredientes:

  • 150 g de galletas de chocolate, molidas finamente
  • 50 g de mantequilla con sal, derretida y un poco fría
  • 350 g de queso mascarpone
  • 250 g de queso ricotta
  • 150 g de azúcar morena, y un poco más para espolvorear
  • 1 huevo
  • 1 yema de huevo
  • 1 clara de huevo
  • 2 cdas. de licor de castañas (puedes sustituir con licor de avellanas o de almendras)
  • 2 cdas. de harina de maíz
  • 200 g de castañas enteras, cocidas y peladas
  • Crema batida para servir (opcional)
  • 1 molde para pastel de 20 centímetros de diámetro

 

Procedimiento:

  1. Precalentar el horno a 190°C. Engrasar con mantequilla el molde y forrar después con papel encerado.
  2. Combinar las galletas molidas con la mantequilla derretida; una vez que esté todo mezclado, formar una capa uniforme en la base y las paredes del molde. Hornear durante 7 minutos y dejar enfriar.
  3. En un procesador de alimentos, mezclar de manera uniforme el mascarpone, el ricotta, 100 gramos de azúcar, el huevo y la yema. En un tazón mezclar el licor con la harina de maíz; verter en el procesador y mezclar bien.
  4. Picar toscamente las castañas (reservar una entera para servir) y añadir a la mezcla. Mezclar hasta que las castañas se incorporen de manera perfecta.
  5. En un recipiente aparte, batir la clara de huevo a punto de nieve y poco a poco añadir los 50 g de azúcar restantes. Incorporar gradualmente la mezcla del procesador a la mezcla de clara de huevo hasta obtener una mezcla homogénea. Verter sobre el molde
  6. con la base de galleta.
  7. Hornear durante una hora aproximadamente o hasta que la mezcla se dore ligeramente (es normal que se formen algunas grietas). Cubrir con papel aluminio si se está dorando demasiado y hornear un poco más. Puede que el centro aún esté blando, pero se hará consistente a medida que se enfríe.
  8. Apagar el horno y dejar la puerta entreabierta durante 30 minutos. Retirar el pastel del horno y dejar enfriar por completo. Desmoldarlo y colocarlo en un plato; refrigerar durante una noche.
  9. Para servir, rallar finamente la castaña reservada en la parte superior del pastel, y espolvorear con un poco de azúcar.

Maridaje Food and Travel:

Vino tinto dulce italiano, fresco, aromas de fruta compotada como higo, zarzamora, ciruela negra, notas especiadas y de frutos secos.

Sugerencia: Clematis Passito Rosso Collines Pescaresi IGT, Zaccagnini

Estas joyas color caoba saben a Navidad europea. Aprovecha su dulzura para brindarle un toque delicioso a asados y postres, dicen Clarissa Hyman y Juan Pablo Montes.

Recetas y estilismo: Linda Tubby/ Fotos y producción: Angela Dukes/ Maridaje: Miguel Ángel Cooley.

“En las largas noches, desde que las hojas de los castaños se han teñido de amarillo y el frío hace su aparición, se espera el momento de asar castañas. Toda la familia se reúne en torno al fuego, mientras se oye en la lejanía el estremecedor aullido de los lobos hambrientos que bajan hacia el valle. Al calor de las llamas, las castañas poco a poco se van tostando”… Esta imagen, que describe con minucioso detalle el naturalista y escritor español Miguel Herrero Uceda, es lejana, pues dichos árboles casi no los encuentras en México, luego de que el norte del país sufriera la plaga del castaño.

Es muy probable, como la descripción permite notar, que debido al amor de los españoles por estos árboles, los hayan traído a América y simplemente no se dieran como se esperaba… un poco como les pasó al llevarse chiles a Europa. Eso para nada significa que no puedas conseguir castañas en México, pues lugares como La Europea las traen, durante la época decembrina, enteras en agua o en puré.

Sin embargo, el origen de estos árboles y su fruto resulta confuso debido a las diferentes referencias escritas que han llegado hasta la actualidad. La primera de ellas —al menos de las que pudimos encontrar— es la del historiador griego Jenofonte. En su obra Anábasis, también conocida como Expedición de los diez mil, habla de los mosinecos, habitantes de la zona montañosa del norte de Anatolia, lo que es actualmente la parte asiática del territorio turco, al norte del Mar Negro. La gente de este pueblo, según Jenofonte, tenía costumbres extrañas: hablaba, reía y bailaba a solas y, sin embargo, tenía relaciones sexuales a la vista de todos. El historiador griego se lo adjudicaba al poder energético que les daba unas “nueces lisas sin ninguna hendidura” que eran su alimento principal, las cuales hervían y cocían como pan.

Al parecer los griegos las llevaron consigo desde ahí hasta la ciudad de Kastania, lo que explicaría el nombre que hoy reciben dichos árboles. Los romanos los plantaron por todas partes, incluida la península Ibérica. Aunque estudios botánicos de polen indican que en este territorio ya existían los castaños, lo cual causa confusión y da a notar que realmente nada se sabe de su origen.

Las castañas fueron, alguna vez, un elemento básico del invierno en muchas regiones pobres del Mediterráneo: se comían hervidas, tostadas o en forma de harina para hacer pan, pasteles y galletas. La polenta fue hecha con harina de castañas antes de la introducción del maíz del Nuevo Mundo.

Pueden pasar muchos años antes de que el castaño alcance su tamaño ideal y dé frutos; además, es famoso por su longevidad. El récord lo tiene un árbol siciliano llamado Castagno dei Cento Cavalli (Castaño de los cien caballos): se dice que fue plantado por los romanos hace 4 mil años y que en 1780, la última vez que fue medido, contaba con un diámetro de aproximadamente 19 metros.

Chestnuts

Claro que de las 10 especies principales, incluyendo las chinas, las japonesas y las americanas —habitantes frecuentes de Estados Unidos, Argentina y Chile—, solo existe una que es la adecuada. Esta sería la Castanea sativa, un tipo de castaña dulce o “española” que crece tanto de forma silvestre como cultivada desde hace varios miles de años en Francia, Italia, España y Portugal.

Las silvestres suelen ser pequeñas, redondas y silvestres, llamadas châtaigne, utilizadas para alimentar animales y para molerlas con el fin de obtener harina. Las cultivadas reciben el nombre de marron y son más costosas, pues desarrollan una sola nuez en cada cápsula. Las castañas frescas deben lucir firmes y sentirse pesadas para su tamaño; aquellas que ceden cuando se presionan, pueden estar un poco secas debido al almacenamiento, pero suelen ser más dulces.

Si tienes tiempo, prepara tus propias castañas. Existe un magnífico cuchillo con una navaja pequeña en forma de gancho, especialmente diseñada para cortar la piel dura que se encuentra en medio de cada castaña o para hacer una cruz en la parte lisa, con el fin de evitar que se quemen mientras se cocinan. 

Colócalas en una olla con agua caliente y deja que hiervan —8 minutos las pequeñas y de 10 a 12 minutos las grandes—. Deben pelarse calientes, frotándolas con un paño para evitar quemaduras.

De lo contrario, prueba tostarlas al carbón. En una noche fría, asar castañas a las brasas resulta una actividad muy agradable. Richard Mabey, autor inglés de Food for Free, sugiere dejar una castaña sin partir junto a las otras; así, la señal para saber en qué momento están listas es cuando explota la castaña entera. Sin embargo, y tal como lo advierte, la explosión es bastante feroz, por lo que la cáscara podría salir volando.

El repertorio culinario en Europa no solo incluye asarlas; también hay platillos como purés para acompañar carne de caza, y el delicioso gâteaux de castañas y chocolate. Tal vez la preparación más famosa son los marrons glacés, un tipo de castañas confitadas o glaseadas. Elaboradas con la variedad marron, incluyen procesos de hasta 16 pasos, que implican sumergir las castañas en un jarabe de azúcar hasta que se vuelven transparentes.

También existe, o mejor dicho, existía un legendario postre helado conocido como tarta Nesselrode. Éste fue creado para el conde Karl von Nesselrode, un diplomático ruso del siglo XIX.

Este postre, casi extinto, habría resurgido desde hace mucho tiempo de no ser porque, según el historiador gastronómico Ivan Day, hay que pelar, blanquear y pochar las castañas en almíbar antes de frotarlas sobre un colador fino para, después, ponerlas a enfriar junto con fruta cristalizada, cerezas al marrasquino, azúcar, yema de huevo y crema batida. El autor también señala que, en la receta original, había que dejar todo en una vejiga, aunque omite de qué animal. Si no te importa perder un poco de autenticidad, puedes agradecer que ya haya moldes de tarta y puré de castañas enlatado y listo para usarse.

NotaSabias

Las castañas son dulces y contienen almidón, pero muy poco aceite. Y son las únicas nueces que contienen una cantidad significativa de vitamina C.

La Ardèche francesa y la Castagna di Cuneo italiana tienen denominación de origen en sus respectivos países.

En España decir: “Esto es una castaña” hace referencia a aquellas actividades que son tremendamente aburridas.

Cuando se comen crudas, pueden causar gases intestinales. Aún cocidas es recomendable masticarlas bien, pues esto ayuda a que el cuerpo asimile los nutrientes.

En Japón, el puré de camote al vapor con castañas picadas y semillas de gardenia es un platillo típico de la víspera de Año Nuevo.

 

Recetas

 

Chestnut gallettes Castañas

Chestnut poussin Castañas

Chestnut meringues Castañas

 

Chestnut cheesecake

Petit Mont Blancs

 

Una deliciosa receta de Petit Mont Blancs preparada a base de castañas, será ideal para sorprender a tus invitados en las fiestas de esta temporada.

 

Porciones: 5 porciones

Ingredientes:

Basada en el clásico postre francés de puré dulce de castañas con crema batida, esta versión es irresistible. Espolvoréalos con azúcar glas justo antes de servir.

  • 150 g de azúcar
  • 5 cdas. de agua
  • 3 castañas cocidas
  • 180 g de puré de castañas sin azúcar
  • (si haces tu propia receta, no añadas el almíbar al puré)
  • 85 g de azúcar mascabado
  • 3 claras de huevo
  • 1 pizca de cremor tártaro
  • 50 g de chocolate oscuro, picado
  • 200 ml de crema para batir
  • 1 cda. de licor de castañas (puedes sustituir con licor de avellanas o de almendras)
  • Azúcar glas para servir, tamizada dos veces antes de usar

 

Procedimiento:

  1. En una cacerola, colocar 60 gramos de azúcar con las cucharadas de agua; disolver lentamente. Añadir las tres castañas y cocinar a fuego bajo por 15 minutos hasta que absorban un poco del jarabe (no permitir que el jarabe cambie de color). Retirar la olla del fuego, sacar las castañas y colocar sobre papel aluminio; dejar enfriar tanto el jarabe como las castañas.
  2. Añadir el almíbar al puré de castañas (si se utiliza) y batir hasta obtener una mezcla suave. Precalentar el horno a 100°C. Cubrir dos charolas para hornear con papel encerado.
  3. Combinar el resto del azúcar con el azúcar mascabado y cernir para deshacer cualquier grumo. En un tazón grande, colocar las claras y el cremor tártaro; batir hasta obtener picos suaves. Sin dejar de batir, añadir dos cucharadas de la mezcla de azúcares a la vez, dejando integrar entre cada adición, hasta que los picos estén firmes y brillantes.
  4. Con una cuchara cafetera, hacer montoncitos circulares de 6 x 5 centímetros (éstos serán las tapas de los Mont Blancs) sobre una de las charolas. Con una cuchara sopera, hacer bases circulares de 6 x 9 centímetros, dejando un hueco en el centro, que es donde se colocará el relleno, y dejarlas en la otra charola.
  5. Hornear las tapas por 45 minutos y las bases por 1 hora y 10 minutos. Comprobar la consistencia de los merengues: deben estar secos y cocidos, y despegarse sin dejar un rastro pegajoso. Colocar sobre una rejilla y dejar enfriar. Almacenar en un recipiente hermético hasta por una semana o utilizar de inmediato.
  6. Colocar el chocolate en un recipiente resistente al calor y acomodar sobre una cacerola con agua caliente, sin que el recipiente toque el agua. Dejar derretir el chocolate por 5 minutos, retirar del fuego y revolver hasta que se funda por completo. Después, reservar.
  7. Batir la crema junto con el licor y una pizca de azúcar glas hasta obtener una mezcla suave. Reservar.
  8. Colocar una base de merengue en cada plato y dividir la crema entre ellos. Cortar cada castaña empapada de jarabe a la mitad y colocar una pieza en la parte superior de la crema, seguido de puré de castañas, y cubrir con una tapa de merengue. Decorar con chocolate derretido y, justo antes de comer, espolvorear generosamente con azúcar glas.

 

Maridaje Food and Travel:

Vino blanco dulce francés, notas a especias, dátiles deshidratados, avellanas, cítricos, flores blancas y caramelo.

Sugerencia: Dans l’Aire Muscat de Rivesaltes Tresor Du Roussillon Vin Doux Naturel